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Indice
1. Inmigrantes
2. Descendientes de inmigrantes
3. Inmigrantes en historietas
En este trabajo me refiero a algunos de los inmigrantes y a algunos de los extranjeros que, sin establecerse definitivamente en nuestro país, dibujaron en la Argentina. Entre ellos hubo quienes se destacaron en arte, crítica política y social, publicidad, cine y literatura infantil. Me refiero asimismo a los dibujantes que manifiestan descender de inmigrantes y a los dibujantes que crearon personajes inmigrantes.
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Austríacos
Otto Durá está entre los “extranjeros que dejaron su huella en Buenos Aires. En primer lugar, Ignacio de Zuloaga, el pintor vasco que compartió con Joaquín Sorolla una misma época y celebridad, Y entre los no españoles, dos que se radicaron finalmente en estos pagos: la francesa Léonie Matthis de Villar y Otto Durá, pintor y dibujante de origen vienés. Todos estos artistas buscaron hacer del subte un espacio más humano a través de la belleza. (...) Las líneas D y E rivalizan con la C en su despliegue de paisajes e historias argentinos, desde las cataratas del Iguazú y el lago Argentino –ambos de Otto Durá, en la estación San José- hasta la visión alucinada y futurista de Buenos Aires según los ojos del porteño Rodolfo Franco” (1).
Notas
1 García Navarro, Santiago: “Pinturas underground”, en La Nación Vía Libre
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Bolivianos
Victor Valdivia se destacó como dibujante en nuestro país. “ Su afición al dibujo hizo que su Bolivia natal le concediera una beca para estudiar en Buenos Aires, ingresando a la Academia de Bellas Artes que dirigía Pío Collivadino. Pero tras recibirse, si bien realizó algunas exposiciones de pintura, su vocación periodística lo llevó a actuar en diversas publicaciones porteñas, destacándose principalmente en Caras y Caretas, donde llegó a ocupar el cargo de Jefe de Dibujantes. Allí ilustraba en la década del treinta - además de portadas con los políticos del momento – ‘aleluyas’ de Alberto Pidemunt dedicadas a las figuras del ambiente artístico, siendo eso una de las páginas más festejadas de la revista” (1).
Notas
1. S/F: “Victor Valdivia”, en www.guasa.ya.com.
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Checoeslovacos
“La Segunda Guerra Mundial fue la causa por la que el matrimonio de Irene y Karen Dodal emigró de Checoslovaquia, donde trabajaban muy bien en el cine animado. Estuvieron unos años en Estados Unidos, y luego llegaron a Argentina. El ministro de educación de la época, Oscar Ivanissevich, les proporcionó en 1948 medios y garantías para desarrollar una abundante serie de dibujos animados didácticos, que fueron muy celebrados, y para capacitar gente en el oficio de la animación. Montaron un estudio, el ARGENCOLOR, lo equiparon técnicamente y contrataron personal idóneo. Allí nacen Día del árbol, Cuento de Navidad y La reina de las ondas. Desgraciadamente, los cambios políticos echaron al olvido sus trabajos. Una de sus creaciones más queridas se tituló Apolon Musguette” (1).
Notas
1. González, Alejandro R.: “La animación en Argentina Los pioneros: Cristiani y Ducaud bajo el ala de Valle”, en www.miradas.eictv.com.cu, 17 de octubre de 2005
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Españoles
En El humor gráfico en la Argentina “Espejitos de papel” (1), Juan Pablo Mantecón afirma: “Otro inmigrante, el español Eduardo Sojo, inaugura en 1884 la revista Don Quijote que fue la primera en hacer notar su trascendencia en la historia nacional. La misma ha definido el humor como ‘un arma poderosa’; en concordancia con lo que dijo el fundador del partido radical Leandro N. Alem: ‘la Revolución de 1890 la hicieron las armas y las caricaturas’. Es en este momento donde resurge una fórmula humorística originada muchos años atrás: la caracterización mediante animales. De esta manera se buscaba adjudicarle a los retratados las características animales que se vienen estudiando desde el medioevo; así surgieron los apodos de Roque Sáenz Peña (El Pavo), Julio A. Roca (El Zorro), Miguel Juárez Celman (El Burrito Cordobés) y José Evaristo Uriburu (El Cangrejo), entre otros. En sus páginas escribió José Sixto Alvarez, quien fuera mejor conocido por su sobrenombre: Fray Mocho; además del dibujante español José María Cao, quien se destacaría en Caras y Caretas”.
En su investigación acerca de Caras y Caretas, Adrián Pignatelli señala: “Los dos dibujantes que se destacaron, en la primera época del semanario, fueron Manuel Mayol y José María Cao y Luaces. Mayol era de origen español y de una apariencia física netamente gallega. Era un dibujante litógrafo que había trabajado en Don Quijote, donde firmaba con el seudónimo de Heráclito. (...) En cuanto a Cao, había nacido en Lugo. Llegó a Buenos Aires en 1886 cuando contaba con 23 años. Empezó ganándose el pan haciendo caricaturas relámpago a los transeúntes que poblaban el Paseo Colón. Luego, se vinculó a un taller de grabados y comenzó a colaborar en varias revistas, entre ellas El Sudamericano. Colaboró activamente en Don Quijote, firmando como ‘Demócrito II’. Cuando se incorporó a Caras y Caretas, en 1898, también aparecían dibujos suyos en su propia revista, llamada El Cid Campeador, su primera experiencia editorial. Cao se retiró definitivamente de Caras y Caretas en 1912 y junto a muchos de sus compañeros de la revista editaron Fray Mocho, en homenaje al famoso cuentista. También trabajó en el diario La Nación y en Crítica. Cao falleció el 27 de enero de 1918. Cabe preguntarse : ¿cuáles eran las diferencias entre Mayol y Cao? Si bien los unía un denominador común, y que era el talento para reflejar la realidad, ya que ellos no eran solo dibujantes, sino ‘periodistas dibujantes’, los trabajos de Cao apuntaban más hacia lo político y resultaba más evolucionado. En cambio, Mayol, no sólo se dedicaba a lo político, sino que le prestaba atención a lo cultural” (2).
Arturo N. Eusevi nació en Soria, España, en 1860; falleció en Buenos Aires en 1933. “En 1888 llegó al país contratado como escenógrafo del teatro Onrubia. En 1891-6, fue director del almanaque Peuser. En 1898, convocado por Fray Mocho, participó en la fundación de Caras y Caretas. Colaboró como dibujante en La Prensa, La Nación y PBT, entre otros medios. Simultáneamente, se dedicó a la pintura. Entre sus óleos sobresale Las porteñas, que se conserva en el Club del Progreso de Buenos Aires. Con motivo del Centenario, pintó una serie de acuarelas sobre temas camperos”. (3).
Ulpiano Checa (Colmenar de la Oreja, Madrid, 1860 – Francia, 1916), “que fue contemporáneo de Sorolla, Pissarro y Moreno Carbonero, está considerado uno de los pintores más destacados de su tiempo. Tras una estada en París, donde contrajo matrimonio con una argentina, Matilde Chaye Courtez, hizo varios viajes a nuestro país que marcaron su trayectoria. En el último de ellos, realizado en 1906, pintó un monumental retrato ecuestre del general Bartolomé Mitre (1821-1906), que recientemente fue restaurado. (...) En Madrid, Checa cursó sus estudios en la Escuela de Artes y Oficios y en la Escuela de Bellas Artes. Entre 1884 y 1888 vivió en Roma, donde recreó escenas de la vida durante el imperio, con sus circos, carreras de cuadrigas y batallas. Su visión realista de la Roma de los Césares hizo que sus imágenes sirvieran de inspiración para las grandes producciones de Hollywood, como "Ben-Hur", "Espartaco" y "Gladiador. (...)" (4).
El político, pintor, periodista y escritor Alfonso Daniel Manuel Rodríguez Castelao “nació en Rianxo el 30 enero 1886, aunque pasó toda su infancia en Santa Rosa de Toay, en La Pampa Argentina, donde habían emigrado sus padres. La familia Castelao vuelve a Rianxo en 1900 y Alfonso-Daniel se licencia en la Facultad de Medicina de Compostela en 1908, cursando el Doctorado en Madrid al año siguiente, donde comienza a destacar como caricaturista, tras lo que se establece en Rianxo y adhiere el movimiento agrarista Acción Gallega. Como pintor, Castelao fue un gran artista condicionado por su casi ceguera y por la necesidad que sentía de crear un arte al servicio de Galicia, primando la comunicación sobre las cuestiones artísticas. El arte gráfico de Castelao se define primeramente por su constante humorística y satírica en la que las gentes humildes suelen ser los protagonistas. A partir de la Guerra Civil española, la crueldad y miseria de aquel acontecimiento causa que el dibujo de Castelao evolucione hacia la denuncia de la tragedia y mezquindad del fascismo”” (5).
Juan Carlos Alonso y Pita nació el 6 de julio de 1886 en Ferrol, La Coruña. Falleció el 15 de febrero de 1945. “Realizó exposiciones en Buenos Aires, Madrid, Roma, Río de Janeiro, etc. Fue miembro de la Real Academia Gallega. Emigró a Argentina con 13 años y comenzó a trabajar en la tienda de un pariente en un pueblo. Muy pronto se marchó a Buenos Aires, donde empezó a trabajar como recadero en la revista Caras y Caretas. No obstante, dada su habilidad para la caricatura, pronto entró en la redacción como caricaturista. En 1919 pasó a dirigir él la revista y más tarde y fundó y dirigió también la revista Plus Ultra. También se dedicó a la pintura, consiguiendo un gran éxito” (6).
Federico Ribas Montenegro “nació el 26 de octubre de 1890. (...) En 1908 llega a la Argentina como tantos emigrantes gallegos. En su pequeña maleta llevaba algunas ropas, fotos familiares y algunos pinceles y lápices para comenzar a trabajar. (...) Los primeros meses caminó en procura de trabajo, hasta que comenzó como pintor decorador. Más tarde empezó como colaborador de famosas revistas de época Papel y Tinta y PBT en el diario Última Hora. Posteriormente incorporóse a la revista satírica Caras y Caretas. En aquella histórica y emblemática revista de actualidad y sátira, trabajaban dos destacados caricaturistas gallegos de gran fama José Maria Cao y Juan Carlos Alonso. (...) Después de algunos años en Buenos Aires juntó algún dinero para cumplir un viejo sueño conocer París. Así fue como en 1912 llegaba a capital francesa. Trabajó como director artístico de la revista Mundial que dirigía Rubén Darío y para Le Rire. (...) El alzamiento militar contra la república, el 18 de julio de 1936 encuentra a Federico Ribas en su casa de Beluso, allá estaban también disfrutando del verano Fernández Mesquita y su novia la genial pintora Maruja Mallo. Los militares pronto se hacen cargo de la villa y comienza la represión. El alcalde recientemente electo Johan Carballeira es detenido y fusilado y así una serie de amigos de Federico. La intuición sobre la gravedad de la situación lo llevó a trasladarse hasta Vigo donde estará oculto en la casa de unos familiares y desde allá tomará un barco hasta la Argentina. El 7 de noviembre de aquel año fatídico, estará nuevamente en el puerto de Buenos Aires. En aquella ciudad tenía amigos y un nombre ganado por su trayectoria artística. Era un hombre con grande experiencia en el mundo periodístico. Es así como fue nombrado director artístico de la gran revista argentina Atlántida. Durante su estadía en este país realizó distintas exposiciones y colabora con distintos periódicos antifranquistas como España Republicana. Realizó una serie de dibujos o estampas sobre el terror cometido por el franquismo en la provincia de Pontevedra. A fines de 1949 regresó a España, falleciendo en 1952” (7).
“La obra de Alejandro Sirio es –a criterio de Norberto Coppola- la expresión original y solitaria de un artista del que no se reconocen antecedentes ni parentescos inmediatos. Fue un dibujante gráfico por naturaleza, ya que su formación primera y toda su considerable labor posterior estuvieron siempre ligadas a medios de comunicación visual: revistas, diarios o libros. Esta circunstancia condicionará fuertemente su lenguaje, el que ha de constituirse a partir de dos premisas fundamentales: la técnica gráfica y la dependencia del mensaje. (...) Nicanor Balbino Alvarez Díaz nació el 25 de octubre de 1890 en Oviedo, antigua ciudad de Asturias. (...) A los veinte años su madre le compra un pasaje para América. Y el muchacho desembarca en Buenos Aires el 20 de julio de 1910, con un par de cajas de cartón que contienen su equipaje y una carta de recomendación totalmente inútil que lo deja solo y liberado a su suerte. (...) el propietario de la Sastrería Inglesa de la Avenida de Mayo le pide diseñe algunos figurines para los escaparates de su comercio. Anticipando su "estilo" las ropas no aparecen exactamente planchadas ni aliñadas, y su comitente se desanima... Pero los dibujos ya estaban firmados: Alejandro Sirio. Y van a llamar la atención de un cliente de la sastrería, Julio Castellanos, colaborador de la revista Caras y Caretas. Castellanos, hombre de fina sensibilidad, advierte las posibilidades expresivas que encierran esos figurines de la moda 1912. Poseen personalidad y evidencian una infrecuente originalidad en su concepción. Conoce al muchacho, interesa a su amigo Manuel Mayol, director dibujante de Caras y Caretas, y se produce el encuentro de ambos. (...) Cuidadoso orfebre, paciente como un benedictino, con un vestigio español y un toque de art nouveau, crea un verdadero estilo fresco, tierno, poético. Asi llegó al diario La Nación Alejandro Sirio en 1924. Venía de ilustrar ese mismo año algunos cuentos y poemas para el suplemento de La Prensa. Fue llamado a la casa de los Mitre para el lugar que ocupara José Maria Cao: el primer dibujante fijo que tuvo el diario. Y allí trabajó por más de veintiocho años hasta el día de su muerte. Realizará su labor más difundida a través de las entregas del suplemento dominical, donde la multiplicidad de temas que aborda y la solvencia con que resuelve cada una de las ilustraciones ponen en evidencia su cultura y maestría. (...) Enrique Larreta le propone ilustrar su novela La gloria de Don Ramiro. Allí es donde va a desbordarse su ser español y toda la sabiduría de su madurez artistica. (...) Reidor, alegre, quizá su chispazo más feliz fue su casamiento en Buenos Aires, en 1932. Se encontró con Carlota Stein —hija de Enrique Stein, el filoso dibujante y director de El Mosquito, el periódico satírico de Buenos Aires del siglo pasado— en una reunión de artistas y escritores. Después de dos horas de charla con Carlota, Sirio llamó a un fotógrafo ‘para que documente la seriedad de sus intenciones’ y, a los pies de Carlota Margarita Stein, pidió su mano. Carlota dijo ‘sí’. Y en su primer estudio del barrio de Monserrat vivieron y pintaron juntos. (...) ” (8).
Matilde Velaz Palacios nació en Madrid en el siglo XIX. “Fue traída a la Argentina muy pequeña, y aquí realizó estudios que más tarde, en Europa, completó con canto y declamación. En Buenos Aires dio lecciones de declamación y ofreció un recital en la Biblioteca del Consejo Nacional de Mujeres, en 1922, y otro en Tucumán, en el que también interpretó composiciones musicales suyas. En 1925 se hizo cargo de la dirección de la revista femenina Para Ti, en la que permaneció cerca de nueve años. Fue a la vez redactora de la mayoría de las secciones de la publicación, que firmaba con diversos seudónimos. Su trabajo iba desde la historieta hasta la novela en episodios, pasando por la crónica social, cinematográfica y costumbrista. La orientación que dio a la revista hizo que ésta alcanzara gran popularidad. Al renunciar, en 1933, publicó sus memorias. Tres de las novelas escritas para la mencionada revista aparecieron en volúmenes: Cartas de amor, La dicha ajena y Añoranzas” (9).
