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INMIGRACION Y ARQUITECTURA

Indice
1. Alemanes
2. Austríacos
3. Belgas
4. Eslovenos
5. Españoles
6. Franceses
7. Holandeses
8. Húngaros
9. Indonesios
10. Ingleses
11. Italianos
12. Rusos
13. Suizos

En este trabajo me refiero a algunos de los arquitectos, ingenieros y constructores inmigrantes que aportaron su talento a nuestro país.

Entre los inmigrantes que llegaron a la Argentina, vinieron arquitectos, ingenieros y constructores, que viajaban alentados por el llamado de un colega, por un contrato o por un premio en un concurso para realizar una obra en Buenos Aires. Fueron alemanes, austríacos, españoles, holandeses, indonesios, ingleses, rusos, suizos, italianos, franceses, húngaros, eslovenos, belgas, que dejaron su país y embellecieron el nuestro.

Alemanes 

El arquitecto Fernando Moog nació en Alemania en 1837 y falleció en Buenos Aires en 1905. Se graduó en Kaiserlautern. “Arribó a la Argentina, en 1863, donde se recibió de agrimensor en 1868. Proyectó los edificios y depósitos del Ferrocarril de Sur. En 1876 proyectó el edificio del Hospital Alemán. Realizó también la construcción de diversas sucursales del Banco Nación en Rosario y Santa Fe, el Teatro Odeón y numerosas residencias particulares. También proyectó el Mercado Modelo de Plaza Lorea y el Mercado Central de Frutos de Avellaneda, ambos desaparecidos” (1).

Adolfo F. Büttner nació en Alemania en 1849 y falleció en Buenos Aires en 1912. “Uno de los primeros profesionales de la construcción recibido en el país, se graduó como ingeniero civil en 1870 en la Facultad de Ciencias Exactas. En 1871 viajó a Alemania, donde obtuvo el título de arquitecto. Su producción más importante forma parte de la arquitectura ecléctica de fines del siglo XIX. Entre sus obras sobresalen el Palacio de Justicia y la cárcel de La Plata; la cárcel de Mercedes; el castillo de Rafael Obligado, sobre el río Paraná y una serie de chalets en Ramos Mejía. En Bs. As. proyectó la casa central del Banco Popular Argentino (1898), la considerada como primera casa de departamentos (Callao, entre Santa Fe y Charcas) y las casas Drabble y Ruggero Bossi” (2).

El arquitecto Carlos Nordmann nació en Hannover en 1858 y falleció en Buenos Aires en 1918. “Llegó al país en 1881 y se incorporó al estudio de Juan Antonio Buschiazzo, donde trabajó hasta 1890. Luego se instaló en forma independiente. Proyectó y construyó el Coliseo Argentino en 1905, el Teatro Variedades, el cine Select, el Club Alemán, la iglesia de Santa Ana en Tandil y varias sucursales del Banco Nación, entre otros” (3).

El arquitecto George Hagemann nació en Hannover. “En 1881 ganó junto con el arquitecto Gustav Heine el concurso para la construcción del Palacio de la Legislatura de la ciudad de La Plata. Las obras se iniciaron en 1883 y culminaron con la inauguración de la Cámara de Diputados en 1888, mientras que la Cámara de Senadores se inauguró el 7 de mayo del año siguiente. El estilo de la obra remite al período neoclásico con algunos elementos renacentistas alemanes. Por otro lado, el edificio posee dos mosaicos que representan al Congreso de Tucumán y al Cabildo Abierto de 1810” (4).

El arquitecto Ernesto Mayer nació en Hannover. “En 1882, llegó al país para colaborar junto con el ingeniero Pedro Benoit y el arquitecto Emilio B. Coutaret en el diseño y la construcción de la Catedral de La Plata. Mayer también fue contratado para modificar los planos elaborados por el arquitecto Huberto Stier para la construcción de la Municipalidad de La Plata y se hizo cargo de la realización de las obras” (5).

El arquitecto Hans Schmitt nació en Baden; falleció en 1909 en Buenos Aires. “Arribó a la Argentina en 1883, desarrollando su labor junto a Ernesto Bunge, con quien compartió un estudio en Buenos Aires. En esta ciudad proyectó y construyó el palacio del Club Alemán, situado en Córdoba entre Maipú y Esmeralda, y numerosas residencias particulares, entre las que se destacan las ubicadas en las actuales Perón y Florida, Perón 838 y Avenida de Mayo 1282. En 1907 realizó el proyecto de una estancia de su propiedad, establecida en el partido de Pilar, provincia de Buenos Aires” (6).

Fuente: Varios autores: Enciclopedia Visual de la Argentina. Buenos Aires, Clarín, 2002.

Austríacos

El arquitecto Manuel Turner “llegó a la Argentina invitado por Carlos Pellegrini. En 1888 ganó el concurso para construir la sede del Jockey Club en Florida 559-571, Buenos Aires. El proceso de construcción se extendió por nueve años y el proyecto original fue completamente modificado, interviniendo los arquitectos Emilio Agrelo y Alejandro Christophersen. La sede fue inaugurada en 1897. En 1953 resultó destruida por un incendio debido al enfrentamiento entre el gobieno peronista y esta asociación” (1).

El arquitecto Walter Loos nació en Viena en 1905 y falleció en Buenos Aires en 1972. “Cursó sus estudios en la Facultad de Arquitectura de Viena, especializándose en Ciencias de las Formas con los arquitectos J. Hoffman, F. Fisher y R. Larsch. En 1925 se trasladó a París para completar su aprendizaje con Adolf Loos. En 1927 viajó a Alemania, donde desarrolló su actividad construyendo un importante barrio de chalets y diferentes proyectos de casas. Se radicó en la Argentina en 1941 y realizó gran parte de su producción arquitectónica en el país” (2).

Fuente: Varios autores: Enciclopedia Visual de la Argentina. Buenos Aires, Clarín, 2002.

Belgas
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Procedente de Bélgica arribó, en 1868, el arquitecto Julio Dormal, “para trabajar en el alzamiento de unos frigoríficos en la provincia de Entre Ríos, tras lo cual en 1870 se afincó en la ciudad de Buenos Aires. Fue autor de la Casa de Gobierno de La Plata (un señorial edificio con preponderancia estilística ligada al renacimiento francés), diseñó el trazado del Parque Tres de Febrero (los Bosques de Palermo) y fue responsable del Monumento a San Martín que se encuentra en la Catedral de Buenos Aires. Estuvo también involucrado en el proyecto del Palacio Pereda (hoy Embajada del Brasil) y dirigió los trabajos finales del Congreso de la Nación, tras la muerte de su autor Víctor Meano en 1904, sin modificar sus planos. Además llevó a cabo la construcción del lamentablemente demolido Palacio de Inés Ortiz Basualdo de Peña, ubicado en Arenales y Maipú, de la Residencia Julio Peña –hoy sede de la Sociedad Rural Argentina, en Florida entre Corrientes y Lavalle- y de otras obras de menor envergadura, con lo que ya podemos asegurar la importancia de la trayectoria e impronta que el autor dejó en nuestro país” (1).
Fue “autor de innumerables obras en el país pero particularmente reconocido por su participación en la construcción del Teatro Colón. Fue el último de los tres arquitectos que intervino en su edificación y lo hizo principalmente en los interiores, donde puso en evidencia toda su generosidad artística y su influencia estilística borbónica” (2).

