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Literatura infantil y juvenil
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LITERATURA INFANTIL, POR UN MUNDO MEJOR
En La literatura infantil en la enseñanza preescolar y primaria (Buenos Aires, Lerú, 1964), Lilia Morbelli afirma que “se entiende por literatura infantil toda obra, no solamente dedicada a los niños sino la que por sus valores entra dentro de sus intereses" y destaca que el material des tinado a los pequeños lectores debe tener como fin primordial el conocimiento de la Belleza y la Verdad. Debe contener enseñanzas morales, pero las mismas no deben ser explícitas, por eso, aconseja eliminar las moralejas de las fabulas-, por el contrario, tienen que estar escondidas en el argumento y salir a la luz por la comprensión del niño.
En cuanto al objetivo que debe perseguir quien escribe este tipo de textos, sostiene que “el fin fundamental es llevar al niño al discernimiento de lo bueno y lo malo, es arraigar en él el sentido de la verdad, es hacerle comprender que lo que las palabras de los poetas cantan son las cosas de todos los días, son los sentimientos comunes a todos; y que, si muchas veces la imagen es melancólica, es porque nuestro mundo no es perfecto, y está en ellos el hacerlo mejor, en sus manos infantiles crear la bel1eza que falta, en su obra ulterior de adultos traer la seguridad y la paz, en su alma libre y limpia el extraer la poesía que todos los seres y la vida común encierran".
Morbelli considera que la literatura infantil no es una asignatura aislada, que sólo puede ser recordada cuando se trata .de enseñar gramática o redacción. La define como "la pieza principal del rompecabezas del saber humano", como "el ensamble necesario, el coordinador fundamental; el que hará ver aI niño que todo está relacionado".
La escritora Syria Poletti, distinguida en 1984 con la Estatuilla de Platino de la Fundación Konex por literatura infantil, afirmaba que no era de por sí un subgénero, ya que “cualquier narración o versificación se convierte en subproducto cuando se escribe para el consumo y no por inspiración talentosa".
En uno de los reportajes que se Ie realizaron, se explayó sobre este tipo de literatura: "Yo diría que escribir para los chicos es mi manera natural de relatar: es dar vía libre a la imaginación. Pero es también el mejor vehículo para expresar mi mundo interior y para introducir los símbolos, los mitos, los valores que me importan".
Consideraba que los niños captaban esos símbolos, esos valores, con mayor inmediatez, y también encontraba otras virtudes en sus Iectores: "Captan la poesía latente en toda creación -dijo- y son insobornables ante el tedio, lo falso, lo perimido, lo impuesto por las modas".
En cuanto al lenguaje, Morbelli señala que debe ser claro, sencillo y rico en comparaciones. Poletti agrega tácitamente que debe estar adecuado a aquello, a quienes se dirige, pues confiesa que el hábito de estar con niños Ie enseñó las leyes y el lenguaje que debía manejar, porque hay leyes particulares para este tipo de literatura: 'las mismas leyes que el niño crea para sus juegos: acción, realidad, emoción, fantasia" -enumera Poletti-.
Formar al hombre del mañana
Morbelli destaca que es necesario formar a los lectores, para que aniden en elIos las enseñanzas que los convertirán en hombres y mujeres probos, que tendrán en sus manos un futuro mejor. Su valoración del poder de la literatura infantil la lIeva a decir que los hace “vivir en el mundo encantado donde el triunfo de la bondad es el único posible. Mundo encantado que dejará de ser tal, el día que todos los hombres se hayan nutrido y hayan formado su espíritu con ayuda de la buena literatura infantil".
Esto no es fácil, pues requiere que el escritor se compenetre y sienta lo misrno que puede sentir el niño que lee su obra y cree en cuanto se Ie narra; al respecto, Ana M. Lahitte ex:presa que "para hablar sin herirlos hay que saber alejarse del dolor y volver a ser niños, sin oIvidar por elIo el acento guiador que, cuando despierten, habrá de irlos nutriendo de perfumadas esencias".
Un ensayista de la talla de Alfonso Reyes también se ocupó de este género, al que veía relacionado con la formación del pequeño destinatario: "En ninguna literatura -asevera- es más íntima la clásica relación entre lo util y lo dulce que en la literatura infantil, ninguna poesía está obligada más estrechamente a los fines educativos inmediatos que la poesía para los niños. Lo menos que hace -y lo más importante en muchos sentidos- es cultivar la imaginación y acostumbrar, por una parte, a escoger los rasgos de belleza en la realidad exterior y, por otra parte, a sublimarlos y trans figurarlos en el fuego del espíritu".
Lilia Morbelli alerta sobre el efecto pernicioso de las ma las lecturas, y aconseja, ya sea desterrar los cuentos famosos con motivos crueles y finales amargos -como Barba Azul-, o modificarlos, de modo que el personaje se vuelva inofensivo y no asuste a los niños –el lobo viejo y sin dientes en Caperucita Roja-.
Este efecto indeseable es advertido también por J. López de Arroyo, quien escribe: "Mientras los hijos no llegan a la pubertad, no es posible aún apreciar la influencia de las malas lecturas, de los espeluznantes relatos llamados inconscientemente cuentos infantiles. Es entonces cuando empiezan a manifestarse las consecuencias".
La literatura infantil aparece entonces como un medio su mamente eficaz para moldear el espíritu de los niños, más allá de que los divierta, desarrolle su imaginación o enri quezca su vocabulario. Al escribir para chicos debe tenerse en cuenta -como lo hacen muchos escritores de nuestro país- que la responsabilidad es enorme, porque se trata de seres en una etapa de gran importancia en sus vidas, una etapa en la que todo cala hondo y se vuelve el basamento de la personalidad.
Por eso, al escribir para niños, conviene recordar las palabras de Gesell, quien expresó: "EI encanto y la bondad intrínsecos en la niñez constituyen la mejor garantía de la ulterior perfectibilidad de la humanidad. En un esfuerzo más sinceramente sostenido por comprender a los niños, los hombres y mujeres se comprenderán mejor a sí mismos y comprenderán mejor a sus semejantes".
(...)
El Tiempo, Azul, 12/7/92
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MONLI. Texto de Bachi Salas. Ilustraciones de Oscar Salas. Arte y diseño gráfico de José María Fuentes. Río Cuarto, Oga libros, 2007. 104 pp.
Destinado a chicos de preescolar y los primeros grados, este libro les brinda la posibilidad de ver reflejados sus propios problemas -la llegada de un hermano, los primeros días de escuela, el abandono del chupete- y les ofrece, asimismo, una serie de cuentos en los que la autora aborda diversas temáticas, todas ellas con gracia y conocimiento de los gustos del público al que está dirigido.
El empleo de letras de imprenta mayúsculas hace que estas páginas sean apropiadas para quienes se inician en la lectura, aunque son muy adecuadas también para leerlas a aquellos niños más pequeños, que disfrutarán de los relatos narrados por algún mayor.
La calidad de las ilustraciones es de por sí un poderoso estímulo para la expresión plástica. Los dibujos, grandes y simples, y la inteligente utilización de los colores, lo hacen agradable a los ojos, además de útil a padres y docentes.
Bachi Salas es docente y escritora. Ha publicado varios libros. Mereció el Premio Distinción para una publicación en Ecuador y numerosos premios en poesía y cuento.
Oscar Salas es dibujante humorístico, autor, productor y libretista. Trabajó en diversas revistas. Actualmente escribe e ilustra cuentos infantiles, colabora con editoriales especializadas en textos escolares y literatura infantil, brinda cursos, es autor de la tira "Jerónimo" (La Voz del Interior) e ilustra la tira "Inodoro Pereyra", de Roberto Fontanarrosa.
José María Fuentes es diseñador, comunicador y publicista. Hoy diseña para distintos medios, es columnista on line y profesor universitario.
www.ogalibros.com
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LLUVIA DE ESQUELETOS, por Germán Cáceres. Ilustraciones: Federico Geller. Buenos Aires, Crecer creando, 2006. 156 pp. (Mar de papel)
El 5 de diciembre, en la Manzana de las Luces, fue presentado el volumen que nos ocupa. El mismo integra la “Serie Morada”, destinada a lectores a partir de los nueve años. En esta novela, un hombre de treinta y siete años relata en Buenos Aires, en 2021, un suceso acaecido veinte años antes cuando, misteriosamente, sobre la ciudad llovió cadáveres, y algunos transeúntes fueron succionados desde un dirigible por una extraña fuerza que dejaba huellas amarillas. El protagonista, una adolescente y dos profesores son secuestrados por los alienígenas. Los padres, el amigo y el profesor de Física se preguntan qué puede motivar la ausencia del chico. La explicación llegará desde un género al que Cáceres siempre ha sido muy afecto.
Afirma el autor: “Lluvia de esqueletos mezcla ciencia ficción, aventuras y un poco de terror. Para complementar esta lectura recomiendo los maravillosos libros de Ray Bradbury sobre el futuro (entre ellos, Crónicas marcianas y El hombre ilustrado), la novela aventurera Viaje al centro de la tierra, de Julio Verne, y las Historias de fantasmas, de Henry James, acerca del más allá. También la película Blade Runner, de Ridley Scott, y dos series de TV tan interesantes que permanecerán hipnotizados frente a la pantalla: Los expedientes secretos X y Lost. Además, en la Argentina contamos con una obra maestra que responde a todos los géneros: se trata de la primera parte de la historieta El Eternauta, de Oesterheld (guión) y Solano Lòpez (dibujos)”.
Esta novela, pensada para lectores en los últimos grados de la primaria, tiene muchas virtudes: está excepcionalmente escrita, se adapta a los intereses de los chicos y, como si esto fuera poco, los conecta con obras de otros autores que tienen vinculación con el tema abordado por Cáceres. Son muchos méritos, a los que se suma el del ilustrador, Federico Geller, que traslada a imágenes elocuentes las peripecias imaginadas por el escritor.
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ADIOS, RAPA NUI, por Olga Gil López. Ilustraciones de Liliana Beatriz Menéndez. Buenos Aires, Ediciones del Eclipse, 2006.
Olga Gil López “nació y vive en Córdoba. Ceramista, telera, escritora y viajera incansable. Ejerció durante muchos años como docente en la Escuela Provincial de Cerámica y en talleres particulares. Hizo largos viajes por Europa, Asia y América. Visitó la isla de Pascua en el primer vuelo que se realizó desde Santiago de Chile, comienzo de numerosos viajes a lo largo de décadas y de prolongadas estadías de profunda amistad con familias pascuenses”.
La novela integra la colección novelas del eclipse. Dicha colección cuenta con la Dirección literaria de María Teresa Andruetto y la Dirección de arte y diseño de Istvan Schritter.
A la Isla de Pascua ha llegado la protagonista de esta obra. Se hospeda en casa de unos lugareños, con los que se sentirá una más en la familia, a pesar de las diferencias sociales y culturales que podrían separarlos. Dispuesta a aprender de ellos, sin prejuicios, Leda va internándose de a poco en una cultura fascinante. “Ahora sé que quiero a esta gente –afirma-. Como una fruta que ha madurado muy despacio descubro este amor. Sé que ha caído mi coraza, que están en mi vida, en mi sangre, que han plantado su raíces”. Comprende una existencia distinta de la que ella lleva en su país de origen; se embelesa ante los paisajes; admira los collares de caracoles, los sombreros y los vestidos; indaga acerca del significado de las estatuillas y las tradiciones.
En ese escenario paradisíaco aparece el amor, un amor efímero, encarnado en un irlandés que intenta ahogar sus penas en la bebida: su tierra, su familia, han quedado lejos; la guerra lo ha marcado para siempre. En el año que pasa en la isla, anuda una fuerte amistad con el dueño de casa, y un apasionado romance con la viajera. Cuando, finalmente, se acerca el temido día de la partida, la despedida es dura –“Como por una grieta, se despeña su voz hasta el silencio”-, y la sobriedad de algunos se alterna con la emoción desbordada de la protagonista.
Una historia así sólo podía ser narrada por Olga Gil López, una escritora capaz de un lenguaje de inusitada sugerencia, que se prodiga en imágenes poéticas acerca de seres y situaciones, de animales y plantas. Si Rapa Nui es bella –como lo es realmente-, su belleza se acrecienta al ser evocada por esta novelista con maravillosos dotes líricos, que hace de cada escena una pintura fiel y añorante.
Ilustran la novela los trabajos de Liliana Beatriz Menéndez, talentosa artista cordobesa que en 2005 recibió una beca de la Secretaría de Cultura de la Nación y del Atlantic Center for the Arts para realizar una Residencia de Artistas en Florida, bajo la dirección de Luis Felipe Noé.
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CUENTOS CON PLUMAS Y SIN PLUMAS, por Gustavo Roldán. Ilustraciones: Saúl Oscar Rojas. Buenos Aires, Sudamericana, 2004. 64 pp. (Cuentamérica).
“Gustavo Roldán es argentino. Creció en Fortín Lavalle, junto al río Bermejo. Es por eso que casi todos sus textos para chicos están inspirados en los animales del monte chaqueño. En esta misma colección tiene publicados los títulos Cuentos del zorro y Cuentos de Pedro Urdemales. Obtuvo el 3er. Premio Nacional de Literatura en 1992, el 2° Premio Nacional de Literatura en 1995, el Premio Konex en 1994 y el Premio Pregonero de Honor 2002”.
“Saúl Oscar Rojas nació en Catamarca y estudió en la Escuela de Bellas Artes de Tucumán. Desde 1984 se dedica a los libros para chicos y es considerado un maestro en la ilustración. En 1994 y 1996 fue postulado por la Argentina para el Premio Hans Christian Andersen, y en 2001 obtuvo el Premio Lazarillo de España”.
En este libro, destinado a lectores a partir de los nueve años, el autor reúne relatos protagonizados por el churrinche, la chuña, la paloma, el picaflor, el chingolo, el sietecolores, el cuervo, el chajá y el cacuy. En ellos se propone una visión tradicional, recreada literariamente, del origen de estos pájaros, al tiempo que se deslizan consideraciones acerca de los hombres y su relación con el Bien y el Mal. En más de una oportunidad, Dios y el Diablo conversan acerca de la Humanidad, deslindando responsabilidades, y dejando muy en claro que los seres humanos tienen una actitud negativa que no obedece a los mandatos del demonio, sino que nace de su propia forma de encarar la existencia. Al ver la maldad de los hombres, la palomita dice a Dios que esa maldad es obra del Diablo; Dios le contesta: “Pobre Diablo, lo estuve vigilando todo el tiempo y él no fue. Ni falta que hacía”. Un Dios y un Diablo que toman mate y se refieren al chamamé, al sapucay y al guaraní, observan la iniquidad de los seres que fueron creados para ser perfectos y no logran serlo.
“¿Dónde empezaron las leyendas y los cuentos con pájaros? –se pregunta Roldán- ¿Cuándo empezaron? Seguramente allá lejos y hace tiempo, por esas épocas en que Dios y el Diablo se codeaban con los hombres y, si se daba la ocasión, se tomaban unos mates mientras discutían las cosas del cielo y del infierno. Así dicen que dicen, aunque no todos están de acuerdo. Pero algo hay de cierto: esas historias quedaron y se fueron puliendo de boca en boca y de camino en camino, hasta dar muchas veces la vuelta al mundo. No es casual que los pájaros tengan tantas leyendas. Una de las cosas que más inquietó al hombre –y tal vez la que más envidia le dio- fue esa magia impasible del vuelo, un sueño que les queda a los hombres sólo a la hora de los sueños”.
El volumen se completa con información del autor acerca de estas historias que han sido conservadas por la tradición oral y con la nómina de los libros en las que aparecen,. entre los que se cuentan obras de Berta Vidal de Battini, Javier Villafañe y Carlos Villafuerte.
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PAVADAS, por Graciela Falbo. Ilustraciones: Alejandra Taubin. Buenos Aires, Sudamericana, 2004. 16pp. (Libros del Bolsillo).
La obra que comentamos integra la colección “Libros del Bolsillo”, libros pensados “para que los chicos se diviertan, se emocionen y descubran que leer es maravilloso”. Están destinados a lectores a partir de los siete años, tienen sólo dieciséis páginas y caben realmente en cualquier bolsillo. Porque son finitos y hermosos, como los quieren los chicos.
En este cuento, Falbo relata lo sucedido a una niña que, al despertarse para ir a la escuela, se vio convertida en mitad nena, mitad pava: “Cuando se desperezó, la chica sintió por primera vez el roce de las plumas en su brazo derecho. (...) El brazo ya no era brazo: en realidad se había transformado en ala. Y su pierna derecha en vez de pierna era una pata”.
A partir de ese momento se desencadenan situaciones que descolocan a la maestra: no sabe qué hacer con su alumna, los compañeros se distraen mirando a ese increíble ser, y para colmo, progresivamente, todos ellos se van transformando en pavos, y, al salir al recreo, desdeñan el patio de baldosas y se dirigen al de tierra, en el que encuentran ricos gusanitos para comer. Allí, los pavos se divierten como chicos.
Recreando el tema de la metamorfosis, que llega hasta nosotros desde Ovidio, pasando por Kafka y Ionesco –por nombrar sólo algunos de los escritores que lo cultivaron-, la autora logra un texto en el que la realidad y la fantasía se entremezclan, los límites se desdibujan, y ya no sabemos cómo son más felices los metamorfoseados; si cuando eran niños, o cuando son aves. Queda en el lector comprender el mensaje de este cuento en apariencia simple, que hace pensar e invita a conocer otros textos que tratan el mismo tema.
(EL TIEMPO, Azul)
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LOS GEMELOS DEL POPOL VUH, narrado por Jorge Luján. Ilustraciones: Saúl Oscar Rojas. Buenos Aires, Sudamericana. 64 pp. (Cuentamérica).
El libro, destinado a lectores a partir de los once años, integra la colección Cuentamérica, una colección que propone un recorrido por la narrativa oral americana, las leyendas de los pueblos aborígenes y las historias que han pasado de boca en boca, rescatando personajes, ambientes y argumentos surgidos de la mitología popular. De este modo, Cuentamérica ocupa, desde la literatura, un lugar afín al estudio de la historia y la geografía, generando un recurso didáctico que diversifica y enriquece la comprensión de América a través de las voces de sus habitantes, sus mitos, sus leyendas y sus relatos colectivos.
Cada libro ofrece un encuadre paratextual compuesto por ilustraciones y textos con información geográfica y socio-cultural acerca del origen de los relatos y de los personajes que los protagonizan. También incluyen bibliografía complementaria y comentarios de los autores. Se trata, en definitiva, de la puesta en valor de un pasado literario que nos pertenece y que conforma nuestra identidad americana.