Rodolfo Alonso se refiere a un dibujante gallego: “Valenzuela sólo iba a escribir en dos publicaciones argentinas: Galicia emigrante, dirigida por el impar Luis Seoane, entre 1955 y 1957, y la prestigiosa página literaria del diario La Gaceta, de Tucumán, entre 1956 y 1960. En ambas publica, por primera vez, muchos de los relatos que luego se integrarían en la primera edición de O. Naranxo, realizada por el sello gallego Brais Pinto en 1974. (...) O Naranxo marcaría también el imaginario de otro artista gallego asilado en Buenos Aires: Laxeiro (autodefinido como ‘un anarquista indolente’), cuyos cuadros y dibujos sobre el tema se reproducen en esta feliz reedición, y que incluso acompañaron aquellas pioneras publicaciones de Valenzuela en La Gaceta” (10).
La revista Imaginaria anunció: “Durante el mes de septiembre de 2005, en Catalunya (España) se llevará a cabo un homenaje al dibujante Juan Oliva. Este evento se realizará en su ciudad natal, Organyà —si bien Oliva es catalán, realizó toda su trayectoria profesional en Argentina—, y en Lleida, donde tiene su sede la asociación cultural Humoralia, organizadora de este homenaje dentro del marco de la 4ª Bienal Internacional de Humor Gráfico Humoralia 2005. El texto que sigue es una adaptación de los realizados por Marcelo Niño y César Da Col para dicha muestra. Esta biografía pudo llevarse a cabo gracias a los aportes de la ilustradora Aninés Macadam —hija de Juan Oliva—, Siulnas, Raúl Manrupe y diversos profesionales de la gráfica, además de los artículos escritos por Giannalberto Bendazzi, Norberto Petrucci, entre otros”.
“Joan Oliva i Grau, conocido artísticamente como Juan Oliva, nació en Organyà, Catalunya (España), el 19 de agosto de 1910. Formado profesionalmente en Argentina (donde vivió hasta su fallecimiento, en el año 1975), fue un dibujante de enorme creatividad en el campo de la historieta, el humor gráfico, la ilustración y la publicidad, además de ser uno de los pioneros del Dibujo Animado nacional. Como reza uno de los folletos que promocionan su estudio de animación, Juan Oliva fue, sin lugar a dudas, un "¡Orgullo de la Cinematografía Argentina!" “.
“Posiblemente todo comenzó en el año 1922, en una sala de cine de Barcelona, cuando el pequeño Juan Oliva se sintió atraído por la proyección de un film de animación realizado por el pionero cinematográfico Emile Cohl. En ese preciso instante nació su inquietud de hacer realidad un sueño: concretar sus propias películas de animación. Ya adolescente —y merced a su energía emprendedora—, logró convencer a su familia para trasladarse a la Argentina, arribando a Buenos Aires en el año 1928. Al poco tiempo comenzó a trabajar en la gráfica de manera profesional, dibujando caricaturas para los periódicos Última Hora, El Diario y en la revista Antena. Gracias a estos trabajos, fue convocado por la publicación Mundo Argentino para la realización de sus portadas, hecho que significó el comienzo de la gran trayectoria de Juan Oliva. Siguiendo su sueño de realizador cinematográfico, entre 1932 y 1938 formó parte del estudio de animación de Quirino Cristiani, otro pionero del dibujo animado a nivel mundial. Con Cristiani se destacó como animador en el corto El Mono Relojero (1938), cuyas voces fueron interpretadas por el actor Pepe Iglesias, "El Zorro". Durante ese período contrajo matrimonio con Aurora Sánchez y, producto de este amor, nació Ana Inés Oliva i Sánchez, más conocida en el campo de la ilustración como Aninés Macadam”.
“En 1939, Oliva fundó su propio Estudio de Animación —bautizado C.A.D.D.A. (Compañía Argentina de Dibujos Animados)—, con el máximo fin de producir cortos animados de entretenimiento. Realizó los cortos Desplumando avestruces y La caza del Puma, en donde hace su participación animada el gauchito Rejucilo y su caballo Ciclón. Este emprendimiento personal fue disuelto en 1941, posiblemente por el encarecimiento y falta de material fílmico proveniente de los Estados Unidos y Alemania, países que se encontraban en plena Segunda Guerra Mundial. Tras cerrar C.A.D.D.A., Oliva fue contratado por Kurt Lowe para hacer trabajos de publicidad en la agencia Emelco, empresa donde creó el Departamento de Animación y dirigió hasta 1942. Al cabo de un tiempo, Juan Oliva reorganizó su estudio —con el nombre de "Estudios Oliva"— para dedicarse íntegramente a la animación publicitaria y a la docencia” (11).
Manuel García Ferré “llegó a nuestro país a los 17 años, dejando atrás los sinsabores de la Guerra Civil en su España natal. En Buenos Aires combinó sus estudios de arquitectura con la creación publicitaria, hasta que, en 1952, logró su primer éxito: Pi-pío, personaje adoptado por la revista Billiken. Desde entonces se dedicó de lleno a los dibujos animados. En 1959 formó su propia empresa de publicidad, con la que realizó más de 800 comerciales, entre ellos Los gatitos de lanas San Andrés, ganador del primer Martín Fierro otorgado a una animación. En la década de 1960, los personajes infantiles de los principales medios gráficos y televisivos eran originarios de Estados Unidos y Japón. En 1963, García Ferré le dio vida a Hijitus, un niño humilde dotado de superpoderes que combatía a villanos como el Profesor Neurus, acompañado por personajes entrañables como Larguirucho, conquistó a los más pequeños desde las páginas de Anteojito y, entre 1967 y 1974, desde la televisión, apareciendo en breves tiras diarias y diversos programas didácticos. En 1964, García Ferré creó uno de sus más relevantes éxitos: la revista Anteojito. Dirigida al público infantil, se pobló de personajes de singular genialidad, como Calculín y Petete. Fue el inicio de una labor editorial dedicada a los niños, que incluyó la publicación de clásicos de la literatura hispanoamericana y gran cantidad de material didáctico. Dejó de publicarse en enero de 2002” (12).
“En los 60 aparece el andaluz García Ferré con su estudio. De una serie publicitaria nacieron ‘Anteojito y Antifaz’ que dieron el puntapié inicial para la aparición de la revista homónima y para las ‘Aventuras de Hijitus’, primera serie exitosa animada de la televisión nacional, a la que luego siguieron los cinco largometrajes de la productora, donde ‘Manuelita’ (1999) batió record de taquilla” (13).
“La labor cinematográfica de García Ferré se inició en 1973 con dos filmes: Las aventuras de Hijitus y Mil intentos y un invento, una historia animada por el inefable dúo Anteojito y Antifaz. Petete “fue uno de los principales protagonistas de las producciones de García Ferré. En 1975 llegó al cine y hasta tuvo su propia enciclopedia escolar: El libro gordo de Petete. En 1983 se estrenó Ico, el caballo valiente, película que batió todos los récords de espectadores en el género infantil”. En 1999 se estrenó Manuelita, una recreación del personaje de María Elena Walsh. Pantriste es, hasta ahora, el último personaje de García Ferré y principal protagonista de su película Corazón, las aventuras de Pantriste (2000), donde reaparecen muchas de sus primeras creaciones” (14).
En su libro Entre dibujos, marionetas y pixeles Notas sobre cine de animación, Germán Cáceres señala: "Tal vez toda la gloria de García Ferré se resuma en sus creaciones cinematográficas. (...) El cine de animación de García Ferré emplea con solvencia el movimiento, las angulaciones y las tomas aéreas. Utiliza mínimamente la técnica digital, que pasa inadvertida al espectador. La falta de recursos económicos se hace patente en las escenas de suma acción, que salva apelando a dibujos de polvaredas y de líneas cinéticas. Sus fondos y escenarios son ricos en efectos visuales y poseen un colorido llamativo y encantador. Pero tal vez el más grande de sus tantos hallazgos resida en el original diseño de sus simpáticos y numerosos personajes” (15).
“La obra de García Ferré cuenta con una coherencia total en sí misma, en los aspectos relacionados a tipos de relatos y criterios estéticos de realización. Siempre dirigidas a un público infantil, sus películas revisitan lugares comunes y cuentan con personajes estereotipados; pero la carga de ternura y emotividad que llevan en sí las han consagrado comercialmente y en el corazón de miles de espectadores. Todos sus filmes fueron premiados internacionalmente en festivales especializados en cine para la infancia. Las últimas noticias acerca de García Ferré informan que tiene en marcha unas nuevas Aventuras de Hijitus que tal vez incluyan nuevos personajes” (16).
Manuel Corral Vide nació en Lugo en 1952. “Gallego, de esos que no olvidan ni sus raíces ni sus tradiciones. El Manuel poeta, periodista, pintor y dibujante de trazo incisivo, hace un culto de la buena cocina y de la hospitalidad” (17). “En su condición de hombre de cultura ha publicado libros, realizado más de 40 exposiciones de pintura y dibujo, trabajó como escenógrafo y director de teatro, dirigió revistas y escribió muchísimos artículos periodísticos. Viajó mucho, pero nunca olvidó su origen gallego, promoviendo en cuanta ocasión se le presentó, su cultura y tradiciones” (18).
Notas
1 S/F: “Caras y Caretas” de Adrián Ignacio Pignatelli. Publicado en Historia de Revistas Argentinas. Tomo II . AAER, incluido en www.learevistas.com.
2. Mantecón, Juan Pablo: El humor gráfico en la Argentina “Espejitos de papel”, en www.monografias.com.
3. Varios autores: Enciclopedia visual de la Argentina. Buenos Aires, Clarín, 2002.
4. Lehmann, Graciela: “Muestra itinerante La obra de Ulpiano Checa llegó al Museo de Bellas Artes”, en La Nación, Buenos Aires, 10 de febrero de 2006.
5. S/F: “HISTORIA Castelao” en www.riasbaixas.net.
6. S/F: Juan Carlos Alonso y Pita”, en www.galegos.info.
7. Pérez Leira, Lois: “Federico Ribas: un artista xenial”, en Confederación Intersindical Galega (www.galizacig.com), Vigo, 2 de agosto de 2004. Traducción de MGR.
8. Coppola, Norberto: “Alejandro Sirio”, en www.alejandrosirio.org.ar.
9. Sosa de Newton, Lily: Diccionario Biográfico de Mujeres Argentinas. Buenos Aires, Plus Ultra, 1986.
10. Alonso, Rodolfo: “La Galicia del Plata”, en El Tiempo, Azul, 1º de diciembre de 2002.
11. Niño, Marcelo y Da Col, César: “GALERÍA Juan Oliva”, en Imaginaria N° 163, Buenos Aires, 14 de agosto de 2005
12. Da Col, César: “Dibujos animados hechos por argentinos”. Catálogo de la exposición realizada en julio de 2001.
13. Varios autores: Enciclopedia visual de la Argentina. Buenos Aires, Clarín, 2002.
14. ibìdem
15. Caceres, Germán: Entre dibujos, marionetas y pixeles Notas sobre cine de animación, La Crujía ediciones, 2004. 176 pp. (Aperturas).
16. González, Alejandro R.: “La animación en Argentina Los pioneros: Cristiani y Ducaud bajo el ala de Valle”, en www.miradas.eictv.com.cu, 17 de octubre de 2005
17. S/F: “BIENVENIDOS A VIDES, TAPAS Y VINO La sencilla calidez de una tasca”, en www.videstapas.com.
18. S/F: “Cocina Celta de Manuel Corral Vide”, en www.labasicaonline.com.ar.
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Franceses
“A finales de la primera mitad del siglo XIX se empezó a dar un fenómeno que persiste hasta hoy en día la Caricatura Política de Indole Satírico. (...) en 1863 se funda El afamado Semanario El Mosquito.(...) A diferencia de las anteriores caricaturas políticas en este caso eran la atracción principal de la revista, es decir no adornaban noticias o notas y era de carácter profesional (en cuanto al tema de la caricatura) e independiente (no seguía ningún tipo de línea política, su ideología era molestar a los políticos con humor). Su tirada inicial era de 1500 ejemplares de 4 páginas y se distribuía por suscripción. Su primer caricaturista y uno de sus fundadores fue el francés Henri Meyer (1844 - 1899) También franceses serian la mayoría de los caricaturistas que pasen por sus paginas: Adam; Julio Monniot, Ulises Advinent. Otros autores Henri (Enrique) Stein, Carlos Clérice (el único de los ilustradores nacido en la Argentina, pero de padres franceses),(...),Faría, Demócrito (seudónimo del español Eduardo Sojo, que se haría caricaturista célebre desde las páginas de Don Quijote, una talentosa y combativa publicación satírica) y E. Damblans (otro francés que compartió la portada con el director propietario y lo reemplazó cuando éste hizo un largo viaje por Europa)” (1).
“Una mirada sobre la prensa francesa en la Argentina no puede dejar de mencionar la trayectoria de "El Mosquito" que salió entre mayo de 1863 y julio del 93. Fue fundado por el alsaciano Henri Meyer pero alcanzó mayor notoriedad como su principal figura, el también francés Henri Stein . Era una publicación independiente, satírica y burlesca, que no dejó pasar ningún suceso del país o de la ciudad sin que la pluma o el lápiz de sus colaboradores lo reflejasen con humor y veracidad. Supo encontrar para todos los personajes destacados la caricatura que exaltaba el detalle físico o el aspecto de su personalidad que mejor lo representaba: la galera y el poncho de Urquiza, la naríz de Adofo Alsina, el cigarro de Mitre, la corta estatura de Avellaneda, el mentón de Sarmiento” (2).
María Angeles Esles nació en Francia el 21 de noviembre de 1945; se naturalizó “argentina en 1964, año en que egresó como maestra. Estudió en las Escuelas Nacionales de Bellas Artes ‘Manuel Belgrano’ y ‘Prilidiano Pueyrredón’, donde obtuvo su título de profesora de pintura. Se perfeccionó con distintos maestros en dibujo y pintura. Es profesora en la Escuela de Estética Infantil, cargo obtenido por concurso, y en escuelas primarias. A partir de 1978 obtuvo premios en los salones Nacional y Alba, y en el Ateneo Popular de La Boca. (...) Sus obras se encuentran en colecciones privadas” (3).
Notas
1. Psicofxp: “ENCICLOPEDIA DE LA HISTORIETA EN ARGENTINA, Prehistoria de la historieta Argentina (hasta 1910)”, en www.psicofxp.com.
2. S/F: “La prensa francesa en el Río de la Plata”, en www.embafrancia-argentina.com.ar.
3. Sosa de Newton, Lily: Diccionario Biográfico de Mujeres Argentinas. Buenos Aires, Plus Ultra, 1986.
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Holandeses
El pintor, fotógrafo y galerista Frans Van Riel nació en 1879; falleció en Buenos Aires en 1950. “De origen holandés, perteneciente a una familia de marchands de arte y nacido en Roma, llegó a Buenos Aires en 1907 para trabajar como escenógrafo y se estableció en esa ciudad. Luego desarrolló su vocación múltiple: colaboró en el diario La Prensa como dibujante (1907-1922) y en 1913 instaló su primer estudio en Viamonte y Florida (Buenos Aires) pero en 1923 descubrió las posibilidades que ofrecía un conventillo de treinta habitaciones ubicado en Florida 659, al que refaccionó y convirtió en la célebre Galería Frans Van Riel. (...)” (1).