Notas
1 Varios autores: Enciclopedia Visual de la Argentina. Buenos Aires, Clarín, 2002.
2 Luchetti, Jorge: “Del Teatro Colón a Villa Urquiza”, en El Barrio, Periódico de Noticias, Buenos Aires, Diciembre de 2002.


Eslovenos

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Viktor Sulcic fue uno de los ingenieros directores de la construcción del Mercado de Abasto y el estadio de Boca Juniors.
En “La Bombonera”, leemos: “Las obras y adquisiciones fueron efectuadas Por rigurosa licitación conforme a los planos de los ingenieros directores Delpini, Sulcic y Bés, cuya consideración para el club -evidenciada en el proyecto que ellos presentaron en 1933, en sucesivas gestiones, pliegos, estudios y en forma absolutamente gratuita hasta setiembre de 1938, en que cobraron la primera parte de los modestos honorarios convenidos- compromete a todos los boquenses históricamente. (...) Las instalaciones se inauguraron con capacidad para 60.000 espectadores, pero el proyecto final de Victorio Sulcic indicaba que la obra podía continuarse para cobijar 102.000 personas cómodamente ubicadas” (1).

Notas
1 S/F: “La Bombonera”, en www.argeocities.com.

Españoles

El arquitecto e ingeniero Raymundo Battle nació en 1831; falleció en Buenos Aires en 1905.”Arquitecto e ingeniero, obtuvo dicho título de acuerdo con una resolución especial dictada por la Universidad de Buenos Aires en 1877 para reválida de títulos extranjeros. Entre otros requisitos implicaba la presentación de una tesis. Sólo cuatro personas la presentaron. Entre ellas, Raymundo Battle, que desarrolló el tema Habitaciones para obreros (1878). Entusiasmado con los planes de expansión educativa, proyectó diversos edificios escolares, como el de San José de Balcarce (Buenos Aires, 1880)”.

El ingeniero y arquitecto José Jacinto Eloy de Bassols nació en 1869; falleció en Tucumán en 1931. Ingeniero y arquitecto, “desde 1908 actuó en Tucumán, donde construyó una gran cantidad de edificios en el área central de esa ciudad, como la casa Luis Nougués (1911). Suscribió a los estilos modernista y neoborbónico”.

El arquitecto Fernando Aranda “junto con su colega B. Repetto realizó en 1922 el Teatro Cervantes (Córdoba y Libertad, Buenos Aires). Proyectó también el edificio de la Embajada de España”.

El arquitecto Francisco Roca y Simó nació en Lérida. “Realizó sus estudios de arquitectura en Barcelona, donde se graduó en 1906. Compañero de Luyol y otros arquitectos modernistas, introdujo esta corriente en nuestro país junto a Julián J. García Núñez. Desarrolló su labor en Rosario y Santa Fe. Entre sus obras, que muestran la impronta del estilo modernista catalán, se destacan las sedes del Club Español, la Asociación Española de Socorros Mutuos, el Palacio Cabanellas, el edificio Remonda Monserrat, la confitería L a Europea y el Banco de Castilla y Río de la Plata”.

El arquitecto Angel Pascual nació en Sevilla en 1893, y falleció en Buenos Aires en 1960. Se graduó en la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Buenos Aires. “Sus obras se destacaron por las influencias estilísticas con motivos de la decoración azteca. Entre ellas se cuenta el proyecto para el Teatro Colón de Mar del Plata, de estilo neocolonial español, construido en 1924. Realizó además numerosas residencias, algunas de ellas racionalistas, en Buenos Aires, como las ubicadas en Av. de los Incas y Freyre, Avda. Córdoba y Cerrito, Libertad 257 y Pueyrredón y Lavalle”.

El arquitecto Antonio Bonet Castellana nació en 1913; falleció en Buenos Aires en 1989. “Radicado en la Argentina en 1938, su trabajo revela la experiencia adquirida en el estudio de Le Corbusier a finales de los años 30, si bien ya había mostrado interés en el diseño de muebles, actividad a la que se consagró años más tarde. Junto con J. Kurchan y J. Ferrari Hardoy, en 1939, concibió el prototipo del sillón B.F.K., diseño que se convirtió en un ícono de la modernidad. En 1957 proyectó y realizó dos obras relevantes en Mar del Plata: la Galería Rivadavia y el edificio Terraza Palace”.

Fuente: Varios autores: Enciclopedia Visual de la Argentina. Buenos Aires, Clarín, 2002.

Franceses

“La escalinata de mármol (1852)” es uno de los cuentos de Misteriosa Buenos Aires, de Manuel Mujica Láinez. Lo protagoniza Monsieur Benoit, de quien se dice que era en realidad Luis XVII. En sus postreros instantes, el francés recuerda su vida: “¿Cuánto dibujó! ¡Cuántos planos nacieron bajo sus dedos hábiles! Desde que llegó a la Argentina, en 1818, no cesó de dibujar. Dibujó flores y animales extraños para el naturalista Bonpland; dibujó bellas fachadas para el Departamento Topográfico: edificios neoclásicos con frontones y columnatas, proyectos de canales, de muelles, de puentes, un mundo fantástico surgió de su pluma finísima, en la trabazón aérea de las cúpulas, de las torres, de los arcos. Antes, en Francia, había sido marino. Sirvió en las cañoneras del Emperador y en las goletas del Rey. Antes estuvo en muchas partes, en las Antillas, en Oriente, en Inglaterra, en Calais... Antes... antes había una terrible enfermedad, dolores agudos, una neblina que le sofocaba... Por más que se afanara en despejar las sombras que envolvían a su infancia, nada conseguía ver. Sin duda aquella enfermedad esfumó su memoria. Lo único que como un solitario peñón emergía en mitad del lago negro, era la escalinata de mármol” (1).

Carlos Enrique Pellegrini, padre del Presidente de la Nación, nació en Francia en 1800 y falleció en Buenos Aires en 1875. “Realizó estudios de pintura y dibujo y luego, en 1825, se graduó de ingeniero. Convocado por Bernardino Rivadavia, llegó a la Argentina en 1828 para trabajar en el Departamento de Ingenieros Hidráulicos. (...) desplegó una gran actividad como ingeniero y arquitecto” (2).
El hijo, protagonista de La última carta de Pellegrini, de Gastón Pérez Izquierdo, manifiesta en esa obra que su padre era “un inmigrante. Inteligente y culto, sí, pero desprovisto de fortuna y de linaje, que llegó a esta tierra cuando el esplendor rivadaviano convocó a una gran conscripción de inteligencias para transformar el país. Crédulo de la estabilidad política que podría tener la incipiente nación desembarcó pensando en grandes obras públicas: puerto, alcantarillas, desagües y las demás ensoñaciones que un joven ingeniero de talento puede alojar en su cabeza. Pero Rivadavia cayó y con él los sueños de tecnificación y ornato; en realidad se convirtieron en una larga siesta colonial, que mantendría al país al margen de las calderas y el vapor. No trabajó como ingeniero y se debió ganar la vida con la paleta de pintor. Todo el gran mundo porteño intentó quedarse quieto delante de él para que perpetuara sus rasgos en un lienzo. El profesional cedió paso al artista que con el trabajo del pincel pudo fundar una familia, educarla con dignidad y por la aristocracia de su inteligencia y cultura –sólo por ellas- vincularse igualitariamente con las viejas familias del país” (3).

Arquitecto y paisajista era el francés Carlos Thays, quien nació en París en 1849 y “llegó a la Argentina en 1889, contratado especialmente por el empresario inmobiliario Miguel Crisol para proyectar un paseo natural en la ciudad de Córdoba”. “Fue uno de los principales artífices de la remodelación y ampliación de los parques y plazas públicas en todo el país. La creación del Jardín Botánico de la Ciudad de Buenos Aires es su más importante legado” (4).

