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Indice
1 Introducción
2 Inmigrantes y exiliados
3 Martín Fierro
4 El lunfardo
5 Personaje literario
En este trabajo me refiero a algunos de los inmigrantes que llegaron a la Argentina entre 1850 y 1950 y se destacaron como traductores. Entre ellos, figuran quienes virtieron el Martín Fierro a los idiomas de sus países de origen; al respecto, transcribo parcialmente varios artículos, entre los que se destacan el de Marion Kaufmann y el de Esteban Turcatti. Aunque no es inmigrante, incluyo a Luis Alposta, quien realizó traducciones al lunfardo, jerga surgida de la inmigración, y transcribo su versión de la "Cantiga do neno da tenda", de Federico García Lorca, en la que se evoca a la inmigración gallega en Buenos Aires. Me refiero, asimismo, al traductor como personaje literario, evocado por Syria Poletti en Gente conmigo, novela que obtuvo el Premio Internacional de Novela convocado por la Editorial Losada y el Segundo Premio Municipal, y fue adaptada al cine y la televisión.
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"La traducción consiste en determinar el significado de un texto y expresarlo con el mismo sentido, en otro idioma; es el enlace entre dos culturas, dos mundos –todos los mundos-, para que puedan comunicarse y convivir. (...) Los argentinos debiéramos tomar conciencia de que además de hacer posible la comunicación, una lengua cumple con la función de ‘transportar’ la cultura, las creencias, la economía, la concepción política y el folklore de una sociedad" (1).
Entre los inmigrantes, hubo quienes se dedicaron a la traducción. Tradujeron documentos, ensayos y obras literarias, de otros idiomas al castellano, y del castellano a otras lenguas; posibilitaron la inserción de otros inmigrantes en nuestra sociedad y la difusión de la cultura argentina y las de otros países.
Notas
1. S/F: "Día Internacional del Traductor", en www.publicasonline.com.
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Alemanes
Marion Herrscher de Kaufmann nació en Berlín, Alemania, en 1926 y llegó a la Argentina en 1937. Es colaboradora permanente del Argentinisches Tageblatt (diario argentino en alemán). En La Prensa publicó numerosas notas de viajes en la desaparecida sección de fotograbado; colaboró en Buenos Aires Herald y Clarín. "Domina varios idiomas y ha traducido al alemán cuentos de autores argentinos publicados en edición bilingüe. Tradujo las piezas La curva, de Tankred Dorst, y El proceso por la sombra del burro, de F. Dürrenmatt" (2).
La traductora aporta más datos sobre su trayectoria: "He traducido al alemán para la editorial dtv (Deutscher Taschenbuch Verlag), de Munich, (ediciones bilingües), dos tomos de cuentos de autores argentinos, uno con autores ecuatorianos, y otro de escritores chilenos. Siempre cuentos cortos. De vez en cuando publican alguno de esos cuentos en antologías nuevas. Actualmente traduzco películas y videos del alemán, para una empresa de doblajes" (3).
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Españoles
Enriqueta Muñiz, "Nacida en Madrid, pasó su infancia en Bélgica y en Francia, Enriqueta García Yurrebaso (tal es su verdadero nombre), reside en la Argentina en 1950 y ha sido traductora, novelista y docente. Ejerció el periodismo a partir de 1958 en diversos medios nacionales y extranjeros, integró la oficina de prensa del Festival Cinematográfico de Mar del Plata, y se desempeño en las casas españolas de las editoriales Coder y Nueva Frontera. En 1980 ingresó como redactora a La Prensa, diario en el que llegó a ser prosecretaria de redacción y subdirectora del suplemento cultural. Frecuente jurado de certámenes literarios, se le deben obras de narrativa y de literatura infantil, así como una traducción de La Chanson de Roland, publicada por la Editorial Hachette en 1956, y la adaptación televisiva de importantes textos de Sabato, Bioy Casares y Alfred de Vigny. En 1987 mereció el Premio Konex al periodismo cultural y en 1990 el tercer premio municipal de Literatura por la novela Emaciano en el umbral" (4).
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Franceses
Elsa Tabernig de Pucciarelli nació en Montemorency, Francia, en 1912. Fue profesora universitaria, ensayista y traductora. "Cursó estudios en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA y de francés en el Instituto Nacional Superior del Profesorado en Lenguas Vivas. Inició su labor docente en la Universidad de Tucumán, en 1938, y la continuó en las Universidades de La Plata (1948-1967) y Buenos Aires (1976-1981). También dictó cátedras en el Instituto del Profesorado de Buenos Aires. Fue directora de enseñanza artística de la Provincia de Buenos Aires entre 1963 y 1966, directora del Departamento de Lenguas Modernas de la Facultad de Humanidades de La Plata entre 1961 y 1967 y directora del Departamento de Francés del Instituto Nacional del Profesorado de Buenos Aires entre 1964 y 1967. Fue becaria del gobierno de Alemania Federal en 1962 y del de Francia (bourse de marque) en 1963. Participó en seminarios sobre lengua, literatura y metodología en las Universidades de Cuyo y Tucumán, en Asunción del Paraguay y de la UNESCO en Villa Ocampo. Dictó cursos, conferencias y cursillos en Brasil, Venezuela, Puerto Rico, Paraguay y en la Universidad de Heidelberg, Alemania, en universidades argentinas y otros centros de estudios. Dictó cursos de posgrado en la Facultad de Filosofía y Letras de Buenos Aires. Fue miembro de jurados literarios y para la provisión de cátedras. Preside el Consejo de Mujeres de la República Argentina e integra la comisión directiva de entidades culturales y de profesionales. Publicó los libros El clasicismo, 1968, y Qué es la traducción, 1970, y numerosos artículos, reseñas y notas en revistas especializadas y en los diarios La Prensa y La Gaceta de Tucumán. Tradujo libros del francés y el alemán, entre ellos obras de Karl Vossler, en colaboración con Raimundo Lida y Amado Alonso. Está casada con Eugenio Pucciarelli" (5).
Jean Authievre nació en Francia. "Egresó de la Escuela Nacional de Bellas Artes de Toulouse, y fue profesora de francés en colegios de Turín y Bolonia, y de la Alianza Francesa de Las Palmas, Islas Canarias. Desde 1935 fue traductora oficial de castellano, francés, italiano, inglés y portugués de Química Rhodia Argentina, en Buenos Aires. Publicó los libros Ritual del corazón, pensamientos y poemas, y Flores de amancay y jacarandá, cuentos y leyendas, 1966" (6).
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Italianos
Antonio Aliberti, poeta y traductor, nació en Italia el 15 de diciembre de 1938; falleció en la Argentina en 2000. "Fue poeta, narrador, traductor y crítico literario. Colaboró en diversos suplementos literarios argentinos y fue corresponsal de tres revistas italianas. Fue asesor editorial". Publicó dieciocho libros de poesía, entre los que se cuentan Límites posibles, Cuartos contiguos, Todos recordaron a Casandra (1987, Primer Premio 20° Aniversario de la Fundación Argentina para la Poesía), Delicado equilibrio e Incierta vocación. "Publicó cinco libros de ensayos y varias antologías. Obtuvo algunos de los mayores premios que se otorgan en el país y en el exterior. Ha sido traducido a varios idiomas. Tradujo alrededor de treinta libros de narrativa y poesía italianas y argentinas" (7).
Acerca de su labor como traductor, escribió José Isaacson: "Poeta en el lato sentido del vocablo, Antonio Aliberti se relaciona con el mundo a través de la poesía. La propia, que emerge del cotidiano ejercicio de testimoniar la vida con palabras que no admiten sinónimos posibles, y también la de los otros. Esta última generosidad la manifiesta en sus trabajos críticos y, muy especialmente, en sus traducciones. Un ejemplo ‘ejemplar’ de esa capacidad de entrega literaria lo constituyen sus versiones de ‘La poesía argentina contemporánea’ y de los poemas de Dino Campana. En una composición que dedica al poeta de Marradi, escribe Aliberti: ‘... si dudaron de su cordura/ fue porque vio más allá del ojo’. Líneas que resumen la poética de quienes se atreven a enfrentar la realidad con la aparente fragilidad de la poesía. Antonio Aliberti es un permanente explorador de una elocución poética enemiga de expresiones rígidas. Lo confirma el acápite de ‘Incierta vocación’: "Ser en la ausencia,/siempre en fuga:/en todas partes, /nunca". En un mundo borroso, la incertidumbre dibuja nítidamente el perfil de la realidad" (8).