La colección Cuentamérica permite generar proyectos integradores entre lengua, ciencias sociales y naturales. Históricamente, las comunidades han desarrollado narraciones que explican el mundo, su origen, el entorno y sus relaciones sociales. Los mitos, las leyendas y los cuentos de tradición oral generan una estructura significante en la cual anclar los contenidos.
En "Para acercarnos", página liminar, escribe Jorge Luján: "Cuando los españoles conquistaron América, el Popol Vuh, el gran libro maya, había desaparecido, pero poco tiempo después, uno o varios sabios indígenas lo reescribieron en su idioma valiéndose del alfabeto latino. El Popol Vuh es un texto de profunda belleza y complejos significados, que cuenta el origen del universo y las hazañas del pueblo maya-quiché. El libro comienza presentando una deidad creadora, masculina y femenina, que entre otros nombres posee el de Corazón del Cielo, Corazón de la Tierra. Este dios da origen a las montañas, las plantas, los animales y, luego de varios intentos, a los hombres de maíz. El Popol Vuh relata también que, antes de la creación del hombre, el mundo estuvo habitado por semidioses que se enfrentaron defendiendo valores opuestos como el Bien y el Mal. Entre ellos se destacan los gemelos Hunahpú e Ixbalanqué, cuyos pasos prodigiosos evocaremos aquí...".
Además de once narraciones protagonizadas por los gemelos, encontramos en este libro la genealogía de los hermanos, explicaciones acerca de los mayas y el origen e historia del Popol Vuh, y la procedencia de la historia relatada.
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JULIETA Y LEANDRO, AGENDA CONFIDENCIAL, de Cristina Colombo. Buenos Aires, Primera Sudamericana, 2003.
Cristina Colombo nació en Bahia Blanca. Es traductora, escritora e investigadora. Su obra abarca poesia para adultos y cuentos, adivinanzas y poemas para niños, Ha contribuido, tambien, en el genero infantil, con trabajos literarios y de investigación en antologlas, congresos y publicaciones, nacionales y extranjeras.
En este volumen destinado a lectores a partir de los 10 años, que obtuvo en 2003 el Premio Banco del Libro de Venezuela, la escritora retoma la historia de Julieta y Leandro, protagonistas de A medio metro del suelo, publicado anteriormente por Sudamericana.
Leandro y Julieta se enamoraron perdidamente, con el encanto y la complicidad que só1o se puede tener a los once años. Inesperadamente, la familia de Julieta debe dejar la casa de Las Flores, a la que se habían mudado poco antes, para trasladarse a la ciudad de Buenos Aires, donde el padre ha conseguido un contrato de trabajo.
“¿El amor es distinto cuando sólo se puede vivir a traves de las cartas? Es la experiencia que tienen que enfrentar Julieta. y Leandro. Por suerte; para compartir el dolor de la distancia estan los hermanos, Santiago, María y Barbarita, los amigos del alma y el abuelo de Julieta, que con ingenio y humor ayuda a que los fantasmas salgan a la luz”.
No faltan en esta historia de amor el misterio y el suspenso, relacionados con una casa abandonada, pero el mayor logro de Colombo es - a mi criterio- la forma en que logra reflejar la realidad tan cambiante, producto de la inestabilidad laboral y afectiva de los adultos, que agobia a nuestros chicos: traslados, incipientes arraigos y dolorosos desarraigos, divorcios, lutos, son acontecimientos cotidianos que ellos padecen. Unos, con el cariñoso apoyo de los padres; otros, viendo como los mayores discuten incesantemente.
Así vivimos, en esta Argentina de hoy, y Colombo lo muestra en un libro tierno, que deja enseñanzas acerca del amor, la amistad, la constancia y la fe en el futuro.
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LLEGAR A MARTE, por Adela Basch. Ilustraciones: Ana Luisa Stok. Buenos Aires, Sudamericana, 2003.
El volumen que nos ocupa reúne cuatro obras de teatro destinadas a lectores –y actores- a partir de los nueve años. Son estas piezas “Una cita a la tardecita”, “Llegar a Marte”, “Más rápido que un bombero” y “¡Pagar factura es una aventura!.
En ellas se presentan episodios relacionados con la vida cotidiana, que proponen a docentes y alumnos una forma divertida de acercarse al quehacer teatral en sus múltiples aspectos. El nivel de lengua es adecuado a la edad a la que se destina el volumen, y las tramas son amenas, con parlamentos fáciles de memorizar, porque en ellos Basch emplea la rima y la confusión de palabras homófonas.
“A mí la rima se me arrima –escribe la autora. (...) También se me arriman personajes que me andaban buscando para emprender un osado viaje. A veces se llaman Rocío, Mateo o sólo Bombero. Se desencuentran y se encuentran, se confunden, se orientan, se embrollan y se provocan con las combinaciones que les salen de la boca, se quedan enredados entre vocales y consonantes y tratan de soltarse y seguir adelante”.
Para leer, actuar, preparar escenografías y vestuarios, para incorporar el teatro como algo cercano a cada uno de nosotros, es inestimable el aporte de este libro, pensado con la cabeza y escrito con el corazón.
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LLUVIA DE PLATA Y OTRAS NOTICIAS, por Margarita Mainé. Ilustraciones: Silvia Mato. Buenos Aires, Sudamericana, 2003.
Margarita Mainé nació en Ingeniero Maschwitz, provincia de Buenos Aires, en 1960. Es autora de Una montaña para Pancho, Las historias de Lucia y Nicolás, y en Sudamericana, Cartas a un gnomo, Un gran resfrío, El caballo alado y Un mar muy mojado. Ha sido publicada en España e Italia. En 1997 fue finalista del Premio Norma Fundalectura con la novela para adolescentes Lástima que estaba muerto.
En este volumen, destinado a lectores a partir de los doce años, reescribe libremente, es decir, imagina los pormenores de noticias que leyó en el diario. Por ejemplo, “Una vaca cayó del cielo y hundió un pesquero japonés”, o “El insólito regreso de un muerto vivo en Lomas de Zamora”, o “Llueve plata en Paraguay”.
Lo más atractivo de esos relatos es –a nuestro criterio- que la autora explica cada suceso desde diferentes puntos de vista, o hace hablar a varios personajes de cada historia, como si los estuviera reporteando. Así, escuchamos a la chica que el día que cumplía quince años, vio caer plata desde un puente, y también al “chofer” que manejó el auto que se utilizaría para el atraco. Escuchamos el relato de los japoneses que, como pueden, explican que una vaca cayó de lo alto, a los peones que planean un robo, y también escuchamos a la vaca, que explica qué sintió cuando la subieron a esa extraña cosa voladora.
“Leyendo el diario nació este libro –dice Mainé-. Hace tiempo se me ocurrió que había noticias que no podían caer en el olvido. Noticias maravillosas por lo absurdas, que desentonaban entre tanta seriedad, merecedoras de la página de humor más que de los policiales o de cualquier otra sección. Archivé en una carpeta todas esas ‘noticias disparates’ hasta que un día empecé a escribir. La forma en que tejí estos textos fue muy sencilla: leí la noticia algunas veces y después me senté frente a la computadora dejándome llevar por la información que mi memoria había guardado y por toda la ficción que se me ocurriera. ¿La realidad supera a la ficción? ¿La ficción supera a la realidad? Estas son preguntas que ustedes pueden responder a su antojo. En mi cabeza de ávida lectora de diarios y escritora de ficciones, hace tiempo que realidad y ficción andan enredadas y confundidas”.
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LA LEYENDA DE LA PIEDRA MOVEDIZA, por Laura Devetach (leyenda) / Marta Prada (texto informativo). Ilustraciones: O’Kif / Mónica Fernández. Ilustraciones en plastilina: Luciana Fernández. (Cuentamérica Naturaleza)
Este libro, destinado a lectores a partir de los cuatro años, presenta una leyenda recreada por Laura Devetach, quien habla de la luna, el sol y el puma, personajes de un relato que narra adaptándolo a la edad de los pequeños: “Hace mucho tiempo –comienza el relato- , cuando la tierra era joven, existió una piedra enorme. Eso no tiene nada de raro porque el mundo está lleno de piedras enormes. Pero ésta era distinta: más grande que tres elefantes, tenía en la base una punta redondeada que se posaba sobre el lomo de la sierra.. Quedaba así en equilibrio hamacándose en el aire. Y siguió, siguió durante siglos. ¿Por qué la piedra se balanceaba, allí, suspendida?”
Marta Prada, en cambio, se apoya en bibliografía para explicar dónde queda Tandil, el origen de su nombre, las clases de piedra y muchos otros temas. Explica, por ejemplo, que el puma “Vive en América, donde era considerado un animal sagrado. El puma puede habitar en la montaña, la llanura, la selva, el bosque o los pantanos. Es un gran cazador que sale a buscar presas al anochecer y ataca por sorpresa”.
Los ilustradores, también de vasta trayectoria, utilizan distintas técnicas, logrando imágenes sumamente atractivas.
Además de los textos que mencionamos, se incluye en este volumen una chacarera, versos de Germán Berdiales y de Canela, juegos, dichos, fotografías tomadas por Fernando Alvarez, una postal de Tiempos Tandilenses y fotos del diario La Nación.
Lo acompaña una “Guía para el docente” que puede solicitarse telefónicamente. El talento de quienes participaron en esta obra hace que la misma sea valiosa por la información que proporciona, pero también ideal a la hora de jugar aplicando los conocimientos, tanto en casa como en la escuela.
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LA LEYENDA DEL PICAFLOR, por Silvia Schujer y Marta Prada. Ilustraciones: María Rojas. Plastilina: Luciana Fernández. Buenos Aires, Sudamericana, 2004. 32 páginas. (Cuentamérica Naturaleza)
En el libro que comentamos, destinado a lectores a partir de los cuatro años, se relata la leyenda de los pájaros que, deseosos de tener colores, fueron a pedírselos al dios Inti, y volvieron de la travesía con los tonos del arcoiris. Los tumiñicos, de mínimo tamaño, no pudieron hacer el viaje hasta Inti, pero las flores, que querían volar, les dieron sus colores, por eso los pajaritos tomaron el nombre de picaflor.
“Esto pasó hace mucho –relata Schujer-. Cuando el mundo era tan nuevo que las personas aún no lo habitaban. Sí, en cambio, los ríos y los arroyos. Las montañas y las piedras. Las flores y los animales. ¿Todas las flores? Sí, todas. ¿Todos los animales? No, todos no. Había peces y sapos. Iguanas y abejas. También había pájaros, muchos pájaros. Pero no como los conocemos ahora. Porque aunque ya tenían alas para volar y voces con que trinar, todavía eran de un mismo y único color: marrones como la tierra”.
El volumen incluye información acerca de los personajes que aparecen en la leyenda, las características del pájaro, su habitat, los diferentes nombres con que se lo conoce, su modo de vida y otros temas. Se incluye asimismo fragmentos de canciones de Horacio Guaraní y María Teresa Corral y textos de Germán Berdiales, Laura Devetach y Estanislao del Campo, así como también reproducciones de pinturas y fotografías en las que aparece el picaflor. En “Jugar a crear”, se propone realizar flores de papel.
Texto y actividades serán de suma utilidad para los docentes que en el ciclo inicial y en los primeros grados de EGB quieran presentar a sus pequeños alumnos un relato ameno y escrito en el lenguaje que ellos manejan, que plantea la posibilidad de relacionarlos con las tradiciones, la historia, la literatura y el arte del continente en que vivimos.
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LA LEYENDA DE LA VICUÑA, por Jorge Accame y Marta Prada. Ilustraciones: Oscar Rojas. Plastilina: Luciana Fernández. Buenos Aires, Sudamericana, 2003. 32 páginas.
Jorge Accame nació en Buenos Aires en 1956 y vive en San Salvador de Jujuy desde 1982. Ha publicado, entre otras obras, Diario de un explorador, El jaguar, ¿Quién pidió un vaso de agua?, El dueño de los animales y Cumbia. En 1997 obtuvo una beca de la Fundación Antorchas y participó del Programa Internacional de Escritores de la Universidad de Iowa, EE.UU. En 1998 estrenó Venecia en el Teatro del Pueblo, en Buenos Aires, con la dirección de Helena Tritek. Por Cartas de amor obtuvo el 3° Premio Nacional de Literatura Infantil 1999.
Marta Prada, coautora de todos los libros de esta colección, nació en Mar del Plata, provincia de Buenos Aires. Es periodista y profesora en Letras. Fue subdirectora de la revista Billiken hasta el año 2001. Como tal ha recibido los premios Pléyade, Pregonero y Lobo de Mar (Municipalidad de Gral. Pueyrredón).
Oscar Rojas nació en Catamarca y estudió en la Escuela de Bellas Artes de Tucuman. Desde 1984 se dedica a los libros para chicos y es considerado un maestro de la i1ustración. En dos oportunidades fue postulado para el Premio Hans Christian Andersen, y en el año 2001 ganó el Premio Lazarillo de España.
Luciana Fernandez nació en Buenos Aires en 1966. Estudió escultura y diseñó personajes para teatro, animación, publicidad, hasta que llegó a los libros. Ha realizado las ilustraciones en plastilina para todos los libros de esta colección.
En este libro, destinado a lectores a partir de los cuatro años, se relata el encuentro de un cazador con una joven, y la historia de amor que nace entre ellos. Narra Accame: «Era una muchacha muy hermosa Tenia una sonrisa dulce y pequeña. El hombre la miró. Sacó su cantimplora y se la ofreció.-Se me perdió el perro –dijo-. ¿No lo has visto? La muchacha bebió un trago largo. –No. Pero acaso lo haya visto mi padre, e1 dios Llastay. Vive aquí cerca”. El dios les permite casarse, siempre que el cazador no vuelva a matar animales. El hombre faltó a su promesa, y recibió un duro castigo. Este es el asunto de la leyenda que tiene como temas el valor de la palabra empeñada, el respeto por la vida y la mala influencia de la bebida y ciertas compañías.
Marta Prada se refiere en el texto informativo a los personajes, las características de la vicuña, su habitat y alimentación, y la utilización de su pelo, entre otros temas.
Se incluye un fragmento de un poema de Juan Carlos Davalos, textos de Raul Carimán Bustamante en lengua indigena, y pasajes de obras de Ruth Corcuera y Domingo F. Sarmiento. Tambien se reproducen obras de arte en las que aparece el animal, como un óleo de Nicolas Garcia Uriburu, y se motiva a los niños a crear artesanías.
Al igual que todos los libros de esta colección, La leyenda de la vicuña cuenta con Guia para docentes.
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LA LEYENDA DEL ALGARROBO, por Miguel Angel Palermo. Texto informativo de Marta Prada. Iustraciones de Al De Piero. Ilustraciones en plastilina: Luciana Fernández. Buenos Aires, Sudamericana, 2003.
Un pueblo pasa hambre. Un hombre egoísta se queda con el secreto de la existencia de los algarrobos, indiferente a la miseria de su gente. Un zorro descubre con qué se alimenta el hombre y logra, mediante un ardid, llevarse algunas semillas, de las que luego brotan árboles que alimentan a los necesitados.
Este libro cuenta con "Guía para docentes", que se solicita en la editorial.
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LA LEYENDA DEL HORNERO, por Canela y Marta Prada. Ilustraciones: Oscar Rojas. Plastilina: Luciana Fernández. Buenos Aires, Sudamericana, 2003.
Canela narra la leyenda, que se resume mas o menos asi: uno de los hombres de Gaboto, enamorado de una indigena, se somete a las pruebas que lo harían merecedor de la joven. En ese trance, se transforma en pajaro, y tambien se transforma su
amada. Juntos viven en el nido que renuevan año a año. «Como la casa se parece a un horno para hacer pan, los llamamos horneros».
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13 DE ESPANTO, por Ricardo Mariño y otros. Buenos Aires, Sudamericana, 2003.
El volumen que nos ocupa integra la colección Primera Sudamericana, que dirige Canela. Está destinado a lectores a partir de los diez años y consta de trece textos, a los que se agregan otros dos, "para los que creen que el 13 trae mala suerte".
Este libro reúne a escritores del pasado y del presente, de nuestro país y del extranjero, que se expresan en prosa y en verso. Es una compilación realizada con inteligencia y cariño por el público infantil y juvenil; sin duda captará su atención, tan difícil de sustraer a los juegos electrónicos.
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LA LEYENDA DE LA BALLENA, por Ema Wolf y Marta Prada. Ilustraciones: Oscar Rojas. Plastilina: Luciana Fernández. Buenos Aires, Sudamericana, 2003.
La leyenda, recreada por la escritora, cuenta que los tehuelches estaban afligidos porque desaparecia todo. Elal, un heroe sagrado, les ayuda, haciendo que la ballena -que en ese entonces andaba por la tierra- despida todo lo que habia tragado, y la manda a vivir al mar. «El territorio donde vivian los tehuelches quedó
bastante pelado. Esto se debe a que la ballena anduvo largo tiempo arrastrando la barriga por ahí. Pero igual es lindo asi, liso».
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LA LEYENDA DE LA YERBA MATE, por Ana Maria Shua y Marta Prada. Ilustraciones: Oscar Rojas. Plastilina: Luciana Fernández. Buenos Aires, Sudamericana, 2003. 32 páginas.
La luna y su hermana, la nube, bajaron a la tierra convertidas en muchachas. Cuando un yaguarete las ataca -cuenta Ana Maria Shua-, un cazador lo mata. La luna, entonces, crea la yerba mate; «asi nacio el mate, el premio de Yasi, la luna agradecida, al pueblo guarani».
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PAPANUEL, por Graciela Beatriz Cabal. lIustraciones: Horacio Gatto. Buenos Aires, Sudamericana, 2003.
«Graciela Cabal nació en Barracas, en una casa chiquita con un patio grande: la plaza España. Ahora vive en San Cristobal, en una casa grande al lado de una placita chica. Allí guarda todos sus tesoros: angeles, muñecas, enanos de jardín. Y siempre tiene armados su pesebre y sus dos árboles de Navidad, por cualquier cosa. Graciela se recibió en la UBA, en la carrera de Letras. Escribio una pila asi de alta de libros: Azul, Tomasito, Secretos de familia, Miedo... Tiene tres hijos grandes y cinco nietos mas lindos que no sé que».
«Horacio Gatto nació en Buenos Aires en 1959. Nunca dejó de ser del todo un niño. De joven se vestía de Papa Noel en Navidad; ahora colecciona juguetes antiguos de lata y aprendió a dibujar de su hijo Oliverio, que tiene seis años. Ilustró para Argentina, Estados Unidos, España y Alemania. Expuso en 2002 en el Concurso IBBY-Dili Ilustradores 'Dia lnternacional del Libro Infantil y Juvenil», Brasil, y en 2003 en la Bienal de Ilustraciones de Bratislava».