El arquitecto Roberto Maillart nació en 1856. Fue “discípulo de Julien Gaudet. Arribó al país en 1888 y tuvo a su cargo el diseño del Palacio de Justicia de Buenos Aires, más conocido como Tribunales, construido en 1906-1910. El edificio de escala monumental cuenta con 8 pisos donde los elementos decorativos están cargados de metáforas acerca de la Ley, caracterizado por un adusto tono romano. Proyectó también el Correo Central y el Colegio Nacional de Buenos Aires. También fue el encargado de elaborar un anteproyecto para el edificio de la Casa de Gobierno de Córdoba. En 1912 se alejó de la Argentina” (5).

El arquitecto y pintor Emilio B. Coutaret nació en Thiers en 1863 y falleció en La Plata en 1949. “Estudió Arquitectura e Ingeniería en Le Havre y se trasladó a la Argentina para trabajar en la expansión de la red ferroviaria. Colaboró con el ingeniero Pedro Benoit y el arquitecto Ernesto Mayer en el diseño y construcción de la Catedral de La Plata. Realizó el diseño de la imagen de la Inmaculada Concepción que se levanta en los jardines de dicha Catedral. Además, bosquejó los planes para la construcción de la Escuela de Dibujo de La Plata. Algunas de sus obras se hallan en diversos museos nacionales” (6).

El arquitecto Emilio Hugue nació en París en 1863 y falleció en Buenos Aires en 1912. “Graduado en la Escuela de Bellas Artes de París, arribó a Buenos Aires en 1898 y ayudó a difundir el estilo academicista. Entre sus obras porteñas se destacan la casa Moussion (ex Bazar Dos Mundos); la casa Franco Argentina, ya demolida, y la casa matriz y diversas sucursales del Banco Francés del Río de la Plata. En la provincia de Tucumán realizó el Hotel Savoy, el Teatro Odeón y el Casino, además de diferentes residencias particulares, en su mayoría desaparecidas” (7).

El arquitecto Louis Dubois nació en Toulouse en 1867 y falleció en Buenos Aires en 1916. “Llegó al país en 1888. Realizó diversos trabajos para el Departamento de Obras Públicas de La Nación. Instaló su estudio en Suipacha 1069 (Buenos Aires). Entre sus muchas obras sobresalen el Hotel Chile, en Avenida de Mayo y Santiago del Estero, de concepción modernista, las residencias de Antonio Robirosa (Parera 119), Premio Municipal de 1905, y de Antonio Lanusse (Suipacha 1136), en 1909, y el edificio de la Farmacia Suiza (Tucumán y Maipú)” (8).

Gastón Mallet nació en 1875 y falleció en su tierra natal en 1964. “Se formó en la Escuela de Arte de París. Arribó al país en 1907 para intervenir en la modernización de la ciudad de Buenos Aires, según el modelo urbanístico aplicado en París. Estuvo a cargo de la construcción del Palacio Dosse, uno de los grandes edificios realizados a fines del siglo XIX y ubicado sobre la avenida Alvear, y también de importantes viviendas particulares. Se desempeñó en la construcción del edificio del Centro Naval, de estilo francés e inaugurado en 1914” (9).

Notas
1. Mujica Láinez, Manuel: Misteriosa Buenos Aires. Buenos Aires, Sudamericana, 1977.
2. Varios autores: Enciclopedia Visual de la Argentina. Buenos Aires, Clarín, 2002.
3. Pérez Izquierdo, Gastón: Ultima carta de Pellegrini. Buenos Aires, Sudamericana, 1999.
4. Enciclopedia Clarín. Buenos Aires, Visor E.A.S.A, 1999.
5. Varios autores: Enciclopedia Visual de la Argentina. Buenos Aires, Clarín, 2002.
6. ibídem
7. ibídem
8. ibídem
9. ibídem

Holandeses

El arquitecto John Doyer nació en 1862; falleció en Buenos Aires en 1939. “En 1988 viajó a la Argentina e instaló su estudio. Entre sus principales obras se destacan las estaciones Once de Setiembre y Ramos Mejía, del Ferrocarril del Oeste (Buenos Aires) y la oficina central y varias sucursales de la antigua Cooperativa Telefónica. Fue presidente de la Sociedad Central de Arquitectos durante 1906-1907. A su inciativa se debe la creación de los premios municipales de Fachada (Buenos Aires)” (1).

Notas
1 Varios autores: Enciclopedia Visual de la Argentina. Buenos Aires, Clarín, 2002.

Húngaros
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El húngaro Juan Kronfuss “llegó al país con su familia en 1910 y al poco tiempo ingresó en la empresa constructora Wayss & Freitagg, que tuvo a su cargo la finalización del Hotel de Inmigrantes. Vinculado rápidamente a la comunidad alemana, le fue encomendada en 1915 la creación del nuevo cementerio Alemán, en Chacarita, y la construcción de numerosas residencias en Belgrano, muchas de las cuales fueron demolidas y otras refaccionadas sin respetar sus características originales”.
Carlota Rauscher, vecina de Belgrano e integrante de la Junta de Estudios Históricos, se refirió en una entrevista al motivo por el que viajó el húngaro: “Vino a la Argentina motivado por haber obtenido en el año 1908 el primer premio en un concurso de proyectos presentados para la construcción de la Facultad de Ingeniería en Buenos Aires. Apenas pisó suelo argentino, le bastó para conocer los imprevistos y la generosidad de un país donde el art nouveau ya se había asentado. Una vez aquí se enteró de que la obra no se podía concretar, al mismo tiempo que iba descubriendo una perspectiva alentadora para continuar su carrera como arquitecto, radicándose en la ciudad de Córdoba” (1).
“Andrés Kálnay, junto con su hermano Jorge, habían arribado a la Argentina provenientes de su Hungría natal a principio de los años 20. Andrés llegó a diseñar más de 100 obras de distinta envergadura en nuestro país, algunas de las cuales realizó junto con su hermano. Si bien él había recibido una formación académica, en muchas de ellas se ve claramente la influencia de las nuevas vanguardias arquitectónicas, como el Art Déco, siempre combinado con su sello personal. No hay dudas de que la obra más ejemplar fue la Cervecería Munich, en la Costanera Sur, que durante muchos años sirvió como centro de esparcimiento a los porteños (hasta hace poco el edificio funcionaba como sede del Museo de Telecomunicaciones).Pero además de ser un gran arquitecto Kálnay también se destacó por su inventiva, expresada tanto en sistemas constructivos de gran rapidez y eficacia –que supo aplicar en la mayoría de sus trabajos- como en el diseño de viviendas económicas. De la misma forma mostró su inventiva en proyectos de baños de dimensiones mínimas y en otros casos participó del diseño de mobiliarios, esculturas y vitrales que luego incorporaba con carácter novedoso en sus proyectos” (2).

La arquitecta y pintora Anikó Szabó nació en 1945, hija de padres húngaros. Es argentina naturalizada. Comenzó a dibujar desde muy joven, dedicándose luego a la pintura al óleo. Sus obras rescatan a Buenos Aires de un modo ‘naive’ o ingenuo. A partir de 1975, sus pinturas se hicieron populares a través de láminas y tarjetas postales. Desde 1977 es coordinadora de las Tarjetas de Navidad del Patronato de la Infancia. Muchas de sus obras están en poder de coleccionistas y Museos de Arte Naif de Europa” (3).