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Ucranios
Margarita Arsamasseva nació en Kursk, Ucrania, el 4 de octubre de 1893. "Su nombre completo era Eugenia Tatchtamirova viuda de Arsamassev y de Houtman. Estudió derecho y humanidades en la Universidad de Moscú. En 1912 vino a la Argentina en viaje de placer y se radicó aquí, contrayendo segundas nupcias con un profesional holandés. Su primer libro fue El brazalete de zafiros, y en él ensayó el idioma que aún le resultaba extraño, dificultad pronto vencida pues estaba dotada para aprender lenguas extranjeras, como lo demostró en sus traducciones del inglés, francés y ruso, que efectuaba simultáneamente con su labor de escritora. Después de la novela, que apareció en 1924, publicó Clarisa, 1925; Lobos, 1926; Sugestión, 1927; Yeremey el bolchevique, 1929; Yenia, 1930; El nieto, 1931; Cicatriz, 1933; Alejandra, 1936 y Tiempo turbio, 1939, obras pertenecientes al género de ficción. Fue cofundadora de la Sociedad Argentina de Escritores y colaboradora de La Nación y otras publicaciones del país. Murió en Buenos Aires el 16 de mayo de 1968" (9).
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Notas
2. Sosa de Newton, Lily: Diccionario Biográfico de Mujeres Argentinas. Buenos Aires, Plus Ultra, 1986.
3. Kaufmann, Marion: Mail enviado a MGR en octubre de 2003.
4. Barletta, Juan Pablo: "Exploración del paratexto de Operación Masacre", en monografias.com, 25 de marzo de 2006.
5. Sosa de Newton, Lily: op. cit.
6. ibídem
7. S/F: "Antonio Aliberti", en www.poeticas.com.ar.
8. Isaacson, José: en www.poeticas.com.ar.
9. Sosa de Newton, Lily: op. cit.
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En "Martín Fierro, espejo de oprimidos y estímulo de trujamanes", escribe Fernando Sorrentino: "Mientras buscaba otra cosa entre mis médanos de caóticos papeles, el azar exhumó un recorte amarillento: en la edición del 27 de abril de 1991, el Argentinisches Tageblatt, de Buenos Aires, incluye el artículo «Martín Fierro und seine Übersetzer» (el Martín Fierro y sus traductores), que firma Marion Kaufmann".
Sorrentino concluye su artículo con estas palabras: "Al Martín Fierro Borges («Biografía de Tadeo Isidoro Cruz», El Aleph) lo llamó libro insigne: «un libro cuya materia puede ser todo para todos (I Corintios 9:22), pues es capaz de casi inagotables repeticiones, versiones, perversiones» .
"De esa riqueza literaria, de ese constante estímulo del pensamiento, que el Poema ramifica hacia lo profundo y hacia lo alto, son pruebas estos desvelos de tantas personas de otras culturas" (10).
Habiendo leído esta nota de Sorrentino, pedí al escritor el artículo completo de Marion Kaufmann (11). En ese trabajo –publicado hace doce años-, se refiere a treinta y cuatro de las traducciones; en la actualidad –me dice- ya son cincuenta y seis.
Transcribo parcialmente el artículo:
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"El ‘Martín Fierro’, la extraordinaria obra poética José Hernández, escrita entre 1872 y 1879, ‘más que una colección de cantos populares, más que una obra literaria, es un profundo estudio de filosofía moral y social".
" ‘Martín Fierro no es un hombre, es una clase, una raza, casi un pueblo, es una época de nuestra vida, es la encarnación de nuestras costumbres, instituciones, creencias, vicios y virtudes, es el gaucho luchando contra las capas superiores de la sociedad que lo oprimen, es la protesta contra la injusticia, es el reto satírico contra los que pretenden legislar y gobernar, sin conocer las necesidades del pueblo, es el cuadro vivo, palpitante, natural, estereotípico, de la vida de campaña desde los suburbios de una gran capital hasta las tolderías del salvaje...’ ¡Qué actuales estas palabras de Pablo Subieta, un escritor boliviano, que las escribió en 1881!"
"Esta lucha contra un destino implacable, esta sensación de impotencia, las injustas persecuciones, la pérdida de bienes y seres queridos, fueron las motivaciones fundamentales que introdujeron a la mayoría de los traductores a verter esta obra a su lengua materna".
" ‘Casi todos los traductores del ‘Martín Fierro’ fueron extranjeros, y de ellos a su vez una gran parte (83 %) eran extranjeros residentes en Buenos Aires —profesores, empresarios, literatos— que se habían sentido atraídos por el texto de José Hernández. Casi todos constataron que esta obra reflejaba en gran parte su propio destino: la opresión por los poderosos, la sensación de impotencia, las persecuciones, la huida. Esto fue lo que los sedujo de este personaje. A medida que se sumergían en la obra, se identificaban cada vez más con sus problemas, hasta que surgió el deseo de traducir la obra y enviarla a su país de origen, para que la gente allá viese que aquí existían destinos trágicos parecidos’ ".
"El que me dice esto, el Dr. Alberto Gómez Farías, es el presidente del ‘Círculo de Traductores de Martín Fierro’, fundado en 1983, en cuyos estatutos se puede leer: ‘Art. 1 –Con el nombre de ‘Círculo de Traductores del Martín Fierro’ se constituye una sociedad cultural, sin fines de lucro, cuyo objetivo fundamental es nuclear a los traductores de la Obra a los distintos idiomas, difundiendo en el país y particularmente en el exterior los valores contenidos en la manifestación más elevada de la poesía gauchesca’ ".
"El Dr. Gómez Farías es un científico, dedicado a estudios interdisciplinarios de Asia y Africa, en la Universidad de Buenos Aires. Además es coordinador de la Asociación Latinoamericana de Estudios de Asia y Africa; Presidente Organizador de la Sociedad Mundial de Estudios del Este Asiático y presidente de la Sociedad Argentina de Estudios Confucianos" Casi entre paréntesis menciona que ha realizado numerosos viajes a esas regiones y que naturalmente domina los idiomas respectivos. El tradujo (conjuntamente con el Rev. Alberto Chao) el Martín Fierro al chino, en una edición bien presentada, profusamente ilustrada".
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"34 idiomas –desde el árabe hasta el ucranio"
"Hasta ahora, el ‘Martín Fierro’ fue traducido a 34 idiomas, a saber: al italiano, inglés, húngaro, alemán, rumano, guaraní, quichua, catalán, checoslovaco, francés, árabe, lituano, sueco, japonés, armenio, hebreo, ruso, esperanto, esloveno, griego, portugués, vasco, serbio, croata, gallego, idish, chino, eslovaco, polaco, ucraniano, calabrés, coreano e hindú y también existe una versión Braille".
"La primera traducción se realizó en 1919. De algunos idiomas (por ejemplo del inglés, italiano, portugués, etc) se publicaron varias versiones. Algunas fueron editadas más de una vez (la versión inglesa se editó 15 veces, la italiana nueve veces, la portuguesa tres veces, etc)".
"Actualmente se está trabajando en la traducción al sardo (en la Argentina, por Antonio Variu); en Turquía, Mukkader Yaycioglu está concluyendo la versión al turco y en Zaire se está realizando la traducción al swaheli (la primera lengua de Africa negra). En el programa de tareas para 1991 figuran las traducciones al Batsa (Indonesia) y al Yoruba (la segunda lengua de Africa Negra); en Pretoria (Sudáfrica) se comenzó la versión al afrikaans. ¿Y qué idiomas faltan todavía? El noruego, el finlandés y el bantú...".
Los traductores tienen la palabra
Esta atracción de una obra sobre personas que vienen de un ambiente tan distinto, es realmente sorprendente. Una atracción, que los induce a realizar una tarea difícil, cansadora, que nadie les ha pedido: la traducción de una obra literaria, que para los argentinos ya es casi parte de la vida cotidiana, pero que a ellos los conmueve profundamente...".
"Lamentablemente, es casi imposible charlar con los traductores acerca de su trabajo, porque la mayoría ha fallecido ya; otros viven, pero en el extranjero. Sin embargo, pude encontrar en una vieja edición del diario ‘La Nación’ (del 5 de noviembre de 1972), la reproducción de las conversaciones con cuatro de estas personas, para las que la traducción del Martín Fierro casi se convirtió en algo como el sentido de su vida".