El volumen que nos ocupa integra la coleccion «Los Caminadores», y está destinado a lectores a partir de los cuatro años. En él, la escritora cuenta la historia de una familia que tenia un maravilloso pesebre con muchos personajes, a la que visitó el verdadero Papa Noel.
«Los Cardoso eran gente famosa en el barrio de San Cristóbal. Pero solo para las Navidades. Y esto por dos razones. Porque, año tras año, la abuela, la mamá y los Cardoso chicos -tres nenas de nueve, seis y cinco años, y un varon de cuatro armaban un pesebre que ni les cuento en el patio con techito de la casa. Y porque Nochebuena tras Nochebuena, el papá llegaba al barrio antes de dar las doce vestido de Papa Noel ('Papanuel', decian los chicos). ( ... ) Los aguafiestas que nunca faltan decian que el pesebre de los Cardoso era una mescolanza espantosa, y que dónde se ha visto un pesebre con gauchos, indios, buzos y espejos con patitos».
Todos los años, papa Cardoso, vestido de Papa Noel, traia regalos para chicos y grandes, pero un año, su empleador le dijo que las cosas venian mal, y que no habria regalos .. Entonces, sucedió lo inimaginable...
Reflejando la realidad que agobia a muchas familias, Graciela Cabal plantea una solución magica que, sin embargo, nos hace pensar en que la felicidad aun es posible.
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LA POLILLA, por Sandra Siemens. Ilustraciones: Víctor Páez. Buenos Aires, Sudamericana, 2003.
Sandra Siemens nació en Lomas de Zamora en 1965. “Desde muy chica se estableció en Wheelwright, un pequeño pueblo del sur de Santa Fe, donde sigue viviendo junto a su familia. Allí escribe, con una voz muy personal, historias entrañables”.
Sobre el origen de este libro, manifiesta la autora: “Una vez al año yo hago una limpieza general. Me ordeno la cabeza. Tiro todas las ideas que no sirven, ésas que están siempre en el medio molestando. Tiré, por ejemplo, una idea de perro esquiador que no le interesaba a nadie. Pero quedó la polilla, volando de aquí para allá. Qué hago, me dije, para sacármela de la cabeza. Entonces se me ocurrió: escribo un libro”.
Una mamá a la que echaron de la fábrica. Un papá que nunca asumió su responsabilidad. Un abuelo muerto poco antes. Un chico que tiene que soportar todo eso y además, el malhumor y el desprecio de su madre, quien se ve reflejada en el hijo. Estos son los personajes de la novela de Sandra Siemens, tan pero tan bien escrita, que puede hacer lagrimear a una piedra.
El chico, con reminiscencias kafkianas, se transforma en una polilla a la que se le atribuyen milagros. “¿Puede una polilla cambiar la vida de un montón de gente? Después de todo, una polilla se espanta de un manotazo. Pero, cuidado, que este bichito no sólo tiene derecho a vivir como cualquier otra criatura sino que además habla, sabe leer y tiene poderes especiales”. Quizás el más especial de esos poderes sea el de hacer recapacitar a su madre.
La novela, destinada a lectores a partir de los diez años, termina con Nacho convertido en polilla, con la madre añorándolo, arrepentida, y con la promesa de que, algún día, todo mejorará. Una historia que abreva en la realidad, a pesar de lo fantástico.
(EL TIEMPO, Azul)
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LA MUJER VAMPIRO. Ilustraciones: Lucas Nine. Buenos Aires, Sudamericana, 2001. 62 páginas. (Cuentamérica)
La autora nació en Arroyo Cabral, provincia de Córdoba, en 1954. Es egresada en Letras por la Universidad de Córdoba y formó parte del CEDILIJ, Centro especializado en literatura para jóvenes. Público los poemarios Palabras al rescoldo, Pavese y otros poemas y Kodak, la novela Tama y numerosos libros para niños y jóvenes. Entre estos últimos, El anillo encantado, Huellas en la arena y Stéfano, en esta Editorial.
Lucas Nine nació en Buenos Aires, en 1975. Estudió Artes Gráficas y Cine. Sus dibujos fueron publicados en las revistas “Latido” , “Internet Surf” y “Billiken”, de Argentina, “El Gallito Inglés”, de México, “El Ojo Clínico” y “Zona de Obras”, de España, “Olho mágico” y “Candyland Comic”, de Brasil. También aparecieron en los diarios La Nación, Perfil y Clarín. Participó en la Feria del Libro Infantil de Bologna, exponiendo sus trabajos realizados en Italia y Japón.
El volumen que comentamos reúne seis historias “de miedo”, que proceden de diversas fuentes: un cuento popular, una noticia vista en la televisión o recortada de un diario, una historia de familia, otras narradas por una sobrina, una vecina o una alumna. Acerca de la elección de la temática, afirma la autora: “Siempre me han gustado las historias de miedo, y los cuentos llamados tradicionales, y los relatos folklóricos que a veces son la misma cosa. Me han gustado de chica y de grande, incluso en los tiempos en que pensaba (¡Pero que tontería!) que hacían daño. He escuchado muchas veces esta clase de historias y las he contado después, también escribí algunas, éstas que ahora les ofrezco. Desde hace años enseño a mis alumnos, futuros maestros y profesores de teatro, de qué manera y con qué recursos están escritas las historias que nos asustan, ya veces alguno de ellos me cuenta un cuento que logra revivir en mí la antigua sensación del miedo”
Lo que más me gustó de estos cuentos: la inteligencia y la gracia con la que Andruetto hace que un suceso acaecido hace quizá muchos años, o en un punto distante del continente, se vuelva vigente para los chicos y jóvenes actuales de nuestro país, a los que atrapa con el indudable conocimiento que la escritora tiene del alma humana. Completa el volumen un glosario de términos argentinos y extranjeros, que facilita a los lectores la comprensión de las narraciones.
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LO QUE CUENTAN LOS IROQUESES, por Margara Averbach. Ilustraciones de Alejandro Ravassi. Buenos Aires, Sudamericana, 2001. 62 paginas.
La autora nació en Buenos Aires en 1957. Es doctora en Letras por la Universidad de Buenos Aires y Traductora Literaria egresada del Instituto de Estudios Superiores en Lenguas Vivas Juan R. Fernández. Como investigadora, se interesó en las tribus aborígenes que habitaron lo que hoy es eI territorio de los Estados Unidos. Recibió el Primer Premio del Concurso de las Madres de Plaza de Mayo por su cuento “Jirafa azul, rinoceronte verde” en 1993. Ha publicado ya varias libros en esta editorial.
EI ilustrador nació en Bolívar, provincia de Buenos Aires, en 1959. Estudió en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de La Plata, donde hoy ejerce la docencia en la carrera de Diseño. Desde 1980 realiza exposiciones en su país y en el exterior. Desde 1981 publica sus trabajos en diversas editoriales e importantes medios gráficos.
Este volumen, que integra la colección "Cuentamerica", está destinado a lectores a partir de los diez años. En él, la cuentista recrea historias de "la Gente de la Casa Larga", nativa de “una zona del Nordeste de Norteamérica donde los lagos parecen mares, los arroyos juegan a las escondidas en el bosque, la nieve es alta en invierno. y en otoño y primavera las hojas charlan en su idioma de cientos de colores". Con estilo ágil, pleno de belleza, y adaptado a los intereses y al léxico de sus receptores, narra las creencias de este pueblo acerca de la creación de la "Gran Isla" y de los seres que la habitan, al tiempo que transmite nociones éticas -acerca del Bien y del Mal, el respeto a los mayores y a todos los que son diferentes a nosotros, la importancia de compartir- y esteticas, relacionadas con el acto de narrar, pues ellos "piensan que contar historias es un acto sagrado y necesario, no un juego. Por eso, los que cuentan reciben respeto y regalos a cambio de palabras. Contar es una ceremonia mágica".
Completan el volumen las páginas en las que la escritora explica quiénes son los iroqueses y de dónde proceden esas narraciones.
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GABRIELA FEHLING, autora teatral
Gabriela Fehling, con quien convcrsamos para este suplemento, nos cuenta que no ha tenido una formación teatral sistemática, sino que, por trabajar en estrecha colaboración con su esposo y estar presente en muchas clases y ensayos de la compañía, pudo absorber una serie de conocimientos teóricos y prácticos que le resultaron utiles a 1a hora de comenzar a escribir. Es autora de obras teatrales infantiles -dos de ellas incluidas en el repertorio del Teatro Colonial-, para adolescentes y para adultos. Escribe también cuento y poesía, dicta talleres, y en 1992 realizó crítica bibliográfica en el prograrna «El universo del hombre» que se emitía en Mar del Plata. Entre los escritores que la influenciaron, reconoce basicamente tres: G. K. Chesterton, por su lenguaje límpido y bello; Patrick Süskind con EI perfume, porque con su sarcasmo imprevisible e imperturbable abrió su mente y le dio vuelta la cabeza, y por último, aunque lo considera el primero y el más importante, Emilio Salgari y sus novelas, dado que con sus extraordinarias aventuras le enseñó que leer no es sólo un arduo y tedioso descifrar de letras sino una puerta abierta hacia un mundo maravilloso pleno de vivacidad y emociones.
La visitamos para conocer sus conceptos sobre la creación, la relación entre didactismo y hedonismo, y los proyectos que tiene para un futuro que incluye diversos géneros literarios. Este es el dialogo que mantuvimos para “LaCultura en El Tiempo”:
- ¿Cuándo comenzaste a escribir obras teatrales?
- Empecé en 1997. Mi esposo, Daniel Rodriguez Viera, es productor ejecutivo de una compañía teatral y necesitaba un espectáculo infantil para la temporada veraniega en Mar del Plata. Se necesitaba una obra ligera y divertida para toda la familia y no daba con lo indicado, asi que me preguntó si yo me animaba a escribirla. Así nació Rescate en la isla de los piratas, que se estrenó el 2 de enero de 1998 y tuvo tanto éxito que continua susfunciones aquí hasta la fecha, contando inclusocon una secuela, Rescate en la cueva de los bandidos, que se estrenó para las vacaciones de invierno, Hay incluso una tercera parte en proceso de escritura.
- ¿Pensas tus obras en función de un auditorio de corta edad?
-En realidad, yo no escribo exclusivamentc para chicos. Aun en los infantiles, trato de que mis concepciones sean «aptas para todo publico» y porende no le resulten ni aburridas ni fastidiosas a los adultos. Por otra parte, no creo en la diferenciacion entre productos para menores y mayores.
- ¿Cómo debe ser, a tu criterio, una pieza teatral?
-Considero que la obra debe ser comprensible y llevadera para todas las edades, sólo que cada uno, de acuerdo a su madurez intelectual y emocional, podrá entresacar conclusiones distintas de la trama. Solemos cometer el error de menospreciar la capacidad de comprension de los niños y ofrecerles sólo textos livianos sin permitirles el acceso a todos los autores por creer que no son aptos para entenderlos, cuando la experiencia demuestra que los chicos tienen la mente libre y despierta y una curiosidad avida e insaciable por descubrir emociones nuevas, mientras que nosotros, como adultos, venimos cansados, con la cabeza llena de preocupaciones, cargamos con nuestros prejuicios y limitaciones y una estrechez de pensamiento que no nos permite absorber conceptos alborotadores. Por lo general, ya tenemos nuestra opinión formada -basandonos en la fama de los participantes o el analisis del critico- aún antes de encarar una propuesta; nos cuesta concentrarnosy a toda costa tratamos de rebuscarle un sentido 1ógico y exacto mientras que los chicos se despreocupan de normas y pueden relajarse y disfrutar del espectáculo con todo entusiasmo y es así como sacan deduccionesextraordinarias e increiblemente personales de cada pieza.
- ¿Crees que todaobra debe transmitir un mensaje?
-La verdad esque no siempre mi intención es transmitirles algo determinado a los chicos. Sería un trabajo vano por demas, pues ellos son criaturas imprevisibles y saltan para cualquier lado: pueden interpretar algo por completo dispar de lo que yo me esmerécon tanto esfuerzo por indicarles. Algunas obras mías sólo son para entretener, para solaz y diversión. A veces pensamos que todo lo dedicado a los niños debe ser exclusivamente educativo, cuando elegimos para nosotros mismos productos que brindan más distensión que atención. Entonces, si nosotros preferimos en mayor proporción los espectáculos pasatistas, ¿por qué cargar a los chicos todo el tiempo y a toda hora con obras instructivas? ¿Porqué empeñarnos en que todo sea aleccionador y no meramente recreativo?No hay nada de malo en que una obra sea una simple narración sin grandes moralejas explícitas;en realidades-mejor así porque no les damos todo servido en bandeja y son ellos mismos los que trabajan una interpretación y deducen un sentido.
Por mi parte, trabajo en tres niveles. Un ejemplo de eso es "La leyenda del caballero negro»: en primer lugar una relación sencilla, un cuento con una trama comprensible para todos; en el segundo plano hay datos c1aves que serán accesibles a la mayoría de los presentes, los cua1es en consecuencia podrán extraer una intepretación básica de hacia dónde apunta la historia y por último, existe un sentido mas profundo, cuyas referencias serán reconocibles sólo para aquellos que estén mas preparados o a los que las alusiones hayan producido un mayor impacto y se reconozcan en sus circunstancias personales, y puedan por lo tanto, mediante un fino razonamiento de deducción y conclusión acceder a su significado simbólico.
- ¿En qué trabajás actualmente?
- Estoy siempre experimentado con nuevas opciones. Trato de abarcar las diferentes técnicas y estilos. Tengo varias obras teatrales en preparacion, de diferentes tipos. Además de los denominados «infantiles» que –repito- considero que deben ser agradables para toda la audiencia, estoy componiendo piezas más dramáticas, de neta comedia, incluso de misterio y terror, basándome en los cuentos de Edgar Allan Poe y Sir Arthur Conan Doyle. Ya me di el lujo de redactar una obra entera en verso,·La mascara escarlata, a semejanza de los c1ásicos españoles.
- ¿Pensaste en la lírica como otro genero para expresarte?
- Me estoy adentrando en la poesía y cada tanto me inspiro y me salen unos versos medianamente aceptables, y por supuesto también escribo las letras de las canciones de mis productos.
- Y los ilustrás.
- Sí. Realizo en persona las ilustraciones de los cuentos o -en caso de las obras de teatro- de los afiches y programas, y en ese mismo sentido también invento juegos y tiras cómicas. Estoy trabajando en una serie sobre los derechos de las personas, la cual designé con el nombre de “Derecho y revés”, de la cual ya hay dos trabajos terminados y otros en formación.
- También estás escribiendo una novela. Nos enteramos de que reunís material al respecto.
- En este momento me estoy dedicando a corregir y pasar en limpio varios textos y a terminar de escribir un emprendimiento algo mas extenso y ambicioso, una novela de cerca de trescientas paginas que transcurre en el sudeste asiático en 1860. Esto me toma un poco mas de tiempo porque tengo que describir los hechos con rigor histórico.
- Y dictás talleres de teatro.
- Es así. Hace pocos días estuve como moderadora asistente en un taller de juegos teatrales organizado por la escuela n° 24 de Villa Pueyrredón, donde entre otras cosas enfatizamos sobre la importancia de un argumento só1ido y congruente como base de toda labor literaria.
(EL TIEMPO Domingo 10 de junio de 2001)
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CUENTOS DEL PAI LUCHI, por Laura Devetach. Ilustraciones de Daniel Roldán. Buenos Aires, Sudamericana, 2001. 62 páginas.
La autora nació en Reconquista, Santa Fe. Estudió Letras en Córdoba. Publicó para chicos y grandes. Fue docente, investigadora. y autora de teatro y televisión. Por Monigote en la arena recibió el Premio Casa de las Américas. Obtuvo premios del Fondo Nacional de las Artes y el Octogonal, del Centro Internacional de Estudios de Literatura Infanti! en Francia.
Daniel Roldán nació en San Fernando, provincia de Buenos Aires, en mayo de 1967. Es diseñador gráfico por la Universidad de Buenos Aires, en la que fue docente. Realizó más de setenta diseños de sellos postales para el Correo Argentino. En la actualidad trabaja en el diario Clarín.
Este volumen, que integra la colección "Cuentamérica", está destinado a lectores a partir de los nueve años. Acerca de la procedencia de los cuentos dice la autora que los escuchó durante·su infancia, a trabajadores que prestaban servicio a todas las familias del pueblo; siendo maestra en las Toscas, escuchó algunos de boca de sus alumnos que trabajaban en los algodonales, y después los encontró en algunos Iibros, como el de Berta Vidal de Battini y los de Susana Chertudi, entre otros.
Los protagoniza un “personaje un poco real, un poco inventado y también exagerado por la gente que repite sus historias o se las inventa ( ... ) cuenta cuentos con mentiras como si fueran en serio. Pero se lo respeta porque es un auténtico cuentero, capaz de mantener sin aliento a todo el mundo, capaz de emocionar y de hacer reir".
Esta clase de personaje no es una novedad en la narrativa; como dice Devetach, "Existen muchísimos cuentos populares de mentirosos que tienen miles de años y todavia se cuentan para hacer reír. Están por todo el mundo".
Las mandiocas y las sandias de tamaño descomunal, las andanzas del perro Ciclón, el árbol poblado de cotorras que levanta vuelo, la bravura de los carneros, el potro con zancos, son sólo algunas de las exageraciones de este cuentero, que divierte al auditorio con esas historias que surgen de su imaginación, que nadie cree, pero que hacen pasar un rato ameno.
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LO QUE CUENTAN LOS INUIT, por Olga Monkman. Ilustraciones de Luis Scafati. Buenos Aires, Primera Sudamericana, 2000.
Este volumen pertenece a la coleccion "Cuentamerica" que incluye, entre otros titulos, Lo que cuentan los guaranies, los tehuelches, los incas, los wichis y los mapuches.
Refiere las tradiciones de los inuit -los esquimales-, que la autora ha leido principalmente en Ias recopilaciones de Franz Boas y trasmite en lenguaje apropiado para chicos a partir de los nueve años.
Varias de estas historias intentan explicar algunos fenómenos del cosmos, por ejemplo, el nacimiento de las estrellas. Orion es, para los inuit, un trineo que levantó vuelo y quedó fijo en el firmamento; la luna y el sol son el fruto de la huida de una joven perseguida por su hermano. La metamorfosis está presente en muchos de los relatos reescritos por Monkman: al probarse unas botas de piel de foca, un ganso es convertido en una joven; un anciano, al morir, se vuelve halcon, don que Ie otorgaron los Espiritus porque habia sido siempre respetuoso; Sila, el Espiritu del Viento, invita a una anciana a acompañarlo "en un placido vuelo sobre la alfombra de nieve".
La nocion de la justicia y de lo moralmente deseable no es ajena a estos textos, que enseñan acerca del respeto que se les debe a los mayores, y de como el mal que uno Ie desea a otro se vuelve en propio perjuicio.
