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Indice 

1. Croatas
2. Hungaros

Croatas

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A Buenos Aires llegó quien sería un renombrado antropómetra. Escribe Diego Heller (1): "El había nacido en Lessina, una ciudad del imperio austrohúngaro. (...) se llamaba Juan Vucetich, y en el otoño de 1884 desembarcaba sus sueños de recién venido en el Hotel de los Inmigrantes". Tenía claros sus objetivos: "Vucetich había desembarcado con dos ideas: hacerse la América y no volver a cargar un barril más en la vida".
"Nació Juan Vucetich el 20 de Julio de 1858 en Lesina, Darmasia. Era hijo de Victor Vucetich y de Vicenta Koracevich. Tenía 26 años cuando llegó al país y era uno de los tantos hombre desengañados de la rutina europea y esperanzados en el espíritu progresista americano, que desde la infancia le atraía iresistiblemente, en el año 1888, el 15 de Noviembre su ingreso queda registrado en la policía platense en calidad de meritorio. El 10 de mayo del año siguiente es designado auxiliar de estadística y asume el cargo de jefe de la oficina de la misma, el 26 de Septiembre del mismo año.
Extraordinaria consagración al trabajo y una brillante inteligencia debió revelar Vucetich, cuando muy poco después, en marzo de 1891, se le confía la dirección del "boletín mensual" de estadística.
No obstante todos estos progresos, recién en Junio de ese año puede decirse que el hombre es colocado en situación de ponerse en contacto con la ciencia que debía encontrar en él el más sólido y definitivo de los puntales. El jefe de policía de la provincia de Buenos Aires, capitán de navío Guillermo J. Núñez, le encarga la organización de un servicio identificatorio, tomando como base el sistema antropomórfico, y también llamado Bertillonage, por ser creado por un ilustre funcionario policial de París de apellido Bertillón.
Cuando Vucetich hizo público su sistema de identificación, fue precisamente el citado policía francés el que le puso mayores reparos y formuló casi una impugnación respecto de sus conclusiones.
Vucetich salió entonces a la palestra y sus manifestaciones atinadas y fundadas en lógica y verdad se abrieron camino, popularizando su nombre y su invento.
No tardaron en vincular su nombre a esta porfía mentalidades científicas de reconocida autoridad, y es así como el 2 de mayo de 1891, apareció en la "Revue Scientifique" de París, Un interesante artículo debido a la pluma de Varigny e intitulado "Les empreintes digitales d´aprés Galtón", en el que se reconocía ampliamente el valor y el alcance de las investigaciones realizadas por Vucetich.
Tres meses después tenía lugar un suceso que universalizaba la fama del sistema y de su creador: Vucetich identificaba mediante su sistema a 23 penados.
El inventor designó su sistema con el nombre de "Icnofalangometría" (del griego Iknos, huella, rastro o señal; falange y metría de medir), y así se le designó hasta 1894, en el que el doctor Francisco Latzina publicó en "La Nación" un artículo en el cual demostraba que esa palabra era impropia, pues en la operación identificatoria no se mide sino que se examina, por la cual el verdadero término debe ser "Dactiloscopía". Como esta observación era tan sensata como bien intencionada, el inventor no tuvo inconveniente en aceptarla y, después entonces se adoptó.
Antes de esto el sistema de identificación ya había sido impuesto en las cárceles de Mercedes, San Nicolás y Sierra Chica y contaba con la gloria de un esclarecimiento criminal muy ruidoso. El caso de Francisca Rojas, que habiendo ultimado a dos de sus descendientes y echado la culpa del delito a un vecino, fue examinada por Vucetich, que halló en la impresiones digitales la ruta de la verdad.
Vucetich reunió sus observaciones más notables y prácticas en varias publicaciones que alcanzaron en su tiempo una difusión mundial extraordinria.
Entre ellas figuran: "Conferencia sobre el sistema Dactiloscopio" (año 1900) y con anterioridad a éstos trabajos, Sus obras fundamentales, "dactiloscopía comparada", "instrucciones generales para el sistema de filiación" e " instrucciones generales para la identificación antropométrica"
Al conocerse estos trabajos, autoridades tan grandes, como las de Lombroso y Garófalo, dieron a Vucetich el espaldarazo consagratorio desde entonces su nombre se ha incorporado con títulos indiscutibles a de los hombres más eminentes del mundo.
Vucetich murió el 25 de enero de 1905 en la ciudad de Dolores, provincia de Buenos Aires después de una larga gira de divulgación científica por europa y américa y rodeado de la admiración y simpatía de sus contemporáneos" (1).