"Jorge C. Primbas, un griego 1906. Su destino fue muy parecido al de Martín Fierro: participó en la Primera Guerra Mundial, fue enviado al frente, conoció la vida de soldado. Allí perdió, igual que Martín Fierro, a su mejor amigo. Y también él solía recordar allí los felices tiempos de antes –como Martín Fierro. Emigró a la Argentina, quedó admirado por la hospitalidad, por la calidez de la gente; descubrió la pampa, y con ella, al Martín Fierro. Y también descubrió el parecido de su vida con la del héroe de José Hernández. La traducción le llevó cuatro años".
"Sissag Kalaidjian, un armenio. Vino a la Argentina de chico, en 1937. Siempre le había gustado la lectura; cuando se sumergió en el ‘Martín Fierro’, enseguida tuvo el deseo de traducir la obra. Lo que lo motivó en primer término fue la comprobación de hallarse ante una verdadera obra maestra, que contenía la problemática del hombre en todos sus aspectos. Necesitó casi once años para la traducción".
"Abraham Azriel, un rumano, 1890. Vino a la Argentina en 1913, adoptó la ciudadanía, fue propietario de un pequeño negocio en Rosales (Córdoba). Trabajó durante cuarenta años en la traducción del Martín Fierro, la historia del gaucho ‘que sobrevive en todos los argentinos’. El poema evocó recuerdos de su niñez en Rosiari de Vede; le llamaron la atención las semejanzas de las costumbres, de la pureza de sentimientos de la gente de campo, cuyo sentido José Hernández supo captar tan bien’. Otro de los motivos –así lo manifestó en aquella entrevista –fue el amor y el agradecimiento para con la Argentina".
"Dr. Tine Debeljak, esloveno, historiador de las lenguas eslavas, miembro de academias y grupos literarios, periodista y profesor universitario nacido en Skofja Loka. Consideró al Martín Fierro ‘como una obra fundamental para comprender el carácter argentino’. Para él, la traducción fue ‘una contribución de todo los eslovenos residentes aquí, para honrar a este país. Esto se comprende al leer quién más colaboró en la tarea; el traductor, un esloveno; el diagramador, un esloveno; las ilustraciones y viñetas realizadas por artistas eslovenos; la impresión, financiada por la comunidad eslovena...".
"Kehos Kliger, nacido en Ucrania en 1904, llegó a la Argentina en 1936. Con un viejo violín bajo el brazo, y unas hojas amarillentas con sus primeras poesías, escritas en Berlín. Había dejado tras de sí el terror, las persecuciones, la ocupación polaca durante la Primera Guerra Mundial. En el ‘Martín Fierro’, en ese pobre campesino, que perdió todo lo que tenía, que fue llevado arbitrariamente a los fortines y perseguido, halló su propia historia, su propio destino. Sintió que debía traducir esta obra al ídish- el idioma en el que solía escribir".
" ‘El problema -afirmó en un reportaje que apareció en el diario ‘Clarín’ el 19 de junio de 1980-, fue adaptar las palabras al ritmo octosilábico del poema. Además faltaban las palabras adecuadas para ‘gaucho’, ‘pingo’, ‘gringo’, ‘pulpería’, etc. Por eso las dejé en castellano y así se respetó el sentido de la obra’ ".
"Que la ‘melodía’ del original quedó conservada, ya se nota en el comienzo: ‘Do zetz ij mij anider/ tzum takt fun der guitare singue/ vail on schloj, a mench mit bloie ringuen,/ vos a pain tut schtark im presn/ vil der voiguel, einzam, farguesn/ funem singuen vert im gringuer’.
"El traductor (entretanto fallecido), también tradujo otras obras al idish, por ejemplo de Borges, Alfonsina Storni y Walt Whitman".
"Pero, por suerte algunos traductores aún viven, y se les puede entrevistar, por ejemplo:"
"Heriberto Haber, 1930, nacido en Viena, llegó a la Argentina en 1938. En 1971 se radicó en Israel. Domina perfectamente el alemán, el castellano y el hebreo. Es el autor de la traducción del Martín Fierro al hebreo".
" ‘Mi Martín Fierro al hebreo –así me contó-, se publicó por primera vez en La Paz (Bolivia), donde viví un tiempo y donde fui director de una escuela judía. Era una edición de la primera parte (‘La ida’), de 200 ejemplares, fotocopiada. Dos años después apareció, también en La Paz, una edición muy rudimentaria (el dinero no me alcanzaba para algo mejor...) mimeografiada, pasada a mano con rodillo, del ‘Martín Fierro’ entero (‘Ida y Vuelta’), en 100 ejemplares. Ambas ediciones con prólogos míos, y notas marginales que explican los pasajes difíciles del texto’. En 1988 salió en Israel una nueva edición, ilustrada por Alba Dermer. Ambas ediciones fueron financiadas por él, y poco ejemplares llegaron a las librerías –Haber regaló muchos a universidades, a bibliotecas, ex maestros y amigos. Hoy están agotadas. ‘La traducción guarda –acota Haber- casi siempre la misma estructura del verso, métrica, rima y ritmo del original".
"Por qué Heriberto Haber se dedicó, en su escaso tiempo libre, a una tarea tan difícil? Su respuesta coincide con la de otros traductores: ‘... Constituye ‘el homenaje de gratitud del traductor a su patria adoptiva, la República Argentina, que le dio albergue y educación, trabajo, sustento y una nacionalidad, en los días de la hecatombe que asoló al pueblo judío y a toda la humanidad’. Así consta (en castellano) en el prólogo de su traducción".
"Henryk Mackiewicz, nacido en Wilna (entonces Polonia), hace 75 años. Vino a la Argentina en 1948, desde Inglaterra, donde había participado de la guerra, bajo el general Anders. ‘Acá me desempeñé primero en diferentes profesiones, luego trabajé como contador. Cuando me jubilé, en 1985, empecé con la traducción del ‘Martín Fierro’. Fue un verdadero desafío: desde el día en que llegué al país, siempre he escuchado dos nombres de mis compañeros de trabajo: Carlos Gardel y Martín Fierro. Apenas dominé el castellano, leí esta obra de José Hernández –fue amor a primera vista! Quedé impresionado por la fuerza, la virilidad, el alegato social del poema’ ".
" ‘Así que comencé la traducción, para que mis compatriotas pudieran conocer la obra. Empecé en 1981 con el ‘Primer Canto’, que salió publicado en el semanario polaco de Buenos Aires; en 1984 terminé ‘La Ida’ y dos años más tarde la segunda parte’. Al igual que H. Haber, también H. Mackiewicz financió él mismo los libros mecanografiados...".
"Como anécdota, H. Mackiewicz cuenta cómo se enteró por la televisión que el presidente Menem había llevado varios ejemplares encuadernados en cuero del ‘Martín Fierro polaco’ cuando viajó a Polonia el año pasado. (Mackiewicz ni siquiera sabía, que alguien había encargado una edición de lujo de su traducción...) El Papa recibió un ejemplar, otro el entonces presidente Jaruselsky. Uno de los acompañantes del presidente Menem contó después al traductor:, que Menem le había aconsejado a su colega polaco ‘leer algunos de los Consejos del Viejo Vizcacha, porque contienen tanta sabiduría’. A la mañana siguiente, Jaruselsky dijo ‘que había pasado toda la noche leyendo el Martín Fierro’. Hay que destacar, también, que el presidente Menem redactó el prólogo de la traducción".
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‘Aquí me pongo a cantar’
La versión alemana del ‘Martín Fierro’, de Adolf Borstendörfer, apareció en 1945. ¡Debe de haber sido el único traductor que recibió un encargo formal para esta tarea! El dice en su prólogo, que la Editorial Cosmopolita lo había animado a traducir al alemán esta obra maestra del poeta argentino José Hernández. ‘Yo sabía –escribió- que mi tarea no sería solamente difícil, sino también grata. Los versos dan un efecto de ser inmediatos, casi ópticos, nos describen un paisaje cuya extensión, amplitud e intangibilidad son únicas. En este paisaje viven hombres puros, no deformados, amplios también ellos en su forma de encarar la vida. Nada es artificioso en ellos, son sencillos, hospitalarios, alegres y amantes del canto. Son niños que todavía reconocen de buena gana, que la naturaleza es su madre. En ellos se manifiesta el gran alma del pueblo argentino, y también el alma de ese amplio, hermoso país, que se extiende desde los glaciares patagónicos hasta los palmares del norte. Por eso, el ‘Martín Fierro’ me parece ser la encarnación de este alma argentina, que se encuentra absolutamente en la gran extensión de su paisaje",
"También Borstendörfer tradujo los versos de José Hernández de acuerdo al sentido, y no literalmente, ‘porque el poema tiene que llegar al lector de habla alemana. Por supuesto, se conservan el sentido y el ritmo’ ".