Con estas tradiciones se enseña, asimismo, el amor a la naturaleza y el respeto a sus peligros; ella les provee alimento, pero deben atenerse a sus tácitas reglas.
Quienes trasmiten este legado ancestral son "el angakoq, el chaman dotado de poderes mágicos, o Ia mujer vieja, la abuela cuentacuentos"; ellos "son escuchados por todos, y reviven con los ojos de la imaginación aventuras que saben de miedo, de coraje, de orgullo o de humillación".
Estas mismas historias que hoy cautivarán a los chicos argentinos.
(EL TIEMPO, Azul, 3 de junio de 2001)
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CUENTAMERICA. GUlA PARA DOCENTES I, 2° Y 3° CICLO EGB, por Miguel Angel Palermo. Buenos Aires, Primera Sudamericana, 2002.
Esta guia, de distribución gratuita, fue pensada para colaborar con el trabajo en el aula acerca de los libros Lo que cuentan los incas, de Aida E. Marcuse; Lo que cuentan los inuit, de Olga Monkman; Lo que cuentan los iroqueses, de Margara Averbach y Lo que cuentan los guaranies, mapuches, onas, tehuelches, tobas y wichis, seis volumenes de Palermo, todos «basados en la narrativa oral originaria, que constituye el acervo de diferentes pueblos aborigenes del continente americano».
Para los temas transversales -educación para la no discriminación, educación para la democracia y educación para el medio ambiente-, Palermo sugiere actividades como la busqueda· de puntos en comun entre la religiosidad indígena y la de las sociedades urbanas occidentales, la imaginación de una acción concreta contra la discriminación que se pueda realizar desde la escuela y la comparación de dos pueblos aborigenes -uno cazador y el otro agricultor-, con la posterior discusión acerca de de qué manera cada uno afecta y/o preserva el medio ambiente.
Las actividades relacionadas con las conexiones curriculares tienen que ver con las Ciencias Sociales, la Tecnología y las Ciencias Naturales. En cuanto a los contenidos, señala los conceptuales, los procedimentales y los actitudinales. Y propone actividades previas a la lectura, de comprensión de la misma y posteriores a ella, asi como tambien las que se pueden desarrollar en un taller de escritura.
Creemos que esta guia -que se complementa con la II- será de suma utilidad para los maestros preocupados por formar personas, y no meros receptores de conocimiento.
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Canela es la autora de la serie Lola, destinada a lectores de tres a cinco años. Integran esta serie hermosos libritos de pocas páginas, en papel ilustración, con textos cortos, que abordan una temática relacionada con la vida cotidiana. Estos son algunos de ellos:
LOLA DESCUBRE EL FUEGO. Ilustraciones de Mónica Weiss. Buenos Aires, Primera Sudamericana, 2000.
Este relato alude al descubrimiento que hace Lola del fuego en sus múltiples formas: el fuego doméstico, que puede lastimar al niño que se acerca a la hornalla; el que destruye los bosques, el de los fuegos artificiales. Se logra así explicar a los pequeños lectores cuáles son las ventajas y las desventajas de cada situación y crear en ellos una incipiente conducta ecológica.
LOLA VA A DORMIR. Ilustraciones de Mónica Weiss. Buenos Aires, Primera Sudamericana, 2000.
En este librito, Lola da todas las vueltas que dan los chicos de esa edad cuando se tienen que ir a dormir: se baña, acomoda sus juguetes, busca el gato y espera que su papá venga a cantarle, pide agua, escucha el cuento que le cuenta su mamá, pide que no le apaguen la luz y cuando parece que los preparativos terminaron, recuerda que le quedó algo por hacer. En esta historia encontramos reflejada la ceremonia de cada noche, cuando uno muere de sueño y la criatura tiene todavía mucha energía. Una estampa de la vida real, que la escritora describe con la gracia de quien conoce a los chicos y disfruta con ellos.
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CARTAS DE AMOR, por Jorge Accame. Ilustraciones de Feliciano G. Zecchin. Buenos Aires, Primera Sudamericana, 2000.
Lindos, lindisimos estos dos relatos que Accame presenta en el volumen. Son ellos «Carta de amor» y «Amor mas poderoso», dos textos que -afirma el autor- son autobiográficos en mayor a menor medida. Como muchos buenos escritores -y él sin duda lo es-, toma de su memoria hechos que le han acaecido o que le han contado en su infancia y los inserta en el relato, aunque variando las situaciones en las que los mismos tuvieron lugar.
El primero de los cuentos está protagonizado por un mono llamado Martin, por el que el abuelo del escritor sentía un particular afecto. Este mono un día escapó y trepó a un pino, llevándose las cartas que el autor le habia escrito a una chica y nunca se había atrevido a darle. El amor por los animales, la rigidez de algunos adultos, la picardia del mono, el primer amor adolescente, son algunos de los asuntos que Accame aborda en este cálido y gracioso relato, destinado a lectores a partir de los once años.
El segundo relato se refiere a un pacto de amor que habían hecho marido y mujer, para el momento en que uno de los dos faltara. En estas paginas, el escritor presenta una vision muy actual y muy argentina de la tercera edad, que se empeña en mantener viva la memoria, en cuidar ese espacio que atesora recuerdos, que se siente sola y recibe esporádicamente la compañia de los hijos y de los nietos. No importa si ese pacto se cumple realmente o si el anciano necesita creer eso. Lo importante es que esa convicción le da fuerzas para seguir viviendo, para sentirse acompañado por quien más echa de menos.
Jorge Accame nació en Buenos Aires en 1956 y vive en San Salvador de Jujuy desde 1982. Es autor de varios libros. En 1997 obtuvo una beca de la Fundacion Antorchas y participó del Programa Internacional de Escritores en la Universidad de Iowa, Estados Unidos. Por Cartas de amor obtuvo eI 3er Premio Nacional de Literatura Infantil en 1999.
Feliciano Garcia Zecchin nació en Buenos Aires en 1975. En 1997 ganó el Primer Premio de Historieta que otorga la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, y en 1999 obtuvo el Premio Eternauta al mejor comic del año.
(EL TIEMPO, Azul, 27 de agosto de 2000)
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EL HERRERO Y EL DIABLO, version de Tona Wilson y María Cristina Brusca. Ilustraciones de Maria Cristina Brusca. Primera Sudamericana. Buenos Aires, 1995.
Los lectores de este suplemento conocen a Maria Cristina Brusca, por su labor como ilustradora y por la entrevista que le hice tiempo atras, cuando ella aún vivía en nuestro pais. Ahora volvemos a ponernos en contacto con su obra, realizada en esta oportunidad en colaboracion con Tona Wilson, pintora y escritora y, al igual que María Cristina, estudiosa de la literatura y la cultura hispánicas.
En este libro, ellas hacen la version de una historia popular,la de Juan Pobreza, el herrero, conocido en España como Pedro de Urdemalas y con otros nombres en otras partes de America. Se basan en la version del gaucho Don Segundo Sombra y le introducen cambios, tal como sucede en las historias que van pasando de una persona a otra y se van enriqueciendo y deformando.
Juan Pobreza es un herrero de muy buen corazon, que vive sin recursos porque nunca niega su ayuda a quien no puede pagarle. Un dia, funde un anillo para hacerle una herradura a la mula de un anciano, y el anciano, que era San Pedro, se lo retribuye concediendole tres deseos. Insatisfecho con lo que pidió, el herrero hace luego un pacto con el Diablo y vive una vida de placeres y lujos. Cuando muere, nadie recibe el alma de Juan Pobreza, ni en el cielo ni en el infierno, y no le queda mas remedio que andar por la tierra. Cuando no tienen dinero, los gauchos dicen que es él que ha vuelto.
La historia es muy interesante, y la versión es la ideal para la edad a la que se dirige. Las ilustraciones son bellas y elocuentes y el formato dellibro lo hace sumamente atractivo para los pequeños lectores.
(El Tiempo, Azul, 2 de julio de 1995)
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AZUL LA CORDILLERA, por Maria Cristina Ramos. Primera Sudamericana. Buenos Aires, 1995. 89 paginas.
Maria Cristina Ramos es cuentista y poeta, autora de varios libros, y ha ganado numerosos premios. Vive en Neuquen. La novela que comentamos, que puede ser leida con interes por chicos y grandes, evoca la vida en una escuela albergue, narrada desde varios puntos de vista. Asi, conocemos los sentimientos de los niños, obligados a separarse de sus familias para ir a vivir con los maestros, y conocemos tambien las vivencias de los educadores, la mujer que los ayuda y los habitantes del lugar.
Con estas voces tan diferentes por su edad y por el caudal de recuerdos que atesoran, se va formando la historia de la indigencia y el esfuerzo por superar la propia limitacion, encarnada en esos chicos que. aprenden a leer haciendo emocionar a la maestra que tan poca fe se tenia. Aparecen las creencias del pueblo, en las que destaca el Nahuel, y las historias de muertos que vuelven a la vida y dejan indicios que solo pueden ver los niños. Aparece la artesania, en un poncho con dibujo y en la fiesta de San Juan, en la que personajes creados con manos hogareñas visitan a la familia.
Es tan importante, logicamente, la labor de los maestros, en una tierra que conoce la lucha del huinca y el indio. Ramos resume en estas frases la emocion que la embarga cuando ve que su esfuerzo da fruto; "hay un momento en que el corazon empieza a volar y uno lo sabe. Un momento en que el corazon se mueve y no es el latido de otras veces, sino un latido como e1 clavel apretadito que se lleva el aire. Y que es cuando has empezado a volar, a existir tambien en otro pecho o en otro sitio".
En esta novela, realista y memoriosa, se rinde homenajea maestros y alumnos, a sus padres y ancestros, aunados en la voluntad de crecer sin olvidar el pasado.
(EL TIEMPO)
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LA FABRICA DEL TERROR, por Ana María Shua. Ilustraciones: Jorge Sanzol. Buenos Aires, Sudamericana, 1990. 114 páginas. (Primera Sudamericana)
Este libro está destinado a lectores a partir de los nueve o diez años, y aborda un género de ancestrales raíces: el terror.
Prueba de esta afición al miedo dan los cuentos reunidos, basados en temas de muy distintas épocas, lugares y pueblos. Algunos de los textos son adaptaciones y otros son creaciones de Ana María Shua, quien señala que en cada uno hay un tema central que no pertenece a ningún autor, sino que es un tema popular, una historia que ha pasado de boca en boca y de generación en generación sin que nadie sepa quién la inventó. Al final de cada relato, explica la autora qué métodos se emplean para provocar el miedo en los lectores.
El volumen se abre con “Posada de las tres cuerdas”, un cuento japonés; le siguen “Flores contra la muerte”, texto escrito a partir de un relato popular europeo; “El show de los muertos vivos”, narración vudú; “La yegua blanca”, cuento árabe, “El jinete sin cabeza”, adaptación de un cuento de Washington Irving, autor que tomó el tema de una leyenda popular norteamericana; “Las siete hermanas”, cuento chino; “El último Golem”, cuento judío escrito por Ana María Shua basándose en un conocido mito, y “Yasi-Yateré, el que se oye y no se ve”, relato recreado a partir de una leyenda guaraní.
En cuanto a los recursos empleados para despertar miedo, encontramos, entre otros, deformidades, mutilaciones, cementerios, cadáveres, esqueletos, arañas, serpientes, y la descripción del miedo que siente el personaje.
Se ponen así al alcance de los lectores textos de tradición universal, con el caudal creativo de países lejanos y de nuestra propia tierra. La atracción de las historias seleccionadas se enriquece con el aporte narrativo de Ana María Shua, quien acerca a los niños fragmentos importantes del acervo cultural de la humanidad.
Ilustró Jorge Sanzol; el diseño y la dirección estuvieron a cargo de Helena Homs.
(LA PRENSA)
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LA ALDOVRANDA EN EL MERCADO, por Ema Wolf. Ilustraciones: Sergio Kern. Buenos Aires, Libros del Quirquincho, 1990.
Coquena Grupo Editor, responsable de los "Libros del Quirquincho", nos ha hecho llegar una obra de reciente publicación. La misma presenta historias interesantes, narradas con un lenguaje actual y atractivo, ilustradas por un artista que conoce bien cuáles son los resortes que hay que tocar para llegar al alma del publico infantil.
Ema Wolf reune en este libro cinco cuentos de terror para lectores en la escuela primaria. Como ya lo habia hecho en Maruja, la autora aborda temas antes considerados poco adecuados para los chicos, y lo hace con suma gracia. Una planta carnivora qua va de compras, monstruos contando pavorosos cuentos de humanos, el señor Maquiaveli, el fantasma del unitario que se ahogó en un aljibe y el siniestro chino amarillo patito, son los protagonistas de estos textos que, mas que causar miedo, hacen sonreir.
Ademas de resultarles entretenidas, estas paginas serviran a los pequenos lectores para pensar sobre esas actitudes de ciertas personas, dispuestas a criticar antes que a admitir sus errores, y tambien desafiarán el ingenio de los chicos, que deberan descubrir por que motivo el siniestro chino bebio la pocima que habia preparado para una dulce viejita.
Queda como mensaje final el concepto de que ser monstruo o no, depende del punto desde el que se mire. Parece ser que los humanos tambien tenemos cosas terroríficas...
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LA NUBE TRAICIONERA, por María Elena Walsh. Ilustraciones de Daniel Rabanal. Buenos Aires, Sudamericana, 1989. 86 páginas.
Es julio de 1872, la escritora George Sand dedica un cuento a su nieta Gabriela; lo tituló Le nuage rose, y la motivan tanto el propósito de entretener a la niña como el de instruirla, ayudándole a aprender nuevas palabras. María Elena Walsh tradujo y acriolló este cuento en homenaje a la autora y también al Bicentenario de Ia Reyolución francesa, que destacó la importancia del trabajo.
La narración -incluida en la colección Primera Sudamericana, que dirige Canela- es protagonizada por la pequeña Catalina, que un día recoge en su delantal una nube, creyendo que era su oveja. La nube rosada vuela al cielo y desencadena una tormenta, aunque. desde luego, no se responsabiIiza por este fenómeno, pues afirma que el temporal se hallaba en su interior, sin tener ella injerencia. La niña comenta esto con su tía, hilandera de reconocida fama, y obtiene importantes enseñanzas, impartidas con cariño y claridad.
El asunto, simple a primera vista, no lo es tanto, ya que el encuentro con la nube sirve a la autora para referirse a la vida del ser humano; podrá así hablar de quienes nos deslumbran con su belleza y sólo nos depararán momentos amargos. Por el contrario, el esfuerzo y la constancia son los que prodigan bienestar y tranquilidad de conciencia.
Al finalizar el cuento, María Elena Walsh nos plantea posibles desenlaces: algunos de ellos son divertidos, como la posibilidad de que Catalina no hay querido casarse y adoptara quince niños huérfanos “que armaban un escandalete en la casa”. Los pequeños podrán conocer el significado de los términos “metáfora” y “rueca”, e incorporarlos a su lenguaje, pues los mismos se hallan explicados al final de la obra.
El cuento no sólo ha sido “acriollado” sino que también está actualizado con respecto a nuestro tiempo (una de las posibilidades consiste en que la protagonista se case con un fabricante de pullovers y se divorcie en seguida); esto lo vuelve interesante para niños que quizás no lo leerían en su versión original. La autora propone también un acercamiento a la personalidad de George Sand, a quien describe con mucha gracia. Las ilustraciones son de Daniel Rabanal y el diseño de Helena Homs.
(LA PRENSA)
Portada de la edición de Santillana, ilustrada por Nancy Fiorini
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OLGA BRESSANO DE ALONSO, CUENTISTA SANTAFESINA
Olga Bressano de Alonso vive en Correa, provincia de Santa Fe, desde donde viaja a Rosario para desempeñarse como periodista del diario La Capital. Entre sus libros se destaca El Hijo isleño, destinado a chicos a partir de los once años; esta obra fue distinguida con la Faja de Honor de la SADE en 1986.
Recientemente, la Editorial Guadalupe ha publicado El tiempo que se fue; sobre sus cuentos conversamos en exclusiva para este, Suplemento.
- ¿Recuerda cuando escribio su primer cuento?
- Escribir es fácil, editar es difícil. Escribo desde siempre, pero la primera vez que vi en letras de molde algo mio, se remonta a 1964, cuando la Asociación "Ana Maria Benito" premió mi cuento "EI elefantito que no quería comer", en el Certamen de Cuentos Infantiles del año 60, organizado con inotivo del Cincuentenario de la Escuela Normal N° 2 de Rosario, de avanzada para la epoca y con un Jurado de lujo: Fryda Schultz de Mantovani, Ernesta Robertaccio y Jose Peire. Este cuento, junto con otros siete relatos de diferentes autores, fue editado cuatro años despues en un pequeño volumen ilustrado con dibujos de las alumnas del departamento de aplicación de la la escuela.
- ¿Cuándo apareció su primer libro?
- Recién en 1978, y gracias al generosísimo apoyo y a la cálida comprensión de Martha Salotti y Dora Pastoriza de Etchebarne. Se titula La abejita hacendosa y otros cuentos, y fue publicado por la Editorial Guadalupe de Buenos Aires, editorial que se convirtió en la varita magica que me hizo sentir protagonista de un cuento de hadas.
- Y parece que no se equivocaron, las señoras Salotti y Etchebarne, al elegirlo...
- Es verdad. EI libro salió en noviembre y ya en marzo del año siguiente tuve la enorme sorpresa de verlo en los programas de las escuelas primarias como "Libro recomendado para la enseñanza de la lengua a partir de quinto grado" por el Ministerio de Educacion de la Provincia de Santa Fe.
- EI hijo isleño también tuvo sus alegrias, no?
- Ah, sí. Es una novela juvenil que llegó a laColección Robin Hood gracias a haber ganado el Segundo Premio en el "Certamen Nacional de Novela Juvenil", organizado por la Editorial Acme, de Buenos Aires, con el voto unánime de un Jurado integrado por Syria Poletti, María Granata y Juan Carlos Merlo. Creí tocar el cielo con las manos al ver· mi Iibro encolumnado con otros de tanta jerarquia de esa tradicional colección de tapas amarillas, que fueran lectura predilecta de mis hijos en su adolescencia.
- -Esa obra está relacionada con su lugar natal.
-Sí, pues relata los avatares de la vida en la isla frente a Rosario, tan cercana en kilómetros y tan distante, sin embargo, en sufrimiento e incomprensión. En elIa hay romance, aventura, diversión, pero también destrucción y dolor, porque la acción se centra en la "gran crecida" del Parana del año 66 -así la llaman los lugareños-; esta crecida destartaló ranchos y aniquiló vidas sin lograr que se doblegara la tenacidad del isleño, que siempre vuelve y rehace en el mismo sitio, como un canto a la vida, y con un final abierto a la esperanza. Esta novela, editada en 1985, fue distinguida en 1986 con la Faja de Honor de la SADE.