Notas
1 Varios autores: Enciclopedia Visual de la Argentina. Buenos Aires, Clarín, 2002.
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Húngaros
El pintor y dibujante Ladislao Magyar nació en Budapest, Hungría, en 1937. “Argentino naturalizado, egresó de la Escuela Superior de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón y comenzó su carrera en 1957, exponiendo en Buenos Aires, La Plata y Mar del Plata. Enseñó pintura, dibujo, diseño e historia del arte. Hizo muestras en España, Rumania, Italia y Brasil, entre otros países. En la Argentina recibió premios como el Nacional Batlle Planas (1976), el del Salón Anual del Museo San Martín de Morón (1982) y el de dibujo en el Salón de Rosario (1987)” (1).
La arquitecta y pintora Anikó Szabó, hija de padres húngaros, nació en Alemania en 1945. Es argentina naturalizada. “Comenzó a dibujar desde muy joven, dedicándose luego a la pintura al óleo. Sus obras rescatan a Buenos Aires de un modo ‘naive’ o ingenuo. A partir de 1975, sus pinturas se hicieron populares a través de láminas y tarjetas postales. Desde 1977 es coordinadora de las Tarjetas de Navidad del Patronato de la Infancia. Muchas de sus obras están en poder de coleccionistas y Museos de Arte Naif de Europa” (2). “Colaboró como ilustradora en las revistas Maribel, Vosotras, etc., y el diario La Prensa. Ejerció la docencia en las Facs. de Arquitectura de La Plata y Buenos Aires hasta 1976, dictando materias afines con la plástica. (...) En 1984 la Enciclopedia Mundial de L’Art Naif, editada en Yugoslavia, la incluyó como representante de la Argentina entre los pintores de mayor éxito en el mundo” (3).
Notas
1. Varios autores: Enciclopedia Visual de la Argentina. Buenos Aires, Clarìn, 2002.
2. ibídem
3. Sosa de Newton, Lily: op. cit.
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Italianos
De la isla de Capraia, donde había nacido en 1844, vino Epaminonda Chiama, quien llegó a Buenos Aires a los diecisiete años. Aquí “su padre se dedicaba a hacer marcos de cuadros y vender artículos de ferretería. El niño era aficionado al dibujo, ya que había cursado en el Liceo de Génova algunas clases elementales. Uno de los clientes de su padre lo ve realizar un estupendo dibujo ecuestre y se ofrece a darle clases gratuitas, con gran honestidad, el maestro que se llamaba Luigi Novarese, a los pocos meses le manifiesta al padre que no tiene nada más que enseñarle al joven alumno, ya que las obras que realizaba eran de una calidad superior”. “Chiama comienza a exponer sus obras en el Café Italia, y son los inmigrantes italianos sus primeros compradores”. Muere en Buenos Aires en 1921 (1).
Mario Zavattaro fue “un inmigrante genovés que se documentó exhaustivamente antes de emprender la tarea que se había impuesto: ilustrar cada uno de los 33 cantos del libro. Ex luchador grecorromano, Zavattaro consultó manuscritos de Hernández y 120 fotos camperas que había tomado Francisco Ayerza entre 1885 y 1890; incluso pasó meses en una estancia para conocer ranchos, pulperías y gauchos reales. Luego, se encerró a pintar en los ratos libres que le dejaba su trabajo en Caras y Caretas. El resultado fueron 36 acuarelas, a cual mejor y más detallista. El genovés murió en 1932 sin dar a conocer sus obras” (2).
El pintor, escultor y docente Octavio Fioravanti nació en Civitanova en 1894. “Vino muy niño a la Argentina. La vocación fue en él un signo temprano. A los once años se aproximó al arte en calidad de marmolista, y acudió a un pintor para estudiar dibujo. El maestro –modesto guía sin duda- se llamaba Fernando Santilli, a quien recurrió también su hermano José, el estatuario. El oficio de marmolista lo retuvo por más de una década. Luego se hizo ilustrador. Dibujó para revistas. Vivió luego consagrado a la docencia y a su arte dual, aún cuando dedicó a pintar las horas más continuadas de sus fervores. En rigor, Fioravanti fue el maestro de sí mismo (...)” (3).
Quirino Cristiani, nacido en Italia en 1896, fue dibujante, director, guionista y animador. “Figura relevante en el cine de animación, en 1917 realizó El apóstol, primer largometraje con dibujos animados de la historia, de una duración de una hora y diez minutos. Se trataba de una sátira sobre el presidente Hipólito Yrigoyen, su política personalista y otros acontecimientos de actualidad. En 1916, integrando el equipo de Actualidades Valle, primer noticiero argentino semanal que se emitía cada jueves en los cines, realizó el corto animado La intervención en la provincia de Buenos Aires, que duraba dos minutos y medio. En 1931 estrenó Peludópolis, un nuevo acercamiento humorístico al yrigoyenismo. Esta producción llegó a manos de Walt Disney, quien le propuso a Cristiani trabajar en los Estados Unidos, propuesta que rechazó” (4).
En el catálogo de la exposición “Dibujos animados hechos por argentinos”, expresa César Da Col que en la misma se realiza “un homenaje a quien fuera uno de los grandes pioneros de la animación mundial el ítalo-argentino Quirino Cristiani cuyo corto ‘Sin dejar rastros’ fue censurado por el Gobierno Nacional en 1918. El dibujo animado argentino tiene una historia riquísima y muy respetada a nivel mundial. Cristiani realizó en Argentina el primer largometraje de animación a nivel mundial, ‘El Apóstol’, en 1917” (5).
“Quirino Cristiani había llegado a nuestro país a la edad de tres años, desde su Italia natal, en el 1900. Para 1914, su habilidad natural para el dibujo le había facilitado un puesto en el diario Última Hora, donde dibujaba las caricaturas que acompañaban a las noticias. A raíz de esto, el cinematografista Federico Valle -otro italiano, que en 1911 fundó un laboratorio para titulaje de filmes y que fue expandiéndose hasta tener su propia productora- le pidió que realizara algo semejante para su noticiero semanal; el Actualidades. Recuerda Cristiani: “Mi parte era la preparación de un dibujo que salía en la pantalla como una mano que se movía rápidamente mientras dibujaba al personaje y al globo donde escribía el chiste... Era el mismo sistema: se quitaban fotogramas y la proyección salía rapidísima. Un buen día Federico Valle me dice: “Sus dibujos son muy comentados. Pero como el cine es movimiento, tiene que darle movimiento a sus dibujos...” Lo estudié mucho y le aseguro que me quitó horas de sueño. Pero al final lo conseguí. Recorté la figura del entonces presidente Yrigoyen y filmé fotograma por fotograma mientras iba moviendo la figura. Cuando Valle lo ve, dice: “Sí, es algo movido, pero en realidad parece que estuviese patinando.” ¡La Madonna Santa! Era fácil decirlo pero difícil hacerlo... Bueno, entonces decidí cortar la figura en sus trozos anatómicos y las cosí con hilo. Lo filmé cuadro por cuadro moviendo las partes y así fue como Yrigoyen comenzó a moverse.” (1) Enseguida lo registré, y si le interesa le digo que el número número de patente es el 15.498.” (2) Este experimento constituyó parte de un corto llamado La intervención de la provincia de Buenos Aires, incorporado al noticiero de Valle, donde se satirizaba al gobierno de Marcelino Ugarte. El público porteño de la época no se explicaba cómo se había logrado esa ilusión; y el éxito fue tan grande que Valle, tentado por ese espíritu que caracteriza a los pioneros, decidió realizar la película que pasaría a ser el primer largometraje de animación de la historia del cine: El Apóstol” (6).
Alcides Gubellini nació en Bolonia en 1900. “Se graduó en la Escuela de Bellas Artes de Bolonia, estudiando también en Florencia, donde incursionó en el campo de la escultura. Completó su formación en Roma, en los talleres de los pintores Spadini y Mestrovich. Adversario del fascismo, emigró a América en 1928 y se radicó en Buenos Aires, donde se hizo conocer pronto en la prensa porteña con sus dibujos y caricaturas políticas. Con motivo de una de sus exposiciones, escribió el diario ‘La Prensa’ en 1946: “Retratista subjetivo de hondura indiscutible, para quien lo material vive sólo una idea lejana, que logra ubicar en lo visible con prescindencia de lo meramente corpóreo’. En 1950 el Salón Nacional de Artes Plásticas otorgó un premio a su obra ‘Marinela’. Cultivó el óleo, la acuarela, el gouache, y sus terracotas y esculturas, con cierto matiz caricaturesco, le conquistaron general reconocimiento. Se dedicó a la docencia y formó a numerosos artistas argentinos. Murió en Buenos Aires, en 1957” (7).
“En 1931, el eximio dibujante italiano Bruno Premiani empieza una larga y prestigiosa trayectoria con “Visto y Oído”, una página semanal sobre temas de actualidad” (8). Tres años después lo conoce León Poch, quien escribe: “A Bruno Premiani, nacido en Trieste en la primera década del siglo XX lo conocí en el diario Crítica en el año 1934, donde formábamos parte del equipo de dibujantes y ligados por una amistad que duró hasta el fin de sus días. Además de ser un extraordinario dibujante, era un hombre de una sólida cultura y saber, imbuido de los valores del arte renacentista y de las grandes ideas humanistas y morales. Como no-judío, sus conocimientos de judaísmo que trajo de Italia eran algo escasos, pero su sed por conocer más y más era insaciable. Entre sus historietas de ‘Vidas Célebres’ y ‘Grandes Obras Literarias’ –publicadas y admiradas en varios países- nunca faltaba alguna figura judía. (...) Fue también un multifacético conocedor de la anatomía y razas equinas y como tal, autor de un bien documentado libro ‘El Caballo’. Esta obra ricamente ilustrada es considerada hasta hoy, a través de sus numerosas ediciones, un verdadero clásico. Para su último libro, que estaba escribiendo, sobre Esoterismo, Cristianismo y sus orígenes judíos, se nutría constantemente de mi biblioteca, para este último tópico, hasta que la muerte lo sorprendió en 1984. Acerca de esta obra, él mismo solía expresar con frecuencia que ‘los curas nunca me lo van a perdonar y además estoy seguro de no encontrar aquí a un editor que se atreva a publicarlo’ “ (9).
Mirco Repetto nació en 1915. “Era 1996. Mirco Repetto, dibujante y argumentista, creador de La Vaca Aurora y responsable de los argumentos de las historietas de Anteojito e Hijitus, de García Ferré, tenía 81 años que parecían 60. Vivía en un departamento de la calle Mansilla, y había vuelto a casarse con su primera mujer, después de enviudar dos veces. Con Lita, su primera y última mujer, habían hecho un viaje en moto hasta San Luis, con las dos hijas muy pequeñas embutidas en un sidecar, y ahora dormían en casas separadas. "Yo inventé el estilo Mia Farrow-WoodyAllen", decía. La charla de aquel día de abril de 1996 -hacía calor, él era un hombre pequeño y seco, formaba parte de un proyecto sobre el humor gráfico argentino que la Revista terminó por no publicar. Elena, una de sus hijas, dice hoy que a él le hubiera gustado estar en estas páginas. El 4 de febrero último, Mirco murió de un ataque al corazón que lo salvó piadosamente de un desgaste que no hubiera querido. Aquella tarde de abril, hace tres años, Mirco decía, con tonito zumbón y como si nada fuera a pasarle: .. -Nací en la Liguria; Italia. Con mis amigos cazábamos lagartijas y se las regalábamos a un boticario que nos daba caramelos de orozú. Algún experimento haría, y cuando creé al Chif, de La Vaca Aurora, me inspiré en él. Yo también soy el Chif: soy naturista y me cocino, mi estómago es como el estómago de la vaca, mi laboratorio. Me indigesto, me empacho, pero soy partidario de Hipócrates, que decía: Que tu alimento sea tu remedio. Si estoy cansado mentalmente, como polenta de mijo que tiene mucho fósforo, lecitina y magnesia. La Vaca Aurora se publicó por primera vez en la revista Cara Sucia, de Billy Querosene, el 24 de julio de 1940. "Érase que se era una vaca llamada Aurora, un tanto coqueta y caprichosa, muy amante de la música y los bombones. Su existencia transcurría apaciblemente en una chacra, hasta el infausto día en que fue vendida a un tal Nicodemo, boticario del pueblo de Chismes, sujeto catalogado como nigromante, adivino, brujo y apasionado por todo lo que se relacione con la magia negra", recitaba Mirco, sin que la memoria le pidiera respiro. -Aurora nunca habló ni pensó. Mugía, eso sí, la saqué después en Mundo Infantil, hasta 1956: salió en la revista Episodio, y después me la pidió García Ferré, para republicarla en Anteojito. Hice algunos argumentos nuevos en los años 70; de esa época son los últimos. Le agregué un personaje, un viejo criollo que tenía allá en mi rancho, en Paso del Rey, un tipo ladino, que era el jefe de Ios ladrones. Floripondio, el ayudante del Chif, estába inspirado en uno de mis compañeros de la primaria. Gordito, coqueto, pedante, veía películas yanquies y quería hablar en inglés, saludaba: Hello, boys. Nos tenía hartos iDecía cada chambonada! El boticario era excéntrico. Decía que si las vacas comen pasto y dan leche, si comían manzanas podían dar sidra. Ahora existe la leche fortificada y mi boticario ya la había creado: le daba de comer cemento a la vaca para que diera leche fortificada” (10).
Libero Badíi nació en Italia en 1916. “Arribó al país en 1927. Sus primeros aprendizajes artísticos los adquirió en la marmolería de su padre. Luego estudió en la Escuela Nocturna de Artes Decorativas y en la Escuela Superior de Bellas Artes Ernesto de la Cárcova (1940-44). Trabajó en el taller de J. Fioravanti, en el monumento a la Bandera, y en de Carlos de la Cárcova. Obtuvo los premios de Dibujo, Salón Buenos Aires, Escultura, II Salón de Mar del Plata y Ministerio de Justicia en el Salón Nacional., el Segundo Premio de Escultura en el Salón de Rosario, el Gran Premio de Honor ‘Presidente de la Nación Argentina’, en el XII Salón de Arte de Mar del Plata y el Gran Premio de Honor en el XLIII Salón Nacional de Artes Plásticas, el Premio Palanza. En 1979 es publicado por Emecé el libro Arte Siniestro. En 1980 comienza a dedicarse exclusivamente a la pintura. Entre 1982 y 1983 se publican sus libros Frases Espontáneas y Vivencias. Recibió el Premio Internacional de la Bienal de San Pablo, Brasil, por ‘Los Muñecos’, el Gran Premio Consagración de la Provincia de Buenos Aires, el Gran Premio Fondo Nacional de las Artes. el Gran Premio Consagración Nacional. Falleció en Buenos Aires, en 2001. En 2002 se lo distinguió póstumamente con el Premio Konex de Honor de Artes Visuales. Diez años antes había recibido el Diploma al Mérito en Escultura: Quinquenio 1982-1986, y en 1982, el Diploma al Mérito en Escultura Figurativa” (11).
El arquitecto y pintor Clorindo Testa nació en Benereto, Nápoles, en 1923. “Llegó a la Argentina siendo niño y estudió en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Buenos Aires, graduándose en 1947. Luego obtuvo una beca para perfeccionar sus estudios en Europa. En 1956 ganó el concurso para realizar el Centro Cívico de Santa Rosa, La Pampa, y, en 1959, alcanzó reconocimiento mundial tras realizar la sede del Banco de Londres en Buenos Aires, junto al estudio SEPRA. En 1960, junto a sus colegas Francisco Bullrich y Alicia Cazzaniga, se impuso en el concurso de proyectos para la nueva Biblioteca Nacional. En 1970 realizó el Hospital Naval y en 1982 diseñó la reutilización del convento y asilo que se transformaron en el Centro Cultural Recoleta. Como artista plástico, en 1957 integró el grupo Siete 7 pintores abstractos, en 1961 obtuvo el Primer Premio de Pintura del Instituto Di Tella y en 1975 integró el grupo CAYC, con el que ganó el Gran Premio de la Bienal de San Pablo en 1977. Es miembro de la Academia Nacional de Bellas Artes” (12).