"Como ejemplo, los dos primeros versos:"
Aquí me pongo a cantar,/
Al compás de la vigüela;/
Que el hombre que lo desvela,/
Una pena extraordinaria,/
Como ave solitaria/
Con el cantar se consuela.
Hier steh’ ich. Fang zu singen an!/
Will meine Laute schlagen!/
Ein armer, schmerzgeprüfter Mann/
Kann nur sein Leid ertragen,/
Wenn er, einsamen Vögeln gleich,/
Kann flüchten in des Sanges Reich.
Pido a los santos del cielo/
Que ayuden mi pensamiento;/
Les pido en este momento/
Que voy a contar mi historia,/
Me refresquen la memoria/
Y aclaren mi entendimiento.
Die Heiligen bitt’ ich inniglich,/
Sie mögen stärken mein Wollen,/
Da ich mit Demut und feierlich/
Mein Planen will entrollen./
Sie mögen mir gute Erinnerung geben,/
Um schildern zu können mein wahres Erleben.
"O sino:"
Aquello no era trabajo,/
Más bien era una junción;/
Y después de un güen tirón/
En que uno se daba maña,/
Pa darle un trago de caña/
Solía llamarlo el patrón.
Das war ja schon keine Arbeit mehr -/
Ein Wetten aus freiem Willen -/
Und alle gaben das Letzte her,/
Die Lust am drängenden Werke zu stillen./
Dann rief uns wohl auch der Patron herein/
Und schenkte uns brennende ‘caña’ ein.
Tuve en mi pago en un tiempo/
Hijos, hacienda y mujer;/
Pero empecé a padecer./
Me echaron a la frontera,/
Y qué iba a hallar al volver!/
Tan sólo hallé la tapera.
Vor Zeiten lebt ich in einem Gau,/
Vieh hatt’ ich, auch Kinder. Und eine Frau./
Da wurde ich Armer –Gott sei es geklagt/
Ganz grundlos über die Grenze gejagt./
Als ich zurückkam, mein Heim zu holen/
Fand ich nur halbverkohlte Bohlen...
"Max Tepp, o: El hijo de Wilhem Meister en la Argentina
"Antes del versión alemana del Martín Fierro de A. Borstendörfer ya hubo otra, de Max Tepp. Tepp, nacido en Hamburgo, en 1891, se radicó en 1924 en la Argentina, donde fundó una escuela alemana en la Patagonia, y dirigió el colegio alemán en Bariloche. Fue director de la Goethe-Schule y luego del Colegio Pestalozzi. Editó revistas y publicó numerosos artículos sobre el paisaje y la botánica argentinos y sobre pedagogía. (...) Lamentablemente, la traducción de Max Tepp nunca llegó a ser publicada".
Marion Kaufmann termina su nota con la alusión a una edición polilingüe del poema, "publicada en 1973 por Ediciones Latinoamericanas de Buenos Aires", e incluye "algunos versos de la obra citada, con versiones inglesa, francesa, italiana y también la alemana de A. Borstendörfer".
Transcribimos una de las estrofas incluidas por Kaufmann, y sus traducciones:
Yo he conocido esta tierra
En que el paisano vivía
Y su ranchito tenía
Y sus hijos y mujer.
Era una delicia ver
Cómo pasaba sus días.
En italiano:
Altri tempi, e in questa terra
Miglior vita si viveva:
La capanna il creolo aveva,
I suoi figli, la sua sposa.
In che guisa deliziosa
I suoi di passar soleva!
En francés:
J’ai bien connu ces campagnes
Ou vivait le paysan.
Il avait son petit ranch,
Ses enfants et sa compagne.
C’etait bon de voir comment
Il savait passer son temps.
En inglés:
There was a time when I knew this land
As the gaucho’s own domain
With children and wife, he had joy in life,
And law was kept by the ready knife.
Far better than now; alas, no more
That time shall come again.
En alemán:
Dies Land –ich habe es gut gekannt,
Darin noch der Bauersmann wohnte.
Der hat eine Hutte sein eigen genannt
Sein Dasein wahrhaftig sich lohnte.
Es war eine Wonne, die Tage zu sehn,
Wie sie sonnig begannen, um freundlich zu gehen.
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En Mar del Plata, en noviembre de 2000, el diario La Capital publicó una nota de Esteban Turcatti titulada "El gaucho que conquistó el mundo". En ella leemos: "El Martín Fierro tuvo difusión mundial y es lógico que así fuera, por el genio de su autor y por los motivos fundamentales que lo movilizan que son valores de carácter universal, la libertad del hombre frente a la omnipotencia de los poderosos. La obra lleva más de treinta y cinco traducciones, y en algunos idiomas las versiones se multiplican. Las ediciones suman más de seis mil en el orden mundial".
"En el año 1983 se constituyó en la ciudad de Buenos Aires, el Círculo de Traductores del ‘Martín Fierro’. Su presidente fue Alberto Gómez Farías, traductor del poema al idioma chino y su secretario Bernaldo Souto, que lo tradujo al gallego. Sus otros miembros y traducciones fueron: Pero Tutavac, croata, Stanislav E. Jancarik, eslovaco, Jorge C. Primbas, griego, Tine Debeljak, esloveno, Ladislao Szabó, húngaro, Kehos Kriger, yiddish, Yauad J. Nader, árabe, Enrik Magkiewicz, polaco, Serafín Grecco, calabrés, Txomin Takakortexarena, vasco, Enric Martí Muntaner, catalán".
"Bernaldo Souto, poeta gallego, había traducido el Martín Fierro a ese idioma en el año 1980. Establecido en la Argentina desde hace muchos años, regresó recientemente de su tierra natal, Galicia, donde es muy conocido por su obra literaria y periodística. Allá brindó una serie de conferencias y presentó tres libros de poesías bajo el título ‘Luz y sombras’. Pero su mayor satisfacción fue enterarse que en fecha próxima, su traducción gallega del Martín Fierro será publicada por la Xunta de Galicia, en una edición bilingüe de lujo".
En la contratapa del libro, Souto hace su crítica del poema: ‘la obra supera el marco costumbrista de la poesía gauchesca para proyectarse en valores de calidad ecuménica. Martín Fierro representa un pueblo con sus defectos y virtudes que constituye el seguro perenne del hombre, en su incertidumbre ontológica (...) En su lucha contra la sociedad injusta y cínica, configura al hombre en la perpetua contienda por la libertad, que alcanza a darle un sentido a su vivir, solitario y desvalido" (12).
Ilustran la nota algunas estrofas traducidas por Souto:
Póño-me eiquí cantar
Ao toque da miña viola,
Ao home que o desvela e isola
Unha pena magoeira,
O mesmo que a ave senlleira
Co seu cantar se consola.
Prégo-lle aos santos do ceo
Den vóo ao meu pensamento;
Prégo-lle neste momento
Que ao contar a miña historia
Avivícen-me a memoria
I-acláren- me o entendimento.
Veñan santos milagreiros,
Todos ao meu estro acudan,
Que a miña lingua se anuda
E xa anuba-se-me-a vista;
A Deus prego que me asista
En circunstancia tan ruda.
Eu olléi moitos cantores
Con sonas moi ben outidas,
Que despóis de adequiridas
Deixáro-nas de alentar:
Semellaban sen largar
Estar cansos en sortidas.
Onde outro crioulo pasa
Eu tamén hei de pasar;
Que ninguéin me fai recuar
Nin as pantasmas m-espantan,
E dende que todos cantan
Martín Fierro quer cantar.
E cantando hei de morrer,
Cantando han de m-enterrar,
Coa cantiga hei de chegar
A carón do Eterno Pai:
Do centre da miña nai
Viñen ao mundo a cantar.
Miña lingua se non trabe
Nin me traicioe a palabra;
O cantar a gloria labra
E xa póndo me a cantar
Cantando han de me atopar
aunque a mesma terra se abra.
Sínto-me no rol dun baixo
Que entoa sabido argumento;
O mesmo que o xiado vento
Fago aterecer os pastos.
Con ouros, copas e bastos
xoga alí o meu pensamento.