- Luego apareció Cajita de cuentos, editado en Rosario, y ahora, El tiempo que se fue. ¿Cual es el tema de este ultimo libro?
- Son catorce relatos que tienen siempre a un adolescente como protagonista y no es autobiografico. aunque nadie puede despojarse totalmente al escribir ni de lo que fue, ni de lo que es, ni de lo que leyó. Las,vivencias se filtran sin que nos demos cuenta, y cada parrafo leído y saboreado, cada pensamiento que ha latido al unísono con el nuestro, todo ese compendio de sentimientos va formando indelebles surcos en nuestro interior.
- ¿En qué trabaja actualmente?
- Está por aparecer mi quinto libro, esta vez de poemas para adultos, a través de Editorial Apis, de Rosario; tiene como titulo Las fotos amarillas, nombre.de uno de Ios poemas, que sugiere, indudablemente, el transcurrir de ese tiempo fugaz, inaprensible, pero tirano de nuestras vidas. Ese es un poco el leit motiv de mi creación.
- ¿Abandonó la prosa?
- No, de ningún modo. Estoy haciendo las últimas correcciones a mi novela juvenil Mi amigo, el robot, que posiblemente publicará Plus Ultra de Buenos Aires y que, lejos de ser -como parecería por su título- una apología tecnológica, narra los avatares de un chico que quiere construirse su robot propio mientras vive las peleas con su hermano, las alegrias con su familia, las aventuras en la escuela o su romance con una jovencita apenas entrevista.
- ¿Cómo es vista la ciencia en esta obra?
- La escribí por elsistema de la propia elección de posibilidades -"senderos que se bifurcan", diria Borges-, que lleva al lector a vivir su propio final. En este caso, hay diecisiete posibilidades. En algunos de los finales, el protagonista deja de lado su frio robot para convencerse de la supremacia de la calida relación de alma a alma con su amigo, o bien olvida la pila de latas y resortes con los que está trabajando, para quedar prendido al milagro de ver un poroto seco que germina en un frasco, como una admirable apuesta a la vida.
(El Tiempo, 9 de julio de 1989)
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MARIA CRISTINA BRUSCA: ACUARELAS PARA EL RECUERDO
María Cristina Brusca es ilustradora. Ha realizado tapas para los volúmenes de muchas editoriales, entre las que se cuentan Orión, Torres Agüero, Legasa y Sudamericana. Para esta última está ilustrando Recuerdos de la abuela, un libro sumamente original que fascinará a los lectores, ya que ha sido pensado para que participen en él. Para conversar acerca de su trayectoria y acerca de esta obra, la entrevistamos en su estudio en el barrio porteño de Flores.
- Las ilustraciones que nos mostrás revelan un profundo conocimiento de la técnica, ¿con quienes te formaste?
- Estudié la especialidad de Libro y Publicidad en la Escuela Fernando Fader,y después me recibi de Profesora Nacional de Diseño Gráfico en el Instituto Superior del Profesorado Técnico. También estudié dibujo y escultura durante varios años en talleres particulares, con Manassero y Leo Vinci.
- ¿Cuándo empezaste a dlbujar tapas?
- A partir de 1973 alterné la actividad plastica con el trabajo de grafica en mi pequeño estudio de diseño. Hacía tapas e ilustraciones para varias editoriales. Uno de los trabajos mas interesantes fue el diseño e ilustración de las miniaturas de Torres Aguero; me refiero a las tapas de las colecciones de tango "Cancionero" y de poesía lunfarda basada en la gráfica de principios de siglo: las partituras de tango, la revista Caras y Caretas, los afiches y la publicidad de la època. Por ese entonces comencé a ilustrar libros para niños, una actividad que me fue ganando, y a la que me dedico ahora casi exclusivamente.
- Nombramos algunos de los libros que ilustraste para chicos.
- Bisa Vuela y El Diablo Ingles, de María Elena Walsh; La puerta del sótano, de Graciela Montes, y El paseo de los viejitos, de Laura Devetach. Para la Editorial Orión realicé las tapas de la Colección Tobogán, para chicos de ocho a trece años, dirigida por Poldy Bird. Es una colección muy cuidada, desde la selección de textos hasta la impresión y encuadernación de los libros y, por supuesto, las tapas.
- ¿Cómo hacés cada tapa? ¿Conversas con Poldy Bird?
- Sí. Para hacerlas, luego de una primera leida a los textos, charlamos con Poldy acerca del contenido, su sentido literario, el autor, el titulo, y de allí surge la imagen que queremos comunicar a los chicos con la tapa.
- ¿Cómo debe ser esta imagen?
- Ademas de ser bella y clara, debe -para mi- conservar la alegría y el humor. Como te decía, después de conversar con la directora, hago dos bocetos o maquetas de tapa, que Ie presento a Poldy. Ella es muy exigente y conoce bastante del terna. De manera que discutimos hasta elegir uno, a veces con modificaciones; por ejemplo, la letra del titulo más grande o mas chica, un cambio en los personajes o el color del fondo.
- ¿Y después?
- Preparo el original para la impresión. Este trabajo depende de la imagen que se va a utilizar; puede ser una ilustración realizada por mí o por otro ilustrador, una fotografía o una reproducción de un cuadro. Compongo la tipografia para los títulos y el autor; estos elementos van montados en un cartón donde escribo, además, una cantidad de indicaciones tecnicas, para el fotocromista, que es el encargado de hacer las peIículas para la impresión.
- ¿Qué estas dibujando ahora?
- Actualmente, ademas de mi trabajo para la Colección Tobogán, hago las tapas de Editorial Legasa, y estoy terminando para Sudamericana las ilustraciones de Recuerdos de la Abuela, un libro dirigido por Canela, con el diseño de Helena Holms.
Una novedad en la Argentina
- Este tipo de libro aun no es conocido por el publico de nuestro pais, aunque se han editado algunos similares en otros lugares del mundo. ¿Podrias describirlo?
- Como su título lo indica, será escrito por cada una de nuestras abuelas con los datos, anécdotas, fotos de sus padres, hijos y nietos. Las guiarán los textos de Mirta Goldberg, y será un libro o album de la historia de cada familia, el primero en nuestro pais de estas caracterlsticas.
- Es un volumen para completar con textos y fotos. Debe haber sido un trabajo muy exigente para vos, por su originalidad.
- Fue una tarea muy interesante. A traves de sesenta y cuatro paginas ilustradas en acuarela, procuré rescatar para la memoria los objetos, costumbres y actitudes que fueron nuestros desde principios de siglo hasta hoy.
- Tu trabajo de ilustradora debió contemplar también la participación de cada abuela.
- Claro, y esto se traduce en ciertas necesidades de la obra. Fue un dificilísimo trabajo de diseño. El libro tiene que estar bien hecho, claro y bello sin escribir, pero no tiene que quedar sobrecargado cuando está escrito.
- Veo, en los originales que tengo en mis manos, que cada generación de la familia está ilustrada con motivos de época. ¿De dónde los tomaste?
- Realice un importante trabajo de documentación; busco ilustrar cada momento a través de objetos o actitudes corporales. La historia de la familia comienza, según la idea de la autora, a principios de siglo o antes, pues la abuela escribe sobre sus propios abuelos; entonces, tuve que conseguir postales y revistas de la época, fotos de diferentes familias, objetos que pertenecieron a nuestros antepasados, catálogos de viñetería comercial. Utilicé todo aquello que puede servir para testimoniar la vida cotidiana en un país que no tiene memoria, que no piensa en las cosas que deja de lado en su afán de progreso.
(EL TIEMPO, Azul, 1988)
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PALABRELIO, por Gloria Pampillo. Buenos Aires, Colihue, 1988.
Contar cuentos es uno de los privilegios que valoramos en los seres humanos, más aún si los cuentos se dirigen a los chicos, o a los chicos que todos llevamos dentro. En sus narraciones, Gloria Pampillo se propone entretener y hacer pensar, inculcando, al mismo tiempo, nociones de cultura general que serán útiles a quienes se acercan a su obra.
"Abrojos" es una historia protagonizada por Juan, un labrador, y su mujer. Estamos en Castilla, en el año 1300. Juan salía a segar; su mujer, que "era una de esas señoras que todo lo repiten varias yeces", Ie decía que abriera bien los ojos, para no lastimarse mientras realizaba su tarea. Cuando el marido ya se encontraba en el camino, salía Aldonza y Ie gritaba, una vez más:"jAperi oculos!". La cuentista explica a los chicos que la mujer hablaba en latín porque, allá por el año 1300, se estaba efectuando la transformación del latín en castellano y entonces, "todo el mundo hablaba mitad latín y mitad en castellano". De nada servían las recomendaciones de la mujer; Juan regresaba a su casa con los pies lastimados por unos aritos espinosos que crecían en unas matas. Aldonza rezongaba: "Aperi oculos, abre los ojos, abrelosojos". Con el tiempo –comenta la autora- esa recomendación que se hacía a los labradores se fue abreviando hasta transformarse en la palabra "abrojos", que luego pasó a denominar también a la planta que ocasionaba la molestia. Esta es la etimología, de origen latino, de una palabra muy conocida. Un tratado sobre el tema nos explicará las razones por las que se llegó a este vocablo; podrá ampliar el conocimiento, pero la idea será sustancialmente la misma.
Entre !as etimologías de origen griego, encontramos las que dan lugar a los cuentos "Cometa" e "Hipopótamo". EI primero transcurre en Argentina en 1910, año del Centenario. EI 18 de Mayo, el cometa Halley iba a pasar cerquísima de la Tierra; la gente, asustada, pensaba que sería el fin del mundo. Entonces, un astronomo les explica:"A lo mejor les interesa saber que la palabra cometa viene del griego y quiere decir astro de cabellos largos. Los antiguos Ie pusieron ese nombre porque su cola les parecía una larga cabellera. En griego, pelo se dice komé". No sabemos si la gente, en su temor, habrá atendido a este comentario, pero lo cierto es que pasó el cometa y todos vieron, felices y contentos, que no los había dañado.
Hay tambien vocablos de origen americano, como "macana" y "chocolate ". Cuando Hernán Cortes llegó a nuestro continente, quedó maravillado por las cosas que vio, y se las transmitió, en cinco largas cartas, al Emperador Carlos Quinto; en una de ellas dice que ve muchas cosas a las que no sabe cómo ponerIes nombre. Una tarde -cuenta la autora-, Cortes se paseaba con sus soldados por la plaza de la compra y de la venta y se detiene al ver cómo un indio preparaba una extraña bebida: "primero machacaba unas semillas, despues molía unos granos tostados, les agregaba agua y cocinaba esa mezcla". Cuando el aborigen, respondiendo a su pregunta, Ie dice que la infusión se denomina pochocacauatl, Cortés repite en forma equivocada, y así surge nuestra palabra chocolate. EI indio, exasperado, intenta hacérselo decir como corresponde, pero no hay caso; Cortés es duro para los idiomas.
No de palabras, sino de usos verbales, se ocupa el cuento titulado "Vos", en el que Pampillo muestra la diferencia que hay entre el empleo del voceo en España y el voceo en America. Nosotros tratamos de "usted" a quienes nos merecen respeto o no son de nuestra relación directa; los españoles, en cambio, trataban de vos a sus iguales o superiores y se reservaban el "tú" para los inferiores. “Por eso -afirma- cuando un español llega ahora a Buenos Aires se queda con la boca abierta oyéndonos llamarnos unos a otros de vos, como si estuvieramos en pleno siglo XVI y fuesemos todos nobles".
Tan divertidos como instructivos, estos cuentos nos plantean cuestiones risueñas; el humor y la simpatía de la autora nos expresan su amor por el publico infantil, al que brinda su esfuerzo y su respeto.
LEYENDAS DE NUESTRA TIERRA, por Carlos Villafuerte. Editorial Corregidor. Buenos Aires, 1986. 219 páginas.
Aunque todos tenemos cierta idea de lo que significa el termino “leyenda", conviene precisar su alcance. EI Diccionario de la Real Academia Española señala que es la "Relacion de sucesos que tienen mas de tradicionales o maravillosos que de históricos o verdaderos"; según la Enciclopedia Espasa Calpe, existía antes del cristianismo, aunque no se llamase asi.
Carlos Villafuerte se ha propuesto reunir en un volumen las leyendas mas conocidas de nuestro país. Los destinatarios son los niños y adolescentes, que encontrarán en ellas un sano .entretenimiento y, a la vez, una razón mas para amar a nuestra cultura.
Villafuerte explica que las leyendas que encontraremos en su obra. han surgido paralelamente de los.relatos que trajeron los españoles y las creencias aportadas por los indigenas, Es así como podemos encontrar en suelo americano resonancias de pasajes biblicos o de las historias medievales de las fuentes de la eterna juventud. Cada una de las razas dejó en las creencias sus rasgos distintivos; en cada relato pueden percibirse las caracteristicas de las comunidades en las que surgieron, sean hispanas o autóctonas.
El libro se encuentra estructurado temáticamente. De este modo, se facilitará al lector la tarea y, por otra parte, podrá también comparar las diferentes historias agrupadas en una misma sección. A esta clasificación tematica la acompaña otra, en la que se indican las areas en las que dicha creencia se encuentra arraigada; los numeros I al VI indican las zonas del Noroeste, Centro, Noreste, Este, Cuyo y Sur de nuestro territorio. Un digito junto al titulo de cada historia nos permitirá ubicarla en esta c1asificación rápidamente.
Villafuerte se ocupa en primer lugar de las leyendas referidas a las plantas; entre ellas se destaca la creencia en el origen del ombú, tomada por María Teresa Villafañe Casal. Umbí era la esposa de un cacique pampeano; como su marido debió partir a luchar, la dejó a cargo de las plantaciones de las que dependía el bienestar del pueblo: La mujer lloraba, inclinada sobre las plantas, rogando que no se secaran; el sol, compadecido, la transforma en árbolde tupido follaje, salvando así el maíz. Al volver el cacique, Umbí le prodiga tambien a él su sombra y su cobijo.
En el segundo apartado, referido a los animales, encontramos la historia del pingüino; Este se burlaba de: los peces, los despreciaba y llegaba a matarlos sin necesidad, por el placer de verlos sufrir; nada podia igualarse a la dicha de volar, felicidad suprema. Pero Dios, consternado ante tanta vileza, hizo que sus alas se acortaran y lo obligó a sumergirse en las aguas junto a quienes menospreció.
Los cultos populares también se encuentran presentes en la obra de Villafuerte. Uno de los más representativos es el de la "Telesita", grácil joven que llegaba como una aparición cuando. el bombo comenzaba a sonar. Un día, nadie sabe por qué, no apareció al comenzar el baile y el pueblo la buscó infructuosamente; a partir de ese momento, los paisanos la convirtieron en una especie de deidad y le ofrendan rituales ,con el propósito de recuperar bienes perdidos.
Bellisima es la leyenda de la Virgen de Itatí. Se dice que una familia acudió al Santuario en busca del remedio para la abuela paralítica. La Virgen la curó y los beneficiados dejaron, como muestra de agradecimiento, todas las joyas que poseían. Al ser interpelados por un hombre, le dijeron que era buena pero muy interesada; había curado a la abuela pero se habia quedado con todas las alhajas. Esa noche, la anciana vuelve a sentir un fuerte dolor en las piernas como antes de visitar el templo, y encuentra en su almohada todas las joyas que habían dejado en su visita. La Virgen.castigaba así su falta.
El quinto grupo, titulado "Supersticiones y creencias" se abre con la leyenda del duende. Al igual que en España, donde se habla del diablo meridiano, el duende aparece en la hora de la siesta; Villafuerte no duda de la raigambre hispánica de esta historia. Si el duende se hace presente por la noche, en cambio, es porque anda buscando amores con alguna de las jóvenes del poblado. En la zona puneña de Jujuy se afirma que este ser sobrenatural es un enano, totalmente desnudo, que usa un sombrero más grande que su cuerpo.
Entre las leyendas historicas encontramos "La Maldonado", protagonizada por una joven que enloqueció ante el terrible espectaculo de la vida en America, en tiempos de Pedro de Mendoza. Condenada a morir, una tigra la salva de su suerte, a los pies del arroyo que desde ese momento lleva su nombre. El ultimo grupo recoge las creencias que tienen por motivo los accidentes geográficos. La imaginación popular ha. intentado dar razones de las maravillas que encuentra en la Naturaleza, como el "Puente del Inca" Dice la tradicion que un inca ,estaba sumamente apenado por la enfermedad que padecía su hijo; le aconsejaron llevarlo a las aguas termales, pero no había forma de llegar a ellas. Muy triste, pernocta en el lugar; al alborear, descubre que se habia formado un puente de piedra por el que pudieron cruzar para sanar al joven. En recuerdo de este episodio, el paraje lleva ese nombre.
Hemos mencionado sólo unas pocas leyendas, a modo de ejemplo. Al leerlas, aun en nuestro breve resumen, el lector podrá comprobar que ellas s refieren a un código ético, a una particular noción del bien: y el mal. Destinada, como dijimos, a los niños, esta obra los iniciará en el concepto de la Justicia Suprema, y les permitirá, al mismo tiempo, entender mejor nuestra cultura, cuya riqueza se evidencia en todos y cada uno de los testimonios recogidos. La compilacion incluye una interesante bibliografía al respecto.
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PARA UN BESTIARIO DE LAS INDIAS, por Alberto M. Salas. Buenos Aires, Editorial Plus Ultra, 1985.
María Hortensia Lacau, a quien conocemos tanto por sus denodados esfuerzos en la docencia como por su labor creadora, nos presenta una propuesta sumamente interesante: en su calidad de directora, nos acerca la colección "El Campanario", dedicada a lectores adolescentes y juveniles. Las obras que se agrupa.n bajo esta denominación se caracterizan por ser "rigurosamente literarias, amenas. argentinas e hispanoamericanas, apropiadas por sus valores eticos y motivaciones psicológicas a una edad más o menos móvil que se ubica dentro del ciclo secundario". El material que se ofrece es variado, ya que abarca diversas manifestaciones artisticas, tales como novelas, cuentos, poesias, teatro, etc.
El libro que hemos leido nos muestra una faceta diferente de la Conquista de America, ya que se ocupa de los animales del nuevo continente. Basándose en bibliografia del siglo XVI -que es indudablemente atrayente-, el autor ha elaborado una serie de ensayos en los que transmite las vivencias que los hombres de 1a Conquista dejaron por escrito. Este tipo de literatura es muy interesante, pero el estar redactada en castellano antiguo la vuelve inaccesible a los alumnos de enseñanza media. Esta particularidad se encuentra agravada por el hecho de que una obra de este tiempo, si está editada convenientemente, debe ser anotada, es decir, debe contar con las explicaciones pertinentes. Las características mencionadas hacen que este tipo de relatos --crónicas de viajeros o de colonizadores- no sean tomados como una fuente de esparcimiento sino como una obligación. Salas frecuentó los relatos impulsado, en un principio, por la necesidad de cumplir con su formación literaria, pero, al mismo tiempo, el amor por la literatura de la Conquista iba creciendo en su espiritu.