“Un pequeñísimo inmigrante ilegal –escribe Carolina Muzi. Así fue como arrancó su historia en este país Clorindo Testa, un bebé de tres meses que, a upa de su mamá, quedó demorado muchas horas en un barco mientras afuera, en el puerto de Buenos Aires, la discusiones en torno a su ingreso, que sí que no, arreciaban entre su padre y los funcionarios de migraciones. (...) Hijo de Juan Andrés, un médico radiólogo afincado en el país desde 1910, y de la argentina Ester García, Clorindo Testa (también Manuel José pero sólo de bautismo) nació el 10 de diciembre de 1923 en Nápoles, por designio romanticista de su papá, quien se embarcó con su mujer embarazada para que el primogénito conociera la luz en la tierra de sus mayores. ‘Pero al volver, al viejo no se le ocurrió que tenía que anotarme en el consulado argentino, pensó que si venía con ellos alcanzaría con el registro civil italiano’, explica” (13).
“En las últimas tres décadas –escribe Jorge López Anaya-, sin apartarse de su ideología de la austeridad estética, Testa creó lo más notable de su obra. Durante esos años realizó una serie de instalaciones con títulos como Habitar, trabajar, circular y recrearse, La peste en la ciudad y La peste en Ceppaloni, plenas de alegorías. En La peste en Ceppaloni (1978), quizá la más recordada, exhibió un conjunto de escenas sucesivas y discontínuas en las que relató el drama de la peste bubónica (la peste negra), que entre los siglos XVI y XVII asoló a los pueblos del valle Caudino, entre los que estaba Ceppaloni (tierra de sus antepasados). Utilizó fotocopias, dibujos y pasteles, algunos de grandes dimensiones, para representar los planos de la ciudad, el castillo aragonés construido sobre una fortaleza romana con plantas y cortes, el retrato de Massaniello, líder revolucionario que fue decapitado, y muchas otras escenas y personajes” (14).
“Hugo Pratt nació el 15 de Junio 1927 en una localidad muy cercana a la ciudad italiana de Rimini. Aunque él mismo se consideraba veneciano al pasar su infancia en ésta ciudad. (...) el propietario de la editorial Abril, Cesar Civita, invita a Pratt y Faustinelli a que trabajen para él. No lo dudan y acuden todos los componentes del "grupo veneciano" a excepción de Bellavitis y Battaglia. Durante los años que permanece en América del Sur Pratt atraviesa la Pampa, traba amistad con el cantante de jazz Dizzy Gillepsie, canta en una orquesta... Pero sobre todo realiza muchísimos dibujos así como diversos guiones. Participó en series como Junglemen (1950), El cacique blanco (1951), y Legión extranjera (1953). Con guión de A. Ongaro. (...) En esta época conoció a Hector Oesterheld, y comenzó a dibujar sus series más importantes hasta ese momento: Sargento Kirk (1953-1959), Ticonderoga (1957) y Ernie Pike (1957). Estos dos últimos dentro de la Editorial Frontera. Las colaboraciones con Oesterheld representan un punto de inflexión dentro del estilo de dibujo que Pratt había mantenido hasta el momento. Se alejó de los modelos norteamericanos y comenzó a desarrollar su propio estilo, tanto a nivel gráfico como narrativo, desembocando en la realización de series propias como Ana de la Jungla (Ann y Dan, 1959), El Capitán Cormorant (1962) y Wheeling (1962), siendo esta última secuela de Ticonderoga. (...) 1962 Regresa a Italia, dado que la crisis económica en Argentina no le permite continuar trabajando como dibujante. Aunque continuará realizando numerosos viajes a América del Sur para visitar a la hija que tuvo con una mestiza y a un hijo que tuvo tras una estancia entre los indios Xavantes (de Brasil). Pratt trabaja entonces como dibujante para la publicación infantil Corriere dei Piccoli hasta 1967. 1964-1965 Nacen Silvina (1964) y Jonas Pratt (1965) en Buenos Aires (...)” (15).
“Era flaco y de pelo oscuro, pero quería ser gordo y rubio como Hugo Pratt y crear personajes increíbles como Corto Maltés. ‘Quería dibujar historietas, mi primer amor: Fue a principios de los años 70. Iba a la Escuela de Bellas Artes y en mis bolsillos llevaba ejemplares de Hora Cero o Frontera, las biblias de los devotos de las historietas”, ríe nostálgico Adolfo Nigro, sentado en el piso de su taller mientras prepara el envío de las obras para la muestra retrospectiva que inaugurará en el Centro Cultural Recoleta los primeros días de marzo” (16).
Juan Zanotto nació en 1935. “A los 13 años vino a la Argentina y vivió en Villa Pueyrredón. Dibujó recordadas historietas como Henga, Bárbara, Wakantanka y Horizontes perdidos, que fueron publicadas en cuatro continentes. Trabajó en revistas como Hora Cero, Skorpio y varias de la editorial Columba. Actualmente reside en San Andrés”. Acerca de su llegada a nuestro país, manifiesta: “Yo llegaba de Italia y mis primos, que vivían acá y nos habían ayudado a viajar a la Argentina, nos consiguieron unas piezas en una casa de Villa Pueyrredón, en la calle Habana, casi esquina Artigas. Allí empezamos a vivir y conocimos la tranquilidad”. Evoca el surgimiento de Wakantanka: “Yo conocí a Oesterheld en la època final de Hora Cero. Entonces yo trabajaba para la Editorial Fleetway de Inglaterra y quería publicar también acá. Me contacté con él y me dio la oportunidad de hacer unas historietas, que salieron en los últimos números de Hora Cero. Luego trabajé con él en distintas oportunidades, ilustrando las tapas de los libros Bull Rocket en versión de novela. Después, cuando empezó a formar parte del equipo de Récord, teníamos un contacto diario y en las tantas charlas que tenía con él le decía siempre que me fascinaba el tema de la guerra entre los ingleses y los franceses en Canadá, la época de El último de los mohicanos. Y un día Héctor me trajo el guión de ocho episodios de la historieta Wakantanka” (17).
Notas
1. Gutiérrez Zaldívar, Ignacio: Catálogo de la muestra de Epaminonda Chiama en Galería Zurbarán. Buenos Aires, Agosto-Septiembre de 2000.
2. Heller, Diego: “Las caras de Fierro”, en Clarín Viva, Buenos Aires, 16 de junio de 2002.
3. Varios autores: Enciclopedia Visual de la Argentina. Buenos Aires, Clarìn, 2002.
4. Petriella, Dionisio y Sosa Miatello, Sara: Diccionario biográfico ítalo-argentino. Buenos Aires, Asociación Dante Alighieri, 1976. En www.dante.edu.ar.
5. Da Col, César: Catálogo de la exposición “Dibujos animados hechos por argentinos”, Julio de 2001.
6. González, Alejandro R.: “La animación en Argentina Los pioneros: Cristiani y Ducaud bajo el ala de Valle”, en www.miradas.eictv.com.cu, 17 de octubre de 2005
7. Varios autores: Enciclopedia Visual de la Argentina. Tomo III. Buenos Aires, Clarìn, 2002 / Petriella, Dionisio y Sosa Miatello, Sara: op. cit.
8. Cáceres, Germán: “Orígenes de la historieta argentina”, en El Muro / La guía cultural de Buenos Aires.
9. Poch, León: Cosas y Casos Judíos. Buenos Aires, Milá, 2003.
10. Fraticola, Paola L.: “Mirco Repetto: El papá de la vaca Aurora”, Contenidos extraídos de la revista "Especiales del siglo XX", del diario La Nación.(Argentina). Texto publicado en www.imageandart.com.
11. S/F: “Libero Badii”, en www.fundacionkonex.com.ar
12. Varios autores: Enciclopedia Visual de la Argentina. Buenos Aires, Clarìn, 2002.
13. Muzi, Carolina: “En el nombre del arte”, en Clarín Viva, Buenos Aires, 22 de junio de 2003.
14. López Anaya, Jorge: “Homenaje a los olvidados”, en La Nación, Buenos Aires, 18 de enero de 2004.
15. S/F: “Hugo Pratt”, en www.dreamers.com.
16. Aubele, Luis: “A boca de jarro Adolfo Nigro ‘Toda obra de arte es una síntesis de las anteriores’ “, en La Nación, Buenos Aires, 8 de febrero de 2004.
17. Debiase, Ian: “Juan Zanotto ‘Me encanta contar las historias que sueño’ “, en El Barrio Periódico de Noticias. Buenos Aires, Setiembre de 2003.
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Peruanos
Julio Málaga Grenet “Vino al mundo en Arequipa en 1886, pero su verdadero nacimiento artístico se produjo en 1904 cuando dio a luz a su primer trabajo como dibujante en la revista Actualidades. Sin proponérselo, con su trazo elegante e irónico, Málaga Grenet daría inicio al género de la caricatura en el Perú, que luego se haría célebre con la aparición de Monos y Monadas en 1905. (...) En la capital porteña Málaga Grenet llegaría a ser director artístico de la revista Caras y caretas, que será una de las publicaciones que más contribuirá a la difusión de la caricatura y la historieta en América Latina, y será también colaborador en la revista Mundo Argentino. Gracias a esta fructífera estancia, obras suyas figuran en la colección del Museo de la Caricatura 'Severo Vaccaro' de Buenos Aires. Fundado en 1945, éste es el único museo de su tipo en todo el continente y, sin duda, uno de los pocos existentes en el mundo” (1).
Notas
1. Tarazona, Emilio: “El trazo y la risa La caricatura y los 120 años del nacimiento de Julio Málaga Grenet”, en www.elcomercioperu.com.pe, 24 de febrero de 2006.
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Polacos
“León Poch, nacido en Polonia, llegó a Buenos Aires en 1928, siendo un adolescente de 15 años y al darse a esta tierra, ella le dio –con la revelación de su vitalidad de pueblo joven- todo lo que él necesitaba para la formación de su personalidad. En Buenos Aires estudió; en Buenos Aires optó por la ciudadanía; en Buenos Aires se manifestó su vocación y en Buenos Aires formó su hogar, donde nacieron sus tres hijas, porteñas. Realizó estudios en la Escuela Nacional de Bellas Artes bajo la dirección del Maestro Pío Collivadino; obtuvo el título junto con el primer premio ‘Carlos Ripamonte’. Eligió como medio de vida la actividad publicitaria, alternada luego con el periodismo. La gran oportunidad se la dio don Natalio Botana al incorporarlo al equipo estable de dibujantes del diario ‘Crítica’. En esa misma época nació su vínculo con la revista ‘Patoruzú’, para la que dibujó ininterrumpidamente –desde su aparición hasta el cierre, durante cuarenta y dos años- sus inolvidables ‘Temas porteños’. Colaboró también en muchas otras publicaciones periodísticas. Grandes del teatro –Maurice Schwartz, Joseph Buloff, Ben Ami y otros- montaron sus obras en Buenos Aires y en Nueva York sobre bocetos de escenografías de Poch. Su obra ha trascendido por medio de muestras individuales y colectivas; murales y tapices embellecen numerosas instituciones, establecimientos de enseñanza y residencias particulares; sus cuadros forman parte de pinacotecas de Buenos Aires, Nueva York, Jerusalén y Sidney. No hizo envíos a Salones Nacionales, excepto dos únicas veces: al Salón de Santa Fe y al Salón del Fondo Nacional de las Artes, y en ambas oportunidades recibió la más altas distinciones. Se editaron 2 carpetas: ’24 Dibujos.de Israel’ y ‘Judíos de mi infancia’ con 32 dibujos y glosas del poeta y escritor Simja Sneh. Sus ojos de 90 años aún siguen descubriendo nuevas formas, colores, luces y sombras en un mundo cambiante que sin embargo no le es ajeno porque siempre ha mantenido joven la mirada” (1).
Ian “Es polaco –nacionalidad de moda- desde que nació en Varsovia en 1935. Se llama Juan Harczyk y tenía once años cuando vino a la Argentina. Dibuja para La Voz del Interior desde 1965 y publica en Los Andes, de Mendoza, desde 1972. Pero el conocimiento masivo de Ian proviene de dos medios ejemplares de los años setenta: Hortensia y Clarín. En el matutino comenzó a publicar sus ‘Chispazos’ en el ’71, antes que se produjera la revolución de la página posterior que culminó con su total nacionalización. Hoy en día se alterna con Aldo Rivero en la ubicación de ‘al fondo a la izquierda’. En la revista de Cognini estuvo y está desde el primer número. Allí creó su personaje Doña María y ha venido desplegando su humor preferentemente mudo desde entonces. Los blancos y silenciosos señores y señoras de Ian –con ese piso tan marcado que casi parecería que va a subir, como el de un aviso oficial de meses atrás...- visitan regularmente otros medios del interior del país como Gaceta de La Plata, el suplemento 'La Yapa’ de Los Principios de Córdoba, y la sección semanal humorística de Epoca, de Corrientes. Sin embargo, sus dibujos han ido mucho más lejos y cruzado el Gran Charco para establecerse en las páginas de la intelectualísima y siempre renovada Alter alter de Milán. Lo de Ian no se parece demasiado –en la prolija caligrafía, los delineados, retacones personajes- a lo que la generalidad entiende por modernidad expresiva. Lo suyo, clásico sin necesidad de definiciones, tiene la vigencia de una línea de humor tan reconocible como consecuente“ (2).
Notas
1 S/F: en Poch, León: Cosas y Casos Judíos. Buenos Aires, Milá, 2003.
2 S/F: “Ian”, en Muestra de humor. Dir.: Mario Rosales. Sala Carlos Morel, Teatro Municipal General San Martín, Buenos Aires, 6 de noviembre al 6 de diciembre de 1981.
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Rusos
Jacobo Fijman nació en Besarabia en 1898. Falleció en Buenos Aires en 1970. “Lo trajo su familia a la Argentina en 1902: se instalaron primero en Buenos Aires, después en Rìo Negro y finalmente en Lobos, donde Jacobo cursó sus primeros estudios. Su padre era ferroviario. Fijman llegó a Buenos Aires en 1917; aquí se graduó como profesor de francés y tuvo su primera internación por problemas mentales. Colaboró en el suplemento cultural del diario Crítica. Viajó a Francia, donde conoció a André Breton y a Artaud, con quienes intercambió lecturas y discutió desde el recrudecimiento de su misticismo religioso. (...) Ediciones del Dock acaba de publicar en un solo tomo casi todos sus poemas. Jacobo Fijman, de él se trata, fue uno de los más brillantes exponentes de la vanguardia surrealista argentina de los años 20. Murió demente, olvidado y despreciado en la morgue del Hospital Borda, en 1970. La edición que compila gran parte de su obra fue presentada por el director del volumen, Santiago Silvestre, en la Biblioteca Nacional, de donde, como lector, fue expulsado por desórdenes varios en 1942. Los poemas que se publican en Jacobo Fijman, poesía completa pertenecen a los libros Molino Rojo (1926), Hecho de estampas (1930) y Estrella de la Mañana (1931). Luego, el libro trae poemas de juventud y dibujos, que fueron facilitados por el escritor Daniel Calmels. (...) Del Dock no está sola en este rescate. En el transcurso de este año, el poeta Alberto Arias, estudioso de la obra de Fijman, planea la salida de Obras (1923-69), un ambicioso trabajo en tres tomos: Poemas encontrados; Narraciones, ensayos, notas y cartas y Obras plásticas: dibujos, pinturas y pasteles” (1).