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En "Literatura de exilio como memoria cultural. El caso de los croatas en la Argentina", Elena Duplancic de Elgueta se refiere al traductor del poema al croata: "Otra actividad fundamental para la comunidad croata en la Argentina fue la traducción. Muchos croatas son traductores de reconocido prestigio en la Argentina (18). En el campo literario la tarea de Vinko Nikolic como traductor y reseñador de poetas argentinos es importante, así como las continuas versiones castellanas de textos croatas en Studia Croatica. Un esfuerzo digno de ser destacado es la traducción de Martín Fierro, al dialecto croata ikavica, por parte de Pero Tutavac en 1976. A través de todas estas actividades esta generación de croatas ha dado forma, preservado y transmitido su identidad nacional. Pero al mismo tiempo, ha reflejado la identidad de la sociedad huésped argentina. Esta acción de reflejar tiene diferentes modos. En primer lugar llama nuestra atención el especial interés de estos exiliados croatas en mostrar a la Argentina desde el punto de vista geográfico, histórico, demográfico y cultural. Así por ejemplo el primer capítulo del libro arriba mencionado de Marko Sinovcic es una vista panorámica de la Argentina. Ivo Rojnica dedica 150 páginas de su libro Prikaz povijesti argentini i doprinos Hrvata (19) a la historia argentina".
"Un segundo aspecto, tan significativo como aquel es la constante referencia a personalidades de origen croata que hayan desempeñado roles destacados en la vida argentina. La segunda parte del libro de Rojnica recién mencionado se focaliza precisamente en las contribuciones de los croatas a la Argentina. En artículos como el de Maja Lukac-Stier "Aportes de la colectividad croata a la República Argentina" (20) al mismo tiempo que se menciona al croata y su colaboración se enuncia el contexto histórico-cultural argentino en el que se desenvolvió. Así por ejemplo, del siglo pasado se recuerda a Nicolás y Miguel Mihanovic fundadores de la marina mercante argentina o al mayor Buratovic que actuó en la campaña contra los indios al sur de Buenos Aires e instaló allí el telégrafo".
"Las revistas croatas se han hecho eco de las fechas patrias argentinas saludando al pueblo argentino en esas oportunidades e incluso con mención del himno nacional o de alguna canción patriótica y con comentarios sobre su sentido de independencia y amor patrio, sentimientos con los que se identificaban plenamente. Otras veces han ilustrado sus páginas con ilustraciones de lugares argentinos de importancia histórica".
"Algunos autores argentinos han sido traducidos al croata. Vinko Nikolic tradujo a algunos poetas de este siglo como Alfonsina Storni. La versión croata del Martín Fierro de Pero Tutavac recibió el aplauso de la prensa local. Más recientemente Studia Croatica reporta el trabajo de Milivoj Telecan quien trabajara en Croacia, en la traducción de las Obras Selectas de Borges al croata. Tanto el Martín Fierro, nuestra epopeya gaucha del siglo pasado, como los relatos de Borges de este siglo son sin duda símbolos de la identidad literaria argentina que se ven así reflejados por la actividad de la comunidad de exiliados croatas" (13).
Bojan Grobovsek, embajador de la República de Eslovenia en Argentina, manifestó: a sus compatriotas emigrados, "la inserción en la sociedad Argentina los puso en contacto directo con la cultura hispanoamericana y sus frutos fueron inmediatos: en 1927 se publicó en Argentina el primer método esloveno para el aprendizaje del castellano; en 1957 había treinta publicaciones periódicas en lengua eslovena; en 1970 el Dr. Tine Debeljak traduce y publica el Martín Fierro. Hasta hoy contabilizamos trescientos sesenta libros publicados en la Argentina. Los inmigrantes se convirtieron en buenos argentinos, pero no abandonaron su condición de eslovenos. Con su laboriosidad y con su trabajo retribuyeron la generosidad con que los había acogido la nueva patria. Su actividad literaria, periodística, de traducción y artística, enriqueció el patrimonio cultural argentino" (14).
Fernanda Abad se refiere a la traducción al árabe: "Un poeta árabe hablando de tango, otro traduciendo el "Martín Fierro", uno más estableciendo un paralelo entre el gaucho y el beduino. El particular espíritu creador del artista árabe llegó a Argentina con los conquistadores españoles". Noticias acerca de este traductor se pueden encontrar en Arabes 1. Poemas, crónicas y relatos en Sudamérica, una antología con prólogo y selección del periodista Lautaro Ortiz, quien "rescata textos de literatura árabe desde 1860 hasta 1950, reflejando un imaginario y una historia propia, en consonancia con la cultura vernácula" (15).
En septiembre de 2005, anunció la revista SEFARAires (16): “Carlos Levy, nacido en la provincia de Mendoza, tradujo el Martín Fierro al djudesmo (17). Su trabajo es el número treinticinco del pasaje de la obra cumbre gauchesca a una lengua extranjera. (...) El Martín Fierro, fue escrito por José Hernández entre 1872 y 1879 y se encuentra traducido a numerosas lenguas entre ellas: el serbio, rumano, guaraní, quechua, catalán, griego, armenio, hebreo, ruso, esperanto, esloveno, idisch, checoslovaco, calabrés, coreano, hindú, francés, árabe, lituano, sueco, japonés, gallego, polaco, ucraniano. (...) Y para cerrar esta nota, nada más significativo que algunos de esos versos.
Ya non se ke tantos mezes
esta vida me duró,
a vezes mos ovligo
la mizeria a komer caballo,
me avia akompanyado kon otros
tan manziyados komo yo.
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Notas
10. Sorrentino, Fernando: "Martín Fierro, espejo de oprimidos y estímulo de trujamanes", en El trujamán, Centro Virtual Cervantes, Instituto Cervantes (España), 9 de octubre de 2003
11. Kaufmann, Marion: "El Martín Fierro y sus traductores" (traducción), Argentinisches Tageblatt, Buenos Aires, 27 de abril de 1991.
12. Turcatti, Esteban: "El gaucho que conquistó el mundo", en La Capital, Mar del Plata, 5 de noviembre de 2000.
13. Duplancic de Elgueta, Elena: "Literatura de exilio como memoria cultural. El caso de los croatas en la Argentina", en Studia Croatica, N° 137. 1998. www.studiacroatica.com.
14. Grobovsek, Bojan: "La inmigración eslovena en Argentina", en el folleto de la muestra homónima, Museo Nacional de la Inmigración, 5 al 21 de septiembre de 2003.
15. Abad, Fernanda: "La cultura árabe entre nosotros", en www.eltribuno.com, 27 de julio de 2003.
16. León, Luis: “El Martín Fierro en judeoespañol”, en SEFARAires Nª 41 (sefaraires@fibertel.com.ar)
17. Carlos Levy: Marín Fierro, José Hernandez, tresladado al djudeo-espanyol, Pg.57
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Al lunfardo tradujo Luis Alposta los seis poemas gallegos de Federico García Lorca (18), entre los que se encuentra la ‘Cantiga del neno da tenda’, texto que evoca a un gallego que, en Buenos Aires, añora su tierra.
Antonio Pèrez-Prado señala que "Los Poemas Galegos fueron publicados en 1935 por Anxel Casal, editor pobre y domèstico, quien solventò la malandanza de su imprenta con los aportes de su mujer, costurera. Un año màs tarde, aquel negro año de 1936, Anxel Casal, en Galicia, y Federico Garcìa Lorca, en su Granada, fueron fusilados" (19).
En su Diccionario lunfardo y de otros tèrminos antiguos y modernos usuales en Buenos Aires, Josè Gobello define al lunfardo como "el repertorio de voces traìdas por la inmigraciòn, imitadas festivamente por el compadrito e incorporadas luego al lenguaje popular de Buenos Aires. Lo delictivo puede ser lunfardo o no serlo –agrega- y otro tanto ocurre con el lenguaje de la vida airada, que es el de los rufianes y sus pupilas" (20).
Antonio Pèrez-Prado afirma que "el lunfardo es jerga burguesa, de gran ciudad cosmopolita". Sobre el origen de esta jerga, señala: "El lunfardo porteño tiene aspectos comunes a los argots, slangs, cockneys y otras jergas; por ejemplo, en la mecànica de invenciòn de palabras. A estos recursos del tipo de las proteicas inversiones o transposiciones silàbicas y de los juegos paranomàsticos e hipocorìsticos, deben añadirse como propias del lunfardo las masivas aportaciones de tèrminos inmigratorios".
Entre estos tèrminos, percibe una notoria diferencia de cantidad segùn su procedencia: "Por cierto que los de origen italiano, sobre todo dialectal, forman el grueso. Las gallegas, en cambio, son pocas y contaminadas por una sospecha: la de que se trata de portuguesismos. Nunca es fàcil y generalmente no es posible decidir si algunas voces cruzaron el Atlàntico con la emigraciòn gallega o se limitaron a cruzar el Rìo de la Plata, hace un par de siglos, cuando la Colonia del Sacramento era plaza de habla portuguesa. Ademàs, si nos olvidamos de la fonètica, el gallego y el portuguès tienen fraternal semejanza".