Húngaros

La birome "Fue inventada en 1938 por el inventor y periodista húngaro (nacionalizado argentino) Laszlo Biro (1899 - 1985), con ayuda de su hermano Georg.
En 1940 ambos emigraron a la Argentina y el 10 de junio formaron la compañía Biro Meyne Biro.
En 1943 Biro licenció su invento a Eversharp Faber, de los Estados Unidos, en la entonces extraordinaria suma de USD 2.000.000, y en 1951 a Marcel Bich, de Francia.
Este último desarrolló, bajo la marca BIC,
un bolígrafo de bajo costo que contribuyó enormemente a la popularización del invento.
En 1945 la Fuerza Aérea de los Estados Unidos hizo un pedido de 20.000 unidades.
Biro no había patentado su invento en Estados Unidos, lo que provocó fuerte competencia.
En el mismo año Milton Reynolds desarrolló su propio modelo, y Franz Seech inventó la tinta que seca en contacto con el aire, conocida comercialmente como paper mate.
La sociedad formada por Biro y sus socios quebró, aquejada por falta de financiamiento y por nuevos inventos que no tuvieron éxito comercial.
Un antiguo proveedor, Francisco Barcelloni, independientemente de los desarrollos de Bich, intentó entusiasmar a Biro para fabricar un bolígrafo de bajo costo.
No logró convencerlo y se instaló por su cuenta; mejoró el flujo de tinta y ensayó una bolilla de triple dureza.
Posteriormente, Barcelloni contrató a Biro para la dirección de la nueva fábrica.
En muchos países europeos, Australia y Nueva Zelanda, los bolígrafos son conocidos como biros; en Argentina, como lapicera o birome.
Este último es el nombre original del invento, compuesto de los apellidos de Biro y su socio y amigo Meyne, quien lo ayudó a escapar de la persecución nazi.
Descripción Hay dos tipos básicos de bolígrafo: el desechable y el recargable.
Los bolígrafos desechables están hechos de plástico y no se vuelven a utilizar una vez que la tinta se agota; los recargables son de metal o plástico y son de mayor calidad y precio.
Su inventor:Ladislao José Biro (László József Bíró, n. Budapest 29 de septiembre de 1899 - m. Buenos Aires 24 de noviembre de 1985), inventor y periodista húngaro, nacionalizado argentino.
En su país natal su carácter inquieto lo había llevado a desempeñar oficios variados: despachante de aduana, corredor de automóviles, vendedor, agente de bolsa e inventor.
Huyendo de la persecución nazi emigró a la Argentina a comienzos de la década de 1940.
El más famoso de sus inventos es, seguramente, el bolígrafo o birome.
Se dice que lo inventó cuando ejercía el periodismo, harto de que la tinta de su estilográfica se secara cuando tomaba apuntes, e inspirado en el proceso de imprenta.
Sin embargo, a lo largo de su vida desarrolló muchos otros, algunos de los cuales se han vuelto muy populares.
Otros inventos de este genio:
Un modelo de lapicera fuente (1928)
Una máquina de lavar (1930) que, según la anécdota, construyó para su esposa Elsa Schick;
Una caja de cambios automática mecánica (1932), cuya patente fue adquirida por General Motors que al mismo tiempo estaba desarrollando una caja hidráulica.
Se presume que GM adquirió su invento para eliminar la posible competencia.
Un termógrafo clínico (1943)
Un proceso continuo para resinas fenólicas (1944)
Un proceso para mejorar la resistencia de varillas de acero (1944)
El desodorante a bolilla (1945-1954)
Un dispositivo para obtener energía de las olas del mar (1958)
Un sistema molecular e isotópico para fraccionamiento de gases (1978)
En Argentina el 29 de septiembre, día de su nacimiento, se conmemora el Día del Inventor" (3).
El restaurador, diseñador y coleccionista de lapiceras Ariel Kullock,
"Entre piezas de colección, repuestos y trastos, preserva tesoros invalorables como una de las cuatro Parker eyedropper (sistema de carga de tinta por goteo) de 1905 que hay en el mundo), ejemplares originales de Mont Blanc y Waterman o la primera birome patentada por Lazlo Biro en el país. 'Biro le vendió varios ejemplares a la fuerza aérea de EE.UU., porque en los aviones con la presión se derramaba la tinta. Así que los soldados pudieron empezar a escribir en el aire. Pero no la patentó allá. Por eso murió sin un peso', cuenta.
La aparición de la birome en 1940 revolucionó la escritura. Pero Ariel cuenta que en un comienzo, la tinta que utilizaban era a base de manteca y en los cheques, después de un tiempo, quedaba un manchón de aceite. Tras la prohibición de firmar los cheques con birome, Biro las sacó del mercado hasta que apareció una tinta más pastosa, parecida a la que se usa hoy.
Kullock no entiende la falta de un Museo de la Birome en el país. "Es absurdo, porque es un invento argentino que cambió la escritura en el mundo" (4).

Notas

1. Heller, Diego: "Manos delatoras", en Clarín Viva, 30 de junio de 2002.
2. S/F: "Sistema Dactiloscópico para la Identificación de las Personas", en http://www.oni.escuelas.edu.ar/2001/cap-fed/inventar/his/1891.htm
Imagen: Museo Policial de Buenos Aires
3. S/F: "La birome", en http://www.jardindegente.com.ar/index.php?nota=paralelos_075
4. Erbiti, Juan Tomás (texto), Grinberg, Ariel (fotos): "En su tinta", en Revista Viva, Clarín, 8 de abril de 2007.

 
 

 

 
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