En abril de 2003, “En la Galería Rubbers se presenta una exposición de dibujos de Jacobo Fijman (1898-1970), uno de los poetas de la generación de 1922 que, de la mano de Leopoldo Marechal, compartió la amistad de los integrantes del periódico Martín Fierro. (...). Sólo en 1968 fue redescubierto por algunos poetas que reivindicaron su obra. Con los años, Fijman había atesorado cuidadosamente sus únicos bienes: los poemas y los dibujos. En la misma galería dirigida por Natalio Jorge Povarché, en 1969, se realizó un homenaje a Fijman luego de su larga desaparición” (2).
Notas
1 Sánchez, Ezequiel: “Jacobo Fijman: publican la obra del poeta que vivía en el Borda”, en Clarín, Buenos Aires, 28 de junio de 2005.
2. López Anaya, Jorge: “Muerte, violencia y locura”, en La Nación, Buenos Aires, 13 de abril de 2003.
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Suizos
Adolfo Mettfesel, pintor, dibujante y litógrafo, nació en Suiza en 1836. “Radicado en Buenos Aires a mediados de 1860, fue empleado en el Museo de Historia Natural. Fue el primer artista que pintó las Cataratas del Iguazú, acompañando al científico Ambrosetti en su expedición. Además nos dejó acuarelas y litografías con paisajes y escenas típicas argentinas. Hay obras suyas en el Museo de Ciencias Naturales de La Plata” (1).
Escribe Cecilia Cavanagh: “José Ignacio Garmendia (1841-1925), Cándido López (1840- 1902), el suizo Adolfo Methfessel (1836-1909), el brasileño Víctor Meirelles (1832-1903) fueron testigos, acompañando las tropas aliadas, de las vicisitudes de la Guerra del Paraguay. Provistos de los elementos necesarios, documentaron en breves croquis, bocetos o fotografías, los enfrentamientos ocurridos en los campos de batalla, así como los uniformes, las armas, las tareas cotidianas, los trabajos o entretenimientos que realizaron en los campamentos, donde se concentraba enorme cantidad de soldados” (2).
Notas
1 Gutiérrez Zaldívar, Ignacio: Nuestra Argentina. Buenos Aires, Zurbarán Ediciones, 1999.
2 Cavanagh, Cecilia: “Un artista en el campo de batalla”. Imágenes: Gentileza UCA y Museo Histórico de Buenos Aires. En La Nación Revista, Buenos Aires, 9 de octubre de 2005.
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Uruguayos
El humorista gráfico Raúl Roux, hijo de argentinos, nació en Montevideo en 1902; falleció en Buenos Aires. “Se inició al realizar caricaturas en la revista Páginas, de Columba. A mediados de la década de 1920 publicó las tiras El Tigre de los Llanos; Rulito, Gato atorrante y una versión de Hansel y Gretel para la revista Tony. Durante seis años realizó para El Gráfico la tira Hombre, que alcanzó gran popularidad. También publicó en diversos medios, como La Razón, donde editaba la tira Más allá, la revista Patoruzito y Cuentos de fogón”. (1).
El pintor Guillermo Roux, “se despertaba por las noches para descubrir a su padre, Raúl, que dibujaba bajo la luz de la lámpara. ‘A mis siete años, dibujar era para mi padre una profesión de tiempo completo. Yo no tenía margen para imaginar otro mundo que no fuera ése. Muy pronto para mí la vida fue dibujar. Tomar papel y lápiz y dibujar’ “ (2).
“Alberto Breccia (1919-1993) es uno de los dibujantes más prolíficos del cómic argentinomercado (aunque para ser exactos Breccia nació en Uruguay), y está considerado uno de los mayores innovadores del medio. Breccia inició su carrera en 1938, aunque su primera obra destacada sería Sherlock Time (donde dio su rostro al personaje secundario de la serie, como también haría en Mort Cinder con el anticuario Ezra Wilson), creada a finales de los años 50 con Oesterheld, guionista con quien ya había trabajado antes, pero con el que a partir de ese momento inicia una fructífera relación. En 1960 comienza a trabajar para la editorial británica Fleetway y considera la opción de mudarse a Europa, aunque la enfermedad de su primera esposa (que fallecería poco después) le decide a quedarse en Argentina. Así, en 1962 Oesterheld y Breccia crean Mort Cinder, a la que siguen Vida del Che Guevara (1968, biografía del conocido revolucionario) y una nueva versión de El Eternauta (1969). Tras algún trabajo para Italia, adapta varios cuentos de H.P. Lovecraft en Los Mitos de Chtulhu (1973, con el guionista Norberto Buscaglia) donde sorprende con un estilo menos realista y más icónico y expresionista, que se adapta a la perfección al tono de la obra. El campo del terror no lo abandonaría, realizando más tarde adaptaciones literarias de varios relatos de Edgar Alan Poe, o una versión-parodia de Drácula (Drácula, Dacul, Vlad?, Bah..., 1984). En 1974 inicia su colaboración con el guionista Carlos Trillo, con el que realizaría un puñado de obras, como Un tal Danieri (1974) o Nadie (1977), pero su obra más importante tras Mort Cinder llegaría de la mano del guionista Juan Sasturain: Perramus. A medio camino entre las aventuras y el humor absurdo, Perramus (1984) ridiculiza y a la vez denuncia la dictadura argentina, mezclando personajes ficticios con otros reales (como el escritorJorge Luis Borges, el cual resultaba incluso galardonado con el premio Nobel, que en realidad jamás recibió, en el tercer álbum de la serie), y sería distinguida con el premio Amnesty en 1989 en la categoría de mejor libro por los derechos humanos. De sus últimas obras cabe destacar Informe sobre ciegos (1991), donde su evolución artística llega a su cumbre en la adaptación de uno de los pasajes más escalofriantes de la novela de Ernesto Sábato Sobre héroes y tumbas, donde Breccia capta magistralmente la atmósfera inquietante y enfermiza del texto original consiguiendo unas imágenes alucinatorias realmente angustiosas. También dibujaría, con guiones Felipe Hernández Cava, el primer álbum de la trilogía de Lope de Aguirre (1992) cuyas siguientes entregas dibujarían Federico del Barrio y Ricard Castells (Poco)” (3).
“En 1934 –relata Ofelio Vecchio- la vida era difícil; entró a trabajar en el frigorífico que había sido inaugurado pocos años antes; su trabajo: limpiar y rasquetear tripas. ‘Era un trabajo asqueroso, sucio, yo estaba siempre rodeado por muchas moscas’, le dijo un día a un periodista. Mientras tanto, continuaba llenando su carpeta con toda clase de caricaturas, porque intuía que alguna vez se presentaría alguna oportunidad de mostrarlas a alguien que supiera apreciarlas y que le diera una mano para poder publicar. Un sueño. Así lo relataba él mismo en un reportaje para la Historia de la Historieta a Carlos Trillo y Guillermo Saccomanno: ‘Yo era un chico pobre, de Mataderos. Mi viejo tenía una tripería y yo empecé a dibujar para no tener que ser tripero, que es un laburo bastante fulero, mi viejo’ ” (4).
Hermenegildo Sábat nació en Montevideo en 1933. Es dibujante y artista plástico. “Publicó su primer dibujo en El País, de Uruguay. En la Argentina, publicó en Primera Plana, Buenos Aires Herald, La Opinión y, desde 1973, en Clarín. En 1988 recibió el premio María Moors Cabot (E.E.U.U.) por sus dibujos realizados durante la dictadura 1976-83. Entre 1990-96 fue director de la revista Sección Aurea. Es Artista Emérito de la Nación y Ciudadano Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires. Desde Al troesma con cariño (1971), publicó más de 20 libros. Por línea materna, desciende de Domingo F. Sarmiento y Facundo Quiroga” (5).
“Proviene de una familia de caricaturistas –señala Mantecón- : su abuelo dibujó en Caras y Caretas y su hijo mayor Alfredo también realiza caricaturas. Sábat es no sólo uno de las más importantes exponentes de nuestro humor gráfico. Además de ser la prueba viviente de lo rica en información que puede ser una caricatura muda, es también uno de los artistas más completos de nuestro país: es dibujante, pintor, fotógrafo, poeta, profesor de dibujo y toca el clarinete. ‘Me rodeo de la mayor cantidad de materiales que puedo y los elijo en el momento de realizar el trabajo. (…) Constantemente estoy probando y creo que de eso se trata. Investigar. No manejo computadoras, pero reconozco que hay que estar en la red, llega a todos lados’ . Ha realizado caricaturas con casi cualquier material y no sólo en formato de dibujo; también las ha hecho en escultura. Si bien sus caricaturas son a pedido y sin globos de texto, Sábat ha hecho “hablar” a sus obras mediante lo expresivo de sus rostros, la vestimenta, la postura y cualquier otro detalle presente en sus caricaturas. Ha realizado caricaturas de miles de personalidades de todo el mundo” (6).
Notas
1. Varios autores: Enciclopedia Visual de la Argentina. Buenos Aires, Clarìn, 2002.
2. Guyot, Héctor M.: “Guillermo Roux Un hombre de fe”, en La Nación, Buenos Aires, 26 de diciembre de 2004. Fotos: Daniel Pessah.
3. S/F: “ALBERTO BRECCIA (Dibujante y guionista)”, en www.guiadelcomic.com.
4. Vecchio, Ofelio: “Personajes de Mataderos Alberto Breccia: el viejo maestro de la historieta”, en Páginas Barriales, Buenos Aires, Páginas Doradas, 1996.
5. Varios autores: Enciclopedia Visual de la Argentina. Buenos Aires, Clarìn, 2002.
6. Mantecón, Juan Pablo: El humor gráfico en la Argentina “Espejitos de papel”, en www.monografias.com.
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Varios
Alejandro Kokocinski, “hijo de un polaco y una rusa, nació en Italia pero creció en la Argentina. De aquí partió a recorrer el mundo y a ejercer mil oficios hasta que encontró su vocación de artista”. “Recién a los 21 años Alejandro Kokocinski consiguió una nacionalidad, la argentina. Hasta entonces era un apátrida. ‘Yo tengo una gran pasión por la Argentina, me considero muy argentino –aclara-. Recién me dieron la doble ciudadanía italiana de grande, porque como aquí rige la ley de sangre yo no tenía una patria. Mis padres eran dos refugiados corridos por la guerra, un polaco y una judía rusa’. (...) Los dos tuvieron la gran fortuna de que descarrilara el tren que los llevaba al campo de exterminio nazi de Treblinka ‘porque si no yo no estaría aquí’. Huyeron entre mil peripecias, estuvieron un año escondidos y llegaron a un campo de refugiados en Italia. (...) ‘En ese contexto dramático yo vine al mundo en 1948’. (...) Papá Kokocinski organizó con otros soldados la liberación de su pareja. Escaparon todos. Llegaron a Génova y se escondieron. Querían ir a la Argentina. ‘El cónsul se apiadó y les dio un salvoconducto’. Una carreta del mar los trajo a Buenos Aires” (1).
Notas
1 Algañaraz, Julio: “Pintor y aventurero”, Clarín Viva, Buenos Aires, 8 de junio de 2003.
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Descendientes de inmigrantes
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Eslavos
“Nik, menos conocido como Cristian Dzwonik, nació en Buenos Aires hace 33 años. Es egresado del Colegio Nacional de Buenos Aires y Diseñador Gráfico recibido en la UBA. Completó, además, estudios de publicidad, computación gráfica y fotomontaje digital. Dibuja desde la más temprana edad. A los 12 años comienza a vincularse con el humor en la escuela de Carlos Garaycochea, publicando sus primeros dibujos a los 17 años en la revista Muy Interesante de García Ferré. Pasó por la editorial Kapelusz, el diario El Cronista, la revista de Cablevisión y otros medios. A los 22 años ingresa en el diario La Nación y desde entonces se desempeña como humorista gráfico de actualidad en varias secciones. Desde 1992 el chiste político del cuerpo del diario, la foto que habla o la página dominical de la revista son considerados verdaderos editoriales de la realidad argentina. Desde 1994 colabora con el semanario Noticias. En 1996 Gaturro y su familia toman cuerpo en la tira diaria de la última página. Desde ese mismo año todos sus dibujos, postales y wallpapers pueden seguirse en LA NACION LINE o en Gaturro.com en internet. En el 2001 Gaturro llega al teatro Coliseo en la obra "El despertar de la música". Desde hace ya un par de años la tira de Gaturro trasciende las fronteras de la Argentina y es publicada por varios periódicos de Latinoamérica. Cuenta además con una nutrida legión de seguidores en México, Miami y España. En el año 2002 Nik recibe el premio Konex de Platinoque distingue al mejor humorista gráfico argentino de los últimos 10 años”. Entre los libros publicados se destacan El Crucero de Noé, Quién es Nik?, Pequeño Gaturro Ilustrado y Anikilados. Entre las distinciones más importantes se encuentran el Primer premio en la Bienal de Arte Joven (1991), Primer premio ADEPA - Rubro caricaturas (1994), Primer premio SIP (Sociedad Interamericana de Prensa, 1995), Premio Santa Clara de Asís (1996) y el Premio Konex de Platino (1).
Notas
1 Nik: “Currículum”, en www.nik.com.ar
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Españoles
Luis Seoane nació en 1910 “en Buenos Aires, pero hizo sus estudios primarios, medios y terciarios en Santiago de Compostela. Allí se recibió de abogado y allí terminó sus días. Después de la Guerra Civil Española regresó a la Argentina, donde fue miembro de número de la Academia Nacional y obtuvo, en 1962, el Premio Palanza. Viajaba regularmente a Buenos Aires, aunque tenía su casa en La Coruña, donde se radicó en 1971. Allí se hizo en 1989 una muestra antológica de sus obras y en 1996 se estableció la fundación que guarda la mayor parte de los suyos” (1).
En junio de 2000 se presentó, en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, “Luis Seoane. Pintura, dibujos y grabados”. “Esta exposición, integrada por la Muestra procedente del Centro Galego de Arte Contemporánea de Santiago de Compostela (España), obras del patrimonio del MAMbA y colecciones argentinas, propone un recorrido por la producción de Luis Seoane como pintor y grabador. La muestra permitirá sumergirse en su rico mundo poblado por emigrantes, campesinos, pescadores, caballeros medievales” (2).
Raúl Alonso, “Cuando murió, a los setenta años, dejó 2300 obras entre óleos, pasteles, aguafuertes, tintas y dibujos. (...) De su padre, Juan Carlos Alonso (que capitaneó la publicación Caras y Caretas y la editorial Plus Ultra), heredó los genes para el arte. Dicen que Raúl dibujó desde muy chico, y que existieron precoces retratos suyos de Horacio Quiroga, de Alfonsina Storni y Baldomero Fernández Moreno. Alonso dirá que tuvo una infancia y adolescencia envueltas en un mundo intelectual: ‘La vida de hogar estaba comunicada con muchas personas que daban sangre al universo de aquella época: Quiroga, Alfonsina, Leopoldo Lugones, Roberto Arlt” (3).
El dibujante Quino nació en Mendoza en 1932. “Se inició en el diseño publicitario, en Mendoza, y luego se trasladó a Buenos Aires, donde estudió con los maestros Battle Planas y Urruchúa. En 1954 publicó su primera página de chistes en el semanario Esto es. Luego colaboró con Leoplán, Damas y damitas, TV Guía, Vea y Lea, Che, Atlántida, Panorama y Rico Tipo, entre otras. En 1963 publicó Mundo Quino, su primer libro, y creó la historieta Mafalda, que apareció el 29 de septiembre de 1964 en Leoplán y con la cual alcanzó proyección mundial. Publica en la revista Viva, de Clarín” (4).