Notas
1 Asato, Andrés: “Una mirada a la arquitectura del húngaro Juan Kronfuss”, en La Nación, Buenos Aires, 15 de agosto de 2002.
2 Luchetti, Jorge: “Acento húngaro en Villa Urquiza”, en El Barrio, Periódico de Noticias, Buenos Aires, Enero de 2003.
3 Sosa de Newton, Lily: Diccionario Biográfico de Mujeres Argentinas. Buenos Aires, Plus Ultra, 1986.

Indonesios

Luis Dates nació en 1885 y falleció en Buenos Aires en 1948. “Ingeniero y arquitecto, llegó a la Argentina en 1887. Cursó estudios en la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires. A partir de 1908 comenzó a ejercer como arquitecto. En 1914, construyó en Buenos Aires el edificio de oficinas Otto Wolf, en la avenida Belgrano 601. Desde 1920 formó parte de la Sociedad Central de Arquitectos. Entre sus obras se cuentan, además, numerosas residencias particulares y casas de departamentos en Buenos Aires (Azcuénaga 1372 y Santa Fe 1621) y en Mar del Plata” (1).

Notas
1 Varios autores: Enciclopedia Visual de la Argentina. Buenos Aires, Clarín, 2002.

Ingleses

El arquitecto Thomas Charles Medhurst nació en 1849 y falleció en su tierra natal en 1918. “Estudió en la Architectural Association y el King’s College de Inglaterra. Arribó a Buenos Aires en 1893 para trabajar en a construcción del Ferrocarril del Oeste. En 1897 abrió su propio estudio y entre sus principales trabajos se cuenta la construcción del edificio de la Aduana de Rosario, Santa Fe” (1).

Notas
1. Varios autores: Enciclopedia Visual de la Argentina. Buenos Aires, Clarín, 2002.

Italianos

A criterio de Fabio Grementieri, la cultura arquitectónica es un “campo donde la contribución italiana fue fundamental. Esa cepa produjo monumentales y emblemáticas obras como la Casa Rosada, el Palacio del Congreso, el Teatro Colón, la Confitería del Molino y el Pasaje Barolo, pero también dio lugar a la ‘casa chorizo’ (que reina en casi todo el país) o a las esmeradas decoraciones de estuco en interiores y exteriores de fines del siglo XIX y principios del XX. Todo ello es fruto del tesón y la pericia de italianos en su ‘otra patria’. Ellos, convocados por el preámbulo de la Constitución Nacional, se tomaron bien en serio la tarea de construir a edificar un nuevo país y, de paso, modelar el paisaje cultural urbano de innumerables ciudades argentinas. Y muchas veces lo hicieron con gran picardía, como es el caso del revoque símil piedra, una increíble falsificación de la prestigiosa piedra de París, que los inmigrantes italianos inventores de ese simulacro emplearon sobre las fachadas de todas las calles y avenidas de la Argentina” (1).

El ingeniero y arquitecto Nicolás Canale nació en Génova en 1807 y falleció en Buenos Aires en 1874. “Ingeniero y arquitecto, llegó con su familia a la Argentina en 1855. Asociado con su hijo José, también ingeniero y arquitecto, construyó numerosas obras como la Quinta de los Leones (1858) y el Templo de Nuestra Señora de la Paz (1860), en Lomas de Zamora; y las iglesias de Nuestra Señora de la Piedad y de la Inmaculada Concepción de Belgrano (1865), en Buenos Aires. Además, Nicolás y José Canale realizaron el proyecto del Palacio Municipal de Lomas de Zamora (1872)” (2).

Benito Panunzi nació en 1819; falleció en Buenos Aires en 1894. “Comenzó su labor en Buenos Aires en 1868, fundando el estudio Fotografía Artística, en la calle Cuyo 55. Especializado en retratos y fotografías de indios y gauchos tomadas en su propio entorno, sus imágenes se vendían por entregas bajo el título de Album Panunzi. También se desempeñó como arquitecto, ingeniero, dibujante y docente de la Sociedad Estímulo de Bellas Artes” (3).

El arquitecto Pedro Fossatti nació en Roma en 1821 y falleció en Buenos Aires en 1903. “Llegó a nuestro país en 1855, contratado por Justo J. De Urquiza para realizar diversas obras públicas, entre ellas, continuar la remodelación del Palacio San José en Entre Ríos, comenzada por Jacinto Dellepiane. Con la modificación del diseño original de esta obra, introdujo el clasicismo italiano, desde los recursos expresivos renacentistas hasta los manieristas, a la arquitectura argentina. Construyó también el Palacio Santa Cándida y la iglesia de Concepción del Uruguay, en Entre Ríos. El primero, construido al estilo de una villa toscana, es una muestra del esplendor del siglo XIX” (4).

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Luis Giorgi, nacido en 1821, “Fue el arquitecto de la orden Franciscana caracterizado por su sentido escenográfico. En Salta hizo las reformas del interior de la Iglesia de San Francisco y luego de la fachada, en 1870; allí como escultor plasmó las imágenes de ‘San Severo’, en cera; ‘La Purísima’ ubicada en el altar mayor, realizada con pasta y tela encolada; y ‘San Diego de Alcalá’, confeccionada en madera tallada y tela encolada”. Falleció en Catamarca en 1905 (5).
La Catedral Basílica de Salta, que fue declarada Monumento Histórico Nacional en 1947, es un testimonio de su talento: “A partir de 1858 se construye reemplazando a la antigua Catedral dañada por un incendio, quedando finalizada en 1882. (...) La fachada se enmarca en un estilo italiano clásico, con frisos y cornisas muy trabajadas sobre las que se asientan dos campanarios con arcos que rematan en una cruz de hierro forjado. Es uno de los ámbitos religiosos de mayor fastuosidad en el país. Se veneran las imágenes del Señor y la Virgen del Milagro, patronos tutelares de Salta desde 1692, y cada quince de septiembre esta Catedral es testigo de la procesión multitudinaria de la Virgen Coronada de las Lágrimas y de la Cruz Primitiva del Señor del Milagro. Se destacan dos pinturas americanas entre varias de gran valor: ‘La Asunción de María Santísima’ y ‘Nuestra Señora de los Dolores’. En ella, ubicado a la izquierda de la entrada, también se erige el ‘Panteón de las Glorias del Norte de la República’, que guarda las urnas funerarias del General Martín Miguel de Güemes, entre otros importantes héroes salteños, como así también de Antonio Alvarez de Arenales, Rudecindo Alvarado, y además el de una mujer llamada Doña Martina de Gurruchaga quien organizó con sus propios recursos un escuadrón que entregó al Gral Belgrano y obsequió al Ejercito del Norte una bandera que ella misma había tejido. Este Panteón fue declarado Monumento Histórico Nacional en 1947”.
“La Catedral, en su interior, posee tres naves y un crucero con cúpula, destacándose por su ornamentación en colores ocre, verde y azul, además del dorado que resalta al observar el llamativo altar mayor, que es una manifestación del barroco tardío obra del arquitecto franciscano Luis Giorgi”.
Trabajó asimismo en la construcción de la iglesia salteña de San Francisco: “Esta Iglesia perteneciente a la orden franciscana tuvo varias reconstrucciones. Concluyó la primera etapa en 1625, y posteriormente se construyó un segundo templo en 1674, que fue destruido por un incendio a mediados del siglo XVIII. Luego se comenzó a erigir la actual iglesia bajo la dirección del español Fray Vicente Muñoz, nacido en Sevilla, quien construyó además la Iglesia de San Francisco de Buenos Aires y la magnífica cúpula de la Catedral de Córdoba. Como la Catedral anteriormente nombrada fue también decorada por el arquitecto italiano Luis Giorgi en otra reforma que presentó en 1870, donde se levantó la esbelta torre que acompaña al templo. Con su campanil separado de la nave central de cincuenta y tres metros de altura, la convierten en la más alta de Sudamérica. La campana de la torre del campanil llamada ‘Campana de la Patria’, fue realizada mediante la fundición de los bronces de los cañones utilizados en la batalla de Salta, donde venció el Ejercito del Norte a las tropas realistas. El mismo Gral. Manuel Belgrano asistió iniciado el siglo XIX a la misa fúnebre oficiada en memoria de los vencedores y vencidos en la mencionada batalla de Salta en 1813. (...) La iglesia San Francisco fue declarada Monumento Histórico Nacional en 1941” (6).