Para un bestiario de las Indias es una recorrida tan erudita como afectuosa por las paginas mas importantes las letras de esa epoca. Entre los autores citados encontramos, en primer lugar, a aquellos que se propusieron dejar un testimonio sobre la tierra nueva; Salas recurre a Martin del Barco Centenera, Fray Bartolome de las Casas y el Inca Garcilaso de la Vega. También las noticias de viajes han sido un material indispensable para la redacción de estos ilustrativos ensayos; marinos de renombre como Cristóbal y Fernando Colon, como Americo Vespucio, son las ilustres fuentes de los trabajos. Pero la lista sigue, abarcando tanto estudios sobre el tema como la utilización de los diccionarios de mayor valor dentro de nuestro idioma: el de la Real Academia Española, el de Corominas y el Tesoro de la Iengua castellana o española, de Sebastián de Covarrubias, que data de 1611.
Alberto Salas ha preparado la edición teniendo en cuenta la edad e intereses de aquellos ha quienes está dedicada: ha modernizado el lenguaje, quitándole su particular encanto pero volviéndolo sumamente comprensible para el adolescente: por otra parte, ha suprimido -en la medida de lo posible- todo tipo de anotación que, aunque necesaria, puede distraer la lectura de una persona no habituada a ella. Animales de las más diversas clases son evocados en el libro; los hay reales, como los loros y los papagayos; míticos, como los grifos y sirenas; y hay también seres irracionales ligados entrañablemente a la vida cultural de su pais, como el quetzal.
En los ensayos se advierte una intención didactica evidenciada por e1 detenimiento con que el autor se explaya sobre las características de cada especie. Paralelamente, relata las creencias de indígenas y conquistadores al respecto; incluyendo, cuando el tema así lo permite, alguna anecdota curiosa, sea tragica, sea risueña. En el capitulo dedicado al manatí, el ensayista recuerda que la "bestia" habia causado involuntariamente gran revuelo entre los eclesiásticos: por su aspecto y modo de vida era un enorme pez, pero e1 sabor de su carne era semejante al de la carne de ternera, de modo que no se sabía si debía prohibírselo en días de guardar. Episodios como éste trascienden el tema específicamente zoológico, para ilustrarnos acerca de la idiosincrasia de una sociedad en formacion.
Algunos temas se destacan por su importancia histórica -en especial los que se dedican a animales reales-; en otros puede advertirse la fecunda imaginación popular. Estos últimos me han parecido mucho mas atractivos -sin olvidar la excelencia de los primeros-, ya que nos introducen en un reino fantastico, en el que se atribuyen cualidades inusitadas a seres de apariencia incierta. A este respecto recordamos trabajos como los dedicados a los grifos y al carbunclo, seres extraños y de maléficos poderes.
Completan la obra la presentación a cargo de Maria Hortensia Lacau y las palabras con que la misma exhorta al adolescente a participar de la lectura creativamente. La escritora ha ideado también la inclusion de una reflexion del autor, que funciona a manera de puente entre autor y recipiendario, explicándole los motivos que lo llevaron a tratar este tema. las circunstancias en que surgió tal aficion y lo que ella representó para el ensayista.
El volumen me ha parecido sumamente interesante, ya que concreta un anhelo que todos los que trabajamos por las Letras esperábamos ver realizado: hacer que obras de tiempos pretéritos, pero fundamentales en nuestra historia, se difundan no perdiendo sus valores originales. La lectura de paginas como las de Salas puede entretener e ilustrar, pero -lo que es mucho más importante- puede despertar la inquietud de remitirse, quién sabe en un futuro, a las obras de las que surgieron. Esta virtud es, de suyo, un valioso aporte a la cultura, ya que contribuye a formar buenos y selectivos lectores.
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ORTOGRAFIA EN JUEGO, por Silvia Schujer. Ilustraciones de Marcelo Elizalde. Buenos Aires, Primera Sudamericana, 2000.
Los docentes y quienes tenemos hijos en edad escolar sabemos qué difícil resulta lograr que los chicos escriban sin faltas de ortografía. Acostumbrados a escribir las palabras “como suenan”, suelen no prestar atención a esas reglas cuyo aprendizaje demanda el esfuerzo de padres y maestros. Una y otra vez les explicamos que ciertas palabras se escriben con una letra y no con otra; como no las identifican por el sonido, les cuesta memorizar su correcta grafía.
Atenta a esta imperiosa necesidad de casi todos los chicos y muchos adultos, es que Silvia Schujer se ha abocado a la tarea de enseñarles ortografía por medio de juegos. Utiliza para lograr su propósito poemas, definiciones, cuentos, personajes de ficción, tableros con frases escondidas, crucigramas, láminas, traducciones, sopas de letras, búsquedas de errores, anuncios, casilleros y otros recursos. Los mismos han de conseguir que los lectores aprendan jugando las reglas de la ortografía castellana, que tanto nos afligieron en la infancia; así evitarán los errores que afean los escritos en la escuela y en el trabajo.
Pensado para ser empleado en el aula, bajo la atenta mirada del docente, quien sabrá obtener de él magníficos resultados, el libro también será útil en el hogar, como un fructífero pasatiempo.
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HUEVOS CON LENTEJAS Y OTROS MATELIOS, por Isabel Ortega. Ilustraciones: Istvansch. Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 2004. 32 páginas. (Matelíos).
El volumen que comentamos integra la serie “Matelíos”, la cual propone “Piedra libre para jugar con números, líneas, tableros y laberintos. Personajes como el Señor Poligonoso, don Sixto y don Silvio, y los habitantes del país de las figuras geométricas te acompañarán en la gran aventura de resolver, deducir e imaginar. Los matelios de este libro son para que descubras y disfrutes la otra cara de la matemática”.
Hay juegos para un solo jugador, para dos jugadores o dos equipos, y juegos grupales. Algunos son para recortar; otros, para pintar, dibujar o escribir. A veces es necesario tener a mano una calculadora, o un reloj, o el tablero que aparece en el mismo libro. Hay juegos novedosos y juegos tradicionales, trucos para agrandar dibujos, rompecabezas geométricos, crucinúmeros, una variante del Ta-Te-Ti, y un laberinto con números mayas, entre otros desafíos.
Destinada a lectores a partir de los nueve años, esta obra los entretendrá al tiempo que les permitirá poner en práctica sus conocimientos, y adquirir otros nuevos. Ideal como pasatiempo, será también de suma utilidad a los docentes de la materia, que encontrarán en estos juegos una eficaz ayuda para su tarea.
Isabel Ortega “nació en 1949 en Avellaneda, Buenos Aires. Se hizo amiga de los números desde muy pequeña. Es maestra y profesora de matemática. Escribió varios libros, entre ellos La historia que vivieron los matemáticos, y los juegos con números de la revista AZ diez. Fue docente de la Universidad Nacional del Comahue, y editora de matemática en la editorial Kapelusz”.
Istvansch “es ilustrador, diseñador y escritor. Publicó más de 80 libros y actualmente dirige la colección Libros-álbum del Eclipse. Ha recibido distinciones y realizado exposiciones en Argentina, Francia, España, Italia, Eslovaquia y Colombia”.
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MUSEO VIAJERO
Indice
1. Introducción
2. La pequeña aldea
3. San Martín, un general sin Remedios
4. Cristóbal Colón, un viaje redondo
5. Un siglo en un ratito
1. Introducción
En este trabajo nos ocupamos del origen y la trayectoria de MUSEO VIAJERO -un grupo de investigadores y actores argentinos, que pone al alcance del público, con sólidas bases históricas y amenidad, el conocimiento sobre el pasado de nuestro país- y comentamos algunas de las obras.
Quienes integran el Museo Viajero nos hacen llegar material en el que nos hablan de su origen, su labor actual y sus proyectos. Sobre su objetivo afirman. “El Museo Viajero surge como un intento por rescatar el pasado social argentino, sus costumbres, sus vidas cotidianas. Nuestro viaje por el tiempo nos hizo llegar hasta 1492. Por eso hoy, el Museo Viajero consta de cinco experiencias: La pequeña aldea, Un siglo en un ratito, La trajecomedia del traje, Cristóbal Colón: un viaje redondo y San Martín, un general sin Remedios”.
El placer de asistir a estas representaciones no es sólo para los chicos de la ciudad de Buenos Aires: “Todos los espectáculos también se trasladan a escuelas, museos, teatros o centros culturales de cualquier punto del país. Sólo necesitamos un espacio cubierto”, afirman. Estuvieron, entre otras localidades, en Bariloche y en Mendoza, llevando su bagaje de enseñanzas y despertando la inquietud por el estudio de nuestro pasado. Los interesados en obtener más información sobre esta valiosa iniciativa pueden ingresar a los sitios http://museo.freeyelow.com/ y http://members.xoom.com//umseculo/.
Acerca de su trayectoria comentan: “En sus cuatro años de vida el Museo Viajero siempre ha estado atento a las nuevas propuestas en museología que hablan de una integración del objeto al observador, de allí que siempre hayamos recreado el discurso histórico tradicional incorporando tanto la narración descriptiva como la dramatización. La seriedad en la selección de los contenidos y la eficacia en la presentación de los mismos está avalada no sólo por años de ejercicio docente e investigación histórico-literaria sino también por una larga y fructuosa actividad teatral infantil”.
La historia comienza en 1996: “Desde nuestros inicios con Un siglo en un ratito y La pequeña aldea no hemos dejado de incorporar nuevas obras. El éxito de nuestros espectáculos itinerantes nos llevó en 1997 hasta el Museo Saavedra. Para 1998 emprendimos la construcción de nuestra maqueta estable de 50 m2. La trajecomedia del traje –en coproducción con el Museo Nacional de la Historia del Traje- y Cristóbal Colón, un viaje redondo fueron nuestros estrenos en 1999. En el 2000 La pequeña aldea incorpora la versiones del 9 de julio y el 17 de agosto, Un siglo en un ratito es presentado con éxito en San Pablo, Brasil, y como homenaje al 150° aniversario de su muerte, estrenamos San Martín, un general sin Remedios”.
Siguen investigando y creando>: “Entre nuestros proyectos futuros se encuentra la construcción en tamaño real de la carabela La Niña, un espectáculo sobre la América India y, en coproducción con el Museo Nacional de la Historia del Traje, Los chocolates virreinales, una tertulia del 1800 en el siglo XXI”.
Comentaremos a continuación algunas de estas obras.
2. La pequeña aldea
Domingo del otoño de 2001en el Museo Saavedra. Chicos y grandes se ubican. El Museo Viajero presenta La pequeña aldea, de Héctor López Girondo (Premio Coca Cola 1990 de teatro infantil) y Fabián Uccello (investigador de historia social, anticuario, coautor del libro La pequeña aldea), con los actores Hugo Grosso y Ernesto Dufour, y la dirección y puesta en escena de Héctor López Girondo, sobre una investigación histórica de Uccello y Raquel Prestigiácomo (docente e investigadora de la UBA, autora de varios libros y coautora de La pequeña aldea). Actúan en otras oportunidades Andrea Iacobacci y Fabián Uccello. El diseño de las maquetas y escenografía estuvo a cargo de Miguel Nigro (profesor nacional de Bellas Artes y Escenografía); vistieron a los muñecos Blanca y Ofelia, es la asistente Malena Faletti y la producción general la realizan Uccello y López Girondo, mientras que Juan Carlos Iolli se desempeña como asistente de producción y Claudio Uccello es responsable de la gráfica.
La función va a empezar. El director del museo saluda al público; lo secunda su asistente, Gutiérrez, quien lo interrumpirá continuamente para hacer preguntas o acotaciones ingeniosas. Juntos, emprenden un recorrido que se inicia cuando Pedro de Mendoza zarpa hacia el Nuevo Mundo. A partir de ese momento, el pasado surge como un relato sumamente ameno, pleno de humor y de reiteraciones que facilitan la memorización de aquello que se narra.
La evocación abarca aspectos cotidianos –la alimentación en el mar, la calma chicha, el cruce de una calle, el baño, la consumición en un bar-, patrióticos –el color rojo y blanco de las cintas que repartieron French y Berutti, la entrega de invitaciones para la reunión convocada por Azcuénaga-, o terribles –la antropofagia de los colonizadores, relatados todos con un lenguaje adaptado a cada uno de los niveles de la escolaridad –inicial, primero, segundo y tercer ciclo, polimodal y terciario- e ilustrado con objetos, títeres y una impresionante maqueta (que en 2003 llega a los 88 m2). Al finalizar la obra teatral, el público puede ver de cerca la maqueta y hacer preguntas sobre ella y sobre lo expresado por los actores.
La investigación histórica en la que se basó el espectáculo es La pequeña aldea. Vida cotidiana en Buenos Aires 1800-1860 (Buenos Aires, Eudeba, 108 pp.). Sus autores son Raquel Prestigiácomo y Fabián Uccello. De la inteligencia y la dedicación de los investigadores surgió este libro, que tiene como punto de partida el día en que se inicia un cambio de singular importancia: “El 1° de agosto de 1776, por Real Cédula, se crea el Virreinato del Río de la Plata, y Buenos Aires deja de ser una relegada ciudad indiana para convertirse en capital del territorio y residencia de las autoridades reales”.
El libro se divide en tres partes. La primera de ella apunta a la pregunta “¿Cómo fueron esos cien años en vida cotidiana?” y la responde ocupándose de “clases sociales, costumbres, gustos culinarios, modas, vestimentas, lecturas, paseos, diversiones”. En la segunda parte, los ensayistas pretenden “mostrar cómo era la ciudad en la cual vivía aquella gente y de qué modo se comunicaba con el resto del país: la Plaza de Mayo a vuelo de pájaro, los barrios periféricos, las rutas de salida, los viajes y el transporte”. Y hay una tercera parte que “está fuera del corte temporal aunque remite al comienzo de todo, a otro sueño, el de Juan de Garay”.
La excelencia de esta investigación ha sido elogiada por Andrés Carretero, quien expresa en el prólogo al volumen: “el trabajo realizado por los autores es una verdadera exhumación bibliográfica, presentada en muy difícil equilibrio temático, como si fuera en un muy bien armado friso que tiene sus figuras centrales y sus accesorias, pero con la particularidad de que cada una de ellas está tratada con el mismo cuidado y detallismo para rescatar lo valioso, sin ocultar o descartar lo superfluo".
3. San Martín, un general sin Remedios
Los domingos de enero de 2002, en el Museo Histórico Brigadier General Cornelio Saavedra, chicos y grandes pudimos asistir a la representación de esta obra, protagonizada por tres actores que tuvieron a su cargo dos papeles cada uno: Ernesto Dufour fue el director del Museo Viajero y madre (sí, madre) de Remedios; Hugo Grosso, el asistente del director y Carlos María de Alvear, y Andrea Iacobacci, la novia del asistente y Remedios. Entre los tres, desdoblados en seis personajes, nos brindaron una hora de diversión, en la que los chicos –de nueve a doce años- disfrutaron a más no poder y aprendieron mucho.
Los padres también aprendimos: supimos que el general utilizó en el Combate de San Lorenzo una estrategia indígena que consiste en avanzar con una cuerda estirada entre dos caballos y derribar a todos los enemigos que se encuentran a su paso. Nos enteramos de que Fray Luis Beltrán ideó unas herraduras para que los animales tuvieran mayor seguridad durante la travesía, y de que San Martín empleó un sistema arriesgado para cruzar mulas y enseres de una cumbre a la otra. La dieta también fue motivo de comentario: estos esforzados guerreros combatieron el apunamiento con ajo y cebolla, y tuvieron como sustento una comida que debe haber sido horrible (charqui con grasa de buey y pimiento, al que mojaban con agua caliente), pero que tenía la importantísima virtud de superar días y días sin echarse a perder.
La escenografía creada por Miguel Nigro, que consistía en paneles superpuestos, permitía a los actores encontrarse tanto en una calle de la ciudad virreinal, mirando hacia el puerto, como en medio de los Andes. La maqueta del Convento de San Lorenzo que mostraron, y unos caballitos de juguete con sus respectivos jinetes, fueron el medio ideal para que todos comprendiéramos cómo se llevó a cabo este combate. Dos escaleras de doble hoja le sirvieron al inigualable asistente –transformado momentáneamente en Condarco- para atravesar los Andes y llevar la misiva al gobernador, poniendo en peligro su vida.
Imperdible: Dufour haciendo de señora de Escalada. Una sorpresa: lo bien que cantan Andrea Iacobacci y Hugo Grosso, quienes entonaron una canción y un cielito sobre los últimos años del Libertador.
La dirección y puesta en escena estuvo a cargo de Héctor López Girondo; la producción general, de Fabián Uccello, y la investigación histórica fue realizada por Uccello y Prestigiácomo.
4. Cristóbal Colón, un viaje redondo
Asistimos a una de las presentaciones de “Un verano para hacer historia”, ciclo del Museo Viajero auspiciado por la Secretaría de Cultura del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, en 2003. La obra que vimos, Cristóbal Colón, un viaje redondo, fue escrita por Héctor López Girondo y Fabián Uccello, dirigida y puesta en escena por Héctor López Girondo, la investigación histórica correspondió a la Lic. Raquel Prestigiacomo y el diseño de maquetas y escenografía, a Miguel Nigro.
Los integrantes del Museo Viajero señalan: “Después de quinientos años resulta indispensable volver a descubrir, no América, sino al gran Almirante, su viaje y su época. Un valiente marino genovés, una Tierra plana, tripulantes reclutados en las cárceles, las joyas de Isabel la Católica... ¿Fue realmente así? ¿Se puede decir algo nuevo? En Cristóbal Colón, un viaje redondo la actual visión de la historiografía permite a Gutiérrez y al señor Director develar los interrogantes materializando el pensamiento científico medieval con maquetas de las diferentes representaciones de la Tierra, instrumentos de navegación, cartas de marear, portulanos, etc.; o recurriendo a una réplica fiel de la Santa María combinada con una impresionante escenografía, en tamaño real, de su bodega y cubierta. Con este marco los preparativos e intimidades de la vida durante la travesía (comidas, pertrechos, lugares de descanso, formas de navegar y fijar el rumbo, etc) se comprenden en toda su dimensión gracias a los datos precisos del señor Director y las disparatadas ocurrencias de Gutiérrez”.