Es “nieto de una comunista militante e hijo de republicanos exiliados”. Acerca de sus mayores, expresó: “Mi abuela era una militante que vendía los bonos del partido. Mi padre no quería que lo hiciera. Y se armaban unas trifulcas terribles en mi casa. Cuando era niño, escuchaba radios de Moscú y de Pekín. Pero también admiraba a Bing Crosby y estaba enamorado de Mirtha Legrand. Yo tenía diez años. (...) Nací en Mendoza en una familia andaluza, en un barrio donde el panadero era español, el verdulero, italiano, el otro comerciante, libanés. A los primeros argentinos los conocí en la escuela. Todos mis parientes eran españoles. Desde chico tuve una visión muy amplia. Quizás por eso a Mafalda la quieren tanto en tantas culturas distintas. (...) Honestamente me siento más cerca de un campesino del Mediterráneo que de un indio del Altiplano. Yo sé que decir esto no cae bien, pero es la verdad. Quisiera estar más atado a las raíces del lugar donde nací” (5).
Rep (Miguel Antonio Repiso) nació en Buenos Aires en 1961. “Publicó por primera vez un dibujo en la revista Cuarta dimensión, en 1976. Cuatro años más tarde dio a conocer, en la revista Humor, El recepcionista de arriba, su primera historieta. Es autor de las series Los Alfonsín, El gran circo criollo de Chupete, Los mutiladitos, El niño azul, Gaspar y el revolú, Lukas, Postales y Barrios de Buenos Aires. Entre otros medios colaboró en la revista Fierro y actualmente en Página 12” (6).
“Rep es un humorista gráfico diferente al resto. Precisamente su obra no se caracteriza por el humor; pero esto no quiere decir que no lo haga con eficiencia. Su narrativa consiste en contar historias mediante este género. Lo profundo de sus reflexiones le han ganado gran cantidad de seguidores entre los lectores de Página/12; sin embargo sus códigos no son comprendidos fácilmente por quienes se topan por primera vez con su obra. El estilo psicodélico de su trazo se volvió objeto de culto de sus admiradores. “Miguel dice que no sabe dibujar. Que no es un dibujante que sabe dibujar; que él inventó su propio estilo y zafó con eso. Pero creo que tiene un estilo que lo hizo fuerte” (7).
Notas
1. Galli, Aldo: “Del grabado al collage”, en La Nación, Buenos Aires, 21 de julio de 2002
2. S/F: Catálogo de la exposición “Luis Seoane. Pintura, dibujos y grabados”, Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, junio de 2000.
3. Piotto, Alba: “El pintor insomne”, en Clarín Viva, 31 de agosto de 2003.
4. Varios autores: Enciclopedia visual de la Argentina. Buenos Aires, Clarín, 2002.
5. Reinoso, Susana: “Quino: ‘ Los adultos están arruinando a los chicos’ “, en La Nación, Buenos Aires, 7 de diciembre de 2003.
6. Varios autores: Enciclopedia visual de la Argentina. Buenos Aires, Clarín, 2002.
7. Mantecón, Juan Pablo: El humor gráfico en la Argentina “Espejitos de papel”, en www.monografias.com.
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Franceses
En 1878, el catalán Rafael Casagemas presenta a José Hernández un joven caricaturista, Carlos Clérice, que terminaría siendo el primer ilustrador del Martín Fierro. (...) Clerice, hijo de un francés dedicado a la fabricación de carruajes, se memorizó de cabo a rabo los originales de La vuelta de Martín Fierro y apenas se sintió listo para la tarea, dedicó noches enteras a poner a punto las litografías que ilustrarían la obra. En su prólogo a la primera edición de La vuelta... –20.000 ejemplares: un best seller del año 1879-, el autor manifestaba su orgullo por la factura final de la obra: ‘Lleva también diez ilustraciones incorporadas, y creo que en los dominios de la literatura es la primera vez que una obra sale de las prensas nacionales con esta mejora: así se empieza. Las láminas han sido dibujadas y calcadas en la piedra por don Carlos Clérice, artista compatriota que llegará a ser notable en su ramo, porque es joven, tiene escuela, sentimiento artístico y amor al trabajo” (1).
Notas
1 Heller, Diego: op. cit.
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Griegos
En noviembre de 2004, “la cantante lírica Ana Moraitis presenta en El Maipo Cocina su segunda muestra de dibujos y pinturas, Sensual, de reciente ejecución. También lanzó su libro de arte y poesía Anagrafías, en el que compila su producción previa a 1997, mientras estudiaba en la Escuela Superior de Bellas Artes Ernesto De la Cárcova”. En esa oportunidad, ella expresó: “Al igual que el dibujo, (el canto) es algo que viene de mi familia, de origen griego, y que hago desde que tengo memoria (1).
Notas
1 S/F: “Puro universo femenino”, en La Nación Revista, Buenos Aires, 28 de noviembre de 2004.
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Irlandeses
“Alejandro O’Keefe (de bisabuelos irlandeses) nació en 1959 en Rosario, donde se crió con lápices, pinceles, una camiseta de Rosario Central y alguna pelota de fútbol. Su padre, dibujante gráfico, le dio, casi sin querer, el estímulo necesario para seguir esta profesión. Estudió en la Facultad de Humanidades y Arte de Rosario y trabaja como ilustrador en distintos medios y editoriales. Ha sido distinguido por ALIJA y comparte con Luis María Pescetti el premio White Ravens, otorgado por la Internationale Jugendbibliothek de Alemania. Actualmente publica una tira en el diario Clarín” (1). Ilustró los libros Viaje en globo, Pahicaplapa y Un bandoneón vivo, editados por Sudamericana.
En Un bandoneón vivo dibujó un nieto de rusos que intenta aprender a tocar ese instrumento. Acerca de las ilustraciones que dieron origen al libro de Oche Kalifa, escribe: “Que uno guarde imágenes en su memoria, no es ninguna causa de asombro. Lo que resulta asombroso es la forma en que esas imágenes aparecen después de algún tiempo. Así fue como, sin proponérmelo, un día me encontré dibujando cosas de aquel patio de la casa de mi abuela en Rosario. Eso me trajo bellísimos recuerdos y cierta nostalgia. Me dije: ¿será esa cosa tanguera que llevamos la mayoría de los rosarinos? Sin dudarlo, lo ubiqué a mi amigo Oche (nadie mejor para esto) y le propuse que escribiera un cuento para chicos con espíritu de tango. El texto superó mis expectativas. Lo ilustré con un placer especial, y dibujando soñé que era Gardel” (2).
“Andy Crawley nació en San Isidro, provincia de Buenos Aires, Argentina, en 1963. Según la leyenda familiar, con un tapiz bajo el brazo. Estudió psicología, dibujo y pintura. Publica ilustraciones, textos, comics, juegos, animaciones y textos en libros, diarios, revistas y sitios de Internet. Pero también fue carpintero, publicitario y actor” (3).
Acerca de las ilustraciones que realizó para El caballo alado, de Margarita Mainé, escribió: “Cuando recibí estos cuentos pensé en demasiadas cosas. Como si la idea del destino despertase ideas enruladas que se multiplican... Mosaicos de ideas, dije en voz baja. ¡Mosaicos! ¡¿Qué mejor forma de ilustrar estas historias llenas de arabescos?! Corrí a buscar libros para aprender algo más. En las siguientes dos semanas estuve rodeado de pilas de libros enrulados que parecían multiplicarse con las ideas y los bocetos de los personajes. Empecé a sentir una energía especial: algo estaba por salir. Hice un inventario de la situación: cuando cerraba los ojos surgían las escenas, tenía tinta china negra, plumas Perry N° 275 Xfine y recortes de papel Guarro de 250 gramos. Entonces me senté con la pluma cargada de tinta en la mano e intenté la trama de esta guarda: Después dibujé la trama de la guarda de la autora, de a una línea por vez. Calenté agua para el mate, lo preparé y me serví un pedazo de queso con pan árabe. En determinado momento y gracias a este abigarrado ritual, las imágenes que estaban allí simplemente comenzaron a derramarse por el brazo, la tinta, el papel, y en tres días el trabajo estuvo terminado. ¿Será cosa del destino?” (4).
Notas
1. S/F: en Califa, Oche: Un bandoneòn vivo. Ilustraciones de O’Kif. Buenos Aires, Sudamericana, 2002.
2. O’Kif: en Califa, Oche: Un bandoneòn vivo. Ilustraciones de O’Kif. Buenos Aires, Sudamericana, 2002.
3. S/F: en El caballo alado, por Margarita Mainé. Ilustraciones de Andy Crawley. Buenos Aires, Sudamericana, 2000.
4. Crawley, Andy: “Del ilustrador”, en El caballo alado, por Margarita Mainé. Ilustraciones de Andy Crawley. Buenos Aires, Sudamericana, 2000.
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Italianos
Emilio Pettoruti descendía de inmigrantes. “¿Quién era ese pintor, hijo de inmigrantes italianos que, sin tener fortuna, había logrado viajar a Europa y codearse con la vanguardia? Nacido en La Plata el 1° de octubre de 1892 como el primogénito de un matrimonio de italianos, fue criado por sus abuelos maternos, que aliviaron así el trabajo del matrimonio que tuvo después de Emilio y en forma ininterrumpida, otros once hijos. Fue justamente su abuelo, José Casaburi, quien soñó para el niño un futuro glorioso manipulando pinceles y le construyó un andamio en la pared del fondo de su patio cerrado para que pintara bajo la estricta consigna de ‘inventar las flores y no copiarlas’. Testimonio de esa fe a toda máquina fue un cesto ancho, azul, del que brotaban flores amarillas, su primera gran obra” (1). “Emilio Pettoruti expone en Florencia pinturas y dibujos abstractos. Son las primeras abstracciones realizadas por un artista argentino” (2).
“Raúl Soldi nació el 27 de marzo de 1905 en Buenos Aires, en una familia de inmigrantes italianos. Su padre y hermana, músicos de vocación, fueron una influencia decisiva para él, quien a los quince años se sumó a la actividad creativa reproduciendo obras de Quinquela Martín y Bernaldo de Quirós. Inició sus estudios en la Academia Nacional de Bellas Artes y en 1924 viajó por segunda vez a Europa, donde ingresó a la Academia de Brera, Milán. En 1932 regresó al país donde continuó pintando, exponiendo y trabajando como escenógrafo cinematográfico. En 1953 comenzó a pintar los murales de la iglesia Santa Ana de Glew, provincia de Buenos Aires, y en 1966 realizó la decoración de la cúpula del teatro Colón. Adscripto al neoromanticismo, su obra figura en museos de Buenos Aires, el Vaticano, Florencia y Milán. Entre otros galardones, obtuvo el Premio de honor en el Salón Nacional de 1949 y en 1952 el Premio Palanza, otorgado por la Academia Nacional de Bellas Artes de la que también fue miembro (1957)” (3).
Acerca de los dibujos de Soldi, afirmó Rafael Squirru: “Escribir sobre cualquiera de los aspectos de la obra del maestro Raúl Soldi, será siempre para el crítico amante del arte, un motivo de alegría y de fiesta. En esta oportunidad y siguiendo una serie de muestras destinadas a poner en valor la importancia del dibujo, la galería de la Colección Alvear, se concentra con ese aspecto fundamental de las artes plásticas, en la dibujística de Soldi (...) En esta oportunidad los más de los dibujos de Soldi están acentuados con el uso del color, si bien aquellos que mantienen su característica monocroma del lápiz, son quizá los que más me conmueven en su austeridad. Soldi es maestro de la línea: puede permitirse el lujo de deformar sin que esas libertades nos choquen, excepto como para arrancarle mayor vibración al nervio óptico capaz de apreciar la belleza. Se trata de verdaderos alardes de genio visual” (4).
En Arte al día, apareció este comentario acerca de una muestra de León Ferrari que incluía dibujos: “La muestra de León Ferrari en la galería Braga Menéndez pone en evidencia la extremada versatilidad de la obra del artista. Dibujos y objetos componen esta exposición en la que prevalecen las líneas curvas. Onduladas, interminables, rítmicas. A pesar del marcado rigor de sus obras, Ferrari no teme expresar que el arte es para él también un juego. Esa actitud lúdica se transmite de inmediato, es quizás el golpe de electricidad que parece animar a sus figuras, nerviosas y contorsivas. La intensidad de este juego impacta de lleno en el espectador; pocas muestras en la carrera de este prolífico artista han tenido el grado de vitalidad y de exuberancia formal que ésta demuestra. Los dibujos presentados señalan el gusto de Ferrari por el arabesco. Curvas que se interceptan sin cesar proponen espacios que se llenan de grafías lineales y repetitivas, a veces coloreadas y otras en las escalas del gris. Las palabras se asoman esporádicamente, en las caligrafías ocultas comunes en la obra del artista. Los objetos proyectan las líneas y la ludicidad al espacio. Marañas de hilos siguen las propuestas lineales de los dibujos, mientras un grupo de aviones emplumados continúan el espíritu juguetón de aquellos en un montaje sarcástico delirante” (5).
Feliciano García Zecchin nació en Buenos Aires en 1975. “Estudió diseño gráfico y se dedicó a la creación de historietas ya la ilustración. Trabajó para la editorial Caliber de Estados Unidos, la revista PC Computers y el diario La Nación. En 1997 ganó el Primer Premio de Historieta que otorga la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, y en 1999 obtuvo el Premio Eternauta al mejor comic del año por 4 segundos. Para Editorial Sudamericana ilustró Interland y El desafío de la sexualidad. Cuando no dibuja toca el saxo, pero poco, porque casi siempre dibuja” (6).
Sobre las ilustraciones que realizó para Cartas de amor, de Jorge Accame, escribió: “No son muchos los trabajos que hice específicamente para niños. Pero igual creo que el dibujante siempre hace su labor para el niño que todos llevamos dentro, y es desde su propio niño de donde salen su vocación y su magia. Es importante que sepan que los dibujantes son, en gran parte, como niños grandotes. Cuando leí estos cuentos, sentí que estaban escritos para el adulto que los niños llevan dentro. Por eso, para mantener el tono a la hora de dibujarlos, intenté encontrar ese adulto que habita en el niño que llevo dentro del adulto que soy. Como se imaginarán, me enredé en un lío enorme, y aun hoy no tengo muy en claro cómo ni para quién dibujé este libro realmente” (7).
Notas
1. Selser, Claudia: “El mago de la luz”, en Clarín Viva, Buenos Aires, 28 de noviembre de 2004. Foto: Archivo Clarín.
2. López Anaya, Jorge (texto y producción): “Cronología de un tiempo de cambio”, en La Nación Revista, 31 de octubre de 1999. Infografía de Carlos Guyot.
3. Varios autores: Enciclopedia Visual de la Argentina. Buenos Aires, Clarín, 2002.
4. Squirru, Rafael: “Dibujos de Raúl Soldi”, en Raúl Soldi (1905-1994), catálogo de la muestra realizada en Colección Alvear de Zurbarán, Buenos Aires, del 7 de agosto al 10 de septiembre de 2000.
5. S/F: “León Ferrari”, en Arte al día. Buenos Aires, octubre de 2005.
6. S/F: en Accame, Jorge: Cartas de amor. Ilustraciones de Feliciano G. Zecchin. Buenos Aires, Sudamericana, 2000.
7. García Zecchin, Feliciano: “Del ilustrador”, en Accame, Jorge: Cartas de amor. Ilustraciones de Feliciano G. Zecchin. Buenos Aires, Sudamericana, 2000.