El arquitecto Luis Caravatti nació en 1821; falleció en Catamarca en 1901. “Realizó los edificios más importantes de la ciudad de Catamarca. Su primer trabajo encargado por el gobernador Manuel Navarro, en 1859, fue un interesante conjunto arquitectónico que enmarcó la plaza principal y la Casa de Gobierno. Entre 1862 y 1875 continuó la construcción de la Catedral. Realizó la casa que perteneció al gobernador José Cubas y que fue el domicilio particular de Caravatti, luego sede de la Municipalidad y el Registro Civil de la provincia. Actualmente convertida en museo, alberga varias colecciones que permiten apreciar la historia de la ciudad, desde su desarrollo edilicio y urbanístico hasta una pinacoteca con obras de pintores de la provincia, una muestra fotográfica, antiguos modelos de imprenta y diversos objetos de uso cotidiano. También diseñó el importante Seminario Conciliar y la iglesia de San Pablo de Capayán” (7).

El arquitecto José Canale nació en Génova en 1833 y falleció en Buenos Aires en 1883. “Llegó a la Argentina en 1855 en compañía de su padre Nicolás, también arquitecto. Entre sus obras se destacan la construcción del Palacio de Fusoni y la Confitería Del Aguila, en Buenos ires, y edificio de Castelforte, en Adrogué, provincia de Buenos Aires, hoy convertido en museo. Fue el primer arquitecto que ofreció sus servicios a la Municipalidad de Buenos Aires e introdujo el uso del hormigón armado para las construcciones” (8).

El arquitecto Raúl Levacher nació en Parma. “En el país trabajó en forma conjunta con el arquitecto Emilio Agrelo en la construcción del Hotel Windsor y también se le atribuye participación en el diseño de las Galerías Pacífico en 1889, estas últimas destinadas, en principio, para albergar las grandes tiendas Bon Marché. Fueron proyectadas teniendo como modelo a la galerías de París” (9).

Juan Bautista Arnaldi nació en Porto Maurizio en 1841 y falleció en Buenos Aires en 1915. “Autor de varios teatros en Buenos Aires (Onrubia, Comedia y Marconi). Trabajó en la provincia de Santa Fe, donde proyectó la nueva Catedral (1884, inconclusa), hizo también las catedrales de Rosario (1882), Paraná (1895) y de La Rioja (1899) y el convento de Santo Domingo en Santa Fe (1890). Fue un talentoso exponente del academicismo ecléctico en la arquitectura argentina” (10).

El arquitecto Francisco Pinaroli nació en 1842; falleció en Corrientes en 1887. “En el país realizó importantes obras como la iglesia Nuestra Señora del Rosario, hoy actual Catedral de Goya (Corrientes), inaugurada el 15 de agosto de 1884. Para su realización se inspiró en la Basílica de Novara (Italia). También realizó la estación 19 de Noviembre, priera terminal del Ferrocarril Oeste de La Plata (1887), actualmente Pasaje Dardo Rocha” (11).

El arquitecto y urbanista Juan Antonio Buschiazzo nació en Piamonte en 1846 y falleció en Buenos Aires en 1917. “Por la dimensión de su obra y su actuación institucional es uno de los profesionales académicos más significativos que actuaron en el período 1870-1914. Entre sus obras se cuentan la remodelación de la Plaza de Mayo, el trazado de la Avenida de Mayo, la renovación del Cementerio de la Recoleta, y la traza del cementerio de la Chacarita. Cabe mencionar la antigua Bolsa de Comercio, la capilla del Carmen, y la intendencia de Belgrano, hoy Museo Sarmiento. Construyó y modificó varios hospitales en Buenos Aires, como el Muñoz (1882), el actual Borda (1885), el Italiano (1896) y el Durand (1909). Actuó además en diversas provincias y desarrolló una intensa construcción de residencias particulares. Fue propulsor y presidente de la Sociedad Central de Arquitectos” (12).

El ingeniero hidráulico Cesare Cipolletti nació en Roma en 1846 y falleció en alta mar en 1908. “Autoridad europea en la materia, en 1888 Guillermo Villanueva lo contrató para desarrollar un regimen de riego en Mendoza. Así construyó las tomas de agua de los ríos Tunuyán y Mendoza y los diques de San Juan y Tucumán. Entre sus trabajos técnicos sobresale Estudios de irrigación: Ríos Negro y Colorado. Murió cuando regresaba al país para concretar esta obra. En su homenaje, la ciudad de Cipolletti, en la provincia de Río Negro, lleva su nombre” (13).

Francisco Tamburini nació en Italia en 1846 y falleció en Buenos Aires en 1891. “Fue docente de la Real Academia de Nápoles y llegó al país en 1881, realizando una vasta labor. Se desempeñó como inspector general de Arquitectura de la Nación desde 1883 hasta su muerte. Entre sus obras se destacan la ampliación de la Casa Rosada, el Hospital Militar Central y el proyecto inicial del Teatro Colón (obra concluida por Víctor Meano y Jules Dormal)” (14).

“En 1888 llegó a la Argentina Antonio Curatella (1852-1922) de 36 años de edad, junto a su mujer Clara Manes y sus cuatro hijos: Rosa, José, Francisco y Horacio. Antonio era de Potenza, al sur de Italia y venìa en busca de trabajo y para colaborar en la construcción de la ciudad de La Plata, que habìa sido fundada el 19 de noviembre de 1882. Antonio era un constructor y escultor decorador que realizaba los yesos y molduras que ornaban los frentes de las viviendas. Era un hombre bueno, generoso y trabajador, siempre ayudó a todo el mundo. Pasó largos años en el seminario y todo hacìa pensar que iba a ser sacerdote; era también un buen músico y tocaba magistralmente el órgano. Llegó a La Plata con la esperanza de realizar importantes esculturas para el Palacio de la Legislatura, pero otro escultor italiano Vìctor De Pol (1865-1925) consigue la mayoría de los contratos y a Antonio le queda el trabajo de decoración de frentes de las viviendas y edificios públicos. Aquì nace su quinto hijo, Marìa Antonieta y el 14 de diciembre de 1891, a las 11 de la noche, nace Pablo, quien serìa uno de los mayores escultores de la historia del Arte de los Argentinos” (15).

El arquitecto Carlos Morra nació en 1854; falleció en su tierra natal en 1926. “Estudió en Italia en la Real Academia de Turín y en la Escuela de Aplicación de Artillería e Ingeniería. Arribó al país en 1881 y se desempeñó como profesor del Colegio Militar y director de Construcciones Militares. También estuvo a cargo de la construcción del Tiro Federal Argentino en Palermo, y el palace Hotel en la esquina de Tte. Gral. Perón y 25 de Mayo. Realizó las escuelas Mitre, Sarmiento, Belgrano y Roca; y el edificio de la Lotería Nacional de la calle México al 500, donde funcionó la Biblioteca Nacional hasta su actual emplazamiento. Fue director de Obras Municipales de La Plata y presidente de la Sociedad Central de Arquitectos” (16).