Como el Señor Director, actuó Fabián Uccello, y, como su asistente Gutiérrez, Andrea Iacobacci. El Señor Director comienza explicando al auditorio las dudas que existen acerca de la nacionalidad del Gran Almirante –o del “Gran Ignorante”, como colabora, no muy felizmente, Gutiérrez- y relata lo que sucedió cuando Colón, intentando conseguir quien solventara su viaje, va al reino de Portugal y luego, recurre a los Reyes Católicos.
En tono ameno y disparatado, la concurrencia tendrá un panorama real de las vivencias de aquellos navegantes y la conformación de los navíos. Instrumentos de navegación -astrolabios, sectantes y cartas de mareas- pasearán delante del auditorio para ejemplificar cómo se hacía la navegación en aquella época. Los actores nos descubrirán las intimidades del viaje, el por qué de los cantos de los marineros, que no eran -como pensaba Gutiérrez- para matar el aburrimiento, sino para poder levar anclas o alzar las velas. Estas tareas -relatadas por el historiador Uccello y dramatizadas por la desopilante Iacobacci- llevaban dos o tres horas, y el canto era para poder sincronizar los movimientos y los esfuerzos.
En la evocación de la vida cotidiana en las embarcaciones, no podía faltar el comer: en las naves se cocinaba una vez al día, y sólo se cenaba, para que la oscuridad no permitiera a la tripulación advertir el color de la comida que se servía. El dormir, para los marineros, era en la cubierta a la intemperie, donde podían ser despertados por las ratas de a bordo. Uno de los asistentes a la obra preguntó, al ver la réplica fiel de la Santa María, dónde estaba el baño, a lo que el Señor Director explicó que los marineros podían hacer sus necesidades ora a babor ora a estribor.
Ya acercándonos al fin de esta obra se descubre una impresionante escenografía de tamaño real de la bodega y cubierta de una de las carabelas. En tono didáctico y con datos minuciosos, Uccello y Iacobacci, adentran al espectador a un mundo de hace más de quinientos años. Hacen de la historia un relato donde la seriedad de la investigación va de la mano de la comicidad.
5. Un siglo en un ratito
En enero de 2003, pudo verse esta obra en el Museo Saavedra. Sobre ella nos dicen: “Recién llegada de su exitosa gira por San Pablo, Brasil, se presenta esta única muestra de antigüedades que cuenta la vida cotidiana desde 1880 hasta 1980 a través de los objetos y utensilios que usaban los papás, los abuelos y los bisabuelos de los chicos cuando eran chicos. Victrolas, fonógrafos, juguetes, radios, relojes, planchas, triciclos, baleros, trompos, sombreros y máquinas fotográficas son algunos de los casi quinientos objetos con los cuales Gutiérrez –un guía poco convencional- realiza un viaje a través del recuerdo. Las precisas explicaciones del señor Director completan la muestra que incluye el relevamiento de cuáles fueron los grandes inventos que revolucionaron el siglo XX”.
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Entreteniendo enseñan estos actores, investigadores y quienes colaboran con ellos. Enseñan historia y –lo que es más importante- despiertan inquietudes, mostrando a la infancia de nuestro país su original manera de ver el pasado.
Trabajo escrito en colaboración con Carlos Prebble
(Imagen: www.elmuseoviajero.com.ar)
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LA GUERRA DE LOS YACARES
Volvimos a ver este espectaculo, esta vez en el Auditorio Santa Maria de los Buenos Ayres, del Banco Ciudad. Como la primera vez –en el Consejo Profesional de Ciencias Económicas de Buenos Aires- nos fascinó esta obra que tiene su origen en un cuento de Horacio Quiroga, adaptado por Luis Rivera López. Actúan Gustavo Manzanal y Miriam Odorico, dirigidos por Alberto Rubinstein, con musica original de Ana Kantemiroff para las canciones creadas por Jorge Rivera López.
El diseño de la escenografia, titeres y vestuario estuvo a cargo de Alejandro Mateo, mientras que la realización general fue responsabilidad del Taller de Libertablas.
Al finalizar la función, al iniciarla y durante la misma, actuaron los payasos y malabaristas Andres D'Adamo, German Salvatierra, Maximiliano Moldavsky y Luciano Burgos, y las zanquistas Verónica Toledo y Ercilia Flores Piran. La producci6n estuvo a cargo de Libertablas y Escénica.
Resultado: el grupo Libertablas vuelve a lucirse con esta historia un poco tristona que habla a los chicos de valores fundamentales, que deben ser cultivados. En especial, el respeto por el medio ambiente -tema central de la pieza-: los yacares no vacilan en unirse para luchar contra la amenaza del comerciante que quiere dejar sin arboles la región y, por consiguiente, a los yacares sin alimento, pues ya no vivirán los peces allí.
Otros temas se presentan relacionados con este: el cuidado y solidaridad con los ancianos, quienes guardan una sabiduría que no debe ser despreciada; la necesidad de que el criterio ecológico sea más importante que el beneficio económico de unos pocos; el valor del perdón, que se da tanto del surubi hacia los peces, cuanto de los yacarés hacia los humanos.
Excelente la obra en general, y muy especialmente, las canciones, que esperamos ver en compact-disc muy pronto.
(agosto de 2001)
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CUENTOS PARA LOS CHICOS DE AMERICA. Selección de Alberto Blasi Brambilla. Ediciones Orión. Buenos Aires, 1986. 183 páginas.
Veintitrés son los cuentos que Blasi Brambilla eligió para esta antología, destinada al público infantil. Se encuentran presentes, a través de sus letras, los países de todo el continente americano. La selección fue realizada teniendo en cuenta diversos criterios, de muy distinta índole. En primer lugar, el compilador buscó aquellos cuentos significativos de su cultura de origen; otro de los criterios seguidos fue el de buscar relatos que contribuyeran a desarrollar en el niño ciertos valores éticos que no conocen fronteras. Un último aspecto de la selección es el referido al arte en sí: Blasi Brambilla ha seleccionado obras de autores destacados, que escribieron para niños pero que, al mismo tiempo, son figuras relevantes de las literaturas de sus respectivas naciones.
El volumen reúne, entre otras narraciones de indudable calidad artística, “El árbol matador” de Monteiro Lobato, “Los dos ruiseñores” de José Martí, “La rabona” de Mark Twain y “El árbol caído” de Amado Nervo. Representa a la literatura argentina el cuento “El potrillo roano”, de Benito Lynch.
Ilustra el libro, reafirmando la idea de unión americana, la reproducción del óleo de Francisco Javier Muñoz titulado “América en el horizonte”.
(DIARIO DE CUYO, San Juan)
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MI TESORO TE ESPERA EN CUBA, por Joel Franz Rosell. Ilustraciones de Pier Brito. Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 2002. (La pluma del gato).
El autor nació en Cuba en 1954 y, desde 1989, ha vivido en Brasil, Dinamarca, Francia y Argentina. Por esta novela, recibió en Francia el Premio Ville de Cherbourg; la obra fue publicada en ese país por Hachette Livre hace dos años y lleva por título original en francés Cuba, destination trésor. Al editarla en castellano, Sudamericana pone al alcance del público un libro con méritos valorados por un jurado relevante.
Rosell cuenta la historia de una niña española a la que una tía arquitecta, que dirige la construcción de un hotel en Cuba, invita a pasar unas vacaciones en la isla. El tío bisabuelo de la niña aprovecha, entonces, para pedirle que encuentre el tesoro que él ocultó cuando tuvo que dejar la tierra a la que había emigrado desde España.
La niña y cuatro amigos cubanos llevan a cabo una labor detectivesca, en la que se van guiando por fotos, frases sueltas, noticias de la época. Así, llegan a descubrir cuál fue la mansión del anciano Fermín Zurita, y se introducen en ella para buscar ese tesoro que tiene un doble valor: afectivo y monetario. Esta trama atrapante tiene como marco la sociedad cubana y su forma de vida a partir de 1959.
Destinada a lectores a partir de los diez años, la obra será leída con agrado por aquellos a quienes les guste pensar, y se entretengan develando enigmas. Una excelente propuesta para estas vacaciones.
(EL TIEMPO, Azul)
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EL CUENTO DE LA Ñ, por Pelayos (José Pelayo Pérez y Alex Pelayo Ramos). Buenos Aires, Sudamericana, 2004. 32 páginas. (Puercoespín).
El autor del texto y el ilustrador firman en conjunto como "Pelayos", que "es el plural del apellido de un padre (Pepe, 1952) y de su hijo (Alex, 1977). Ambos son cubanos. Uno es escritor, actor y especialista en humor; el otro es ilustrador, dibujante y diseñador. Juntos incursionaron en el humor gráfico, participaron en exposiciones colectivas y ganaron premios internacionales. Su obra de humor gráfico ha sido editada en Colombia, Cuba y Suecia. En Chile también han publicado algunos títulos de literatura infantil".
En este libro, destinado a lectores a partir de los cuatro años, Pepe relata y Alex ilustra la historia de los Miriñaque, una pareja que tenía una hija, a la que le festejaron el cumpleaños. Para que los animales presentes no se dañaran unos a otros, la agasajada propuso realizar un cumpleaños vegetariano. Así fue que "Todos se adueñaron de la idea. Trajeron leña y cocinaron champiñones, ñoquis y varias lasañas. Ah, y de postre: piñas y castañas".
Este es el argumento del relato que enseña el respeto por la vida, el uso de la eñe y la complicidad entre padre e hijo, capaces de hacer juntos tan hermosa obra.
(EL TIEMPO, Azul)
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PAQUÉLE, por Julio M. Llanes. Ilustraciones de Xulian. Buenos Aires, Ediciones del Eclipse, 2006. 157 pp.
Este volumen integra la colección “Novelas del Eclipse”, dirigida por María Teresa Andruetto (textos) e Istvan Schritter (arte y diseño). “La intención de esta colección –afirman- es ofrecer un abanico de escrituras de grandes nombres y de nuevos autores. También de escritores de la literatura para adultos que editan con nosotros por primera vez un libro para chicos. Buscamos calidad en los textos y en las ilustraciones y la gráfica, diversidad de estéticas; descubrimiento de posibles nuevas escrituras todavía ocultas; es decir, buena escritura a secas. Pensamos en un lector "sin edad", en libros que, destinados a la franja joven o infantil, se dejen bienleer por lectores adultos. Una colección de libros elegidos, de libros perdurables, una colección con un perfil valorado por lectores exigentes, un perfil valorado también por escritores e ilustradores exigentes. Libros que puedan seguir leyéndose a lo largo de los años”.
Julio M. Llanes, nació en 1948 en Yaguajay, actual provincia de Sancti Spíritus, Cuba. Es miembro fundador y presidente de la UNEAC. (Unión de Escritores y Artistas de Cuba). Se desempeña como profesor adjunto de la Universidad Pedagógica de Sancti Spíritus, miembro de la Cátedra de Literatura Infantil de dicha institución y miembro de la Sociedad Cultural José Martí. Publicó cinco libros de recopilación de ensayos sobre literatura infantil, una obra testimonial sobre sus viajes por Sudamérica, los libros de relatos Celia nuestra y de las flores, Canción para una sonrisa, Mi amigo Serafín, Sueños y cuentos de la niña mala y las novelas El día que me quieras y Paquéle –un hito en la literatura juvenil cubana-, de la que está en proceso una edición en holandés. Obtuvo numerosos premios, entre otros, Edad de Oro 1983 y 1991, La Rosa Blanca 1996 y 2000, Diploma Centenario de la Edad de Oro por su trabajo con niños y jóvenes, Premio Abril y Los Zapaticos de Rosa por el conjunto de su obra, Premio Especial Raúl Ferrer y Premio Especial la Rosa Blanca 2005 por su trayectoria.
Paquelé relata la historia de un adolescente esclavo en Cuba. Uno de los personajes explica por qué surgió esta novela: su amigo Llanes se propuso escribir una historia en la que los esclavos y los que dicen que son libres tuvieran protagonismo, donde no parecieran “animalitos que no hablan, ni piensan, ni sueñan”. El personaje le dice entonces a Llanes que se apure, porque si no, cuando él termine esa obra, ya no va a haber esclavitud, a lo que el escritor responde: “Que había muchas maneras de ser esclavo. Que la libertad, el amor y el odio y la alegría, nunca iban a envejecer, porque al hombre siempre le iban a interesar los problema del hombre”.
El resultado es esta obra, maravillosamente escrita, en la que se narra la vida de un esclavo, desde su nacimiento hasta que queda marginado de la sociedad. Se evocan las peripecias que tuvieron que ver con su origen, la muerte de su madre y el ahorcamiento de su padre, el cruel aprendizaje de calesero, la forma en que es regalado a un doctor (“lo estaban regalando como a un quitrín, como un caballo, como una gallina”), la amistad perdurable, el enamoramiento de una esclava.
Todo esto en el marco de la Sancti Spiritus colonial, una ciudad de Cuba en la que viven españoles que no se adaptan a su nueva vida. Añoran su España natal, y desdeñan todo lo americano, todo lo que se aleje de lo netamente hispano, como la fiesta en honor al Apóstol tal como se la festeja en Cuba: “El Santiago era la fiesta de Paquelé. Aunque don Gonzalo dijera que ése ya no era el Santiago, que el verdadero Santiago era el de antes, cuando los españoles de Santiago de Compostela trajeron las fiestas que en su tierra le dedicaban al santo patrón. El Santiago era la fiesta de Paquelé, aunque don Gonzalo afirmara que los tambores de los negros y el tiempo lo habían cambiado todo, y ahora era fiesta sin rango, fiesta de esclavos alborotadores, de negros y mulatos presumidos que ya nada respetan, sí señor”.
Otros añoran asimismo su tierra, mas no son inmigrantes ni exiliados; han sido traidos por la fuerza desde su continente, en el que eran libres y felices. El recuerdo de esas épocas los agobia en la ciudad de la isla: “Yo estaré volando, sí, pero para mi tierra, para mi aldea de Africa, donde el padre de mi padre fue oba, un rey tan rey como el de España”, dice el taita Ambrosio.
O han venido más o menos voluntariamente desde Manila; “tienen mucho papel de contrato, pero que en verdad son más esclavos que los negros.
Españoles, africanos y chinos llevan en sí el caudaloso bagaje de sus tradiciones, a las que honran; tradiciones que, fusionándose, han dado origen a esta cultura americana, en la que confluyeron los acervos más disímiles.
A los que llegaron, y a los que nacieron en América, evoca Llanes en una novela memorable, acerca de la libertad y la identidad.
(LETRAS-URUGUAY, Montevideo, 2006)
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LA BELLA MARIPOSA, por Ziraldo-Zelio. Emecé Editores, Buenos Aires, 1988. 31 páginas.
Este volumen de la colección Pequeño Emecé, escrito en colaboración por los hermanos Ziraldo y Zelio, fue pensado para quienes están aprendiendo a leer. En él, asistiremos a la convocatoria del Gato con Botas, a la que responden los protagonistas de las narraciones tradicionales. El motivo del llamado es nada menos que liberar a una mariposa presa en un libro. Mas ella no está prisionera; mueve sus alas cada vez que alguien se acerca a esas páginas y encuentra instantes de felicidad.
(LA PRENSA)
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EL PLANETA LILA, por Ziraldo. Emecé Editores. Buenos Aires, 1987. 28 páginas. (Pequeño Emecé)
Esta obra, dedicada a Carlos Drummond de Andrade, será leída con agrado por los niños de siete y ocho años de edad.
Ilustrada por el autor, presenta el mágico viaje de un bichito que quiere recorrer el mundo; después de mucho andar, el protagonista entiende que el mundo es un libro, y su maravilloso planeta lila, una flor encerrada entre sus páginas.
Una nueva historia de un escritor consagrado a los más chicos, quienes encuentran en sus narraciones la ternura y sencillez que tanto buscan. Excelente.
Tradujo Rosa S. Corgatelli.
(LA PRENSA)
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EN EL LABERINTO DEL VIENTO, por Marina Colasanti. Espasa-Calpe. Madrid. 149 páginas.
La autora nació en Asmara, Etiopía, y actualmente reside en Brasil. Ha traducido al portugués a Moravia y Papini. Ganó con este libro, en 1979, dos prestigiosas distinciones brasileñas: el Gran Premio de la Crítica y el Premio de la Fundación Nacional del Libro Infantil y Juvenil.
El volumen que comentamos reúne veintitrés cuentos con personajes tradicionales, pues presenta príncipes, princesas, brujas, castillos y todo aquello que nos deleitó en la infancia. Sin embargo, hay en los relatos cierto toque original.
“Por dos alas de terciopelo”, por ejemplo, narra la historia de una princesa que salía a cazar mariposas, pero sin encontrar alguna que le gustara especialmente; un día se topa con una mariposa negra, y la idea de cazarla la obsesiona.
En “Sólo la primera”, la protagonista es la hija única de un rey; la niña quiere tener amigas, pero le impiden juntarse con compañeras de su edad. Finalmente, cansados de sus reclamos, la enfrentan con un espejo, y la princesita se pone a llorar.
Uno de los cuentos más lindos es “La mujer enramada”, donde se relata lo sucedido a un jardinero que ve el mundo de color verde y se siente tan solo como la pequeña del cuento anterior. Tanto cuida sus árboles que uno de ellos satisfará su anhelo de compañía. Vuelve aquí el tema de la transformación de un ser humano en vegetal, que apareció también en un cuento de Silvina Ocampo, delicado y poético.
“Un deseo y dos hermanos” evoca las andanzas de dos príncipes, uno rubio y el otro moreno, de diferentes gustos y cualidades. El rey, padre de ambos, al verlos tan distintos piensa en dividir el reino, para que no luchen después de su muerte: le da el cielo al rubio y el mar al moreno, pero no logra solucionar el conflicto, que mucho después tendrá un interesante desenlace.
Destinado a lectores a partir de los once años, este libro contribuirá a despertar la imaginación de los niños, desplegando ante sus ojos un universo de ilusión y fantasía.
Tradujo del portugués Mario Merlino.
(LA PRENSA)
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HABIA UNA VEZ UN TIRANO, por Ana María Machado. Ilustraciones: Verónica Leite. Buenos Aires, Sudamericana, 2002. (Biblioteca Ana María Machado)
La autora, nacida en Río de Janeiro, ganó el Premio Hans Christian Andersen, inauguró la cátedra de Literatura Infantil en la Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro, recibió las más altas distinciones y publicó más de cien libros tanto para adultos como para niños.
Este libro, destinado a lectores a partir de los ocho años, narra lo que sucedió cuando un déspota quiso poner “orden” en el desbarajuste que creaban los ciudadanos con sus diferentes opiniones. A tal efecto, derroca al representante que el pueblo había elegido libremente y se erige en gobernante. Desde el primer momento de su mandato, desoirá la voluntad del pueblo y le impondrá sus propios reglamentos, descabellados y tendientes a anular las iniciativas personales.