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“Rusos”
“Guiora (Jorge) Reichler es actor, poeta y arquitecto. En Argentina, su país de origen, fue uno de los fundadores del Teatro Artea, miembro de la Comisión Directiva de la Comunidad Judía de Buenos Aires y participante en la creación del Ateneo Martín Buber. Publicó poemas en su juventud y colaboró en el periódico ‘Nueva Sión’. A su llegada a Israel decidió asentarse, como acto de afirmación ideológica, en Karmiel, entonces un pequeño poblado de la Galilea. Fundó allí, junto a otros, el Teatro Tzavta, que actuó con éxito durante diez años. Como arquitecto, tuvo parte activa en el proyecto y construcción de más de sesenta nuevas poblaciones en la Galilea. Como artista plástico, sus esculturas en cemento, madera y metal, así como pinturas y dibujos, participaron en múltiples exposiciones en Israel y en el exterior. Ha escrito poemas, cuentos y obras teatrales, en hebreo y castellano. Publica en las antologías poéticas Voces de la Galilea, en revistas literarias –Shevo, Publicaciones de Even Joshen- y cuentos y poemas en castellano en la Revista de Oriente y Occidente” (1).
En un poema, se refiere a su condición de descendiente de inmigrantes: “Doy gracias, Argentina/ por tu marco social, único/ pese a que de vez en cuando éramos rusos/ que en argentino era decir judíos,/ pese a mi impaciencia frente/ a provocadores y faltos de educación,/ adquirí identidad y esperanza” (2).
Notas
1. S/F: en Reichler, Guiora: En nombre de todas las soledades. Buenos Aires, Milá, 2005. 80 pp. (Poesía).
2. Reichler, Guiora: “Doy gracias, Argentina”, en Reichler, Guiora: op. cit. |
Uruguayos
Guillermo Roux es hijo de Raúl Roux, argentino nacido en Uruguay, de vasta trayectoria como humorista gráfico en la Argentina. Nacido en Buenos Aires en 1929, el pintor “Estudió en la Escuela de Bellas Artes. A los 23 años hizo su primera exposición, dedicándose luego a la recreación pictórica de los monumentos y los museos de Italia como forma de descifrar la Historia del Arte. Tras vivir tres años en Roma, recorrió el interior de la Argentina y se estableció en Nueva York. Volvió al país y expuso profusamente en los años 60. Ha llevado su obra a numerosos países de Europa, Canadá, E.E.U.U. y América Latina. Caracterizado por una gran versatilidad en las formas de expresión, realizó dibujos, acuarelas, témperas y collages. El conjunto de su obra manifiesta una fuerte influencia del surrealismo. En 1975 ganó el primer Premio Internacional de la Bienal de San Pablo. En su obra se destacan El collar de las perlas (1975), La valse (1977), Isolabella (1992), Paisaje con el Etna (1998) y Maja y torero con instrumentos musicales (1998). Es académico de número de la Academia Nacional de Bellas Artes” (1).
Notas
1 Varios autores: Enciclopedia Visual de la Argentina. Buenos Aires, Clarìn, 2002.
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Varios
Entrevistado por Ana Da Costa (1), Juan Filloy, hijo de gallego y francesa, se refiere a un aspecto de su labor:
“De joven fue también caricaturista en el diario La Voz del Interior. ¿Una afición que dejó de lado por falta de tiempo o de interés?”
“Sí, sí. Mi vocación, realmente estricta, era la pintura. Pero para pintar había que ingresar a una academia de pintura de acá, de la ciudad. Y preferí la literatura. Siendo joven, muy jovencito, era muy partidario del fútbol. Tan es así que yo en el año '13, en el local de la Biblioteca Popular "Vélez Sársfield", que era usado por todas las instituciones, en ese local, donde yo era bibliotecario, se reunieron los que formaron el Club Atlético Talleres de aquel entonces. Un club que todavía tiene mucha vigencia en los carteles futbolísticos del país. Yo estuve presente en la fundación del Club Talleres en julio del año '13. Yo tendría en ese entonces dieciséis, diecisiete años y era un hincha, lo que se llama un hincha de fútbol. Después he sido un dirigente activo de fútbol y como dirigente de fútbol fui un dibujante habitual de jugadores de fútbol. Hacía caricaturas de los cuadros de fútbol de aquel entonces y todo eso yo lo publicaba en un diario que tenía amplia acogida: el diario La Voz del Interior. En ese diario han salido muchas caricaturas, muchísimas caricaturas de jugadores de fútbol. Pero también algunas políticas, entre ellas algunas del doctor Cárcano, que era gobernador de la provincia, y poco antes una que se hizo famosa, porque se trataba nada menos que del presidente de EE.UU., que en el año 1912 visitó el país y visitó Córdoba: Theodore Roosevelt, el presidente norteamericano, que se ha conocido como el creador de la diplomacia del garrote. Estuvo en Córdoba y yo hice una caricatura suya que tuvo gran éxito y que apareció en La Voz del Interior. Y hablando ya de mi trabajo caricaturesco debo citarle que cuando estuvo Enrico Caruso, el célebre cantor de óperas, en Córdoba, en julio de 1915, yo le hice una hermosa caricatura, acuarelada, que él al verla quedó muy admirado del trabajo. Y de lo más afectuoso, agarrando unas hojas de papel, me dijo en italiano ‘Anche io sono caricaturista’. Y ahí hizo una autocaricatura y me la dedicó (ya la va a ver usted cuando pase a mi escritorio)”.
Héctor Germán Oesterheld, "Hijo de padre alemán y madre vasca, nació en Buenos Aires, el 23 de junio de 1919. Los estudios y la lectura se convierten en su primera afición por incentivo familiar. Ávido lector de los grandes clásicos de la literatura universal, su interés por adquirir conocimientos lo inclina a mechar la carrera universitaria de geología con otras ciencias. Los libros de antropología, historia y agronomía, pronto se mezclan con las novelas de ciencia ficción y aventuras.
De joven, la facilidad que demuestra con las palabras lo lleva a trabajar en LA PRENSA, periódico en cuyas páginas publica sus primeros cuentos cortos y relatos. Pocos años pasarán entre el Oesterheld escritor de cuentos infantiles y el Oesterheld guionista de historietas. Cuando apenas comienza la segunda mitad del siglo veinte, Césare Civita, dueño de la Editorial Abril, le ofrece la tarea de escribir guiones de historietas. Para Oesterheld significa una de las oportunidades mas importantes de su vida, surgiendo entonces sus grandes trabajos en RAYO ROJO y MISTERIX: "El Indio Suarez", "Bull Rockett" y "El Sargento Kirk".
En 1957 y quizás como siguiente paso en su evolución personal, Oesterheld convence a su hermano Jorge y a una pequeña tropa de dibujantes para que lo acompañasen en la aventura de fundar una editorial. Con guiones propios y dibujos (entre otros) de Francisco Solano López, Hugo Pratt y Alberto Breccia, cobran vida los éxitos de la flamante Editorial Frontera: "Ernie Pike", "Dr. Morgue", "Rolo el marciano adoptivo" y "El Eternauta". Publicadas en las revistas FRONTERA, HORA CERO y posteriormente en sus correspondientes suplementos semanales, el estilo inigualable de aquellas historietas se convierte en la marca registrada de la editorial. Tan grande es el éxito de ventas, que un año después logran publicar dos nuevas revistas: FRONTERA EXTRA y HORA CERO EXTRA. Sin embargo un par de años mas tarde la situación ya no es la misma. La inexperiencia empresarial de los Oesterheld, sumado al alejamiento de algunos dibujantes, pone en jaque a la editorial. Una situación que a larga se agrava, culminando en la inevitable quiebra de la empresa.
Con el fracaso editorial y agobiado económicamente, Oesterheld regresa a trabajar en MISTERIX y SUPERMISTERIX, revistas que ya no eran publicadas por Abril sino por la Editorial Yago. Allí nacen "Mort Cinder" y "Watami". Simultáneamente surgen trabajos como director en la revista ETERNAUTA y como editor en GEMINIS; ambos eran magazines pseudos científicos con un estilo similar al de la revista MAS ALLA.
A fines de los años sesenta Oesterheld ha logrado el reconocimiento de sus pares y el público, tal es este, que le piden publicar uno de sus cuentos en la antología "Los Argentinos en la Luna"; libro en donde lo acompañan entre otros: Mujica Láinez, Pablo Cappana y Alfredo Grassi. Al mismo tiempo e impulsado por los momentos difíciles que vive el país asume una militancia política que influye notoriamente en su obra. De esta forma surgen trabajos como "El Che" y "Evita", historietas que narran la vida de personalidades con notoria relevancia ideológica. También son publicadas "La Guerra de los Antartes" y la versión dibujada por Breccia de "El Eternauta". Dos historias que poseen varios puntos en común, destacándose entre ellos, la traición de las grandes potencias del norte a los países menos desarrollados.
En plena dictadura militar, a mediados de 1976, Ediciones Record reimprime en fascículos la versión original de "El Eternauta", publicando ese mismo año y en la revista SKORPIO su ansiada secuela. Guionada por Oesterheld desde la clandestinidad y dibujada por Solano López, esta continuación resulta mucho mas directa y controversial que la original. Los nuevos ideales del guionista se plasman y trasladan a la historia que escribe desde quien sabe donde. Ya no hay lugar para sutiles metáforas, Oesterheld no es el mismo y Juan Salvo tampoco.
En 1977 Héctor Germán Oesterheld se convierte, junto a gran parte de su familia, en uno de los miles de desaparecidos durante la dictadura militar argentina. La historieta pierde para siempre a uno de sus mejores exponentes" (2).
Un descendiente de inmigrantes realiza la tarea que antes realizó Zavattaro: Carlos Alonso ”supo que la editorial Emecé había abierto un concurso para quienes se animaran a dibujar a Fierro, el Quijote local. Alonso fue, presentó sus bocetos y ganó el premio. Dicen los que vieron casi todas las caras imaginadas para Martín Fierro, que la versión que el mendocino pintó en 1959 es la interpretación más descarnada y alucinante del poema de Hernández que se conozca” (3). Alonso nació en Tunuyán, Mendoza, en 1929. Tuvo “como abuelo materno a Salvatore Lisandrello, un siciliano de Siracusa, y su abuelo paterno era Sandalio Alonso quien vino de León. España. Ambos llegaron a nuestro país en 1914. (...) Ya a temprana edad cursó estudios en la Academia de Bellas Artes de Mendoza y luego en Tucumán con el maestro Spilimbergo. Cuando cuenta 24 años viaja a Buenos Aires y expone por primera vez en esta ciudad, viajando posteriormente a Europa. Es el artista más popular del arte contemporáneo argentino y en reiteradas ocasiones volvió a Europa en busca de sus raíces, habiendo vivido largas temporadas tanto en España como en Italia” (4).
En una entrevista, se le preguntó “¿Pero de dónde viene toda esta visceralidad del horror?”. Su respuesta tiene que ver con sus dibujos: “Yo creo que desde siempre, desde mis primeras obras, ya cuando estaba en la academia. Creo que es una atracción fatal, genética. Primero tengo una formación muy campesina y toda mi imaginería viene un poco de esos años entre los 10 y los 13 o 14, o antes quizás, cuando vivía bien en el campo y, si no vivía, pasaba con mis abuelos los tres meses de las vacaciones. Mis abuelos, que eran sicilianos e hijos de campesinos plantadores de naranjas, tenían una chacra en Tupungato, un rancho hecho por ellos mismos. Ellos hicieron su propio rancho con paja y barro. Ese es el origen y yo tengo muchos dibujos que provienen de esos terrores infantiles que son muy distintos a los urbanos, tienen otras connotaciones. Los aparecidos, la luz mala, los santones; había toda una imaginería que me tocó mucho y me produjo terrores infantiles. Después, cuando empecé a dibujar recuerdo esa tendencia muy natural a elegir esos momentos medios rotos, trizados, viscerales, momentos que no eran los académicos. Incluso entando ya en la academia, tenía una atracción muy fuerte hacia ciertos objetos. Recogí un día el esqueleto de un zorro, que era magnífico para mí porque parecía de bronce. Y lo llevé al taller y lo pinté muchas veces. Quiero decir que no es ni siquiera una elección inteligente o ideológica, es simplemente una atracción. Ese esqueleto es impintable” (5).
Notas
1. Da Costa, Ana: Entrevista a Juan Filloy, 2 de marzo de 2000, en www.bibnal.edu.ar.
2. Chinelli, Mariano: "BIOGRAFIA DE LOS CREADORES", en http://www.portalcomic.com/columnas/continum4/continum4_txt/continum4_03.html.
3. Heller. Diego: op. cit.
4. Gutiérrez Zaldívar, Ignacio: “Los inmigrantes”, Catálogo de la muestra de Alonso y Marchi en Casa FOA 2000, Desembarcadero y Hotel de Inmigrantes. Buenos Aires, Octubre-Noviembre de 2000.
5. S/F: “Carlos Alonso, el horror y la memoria”, en Debate, 7 de mayo de 2004, incluido en www.untref.edu.ar.
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Inmigrantes en historietas
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Españoles
En Locuras de Isidoro, historieta de Dante Quinterno, aparece un mayordomo gallego. “Isidoro es un personaje aún más antiguo que Patoruzú: tiene 77 años, mientras que el indio tehuelche se apresta a festejar sus 75 en octubre. En sus orígenes el porteño vividor se llamaba Julián de Montepío, luego Isidoro y en 1968 adoptó el nombre de Isidoro Cañones”.
“Quién no disfrutó alguna vez –pregunta Marcelo Benini- de los enredos protagonizados por Isidoro, ese porteño de vida disipada que rehuía a cualquier esfuerzo físico, incluido el trabajo, y pasaba sus horas en casinos, hipódromos y boites? Imposible olvidarlo: casi siempre vestía saco cruzado, polera, mocasines y tomaba whisky importado. Vivía disgustando a su pobre tío, el coronel Urbano Cañones, quien sólo confiaba en él cuando estaba acompañado por Cachorra Bazuka, una hermosa rubia de aparente compostura que en realidad era su compañera de juergas. Su otro aliado era Manuel, el mayordomo gallego, que lo apañaba ante el severo militar cuando Isidoro metía la pata. Autos deportivos, ruletas, cartas de póker, cigarrillos y noche componían la iconografía de Locuras de Isidoro, la popular revista que el inolvidable Dante Quinterno (1919-2003) publicó entre 1968 y 1976, año en que empezó a reeditarse. (...) uno de los principales argumentistas de la historieta fue Mariano Juliá (1914-1991), un periodista bohemio” (1).
En “La historia del comic en la Argentina”, trabajo “realizado por Néstor G. Giunta, en el año 2004, basándose en un texto original del profesor Oscar De Majo, quien autorizó las modificaciones y agregados efectuados aquí sobre el artículo aparecido en ‘Signos Universitarios’ (Bs. As., Universidad del Salvador, Año XV N° 29, en el año 1996)”, el autor se refiere a una inmigrante: “La historieta pasa a la prensa diaria recién en 1920, cuando el diario La Nación empieza a publicar tiras, con gran enojo de muchos de sus lectores, que pensaban que con estas "frivolidades" se desmerecía la "seriedad" de la publicación. (...) debuta con sus personajes, en los periódicos, Lino Palacio, que crea a "Ramona" (...), en 1930, para ‘La Opinión’ " (2).