El ingeniero Luigi Luiggi nació en 1856 y falleció en su tierra natal en 1931. “Llegó al país enviado por el rey italiano Umberto I. Ante la posibilidad de un conflicto con Chile, se hizo cargo de la construcción de la Base Naval de Puerto Belgrano. Los planos y el presupuesto fueron aprobados el 30 de noviembre de 1896. Trabajó también en los puertos de Punta Alta, Rosario y Santa Fe. En 1904 dirigió el ensamble del faro más alto del país, ubicado 7 km al este de Monte Hermoso. Trazó los planos del municipio que lleva su nombre –Ingeniero Luiggi- en la provincia de La Pampa, fundado en 1910” (17).

Nacido en Italia en 1860, Víctor Meano “se graduó de geómetra en el Instituto Escuela Técnica y Gimnasio de Pinerolo y de arquitecto en la Academia Albertina de Turín. En 1882 llegó al país e ingresó al estudio de Francesco Tamburini. En 1890 tuvo a su cargo la realización del nuevo Teatro Colón, sobre un proyecto de Tamburini. En 1895 ganó el concurso para la obra del Congreso Nacional. Por otro lado, hacia 1903 su proyecto ganó el concurso para diseñar el Palacio Legislativo del Uruguay” (18). Falleció en Buenos Aires en 1904.
Meano llegó a la Argentina convocado por Tamburini. Escribe Scardín: “Nacido en Susa (Italia), Víctor Meano cursaba sus estudios en Pinerolo, antes, y en Torino, después, en la Academia Albertina, pasando luego a construir algunos edificios, hasta que en 1884 el arquitecto Tamburini, que había podido apreciar en distintas ocasiones sus talentos llamábale para que le prestara su colaboración en la ejecución de muchos proyectos de edificios públicos y privados, pues sabido es que Tamburini legó su nombre en Buenos Aires a la Casa de Gobierno, al Departamento de Policía, al Hospital Militar, a muchas escuelas y casas particulares que continúan siendo muy apreciadas por la belleza del estilo y la pureza de las líneas” (19).

El arquitecto y sacerdote Ernesto Vespignani nació en 1861; falleció en Buenos Aires en 1925. “Realizó numrosas obras religiosas en su país. En la capital de Argentina, inició las obras del Santísimo Sacramento y se destacan la iglesia de San Carlos y el Santuario de Nuestra Señora de Buenos Aires, el Santuario de Nuestra Señora de Itatí (Corrientes), la iglesia del Rodeo (Mendoza), la iglesia de Viedma (Río Negro), el colegio San José (Santa Fe), la iglesia de Nuestra Señora de la Merced (Tucumán), la iglesia de María Auxiliadora (Córdoba) y numerosos colegios y parroquias de la congregación salesiana en el país” (20).

El arquitecto Gino Aloisi nació en 1864; falleció en Alta Gracia, Córdoba, en 1924. Fue “Autor de la antigua Facultad de Medicina (calles Córdoba y Junin, Buenos Aires), de la cual queda sólo la capilla que forma parte de la plaza Houssay. Realizó la Escuela Normal N° 1. Premiado en la Exposición del Centenario, expresó la línea academicista italiana en la Argentina” (21).

El arquitecto Alfredo Olivari nació en Liorna en 1867. “Se destacó por una amplia obra realizada durante las primeras décadas del silgo XX y compartió su estudio con su hijo Alberto, con quien proyectó y construyó el Hospital Municipal Pedro Fiorito de Avellaneda (1909-1913). El edificio presenta un cuerpo central rematado en una torre con reloj; el acceso principal está coronado por un arco de medio punto enmarcado por pilastras de frente liso y capitel jónico. Además, realizó residencias como la Solari, en Caseros 532 (1910), y la Camuyrano, en Viamonte 1856 (1922), Buenos Aires” (22).

Augusto C. Ferrari nació en 1871. A propósito de un libro editado en 2003, escribe F.C.: “Una visita a la tradición menos conocida del modernismo; una microhistoria de la relación entre técnica y pintura a fines del 1800; una evidencia más del erotismo como ingrediente central de la iconografía religiosa; un homenaje de Susana y León Ferrari a su padre, el arquitecto y artista Augusto C. Ferrari: éstas y muchas otras cosas es el hermoso volumen Augusto C. Ferrari (1871-1970) (Licopodio), que se presentó esta semana en el Centro Cultural Recoleta. Nacido en Módena (Italia) en 1871, Ferrari estudió arquitectura en Génova pero se dedicó sobre todo a la pintura y la fotografía. Se especializó en hacer ‘panoramas’, que como explica Luis Felipe Noé, eran grandes murales transportables que ocupaban todas las paredes de una sala circular. Desde el centro del salón, el espectador tenía la ilusión de estar en otro escenario, exótico o testimonial. En esta suerte de tromp l’oeil de ambientación, Noé percibe las raíces del hiperrealismo, la instalación y la realidad virtual. Ferrari fue también un notable arquitecto y pintor de iglesias católicas. Llegado a la Argentina en 1914, al año siguiente ya estaba decorando la capilla del Divino Rostro. Ese mismo año conoció a Susana Celia del Pardo, con quien se casó en 1916. El libro reúne fotos de los panoramas, reproducciones de sus obras de caballete y, quizá lo más atractivo –por el humor desacralizador que destilan- las fotografías de los modelos humanos que Ferrari utilizó, por ejemplo, para pintar la iglesia de San Miguel Arcángel, en Buenos Aires (...). Representadas generalmente por él, su esposa y otros miembros de la familia, las diferentes escenas religiosas combinan un respeto áurico por el registro documental y una hilaridad desopilante, como la que provoca su serie de profetas, santones y mesías disfrazados con túnicas de toalla y coronitas de cartón” (23).