Relata que "El profesor Xesùs Alonso Montero, de la Universidad de Santiago de Compostela, Galicia, organizò en abril de 1993 un primer Congreso de Poetas Alòfonos en Lengua Gallega. Es decir, de poetas que usaron el idioma sin tenerlo como lengua materna. El ejemplo clàsico es Lorca, quien nos dejò seis magnìficos Poemas Galegos, impresos en 1935".
"Al invitarme al Congreso, el sorprendente Alonso Montero me sorprendiò con un pedido: querìa poner esos poemas de Lorca en muchas lenguas, vivas o muertas. ¿Podrìa yo –por ejemplo- conseguir traductores buenos al guaranì, al quechua, al mapuche? ¿Y al lunfardo? No tuve suerte con aquellas lenguas indoamericanas, pero la tuve con el arte lunfardesco de mi colega y amigo Luis Alposta. No tardè en convencerlo de lo que a mì no me terminaba de convencer, ìntimamente: de la posibilidad de llevar la poesìa de Lorca, en gallego, a esa jerga confianzuda y traviesa que llamamos lunfardo y no acabamos de definir con certeza o acuerdo".
"Cuando Antonio Pèrez-Prado me hablò de los poetas alòfonos por telèfono, me llevò unos minutos reaccionar –dice Alposta, en el pròlogo a su traducciòn- y luego, ya repuesto, me tentò la idea de poder incorporar estos poemas gallegos a la literatura lunfarda" (21).
El lunfardo es una inquietud de hace muchos años para Alposta, poeta y ensayista, autor de la Antologìa del soneto lunfardo y El lunfardo y el tango en la medicina, entre otras obras, y miembro de nùmero, desde 1968, de la Academia Porteña del Lunfardo, en la que ocupa el sillòn puesto bajo la advocaciòn de Felipe Fernàndez, "Yacarè".
En el pròlogo, Alposta se refiere al problema que enfretò al abocarse a su tarea: "Tuve que decidir –recuerda- si debìa aproximarlo a Lorca a los porteños, cambiando suficientemente sus palabras para hacerlo inteligible, aùn a costa de sacrificar el estilo, la belleza y los giros del lenguaje gallego, o si, por el contrario, debìa valerme de mi conocimiento del lunfardo para que fuèsemos nosotros quienes nos aproximàramos a èl".
La respuesta surgiò clara: "A mi juicio, esta ùltima es la ùnica forma de hacer que la traducciòn pueda ser leìda en la lengua a la que se traduce conservando la frescura, la pureza, los giros estilìsticos y la originalidad del poeta. No cabe duda de que esto es lo ideal; elevar al lector para que cualquiera que sea su idioma, llegue a percibir la belleza del lenguaje en que fue escrito originalmente el poema. Despuès, la tarea resultò ser algo màs que un mero ejercicio intelectual, una diversiòn circunstancial o un entretenimiento de ratos perdidos".
"Fui consciente del riesgo que corrìa –agrega. El riesgo de llegar a envilecer la poesìa de Lorca. No intentè, entonces, ni la versiòn ni la paràfrasis. Simplemente, optè por la traducciòn casi literal, buscando interpretar cada uno de estos poemas y llevarlos al lunfardo sin morir en el intento. Y esto, porque lleguè a comprender que la parla nuestra de cada dìa, con sòlo ser utilizada sin alardes, se nos puede mostrar dòcil y musical para llegar a expresar con ella todos los estados del alma. Y me resultò fàcil, porque Lorca, ademàs, me estaba dando todo: la inspiraciòn, el asunto, el fondo y la forma. Sòlo era cuestiòn, entonces, de llegar a sentirme un poco èl, aunque hubiese sido imperdonable ingenuidad de mi parte llegar a creerme èl mismo, dado que toda traducciòn, sin necesidad de tener que recurrir a un estudio genètico, debe comenzar siempre por reconocer a su padre".
Pèrez-Prado, quien vivò de cerca este proceso, da cuenta de los avatares del mismo: "El traductor poeta no hallaba palabras adecuadas. Faltan en el lunfardo –repetìa- esas voces perfumadas y cariñosas, de afecto y ternura. Lo decìa èl, autor de una obra de lujosa poesìa lunfardesca donde nada falta, y menos esos sentimientos y actitudes bàsicas".
Desde que Alposta, poeta y traductor, virtiò los versos gallegos al lunfardo, Ramòn de Sismundi ya no està triste, sino "depre" y la "Quintana dos mortos" se ha transformado en la "quinta del Ñato".
Alposta presenta a los lectores el fruto de su labor con estas palabras: "En los originales, el lenguaje y el vocabulario son de una autenticidad ejemplar: los giros, palabras e imàgenes son las del pueblo gallego, y resumen un sabor caracterìstico que hace reconocer de inmediato el estilo inconfundible de Lorca. Ahora, los veràn ustedes con ropaje lunfardo".
Cantiga do neno da tenda
Bos Aires ten unha gaita
Sobro do Río da Prata,
Que toca o vento do norde
Coa súa gris boca mollada.
¡Triste Ramón de Sismundi!
Aló, na rúa Esmeralda,
Basoira que te basoira
Polvo d’estantes e caixas.
Ao longo das rúas infindas
Os galegos paseiaban
Soñando un val imposibel
Na verda riba da pampa.
¡Triste Ramón de Sismundi!
Sinteu a muñeira d’ágoa
Mentre sete bois da lúa
Pacían na súa lembranza.
Foise para veira do río,
veira do Río da Prata.
Sauces e cabalos múos
Creban o vidro das ágoas.
Non atopou o xemido
Malencónico da gaita,
Non viu o imenso gaitero
Coa boca frolida d’alas;
Triste Ramón de Sismundi,
Veira do Río da Prata,
Viu na tarde amortecida
Bermello muro de lama.
Canción del muchacho de la tienda
Buenos Aires y una gaita
Junto al Río de la Plata,
Que llora gaitas ausencias
Por su boquilla mojada.
¡Depre Ramón de Sismundi!
Allá, en la yeca Esmeralda,
Meta barrer y limpiar
Grela de estantes y cajas.
Por calles grises y lungas
El gallegaje alternaba
Embolsicando ilusiones
De costalete a la pampa.
¡Depre Ramón de Sismundi!
Con la muñeira en el alma
Junaba bueyes de luna
Entre cachitos de infancia.
Rumbió hacia la Costanera,
la del Río de la Plata,
Y allí se quedó hecho bolsa
Fichando muy fijo el agua.
Todo pasó a ser silencio.
Se le hizo humo la gaita,
se tomó el piro el gaitero
y la mufiña echó alas.
¡Depre Ramón de Sismundi!
Junto al Río de la Plata.
La tarde se ha puesto fule.
¡La orilla es de barro y latas!
Notas
18. Alposta, Luis: Lorca en lunfardo. Los "Seis poemas galegos" en ediciòn bilingûe. Traducciòn de Luis Alposta. Estudio preliminar de Antonio Pèrez-Prado. Buenos Aires, Corregidor, 1996.
19. Pèrez-Prado, Antonio: "A Lorca le hubiera gustado", en Alposta, Luis: Lorca en lunfardo. Los "Seis poemas galegos" en ediciòn bilingûe. Traducciòn de Luis Alposta. Estudio preliminar de Antonio Pèrez-Prado. Buenos Aires, Corregidor, 1996.
20. Gobello; Josè: Diccionario lunfardo y de otros tèrminos antiguos y modernos usuales en Buenos Aires. Buenos Aires, A. Peña Lillo Editor, 1975.
21. Alposta, Luis: "Prólogo" a Lorca en lunfardo. Los "Seis poemas galegos" en ediciòn bilingûe. Traducciòn de Luis Alposta. Estudio preliminar de Antonio Pèrez-Prado. Buenos Aires, Corregidor, 1996.