“Cuenta la anécdota que Palacio se inspiró en una mucama gallega que trabajaba en la casa de su abuelo para crear a Ramona. Observador como todo humorista, el autor crea un personaje que es un estereotipo derivado de la inmigración poco instruida que llegó a Argentina a principios de siglo. Como tantos otros inmigrantes, Ramona es empleada doméstica. Ignorante y algo bruta, inocente y demasiado sincera, tales las características que detonan la comicidad de este personaje. Ramona es el primero de los grandes personajes de Lino Palacio, al que seguirían Don Fulgencio, Avivato y Cicuta, entre otros. Estos personajes, como los de otros autores de la época, se caracterizan por basar su humor en una cualidad que produce el efecto cómico, recurso que se repite de tira en tira. En el caso de Ramona, su ignorancia produce todo tipo de malentendidos. La interpretación literal de lo que le dicen, su incapacidad para el doble sentido, provocan las situaciones que sufren sobre todo sus patrones. Su inocencia y simpleza la llevan a una sinceridad extrema, que desemboca en algo parecido a la insolencia. Pero Ramona no tiene malicia, todo lo que hace es sólo consecuencia de lo bruta que es. Ramona fue el primer gran personaje argentino que apareció en los diarios. Comenzó a publicarse en 1930, en La Opinión, diario oficialista que salió apenas por un año. A partir de 1938 se publica en el diario La Razón, donde se hace exitosa. Varios autores se hicieron cargo de la tira: Toño Gallo, Guillermo Guerrero, Dobal y Faruk (hijo de Lino Palacio). A partir de 1958 Ramona es continuada por Cecilia, hija de Lino Palacio” (3).
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Sylvina Walger señala que “La trayectoria de Mafalda abarca el período comprendido entre los años 1964 y 1973, en tres publicaciones: ‘Primera Plana’, ‘El Mundo’ y ‘Siete Días Ilustrados’. Bastante antes de la despedida oficial de la tira, en junio de 1973, Quino –y nadie más que él- se había dado cuenta de que se encontraba agotado y no podía insistir sin repetirse”.
“El fracaso de la campaña Mansfield y la gran amistad que unía a Quino con Julián Delgado, jefe de redacción de la revista ‘Primera Plana’, desaparecido cuando era director de ‘Mercado’ –el 4 de junio de 1978- determinaron que Mafalda se formalizara como tira. Delgado intuye que puede ser un éxito entre los lectores de ‘Primera Plana’, donde se publica hasta el 9 de marzo de 1965. Durante este período, Quino produjo 48 tiras a un ritmo de dos por semana”.
Quino, descendiente de españoles, creó al almacenero don Manolo y su hijo Manolito, personajes de Mafalda: “Al cabo de dos semanas de publicar en ‘El Mundo’ advierte que necesita más personajes para enriquecer la tira, y el 29 de marzo de 1965 aparece Manolito –Manuel Goreiro- inspirado en el padre de Julián Delgado, propietario en Buenos Aires de una panadería situada en Cochabamba y Defensa, en el histórico barrio de San Telmo” (4).
En “La vida es un dibujo Cómo les fue de grandes a los verdaderos Felipe, Guille y Manolito”, Andrea Rodríguez relata la historia del inmigrante español que inspiró el personaje: “Sólo tres de los personajes de Mafalda estuvieron inspirados en la vida real. Guille es hoy flautista de la Orquesta Sinfónica de Chile. Felipe adhirió a la revolución cubana y es funcionario del gobierno de Fidel. Manolito vendió la panadería poco antes de morir. Su hijo es uno de los 82 periodistas desaparecidos durante la dictadura. Por primera vez hablan los verdaderos personajes que Quino inmortalizó en la tira más célebre que dio la Argentina. A Manolito, lo cuentan sus familiares”.
" ’¡Crece de una maldita vez, raquítico condenado!’, le grita Don Manolo a un malvón. Un cuadro antes, Manolito le cuenta a Mafalda que a su padre no le funciona bien eso de hablarles a las plantas para que crezcan. En esa tira, Julián Delgado reconoce a su abuelo Anastasio, que no era almacenero, como los Manolos de la historieta, sino panadero. Anastasio leía Mafalda en Primera Plana, la revista que la hizo famosa. Se divertía con la historieta. Murió hace diez años, sin enterarse que él era quien había inspirado a Quino para el personaje de Manolito. O de Don Manolo, porque padre e hijo eran idénticos”.
“Sólo tres de los protagonistas de la historieta que marcó los años 60 y 70 —y que todavía hoy mantiene vigencia— están inspirados en personas reales, según admitió su autor, Joaquín Lavado, Quino. (...) El auténtico Manolo había llegado de España en la década del 20, solo, sin parientes ni conocidos en la Argentina. En Soria, su pueblo natal de Castilla, era pastor de ovejas. La primera noche en Buenos Aires se alojó en el Hotel de Inmigrantes y al día siguiente salió a buscar trabajo: lo encontró como ayudante en una panadería. Cinco años después tenía su propio negocio, un despacho de pan. Como repartidor conoció a Mercedes, la empleada doméstica gallega de una de las tantas casas adonde llevaba su mercadería en canasta, como Manolito. Se casaron. Tuvieron varios despachos, cada uno más grande que el anterior, hasta que por fin pudieron comprar una panadería. Ya eran dueños de una importante —la Panadería y Confitería Delgado, en Defensa y Cochabamba, que antes había sido de la familia Canale, los de las galletitas— cuando Quino los conoció”.
“La vinculación con Mafalda es doble: Julián Delgado, el hijo menor de Anastasio y Mercedes, era amigo del humorista desde la época de Tía Vicenta, a fines de los cincuenta. Como jefe de redacción de Primera Plana, fue quien le pidió a Quino la tira, que apareció por primera vez el 29 de septiembre de 1964. Julián está desaparecido desde 1978. Un grupo de tareas militar lo secuestró cuando dirigía la revista Mercado. Anastasio era, y no era, parecido a Manolito, coinciden su nieto Alejandro, y su nuera, María Ignacia, la esposa de Julián”.
“Al nieto, los gritos al raquítico malvón le recuerdan una anécdota del abuelo, cuando ya había vendido la panadería y cada fin de año preparaba pan dulce en su casa. ‘Una vuelta se le quemaron todos y entonces decretó que nunca más hacía pan dulce. Porque no, porque coño y joder: esa cosa básica del ser español. Brutito es la palabra que lo define bien’, dice y se ríe con los recuerdos”.
“Manolito, el amigo de Mafalda, andaba siempre sacando cuentas. Como no le alcanzaban los dedos de las manos para sacarlas, usaba sandalias para disponer de diez más: decía que sus pies eran una IBM. Pretendía convertirse en Rockefeller, tener una cadena de supermercados. Y era bruto en serio. Anastasio no. ‘El abuelo se mataba por estudiar. Cuando hace diez años nos enteramos de que él era Manolito, en un reportaje que le hicieron a Quino en la tele, nos matábamos de risa, porque para nosotros era el abuelo sabio, que nos daba consejos. Hablaba siempre de su maestro en el pueblo, con quien se carteaba. Y estudiaba por correspondencia: cuando tuvo su primer despacho de pan, hizo un curso de contabilidad, para aprender a llevar los libros’, cuenta el nieto”.
“Anastasio hasta comenzó a escribir un libro, algo improbable en los Manolos de Mafalda. Iba a llamarse Pantalón de pana, porque era la historia de un inmigrante. Pero no supo cómo hacerlo. Eso sí: con el seudónimo de Aniceto Gordillo escribía para una publicación de los panaderos. Por eso estaba orgulloso de su hijo periodista, aunque cuando Julián recién se iniciaba en Tía Vicenta libró la misma batalla que Don Manolo con Manolito: quería que su hijo continuara con el negocio familiar. No tuvo suerte”.
“El panadero tenía, como Don Manolo, una pelusa en la cara, ‘porque se afeitaba siempre de noche y entonces a la mañana ya le había crecido un poco la barba. También usaba el pelo cortado al ras sobre la nuca’. Hay otra anécdota familiar en la que Anastasio aparece como Manolito: ‘Quiso aprender relojería, también por correspondencia, pero contaba que no lo logró porque no podía ponerse el monóculo, se le caía. Eso parece bien un cuento de gallegos’ “.
“Después de haber trabajado duro toda la vida, Anastasio perdió casi todo: vendió la panadería para retirarse a descansar, pero lo estafaron en la compra. Murió a los setenta y cuatro. Dice su nieto que Anastasio ‘no era tan terrible con la plata como Manolito’. El amigo de Mafalda vendía manteca rancia con tal de no perder un peso. ‘Es manteca con alcurnia", se justificaba. Dice Alejandro Delgado que su abuelo Anastasio no llegaba a tanto: ‘A lo sumo, una masita del día anterior’ " (5).
A criterio de Juan Pablo Mantecón, Manolito “Es el estereotipo del gallego bruto de los chistes. Es robusto, con una sola ceja, cabello muy corto en la parte superior y rapado a los costados y en la nuca; es un joven muy machista y autoritario. No le gusta inmiscuirse en nada que no sea concreto y comprensible para su limitada capacidad de abstracción. Es el hijo de Don Manolo, el almacenero de la tira; y está obsesionado con la prosperidad del negocio familiar que sabe que algún día ha de heredar, por lo cual no se empeña demasiado en sus estudios. Es muy ambicioso y está obsesionado con el dinero. No esta interesado ni comprende nada que tenga que ver con política, actualidad o los temas propios de la infancia. Y detesta a los Beatles a quienes; aspecto por el que discute constantemente con Mafalda”. La relación hostil de Manolito con otro personaje alude a una actitud frecuente en la sociedad: “Susanita (Susana Clotilde Chirusi): Encarna a otro estereotipo del folclore porteño: Doña Rosa. Susanita es, con apenas unos pocos años de vida, una vieja chismosa. Es rubia, de cabello corto rizado y siempre usa un vestidito negro y pendientes con perlas en las orejas. Adora las telenovelas y sueña con casarse (en lo posible con un “príncipe azul” de clase alta) y tener hijos. No posee mayores aspiraciones en la vida. Es muy coqueta, toca el piano y juega a la canasta. Odia a Manolito, con quien discute hasta el cansancio. Es muy prejuiciosa y despectiva” (6).
El pasado parece fantasía en la Argentina actual. Un hombre dice a su mujer, en una historieta de Emilio Ferrero: “Pensar que voy a ser papá y le voy a contar las historias que me contaba mi abuelo... Como esa de cuando vino de España siendo muy joven y se encontró con un país rico y lleno de oportunidades...”. La reflexión es amarga: “¡¡Claro que ahora, visto a la distancia, parecería que el pobre nono desde chico ya tenía arterosclerosis!!” (7).
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Italianos
La historieta ha sido también el medio elegido para evocar la inmigración que llegó a la Argentina entre 1850 y 1950, y la dura realidad que lleva a los descendientes de esos emigrantes a tentar suerte en los países de los que vinieron sus abuelos.
Ha dibujado inmigrantes Roberto Fontanarrosa, quien “nació en la ciudad de Rosario, Provincia de Santa Fe un 26 de noviembre de 1944. En 1957, con tan solo 12 años, inicia el Curso de los ‘12 famosos artistas’ que la Escuela Panamericana de Arte dictaba por correspondencia. Fontanarrosa publica su primer chiste en la revista rosarina "Boom". Había sido contratado para ilustrar la tapa de la revista, pero, por esas causalidades de la vida le dejan a cargo la sección de humor porque no habia nadie disponible para hacerlo. En 1972, sale la revista cordobesa Hortensia, hito del humor gráfico nacional. En ella publicaron dibujantes de la talla de Caloi, Bróccoli, Amengual, Crist, Ian, entre otros. Según propias palabras de Fontanarrosa: ‘Hortensia fue el trabajo donde ya me dejé de complejos y me lancé definitivamente a la historieta, copiando sin asco a Hugo Pratt’. Hortensia fue la cuna donde nacieron Inodoro Pereyra y Boogie, el aceitoso para luego deleitarnos con libros de los personajes. Fontanarrosa, además escribió libros de cuentos y novelas. Colaboró en la realización de guiones para obras de Les Luthiers. Sus libros fueron publicados en muchos países del mundo y su humor se mantiene permanente en los lectores que lo admiran. También en 1972, “a los 28 años de edad, publica su primer libro de chistes: ¿Quién es Fontanarrosa? En 1973, Clarín rediseña su contratapa contratando dibujantes argentinos. Los lectores del diario empezaban a leerlo de atrás hacia delante” (8). En ese diario aparecieron algunos de los inmigrantes dibujados por el rosarino.
Acerca de Inodoro Pereyra, señala Mantecón: “El personaje de Fontanarrosa es otro referente significativo del humor gráfico argentino. No sólo por sus más de tres décadas de vigencia, sino también porque encarna a un personaje fundamental del folclore de nuestro país: el gaucho. Inodoro es un solitario gaucho de la pampa argentina que vive en su rancho de adobe con su mujer Eulogia y su perro Mendieta. Se concibe a si mismo como un gaucho “macho y cabrío”, que anda bien montado y es bueno para payar. Es Morocho, de abundante y largo cabello negro y frondoso bigote. Viste una bombacha de gaucho blanca, montura rosa, camisa celeste y usa una vincha para sujetar su melena” (9).
Los inmigrantes se integraron a la sociedad que los recibió. Inodoro Pereyra pregunta por un cacique ranquel. El personaje con el que dialoga le dice que el cacique se llama “Capobianco. No desciende de ranqueles. Desciende de calabreses” (10).
En otra oportunidad, Inodoro se encuentra con don Nino. El italiano lleva en el hombro un loro, al que le ha enseñado a cantar el himno de su tierra (11).
Décadas después, la situación cambia. En una viñeta de Fontanarrosa, referida a las perspectivas de los universitarios en la Argentina, un abuelo dice al nieto: “Vos, Cachito, tenés que aprovechar las oportunidades que ahora, te brinda el país... Yo, como vine de Italia sin nada, tuve que ir a una escuela pública... Vos, en cambio, hoy por hoy, tenés la posibilidad de ir a levantar la cosecha...” (12).
Notas
1 Benini, Marcelo: “Isidoro Cañones era de Villa Pueyrredón”, en El Barrio. Periódico de Noticias. Año 5, N° 53. Buenos Aires, Agosto de 2003.
2. Giunta, Néstor G.: “La historia del comic en la Argentina”, en www.todohistorietas.com.ar
3. S/F: “Ramona”, en www.historieteca.com.ar
4. Walger, Sylvina: “Explicación”, en Quino: Mafalda Inédita. Buenos Aires, Ediciones de la Flor, 1988.
5. Rodríguez, Andrea: “La vida es un dibujo Cómo les fue de grandes a los verdaderos Felipe, Guille y Manolito”. Veintidós, Año 2, N° 71; Buenos Aires, 18 de noviembre de 1999.
6. Mantecón, Juan Pablo: El humor gráfico en la Argentina “Espejitos de papel”, en www.monografias.com.
Imagen: www.todohistorietas.com.ar/manolito.gif
7. Ferrero, Emilio: “S.O:S: Somos primerizos”, en La Capital, Mar del Plata, 14 de mayo de 2000.
8. S/F: “Homenaje a Fontanarrosa”.
9. Mantecón, Juan Pablo: op. cit.
10. Fontanarrosa, Roberto: “Inodoro Pereyra ‘El renegáu’ “, en Clarín Viva, 16 de abril de 2000.
11. Fontanarrosa, Roberto: “Inodoro Pereyra ‘El renegáu’ “, en Clarín Viva, 24 de febrero de 2002.
12. Fontanarrosa, Roberto: en “Qué hacer con la Universidad”, en Clarín, Buenos Aires, 16 de mayo de 1999.
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Dibujando hicieron arte, crítica política, publicidad, cine, literatura infantil. Son los dibujantes de sangre inmigrante, a los que se suman los dibujantes que eligieron como personajes a aquellos que cruzaron el mar.
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