La revista Todo es Historia, que dirige Félix Luna, dedicó una entrega (11) a la inmigración, en coincidencia con la muestra de Casa FOA en el ex Hotel de Inmigrantes. En dicha revista se recuerda que, en 1898, “se creó la Dirección Nacional de Inmigración, construyéndose y habilitándose el complejo edilicio formado por el definitivo Hotel de Inmigrantes, el Hospital, el desembarcadero y la infraestructura de lo que es hoy la Dirección Nacional de Migraciones”. Esa Dirección, “con todas sus oficinas y dependencias anexas, funciona actualmente en el amplio complejo edilicio que simultáneamente con el Hotel de Inmigrantes, se construyera a comienzos de este siglo, más precisamente en la Av. Antártida Argentina 1355, en terrenos otrora ganados al río, donde, desde 1911 funcionan las oficinas dedicadas a la inmigración, espacios inertes, acompañantes inmóviles de toda la historia migratoria de la Argentina de los últimos 80 años”.
Magdalena Insausti es la autora del libro Argentina, un país de inmigrantes (24). Escribió asimismo “Hotel de Inmigrantes Un proyecto colosal para la gran Argentina”, incluido en esta entrega de la revista de Luna. Allí nos dice: “Como pocos lugares en nuestro país, el conjunto de edificios denominados Hotel de Inmigrantes, expresa el testimonio tangible de la historia argentina del siglo XX. Su construcción se relaciona con los avatares políticos de principios de siglo; la escrupulosa economía de la inmigración que se trasluce en la administración del Hotel; las estrategias migratorias que se cumplieron hasta en la revisión de los equipajes; las colonias en el interior y el traslado de los inmigrantes; la filosofía política que subyace en los escritos de Juan Alsina, Juan P. Ramos y otros. Los múltiples destinos del hotel se vinculan asimismo a las exigencias o paradojas de nuestra historia. Así, fue sede del Regimiento 1° de Infantería de Marina, oficinas de Y.P.F., hogar escuela de la Fundación Eva Perón, o escuela de inmigrantes” (25).
En el sitio “Monumentos de la Ciudad de Buenos Aires”, se menciona el Hotel de Inmigrantes de Puerto Madero y se hace referencia al contexto en el que surgió: “A fines del siglo XIX el progreso de la Argentina era acompañado por el crecimiento de la inmigración. El Estado requería respuestas prácticas para ordenar el impacto inmigratorio. La política de balance entre la asistencia social al inmigrante y los intereses y control del Estado, tuvo como emblema al ‘Hotel de Inmigrantes’, concebido como una unidad funcional, administrativa, social, económica que ordenaría y regularía la llegada y distribución de los inmigrantes”.
En ese mismo texto se recuerda la historia del complejo edilicio, vinculada a dos constructores y un arquitecto inmigrantes: “Las obras del Hotel se adjudicaron en 1905 a los constructores Udina y Mosca, de origen italiano. (...) En enero de 1911, el complejo fue inaugurado por el Presidente Sáenz Peña. El edificio del Hotel, replanteado por el arquitecto Juan Kronfuss, se terminó en 1912” Y albergó a miles de inmigrantes, hasta que “El declive de la inmigración desde principios de los ’50 señaló el fin de la historia del hotel” (26).

En Roma, en 1887, nació Alula Baldassarini, quien falleció en Buenos Aires en 1975. “Graduado de ingeniero en la Universidad de Roma vino a la Argentina en 1909. Fue uno de los principales constructores de Mar del Plata, donde impuso la utilización de la piedra en el frente de los edificios. Entre sus obras más famosas está la ‘Villa Regina’ de Regina Pacini de Alvear, la de Adela Harilaos de Olmos, las de Alfredo Urquiza y la de Bosch. Utilizó diversos estilos propios del eclecticismo para las zonas de balnearios, desde el ‘anglonormando’, hasta regionalismos hispanizantes” (27).

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Francisco Salamone, “nacido el 5 de junio de 1897, era oriundo de Sicilia, y se lo había creído porteño o cordobés hasta hace muy poco tiempo. Egresó del Colegio Otto Krausse de Buenos Aires y en dos años obtuvo el doble título en la Universidad de Córdoba; más tarde se frustraron sus intentos por alcanzar la senaduría provincial representando al Partido Radical. Casado con la hija del cónsul inglés en Bahía Blanca tuvo cuatro hijos mientras se dedicaba a emprendimientos de ingeniería por toda la extensión del país, batiendo el récord de kilometraje de la época. Creó una empresa constructora con sus hijos así como él había seguido los pasos de su padre, aunque después de 1940 sólo proyectó dos edificios, ambos en Buenos Aires y de estilo racionalista. Murió olvidado en Buenos Aires el 8 de agosto de 1959, mientras su obra monumental se abría camino en la desolación de la llanura de la provincia de Buenos Aires”.
“Este personaje, con sus luces y sus misterios, creó una arquitectura portentosa en un paisaje donde la solitaria verticalidad de las torres contrasta con la abrumadora horizontalidad de la llanura. Más de 60 edificios en apenas cuatro años: una tarea faraónica en manos de un solo hombre. Indagar los móviles últimos de la obsesión de Salamone puede resultar una tarea inquietante. En la misma época en que el arquitecto Alejandro Bustillo construía el hotel Llao-Llao y los palacios más importantes de la entonces ciudad mimada de la aristocracia –la Municipalidad y el Casino de Mar del Plata-, el gobernador Manuel Fresco, de tendencia conservadora, otorga a este otro arquitecto total libertad para levantar los edificios públicos de algo más de una veintena de insignificantes pueblos de provincia” (28).

El arquitecto Benjamín Pedrotti nació en 1880. “Llegó al país a comienzos del siglo XX y montó su propio estudio en Lavalle 1268 (Buenos Aires). Su actuación tuvo lugar en el mismo período que los arquitectos italianos Francisco Gianotti y Mario Palanti. En 1926 diseñó y construyó un edificio para una fábrica de bujías, en Rauch al 1800 (hoy Santos Discépolo), que años más tarde ocupó el Teatro del Picadero. Realizó también residencias privadas, como las de Libertad 761, Salguero y Rivadavia y San Juan y Urquiza, Buenos Aires (29).

El Cine Teatro 25 de Mayo, de Villa Urquiza, “fue inaugurado en 1927 por el constructor italiano Máximo Gasparutti, quien dejó una muestra acabada de sus conocimientos constructivos y decorativos a pesar de haber recibido aportes de un especialista en el decorado interior. La fachada muestra una composición abarrocada, donde el juego de luces y sombras junto con su composición escenográfica son de destacar por el uso de columnas adosadas al muro y un frontis triangular, con gran cornisamento, dentro del cual inseró un magnífico bajorrelieve, obra realizada por un escultor alemán” (30).

El arquitecto Francisco Gianotti nació en Lanzo en 1881 y falleció en Buenos Aires en 1867. “Estudió en la Academia de Arquitectura y Bellas Artes de Turín. En 1909 arribó a Buenos Aires para participar en el montaje del Pabellón Italia en la Exposición Internacional del Centenario patrio. Luego trabajó en el estudio de los arquitectos Prins y Ranzenhofer. En 1912 proyectó, en la calle Florida, un célebre pasaje comercial denominado Galería Güemes. En 1916 diseñó la Confitería del Molino, con dos salones de fiestas, fábrica de masas y equipamiento cuidadosamente estudiado, sumándose ocho departamentos nuevos para renta a los cinco existentes sobre la avenida Callao. Diseñó además importantes residencias para la Avenida Daigonal Norte. En 1931 construyó el edificio Shaffhausen, en la calle Reconquista 336-356, ideado originariamente para la Bolsa Inmobiliaria de Buenos Aires. Proyectó casas de renta y oficinas, y una iglesia Ortodoxa Griega para el barrio de Belgrano” (31).

El arquitecto Enrico Tedeschi nació en Roma en 1910 y falleció en Buenos Aires en 1978. “Graduado en su ciudad, llegó al país en 1948. Fue uno de los creadores de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Tucumán y docente en Córdoba, San Juan y Mendoza. Además, fue fundador y decano de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Mendoza. Desde 1973 se dedicó a la investigación de las zonas áridas, el ambiente humano y la vivienda” (32).