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Syria Poletti nació en Pieve di Cadore, Italia, en 1919. "Se graduó como pedagoga en Venecia. En 1945 llegó a la Argentina como directora de la Asociación Dante Alighieri en Santa Fe. Cursó el profesorado de Castellano e italiano en la Universidad Nacional de Córdoba y se radicó en Buenos Aires. Publicó cuentos en La Nación y la revista Vea y Lea. En 1954 fue seleccionada para el Premio Kraft con dos cuentos, que aparecieron en el volumen Veinte cuentos infantiles, 1955. En 1961 ganó el premio internacional Losada con la novela Gente conmigo (1962), 10 ediciones, 2° premio municipal y en 1964 adaptada al cine y premiada en el Festival de Locarno. Publicó luego Línea de Fuego, 1964, e Historias en rojo, 1969, cuentos; Extraño oficio, 1972, novela; La gente, 1976, selección de su obra para estudiantes; Taller de imaginería, 1977, cuentos y autorreportajes; Amor de alas, 1981, con óleos de Raúl Soldi. Estos libros fueron varias veces reeditados. Para niños y adolescentes publicó Botella al mar, 1965, España; Reportajes supersónicos, ilustrado por Vilar, 1972; El juguete misterioso, 1977; El misterio de las valijas verdes, 1978, varias ediciones; Marionetas de aserrín, 1980; El rey que prohibió los globos, 1982; Inambú busca novio, 1983; Enanito siete, 1984, cuentos y poesías, en colaboración con Dora Fornaciari; El monito Bambín, 1984; Alelí y el payaso, 1984. Además de los mencionados, obtuvo el premio Internacional ‘Doncel’ por Botella al mar; 1° municipal por el cuento ‘Aprender a vivir’; 1° municipal por Historias en rojo; recomendación de la Biblioteca Infantil-juvenil de Munich, Alemania, a Reportajes supersónicos para su traducción a todos los idiomas, el Premio IBBY otorgado por la UNESCO; del Consejo Nacional de Educación y Faja de Honor de la SADE; nominación de Extraño Oficio para el premio nacional de literatura; recomendación de la Asociación Argentina de Lectura para Inambú busca novio; Premio Año 1983 de la Cámara Argentina de Publicaciones a El rey que prohibió los globos. Varios de sus libros fueron recomendados por el Consejo Nacional de Educación como textos auxiliares. En 1966 fue becada por el Fondo Nacional de las Artes, y en 1968-89, invitada por el gobierno de Italia para dictar conferencias en ese país, lo mismo que por el Instituto de Cultura Hispánica en España, visitando también Francia y Alemania. Fue invitada en 1973 a la Feria del Libro Infantil en Bologna, Italia, cuyo gobierno le otorgó el título de Gran Caballero de la Estrella de la Solidaridad. En 1975 fue distinguida por la Dirección Nacional de Migraciones, la Asociación Internacional para el Desarrollo la designó Mujer del Año en el Año Internacional de la Mujer y el Club de Mujeres de Prensa la premió por su aporte a las letras. En 1978, invitada por la Universidad de Los Angeles, EUA, dictó cursos de literatura y fue declarada Profesora Distinguida. La Academia de la Lengua Española de Sacramento la designó Miembro de Honor y recibió Diploma de Honor del Instituto Literario y Cultural Hispánico de Westminster, California. La Federación Argentina de Mujeres de Negocios y Profesionales le confirió la ‘Estrella de Nieve’ en 1982. Participó en ferias de libros nacionales e internacionales y en congresos de literatura como invitada. Sus cuentos y novelas fueron adaptados para TV y radio y traducidos. Escribió especialmente para TV las obras Experta en amor y Adiós invulnerable. Integra antologías, ha publicado trabajos sobre el Friuli y la inmigración italiana y dio conferencias y cursos en países de América del Sur, Estados Unidos, Europa, Caribe e Israel. Colaboró en diarios y revistas, escribió y dirigió programas de literatura infantil-juvenil en radio y TV, dirigió colecciones de libros para niños y ha orientado y dirigido talleres literarios. Su obra ha sido estudiada en ensayos críticos en el país y el exterior. En 1984 recibió el Premio Estatuilla de Platino de la Fundación Konex por literatura infantil y el Premio Nacional ‘Sixto Pondal Ríos’ de la Fundación Odol" (22). Falleció en Buenos Aires el 12 de abril de 1991. Sus restos fueron velados en la Sociedad Argentina de Escritores y yacen en el cementerio de la Chacarita.
En el año 1961, Gente conmigo (23) fue distinguida con el Premio Internacional de Novela convocado por la Editorial Losada. Al año siguiente, dicha obra mereció el Segundo Premio Municipal de Buenos Aires y fue seleccionada entre las diez mejores novelas sudamericanas por la editorial Alan Williams de Nueva York. Fue traducida al inglés, alemán y ruso, y se realizó una adaptación cinematográfica y otra televisiva.
Al preguntársele a la escritora acerca de las razones por las que creó este libro, respondió: "Un libro que se escribe desde adentro, nace porque debe nacer. Hay fuerzas oscuras que impulsan toda creación auténtica. Pienso que toda mi vida no fue más que una larga gestación de Gente conmigo y de Extraño oficio. Esa gestación entrañable, misteriosa, debía plasmarse y salir a luz. Pero creo que nació y maduró en la fragua candente de un sentimiento de asombro y rebeldía frente al absurdo de ciertas situaciones humanas: el desconcierto de la mujer inteligente ante la mediocridad del hombre de nuestro tiempo y de nuestro medio; la soledad de quien está preñado de trascendencia; el abismo entre generaciones; el desarraigo del inmigrante; la injusticia de los convenios establecidos entre América y los países emigratorios, convenios que, en la actualidad, además de despiadados, resultan anacrónicos. Por ejemplo, el casamiento por poder entre una pareja de desconocidos o el veto de ingreso al país a los disminuidos físicos" (24).
En su estudio Syria Poletti, Mujer de dos mundos (25), Walter Gardini nos habla del aspecto autobiográfico de la novela: "La descripción literaria del mundo argentino está vinculada con la emigración italiana. Otra vez es una transcripción artística de una vivencia suya de la ‘gente’ emigrada que está con ella. El texto base es, esta vez, la novela Gente conmigo (...) cuya protagonista, Nora Candiani, es la proyección de Syria".
El ensayista recuerda palabras de la escritora sobre su profesión, la misma que ejerce Candiani: " ‘Los problemas de los inmigrantes fueron el pan cotidiano que me procuró mi oficio’, el de traductora pública. ‘Vi llegar a los arrojados de Europa con sus bagajes de rencores, de miedo y de trampas. A través del aluvión que llegó después del 43, yo pude entender el anterior que también había desbordado aquí como resaca, empujado por la dispersión desde el 18 en adelante. Yo vi de qué fuerzas oscuras están compuestos los aluviones".
En un reportaje, Poletti explicó por qué había abandonado la profesión: "Para un escritor el idioma es el instrumento clave: debe saber afinarlo al máximo para plegarlo a sus deseos, respetando sus estructuras originarias. La adquisición del idioma fue una conquista lenta, terca y cotidiana. Casi una obsesión. Cuando llegué a Buenos Aires, traía mi vocación. Nada más. No conocía el castellano. Pensé que si quería escribir y publicar, debía hacerlo lo mejor posible. Era el tributo mínimo que debía pagar como extranjera. Derecho de piso. Durante los años de mi aprendizaje, renuncié a hablar y leer en italiano. Había observado que los que escriben simultáneamente en dos idiomas similares, acaban confundiendo matices o imponiéndose cierta rigidez. Opté por desterrar el italiano; dejé las cátedras; renuncié a traducciones. Cuando un instrumento se nos vuelve imprescindible, todos los sacrificios que hacemos para conquistarlo, nos parecen pocos. Creo que me sirvió mucho el conocimiento del latín. Pero lo determinante fue el hecho de pensar y sentir en castellano" (26).
Cuanto escribe acerca del veto de ingreso a los disminuidos físicos, no parece estar basado sólo en su experiencia laboral. Lo que conocemos acerca de su biografía nos permite inferir que fue también su propio sufrimiento el que dio origen a la novela. "Un mazazo –dijo a Walter Gardini. Una imprevista enfermedad en la columna partió en dos mi vida". Se trataba de una escoliosis deformante. Fue enviada a un hospital de Venecia para intentar una cura. ‘Nunca vi una lucha más denodada. Cada veinte días me ponían un nuevo yeso que ceñía mi tronco. El más célebre de los ortopedistas italianos, Delitala, luchó durante más de un año para devolverme la movilidad’. Todo fue inútil y Syria tuvo que llevar esta deformidad, como una marca indeleble, a lo largo de toda su vida".
Quizás haya sido ella la auténtica protagonista del trance que hace vivir a Nora Candiani: "Entramos a un salón vasto y desnudo. Era el lugar reservado a la revisión sanitaria. Junto a unas mesas, los médicos revisaban a mujeres y chicos con ráoida indiferencia. Pase usted, pase usted, adelante, otra, rápido. Y las mujeres esperaban pacientemente, con la ropa a medio quitar y los críos berreando". El médico le niega el permiso para emigrar, a causa de una malformación en la espalda.