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El arquitecto y pintor Clorindo Testa nació en Italia en 1923. De estilo vanguardista, sus obras poseen originalidad y fuerza. Entre ellas se destacan la sede central del Banco de Londres en Buenos Aires, la Biblioteca Nacional y el Centro Cultural de la Ciudad de Buenos Aires” (33).
“Un pequeñísimo inmigrante ilegal. Así fue como arrancó su historia en este país Clorindo Testa, un bebé de tres meses que, a upa de su mamá, quedó demorado muchas horas en un barco mientras afuera, en el puerto de Buenos Aires, la discusiones en torno a su ingreso, que sí que no, arreciaban entre su padre y los funcionarios de migraciones. (...) Hijo de Juan Andrés, un médico radiólogo afincado en el país desde 1910, y de la argentina Ester García, Clorindo Testa (también Manuel José pero sólo de bautismo) nació el 10 de diciembre de 1923 en Nápoles, por designio romanticista de su papá, quien se embarcó con su mujer embarazada para que el primogénito conociera la luz en la tierra de sus mayores. ‘Pero al volver, al viejo no se le ocurrió que tenía que anotarme en el consulado argentino, pensó que si venía con ellos alcanzaría con el registro civil italiano’, explica” (34).
“Viajó a la Argentina y se graduó de arquitecto en nuestra Universidad de Buenos Aires. A partir de ahí, la ciudad comenzaría a ver la realización de sus obras como verdaderos hitos arquitectónicos. Así lo muestran la Biblioteca Nacional y el antes mencionado ex Banco de Londres. Esta arquitectura se encuentra dentro de la corriente estética del neo-brutalismo, revivido a fines de los años 50, en donde los edificios quedan al desnudo y muestran su esencia” (35).

Notas
(1) Grementieri, Fabio: “Patrimonio a la italiana”, en La Nación, Buenos Aires, 28 de diciembre de 2003.
(2) Varios autores: Enciclopedia Visual de la Argentina. Buenos Aires, Clarín, 2002.
(3) Ibídem
(4) Ibídem
(5) Ibidem
(6) Texto y foto en S/F: “Catedral Basílica y Museo Monseñor Pérez”, http://www.argentinaturistica.com/informa/salipaseosciu.htm.
(7) Varios autores: Enciclopedia Visual de la Argentina. Buenos Aires, Clarín, 2002.
(8) Ibídem
(9) Ibídem
(10) Ibídem
(11) Ibídem
(12) Ibídem
(13) Ibídem
(14) Enciclopedia Clarín. Buenos Aires, Visor E.A.S.A, 1999.
(15) Gutiérrez Zaldívar, Ignacio: Pablo Curatella Manes 1891-1962. Catàlogo de la muestra realizada en Zurbaràn en 2004.
(16) Varios autores: Enciclopedia Visual de la Argentina. Buenos Aires, Clarín, 2002.
(17) Ibidem
(18) Enciclopedia Clarín. Buenos Aires, Visor E.A.S.A, 1999.
(19) Scardín, Francisco: La Argentina y el trabajo. 1906.
(20) Varios autores: Enciclopedia Visual de la Argentina. Buenos Aires, Clarín, 2002.
(21) Ibidem
(22) Ibídem
(23) F. C.: “Erótica e hiperrealismo”, en Clarín, Buenos Aires, 6 de septiembre de 2003.
(24) Luna, Félix (director): Todo es historia. N° 398. Buenos Aires, septiembre de 2000.
(25) Insausti, Magdalena: Argentina, un país de inmigrantes. Dirección Nacional de Migraciones, 1998.
(26) Insausti, Magdalena: “Hotel de Inmigrantes: un proyecto colosal para la gran Argentina”, en Todo es Historia, N° 398. Septiembre de 2000.
(27) Sitio www.monumentos.org.ar
(28) Enciclopedia Clarín. Buenos Aires, Visor E.A.S.A, 1999.
(29) García Navarro, Santiago: “Tour fantástico. La arquitectura de Francisco Salamone vuelve a nacer”, en Vía Libre/La Nación, 2 al 8 de octubre de 1997.
(30) Luchetti, Jorge: “En defensa del Colón de Villa Urquiza”, en El Barrio, Periódico de Noticias, Buenos Aires, Abril de 2003.
(31) Varios autores: Enciclopedia Visual de la Argentina. Buenos Aires, Clarín, 2002.
(32) Ibídem
(33) Enciclopedia Clarín. Buenos Aires, Visor E.A.S.A, 1999.
(34) Muzi, Carolina: “En el nombre del arte”, en Clarín Viva, Buenos Aires, 22 de junio de 2003.
(35) Luchetti, Jorge: “Clorindo Testa estampó su firma en Villa Urquiza”, en El Barrio, Periódico de Noticias, Buenos Aires, Noviembre de 2003.

Rusos

Wladimiro Acosta nació en 1900 y falleció en Buenos Aires en 1967. “Su verdadero nombre era Wladimir Konstantinowsky. Llegó al país en 1928 e impulsó los criterios de Le Corbusier en la arquitectura nacional. En 1930 participó en el Congreso Panamericano de Arquitectura, celebrado en Brasil. En la década de 1940 realizó diversas residencias, en las cuales predominan la preocupación por el clima y la funcionalidad. Proyectó el conjunto de El Hogar Obrero (junto con Fermín Bereterbide) y otros colegas) y la Unidad Vecinal de la Isla Maciel, en la ribera sudeste del Riachuelo (Bs. As.)” (1).
“Más allá de la escasa difusión que recibió su figura, podríamos aseverar que Vladimiro Acosta fue uno de los autores más representativos de la arquitectura moderna que hubo en el país. Constantinovsky –tal su verdadero nombre- había nacido en Odessa, Rusia, a principios del siglo veinte. Se graduó de arquitecto en Italia y, luego de su paso por distintas ciudades del viejo continente, en 1929 se afincó definitivamente en nuestro país, donde permaneció hasta su muerte, acaecida en 1967. Fue un arquitecto de infatigable labor, que no bajó los brazs hasta poder exponer y ver el fruto de sus nuevas ideas, que de alguna manera siempre quedaron ligadas a temas bioambientales. Su preocupación residía en el mejoramiento de la iluminación y ventilación de las viviendas, además de un uso racional de la energía. De esta forma quedó catalogado como un arquitecto ambientalista, algo que por aquellos años era mirado por algunos profesionales con cierta extrañeza” (2).

Notas
1 Varios autores: Enciclopedia Visual de la Argentina. Buenos Aires, Clarín, 2002.
2 Luchetti, Jorge: “Un tal Wladimiro Acosta”, en El Barrio, Periódico de Noticias, Buenos Aires, Diciembre de 2003.

Suizos

El arquitecto Jacques Dunant nació en 1858; falleció en su país natal en 1939. “Llegado al país en 1889, fue representante del academicismo francés dentro de la arquitectura argentina de fines del siglo XIX, con predominio del estilo borbónico” (1).

El ingeniero civil Walter Moll nació en 1881; falleció en Buenos Aires en 1957. “Naturalizado argentino, se matriculó en la Organización Profesional de Ingenieros Civiles de Buenos Aires. Partidario del racionalismo, proyectó el edificio de oficinas y viviendas de la Sociedad Anónima Financiera y Comercial (SAFICO), inaugurado en 1933. La obra constituye un volumen rectangular de 10 pisos, con ventanas corridas, que culmina con una torre que termina en pirámide escalonada. Moll también diseñó la casa de renta de Santa Fe 914 (Buenos Aires)” (2).

Notas
1 Varios autores: Enciclopedia Visual de la Argentina. Buenos Aires, Clarín, 2002.

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Desde sus países de origen trajeron talento y empeño; gracias a ellos, la Argentina cuenta con importantes edificios.

Fotos:
Jules Dormal
Mercado del Abasto
Hotel de Inmigrantes, en www.galespa.com.ar
Catedral de Salta
Folleto sobre Francisco Salamone editado por la Municipalidad de Azul, Coordinación de Turismo y Patrimonio de Azul. Fotos de Martín Laborda.
Clorindo Testa (www.cultura.gov.ar)

 

 

 
 

 

 
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