Comienza entonces el peregrinar de la hermana mayor, que debió emigrar sola, y no se resigna a que Nora quede en Italia, cuando ya están todos en América: "Paso tras paso, con su carga de trabajo y el agobio de apuntalar a una familia dispersa, Bertina consiguió arrancar el permiso de embarque. Eso no invalidaba el fallo adverso emitido en Trieste; era una concesión, una dádiva lograda a fuerza de recursos, de cuña y obstinación. (...) Mi viaje a América se resolvió así en una suerte de contrabando: yo era como un producto deteriorado que debía pasar inadvertido, entremezclado con los productos destinados a la exportación: los emigrantes aptos. Yo era el polizón que logra trepar al barco. Luego, la piedad me admitiría. De todos modos, lo importante era viajar. La vida impone las leyes y la vida enseña las trampas. Sólo que las trampas arañan". La protagonista reflexiona: "Es paradójico que la deformidad constituya una culpa imperdonable".
Al enterarse de la imposibilidad de viajar de un compatriota con un problema parecido al suyo, la traductora reafirma su convicción: "Es inútil, me dije, la deformidad física no es un problema que puedan resolver los hombres. Sigue existiendo el Monte Taigeto. El mundo no cambia". Pero hay en ella algo mucho más doloroso que no poder viajar, que no poder reunirse con la familia: "Quizás ya sabía, con la cruda presciencia de los desdichados, que le estaba negado lo único realmente imprescindible para vivir: el amor. Este veto era mucho más cruel que el lanzamiento en el vacío. Ese era el precipicio abierto ante él a lo largo de toda la existencia".
No era la protagonista la única víctima de esta selección. Cuando intenta en vano emigrar con Bertina, puede observar otro episodio desgarrador: "A nosotras nos llevaron a un sombrío corredor de espera. Allí había un hombre y una mujer, los dos mudos, como nosotras. Y los dos se apretaban contra un chico que miraba estupefacto, sin entender. El es un poquito rengo... –explicó la mujer con la súbita camaradería que inspira la desgracia-. ¿Y tú? No contesté. Hubiese querido borrar esa presencia, esa evidencia. Quemarla. Ante mí acababa de abrirse el abismo temido desde la infancia. Y permanecí dura, con los ojos, secos y la garganta seca, apretando fuertemente las mandíbulas para mantener la rigidez del semblante".
Ya en América, conoce a una empleada que ha padecido la separación de su hija, también por discriminación. Hablando de su marido, la mujer comenta a la traductora: "Vinimos juntos, hace veinticinco años... Pero después él volvió a Italia porque allí teníamos una nena, paralítica, pobrecita. La habíamos dejado con mi madre... (...) Porque no nos dejaron viajar con ella, por sus piernitas flojas... Por eso mi marido volvió a Italia a buscarla. Y yo me quedé aquí para trabajar. Fue en el 39... Usted sabe: allí estalló la guerra. ¡Antoniello cayó justo en la boca del lobo! Tuvo que ir al frente. Y volvió sin las piernas. Ahora es mutilado de guerra...".
Una familia de italianos viene a pedirle que altere un documento. Le piden que facilite así que su hijo llegue a la Argentina: "¡Es Rafael! ¡El hijo mío! ¡Tiene doce años y es lindo como un ángel! No sé por qué nació así... Una jorobita... Muy chica... ¿Sabe? Y ahora dicen que tiene pus... (...) ¡No lo dejaron subir al barco! Yo lo llevaba de la mano y me lo sacaron. Me dijeron que lo iban a poner en un hospital por unos días, y que después...".
La revisión médica no afecta sólo a los menores; veda el ingreso asimismo a personas de la tercera edad. La madre de Rafael dice: "-Yo tengo una parienta que vive en Zárate y que no puede viajar a menudo a Buenos Aires. Y la pobre necesita permiso para traer de Italia a la madre. La madre es muy viejita... Quedó allí sola... ¿sabe? Todos vinieron aquí. Y ahora quieren traerla también a ella... (...) Le mandaron el dinero y los papeles para el pasaje, pero en Nápoles no la dejaron embarcar porque la viejita mueve siempre la cabeza. Hace así... Y Magdalena movió la cabeza de un lado a otro como si padeciera de un tic nervioso. (...) ¡No le pude hacer daño a nadie que una viejita mueva la cabeza! ¿No? ¡No va a contagiar a nadie!".
El casamiento por poder es otra de las realidades contra las que la escritora arremete. Aunque otro personaje señala las ventajas de la costumbre, la traductora no se deja convencer: "Jamás pueden llevarse bien los que no se conocían de antemano y resuelven casarse por poder como quien resuelve entre dos males: o eso o la miseria (...). Es una escapatoria; no una elección. Todas esas muchachas que llegan aquí casadas por poder y se enfrentan con la incógnita de un marido desconocido me dan la impresión de seres arrojados por algún éxodo... No sé... Una especie de aluvión acosado por fuerzas oscuras que desborda por el mundo a tontas y a ciegas...".
Existen otras situaciones; por ejemplo, cuando la pareja ya estaba de novia en Italia y acuerda emigrar. Considera que ni siquiera en este caso es aceptable el casamiento por poder y, para demostrarlo, narra lo sucedido a un matrimonio que vivió una desgracia: "El llegó primero; trabajó duro y construyó la casa. Entonces se casaron por poder y ella tomó el barco. Un barco hacia América, hacia él, hacia el nuevo hogar. Durante la travesía la contagió el tracoma y no pudo desembarcar. Las prescripciones sanitarias no lo permitieron. Y él tampoco pudo subir a la nave. Debió conformarse con agitar el pañuelo desde el muelle cuando el buque zarpó de regreso a Italia". La narradora sabe bien por qué sucedió eso a la infortunada pareja de emigrantes: "Ella había contraído el tracoma por viajar junto a algún enfermo clandestino. Un enfermo a quien alguien –un médico o un traductor- habría posibilitado el embarco eludiendo o alterando un diagnóstico".
Syria Poletti defendía el derecho a mostrar a través de la literatura realidades que debían ser cambiadas, por eso dijo: "Toda obra de arte entraña un mensaje social y mucho más cuando está escrita desde adentro. Inclusive, desde el punto de vista temático, mi novela podría significar una punta de lanza para la revisión de algunos convenios inmigratorios que resultan escarnecedores, por ejemplo, el rechazo de los disminuidos físicos. Y toda la novela plantea dramas; dramas que nacen de las injusticias sociales. Sin embargo, inclusive como mensaje social, esto no es lo más importante: lo más importante está implícito en el amor y en la adhesión que los personajes pueden o no suscitar en el lector. La eficacia del ‘mensaje’ depende de la carga de vivencias y de poesías que entraña una obra".
En 1965 Jorge Masciángioli adapta para cine Gente conmigo. "La película es dirigida por Jorge Darnell e interpretada por Milagros de la Vega, Norma Aleandro, Alberto Argibay y otros actores. Esta versión fílmica es elegida para el Festival Internacional de Venecia por el Instituto Nacional de Cinematografía, y obtiene una importante distinción en el Festival Cinematográfico Internacional de Locarno (Suiza)" (27).
Notas
22. Sosa de Newton, Lily: Diccionario Biográfico de Mujeres Argentinas. Buenos Aires, Plus Ultra, 1986.
23. Poletti, Syria: Gente conmigo. Buenos Aires, Losada, 1972.
24. Fornaciari, Dora: "Reportajes periodísticos a Syria Poletti", en Taller de imaginería. Buenos Aires, Losada, 1977.
25. Gardini, Walter: Syria Poletti, Mujer de dos mundos. Buenos Aires, Asociación Dante Alighieri, 1992.
26. Fornaciari, Dora: op. cit.
27. S/F: "Biobibliografía de Syria Poletti", en Poletti, Syria: Taller de imaginería. Buenos Aires, Losada, 1977.
Foto S.P.: www.abanico.org.ar
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Quienes se establecieron en la nueva tierra y ejercieron la traducción, realizaron una valiosa labor social y contribuyeron al engrandecimiento de la cultura argentina. Entre ellos se destacan los traductores del Martín Fierro, obra en la que vieron reflejado su propio destino. La traducción al lunfardo evidencia la importancia de esa jerga surgida del aluvión que llegó a nuestro país y nos legó sus historias y costumbres. El traductor como personaje literario es evocado por Syria Poletti, quien, aunque renunció a esa profesión, obtuvo de ella vivencias que plasmó en la novela laureada.
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