El resultado será un pueblo triste en el que se prohíben los colores, las reuniones, los cantos y cualquier otra expresión. Agobiada y temerosa, la comunidad no encontrará salida a esta situación oprimente, pero sí la encuentran tres pequeños amigos, que con valor y los pocos recursos con los que cuentan, logran volver a la felicidad antaño disfrutada.
La libertad, la solidaridad y el ingenio son algunas de las virtudes que se destacan en esta obra para chicos con enseñanzas grandes.
Las ilustraciones de Verónica Leite transmiten con talento las atmósferas que la escritora supo crear. Tradujo Rosa S. Corgatelli.
(EL TIEMPO)
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MI REINO POR UN CABALLO, por Ana María Machado. Ilustraciones: Elbio Arismendi. Buenos Aires, Sudamericana, 2002. (Biblioteca Ana María Machado)
Machado cuenta la historia de un principito que tenía de todo, pero no tenía un caballo. Pronunciando unas palabras mágicas, logra que aparezcan caballos de todas clases y colores, famosos y desconocidos. Elige el suyo y, montado en él, logra alejar el peligro temido por las mujeres y los niños: la tormenta.
Un canto al valor, a la sencillez y a la importancia de las cosas cotidianas.
(EL TIEMPO, Azul)
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EL DELANTAL QUE EL VIENTO LLEVA, por Ana María Machado. Ilustraciones: Pez. Buenos Aires, Sudamericana, 2002. (Biblioteca Ana María Machado)
Destinado a lectores a partir de los cuatro años, este libro con bellas ilustraciones de Pez nos permite acompañar a la protagonista en la búsqueda de su delantal, que se ha volado. En el camino recibe la ayuda de la naturaleza y logra su propósito.
Nos parece un libro ideal para quienes se inician en la lectoescritura, y para las maestras jardineras, quienes podrán idear muchas actividades a partir de esta historia.
(EL TIEMPO, Azul)
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EL BOSQUE DE LOS PIGMEOS, por Isabel ALLENDE. Buenos Aires, Sudamericana, 2004. 234 págs.
El último libro de Isabel Allende forma parte de la colección Sudamericana Joven, una colección acerca de la cual afirman los editores: “Editorial Sudamericana desarrolló una biblioteca para jóvenes lectores que incluye textos que figuran en el área de lengua y literatura dentro de la currícula escolar. Novelas y cuentos representativos de las diferentes corrientes literarias a nivel mundial, así como títulos de jóvenes autores que abordan las problemáticas propias de los estudiantes de Escuela Media”.
El volumen que nos ocupa completa una trilogía. “Con la trilogía Las memorias del Aguila y el Jaguar, Isabel Allende se dirige al público joven. Cada novela es una combinación perfecta de aventura, magia, humor y naturaleza, como las describe la misma autora. A través de los ojos de Nadia y Alexander hemos descubierto que el hombre puede ser codicioso y corrupto, pero también hemos conocido a almas que saben escuchar con el corazón, que entienden que el respeto y la solidaridad son la única forma de caminar y que apuestan por un mundo definitivamente mejor”.
En esta obra, la escritora y periodista Kate Cold recibe un llamado de la International Geographic, la revista para la cual trabaja, diciéndole que debe hacer una nota en Africa. La mujer pone como condición llevar a su nieto de dieciocho años, y a la amiga de quince, quienes protagonizaron ya los dos libros anteriores. A estas tres personas se unen la aviadora que deberá trasladarlos y dos fotógrafos. Una vez en Africa, cuando se disponen a trabajar, encuentran un misionero gallego que les pide que le ayuden a encontrar a sus dos compañeros desaparecidos. Lo que sigue será la búsqueda de estos hombres en tierras dominadas por la avaricia, la crueldad y la ilegalidad.
El elemento fantástico -una sacerdotisa que se esfuma, un ogro de tres cabezas, la capacidad de Nadia para hacerse invisible, la metamorfosis de los jóvenes- tiene gran incidencia en el libro; es otro de los motivos por los cuales la historia atraerá al público juvenil al que se dirige.
La obra, además de ser entretenida, deja enseñanzas a los lectores: la necesidad de respetar las diferentes culturas; la importancia de toda vida, por ínfima que sea en la escala de la naturaleza; el valor de la amistad y de la fe, son ideas que se reiteran en diversas oportunidades.
Amena y de ágil lectura, con descripciones que nos hacen vivir cada situación, con un lenguaje en el que confluyen información y emoción, El Bosque de los Pigmeos es el broche de oro de una trilogía memorable.
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EL CUENTO DE NAVIDAD DE AUGGIE WREN, por Paul Auster. Ilustraciones: Isol. Edición y traducción de Mariana Vera. Buenos Aires, Sudamericana, 2003.
“Paul Auster nació en Nueva Jersey en 1947. Estudió en la Universidad de Columbia y luego vivió unos años en Francia. En 1974 regresó a los Estados Unidos y desde entonces ha publicado libros de poesía, ensayos, novelas y traducciones. Entre sus títulos se destacan La trilogía de Nueva York, El palacio de la luna, El país de las últimas cosas, Creí que mi padre era Dios. Su última novela es El libro de las ilusiones”.
“Isol nació en Buenos Aires en 1972. Reconocida ilustradora, ha incursionado en el comic, la poesía y la pintura, y también escribe sus propios textos. Por sus maravillosas ilustraciones recibió numerosas distinciones internacionales, entre ellas el premio Golden Apple (Bienal de Bratislava, 2003). Su libro El Globo integra la lista White Ravens 2003.
En este libro, destinado a lectores a partir de los doce años, Auster relata un cuento que le contaron: “Este cuento me lo contó Auggie Wren -afirma. Como Auggie no queda muy bien, o por lo menos no tan bien como él quisiera, me pidió que no usara su nombre verdadero. Más allá de eso, todo el asunto de la billetera extraviada y la mujer ciega y la cena de Navidad es tal cual él me lo contó”.
“Así comienza este relato, publicado en The New York Times el 25 de diciembre de 1990. Al leerlo, el director de cine Wayne Wang le propuso a Auster que escribiera el guión de una película. De esta experiencia surgió Cigarros, cuyo final es precisamente ‘El cuento de Navidad de Auggie Wren’ “.
El arte es un tema fundamental en este libro, el arte y su capacidad de capturar el tiempo, y también el arte como ficción. No importa –para Auster- si el relato de Auggie Wren es verdadero, o si lo inventó para contárselo al narrador; tampoco importa –para nosotros- si existe Auggie Wren, o si es un personaje creado por Auster. Lo que importa es que alguien escuchó ese relato que lo entretuvo y lo dejó pensando. El artista como demiurgo, como hacedor de mundos que ofrece a los espectadores o a los lectores, es el personaje principal de este texto que invita a los destinatarios a crear, a proponer nuevos mundos en los que rigen leyes distintas, que tienen como principal atractivo el haber emanado de una personalidad deseosa de expresarse.
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VERDE QUE TE QUIERO VERDE El Federico que hechizará a los chicos de 8 a 13 años, por Federico García Lorca. Buenos Aires, Ediciones Orión, 1987. 91 páginas. (Colección Tobogán)
Orión acerca a los chicos, desde sus diversas colecciones, textos de autores de renombre, seleccionados e ilustrados de acuerdo a los intereses de los pequeños lectores.
En esta oportunidad, se trata de obras del granadino, de cuya pluma surgieran Impresiones y paisajes (prosa) y los libros de poemas Romancero gitano, Poema del cante jondo, Llanto por Ignacio Sànchez Mejìas y Seis poemas galegos, entre otros, ademàs de Bodas de sangre, Yerma y otras logradas obras de teatro.
El "Romance sonámbulo" -cuyo primer verso da título al volumen-, "La canción de las siete doncellas" y la "Cancioncilla sevillana", son sólo algunos de los muchos poemas que cautivarán la mente infantil, tan predispuesta a soñar otras vidas y otros tiempos.
CARACOLES BLANCOS, CARACOLES NEGROS, por Federico García Lorca. Ilustraciones de Alejandra Taubin sobre dibujos del autor. Buenos Aires, Sudamericana, 1991.
El volumen que comentamos forma parte de la colección “Los libros del Bolsillo”, a la que nos referimos ya en este suplemento: son libros de pocas páginas, accesibles, y han sido pensados para que los niños conozcan historias y poesías de autores argentinos y extranjeros. Presentan una concepción original acerca de las ilustraciones, que se apartan de las técnicas habituales en algunas oportunidades, y están destinados a niños que cursen a partir de segundo grado de la primaria, a nuestro criterio, pues no son tan elementales como otros que comentamos anteriormente.
En este volumen podrá encontrarse, en hábil selección, toda la magia y el duende de Lorca. La presencia de la naturaleza es constante, tanto en animales como el caracol cuanto en la belleza del paisaje, evidenciada en poemas como “Y tres crepúsculos”, “Medialuna” y “Primera historieta del viento”.
(EL TIEMPO, Azul)
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ROSALIA, por Helena Villar Janeiro. Ilustraciones de Ánxeles Ferrer. Fundación Rosalía de Castro (Tres Pitas Brancas). N° I. Febreiro 2006.
La noticia biográfica publicada en la revista Letralia nos informa que Helena Villar Janeiro es una "Escritora española (Lugo, 1940). Es autora de más de veinte libros de poesía, narración y ensayo. Ha recibido diversos premios literarios, entre ellos los premios de poesía Eusebio Lorenzo Baleirón (1992) y Miguel González Garcés (1994) y los premios de narrativa Breogán (1990) y Rodríguez Figueirido (1991). Sus libros infantiles están incluidos en el Catálogo White Ravens (Internationale Jugendbibliothek de Munich). Es miembro fundadora del PEN Club de Galicia y presidenta de la Fundación Rosalía de Castro".
En Rosalía, brinda una visión de la poeta accesible a los niños. Con pocas palabras, narra la vida de la compostelana, y esboza uno a uno los grandes temas que preocuparon a esta mujer tan conmovida por lo que sucedía a su alrededor: la pobreza, la injusticia, la emigración.
Y, como el volumen incluye textos de Rosalía de Castro, ofrece a los niños la posibilidad de disfrutar de la poesía tan honda de la escritora en cuyo homenaje se ha instituido el Día de las Letras Gallegas.
Las ilustraciones de Anxeles Ferrer, bellas y elocuentes, iluminan el relato.
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EL JUEGO DE LAS CUATRO ESQUINAS, por Gianni Rodari. Ilustraciones de Emilio Urberuaga. Espasa-Calpe. Madrid, 1988. 268 páginas.
Todos sabemos que los árboles no caminan o que es imposible dormir con un ojo mientras estamos despietrtos con el otro. Lo sabemos, pero es tan lindo imaginar que, por una vez, puede ocurrir...
Propuestas como éstas son las que hace Gianni Rodari a chicos mayores de nueve años, en un volumen que integra la colección dirigida por Felicidad Orquín, de quien ya nos ocupamos en esta página.
El escritor nació en Piamonte, Italia, en 1920, y murió en Roma en 1980; fue maestro, periodista y divulgador de la nueva pedagogía en su país. Su aporte a la literatura infantil lo hizo merecedor en 1970, del premio Andersen, el más importante galardón que se otorga a textos para niños y jóvenes.
Diecinueve relatos desafiarán nuestra imaginación. De la mano del autor transitaremos por un mundo insólito, divertidísimo, que le sirve para mostrarnos en nuestras actitudes más ridículas; los convencionalismos, los prejuicios y todo aquello que traba nuestro natural modo de convivir en una sociedad, serán echados por tierra con humor y sencillez por este observador que brinda a los lectores una mágica dimensión de cuanto nos rodea. Tradujo Elena Del Amo; ilustró Emilio Urberuaga, pintor y grabador madrileño.
(LA PRENSA)
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EL PRINCIPE CANGREJO, por Italo Calvino. Espasa-Calpe, 1986.
En el año 1956, Italo Calvino publicó una recopilación que llevaba por título "Fiabe italiane" (Cuentos italianos); recogía en ella las narraciones que, tomadas por los folkloristas, habian aparecido anteriormente. De ese volumen de tres décadas atrás surge la colección que presenta la editorial.
Se trata de veintinueve relatos agrupados bajo seis temas. Las narraciones provienen de distintas zonas de su pais de origen; las hay de Florencia, Toscana, Monferrato y Abruzzos, entre otras. Todas ellas son relatadas en un lenguaje sumamente coloquial, destinado a niños a partir de los diez años.
Entre los cuentos que componen el primer grupo, titulado "Cuentos a caballo", se destaca "Los tres castillos", mágico relato protagonizado por un joven que logra matar a una serpiente de tres cabezas: al hacerlo, se vuelve amo de un castillo de cristal, de otro de plata y uno de oro, al mismo tiempo que, montado en un caballo de cristal, vence en un torneo y obtiene la mano de la princesa.
"El Príncipe Cangrejo", historia que da título al volumen, narra lo acontecido a un joven que, por capricho de un hada, se había convertido en un crustáceo. Sin que su audacia fuera advertida, el protagonista explica a la princesa cómo debía hacer para liberarlo.
Forman parte de este libro también los cuentos de encantamiento, los de animales magicos, de objetos con extraños poderes y los de niñas hechizadas.
Calvino advierte que, cuando una historia se encontraba registrada en diversas regiones del país, tomó la más rica, a la que completó con elementos provenientes de otras versiones. Otras tradiciones -afirma- son transmitidas en Italia, pero también en el resto de Europa, como el cuento veneciano "El Príncipe Cangrejo" y algunos sicilianos.
Ilustró Vivi Escrivá. Tradujo Esther Benitez.
(LA CAPITAL, Rosario)
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LA HIPOTENUSA DEL ELEFANTE, por Luigi Malerba. Espasa-Calpe. Madrid, 138 páginas.
Luigi Malerba nació en Parma en 1927, donde estudió Derecho y dirigió una revista cinematográfica. En 1963 publicó su primera novela para adultos y, desde entonces, alterna su actividad de escritor con la de guionista de cine y televisión y autor de relatos para niños.
En este volumen, destinado a lectores a partir de los once años, reúne historias que podrían tener, a primera vista, cierta simplicidad adecuada para niños de corta edad, pero, si las leemos con detenimiento, esa sensación desaparece, pues los cuentos esconden un trasfondo muchas veces amargo.
Por ejemplo, el texto que da título al libro nos cuenta lo sucedido al pequeño Gasperino, que quería calcular la hipotenusa del animal visto en el zoológico; encerrado en su habitación, se le van los años, desesperado tras un objetivo que no logra alcanzar y, si bien una meta puede dar sentido a la existencia, también puede hundir en el desasosiego al ser humano que no accede a ella. Plantea, asimismo, el insensato afán del protagonista, obsesionado con algo que no beneficia a nadie. Parece un cuento para adultos, más que para chicos…
“Historia del mundo desde los orígenes a nuestros días” narra lo que acontecerá en un futuro cercano, curiosamente similar a lo que aconteció miles de años atrás: una explosión agobiará a los seres vivientes, que ya están buscando un refugio. Se cierra así el ciclo de la vida en la tierra, ciclo en el que –es evidente- nada pudimos aprender.
Pero no se trata de cuentos para grandes, porque el lenguaje y las ilustraciones los hacen interesantes para los adolescentes. Alejándose de temas trillados y de estereotipos, estas páginas demuestran que, con historias breves y sencillas, pueden transmitirse cuestiones fundamentales del ser humano.
Ilustró Carmen Andrada. Tradujo Ana María Viguera.
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EL PLATO DE POLENTA. BRUEGHEL. Cuento de Giovanni Gandini. Barcelona, Edhasa, 1980. Traducción de Marcelo Zapata. (El arte para los niños)
Que un libro para chicos divierta, nos parece algo elogiable, pues son muchos los que resultan anticuados o emplean un lenguaje afectado que no logra captar la atención del pequeño. Si este libro, además, deja una enseñanza, podemos decir que ha cumplido su objetivo, pues ha formado en el lector la conciencia de que existe algo que aún no comprende plenamente, quizás, pero se halla ante él esperándolo.
Esto es lo que sucede con el volumen presentado por Sudamericana. Impreso en gran formato, con tapa dura y en papel de excelente calidad, ha sido pensado de manera original. Generalmente se elige un cuento y luego se lo ilustra; el ilustrador puede ser el autor o alguien que trabaja junto a él, guiado por una misma voluntad de brindarse. En esta oportunidad, en cambio, se ha escogido primero las pinturas y luego se las ha incluido en un relato escrito para tal propósito.
De este modo, los cuadros de Brueghel ilustran la historia de Gandini; el camino trazado por el escritor es recorrido por el niño a través de obras consagradas del arte de todos los tiempos. Esto nos muestra que la calidad no está reñida con la difusión y, menos aún, con la niñez, a la que no hay por qué circunscribirla a relatos tontos; no tiene sentido, con todo lo que tenemos al alcance de la mano.
Este libro editado en Barcelona, apareció anteriormente en Italia. Incluye un breve estudio acerca del pintor, su época y su obra, que inciará al niño en un arte magnífico, al tiempo que desarrollará en él sus potenciales dotes estéticos.
(EL TIEMPO, Azul, 29 de enero de 1989)
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EL JOVEN REY, por Oscar Wilde. Editorial Espasa-Calpe (Austral Juvenil). Madrid. 198 pp.
El libro, destinado a lectores a partir de los once años de edad, reúne siete cuentos del escritor irlandés, ilustrados por Juan Carlos Eguillor. Giran todos ellos alrededor del tema del bien y el mal, de la bondad y la mezquindad que encierran los corazones de los hombres, los animales y también los objetos que utilizamos.
"El joven rey" y "El príncipe feliz" tienen mucho en común, ya que en ambos se aborda la cuestión del poder y de quienes están a su merced, pero el amor triunfa: el joven rey da un ejemplo a sus súbditos y el principe feliz mora por siempre en el Paraíso.
Tanto en estas historias como en las restantes encontraremos un mundo maravilloso en el que, sin embargo, aparecen el dolor y la injusticia.
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TRES CUENTOS DE PAJAROS, por Hanna Muschg. Ilustraciones de Frank Ruprecht. Madrid, Espasa-Calpe (Austral Juvenil), 1987. 83 páginas.
Hanna Muschg es el seudónimo de Hanna Johansen, escritora nacida en Bremen, Alemania, que recibió numerosas distinciones en su país, Suiza, Austria y Francia. Ha publicado novelas para adultos y el volumen que tituló “Erase una vez dos osos”.
“Tres cuentos de pájaros” fue ilustrado por Frank Ruprecht y nos cuenta historias protagonizadas por patos, lechuzas, una gallina y una familia de mirlos.
La primera de estas narraciones es particularmente interesante ya que evoca el encuentro de una lechuza y un pato, los cuales, al comprobar que son diferentes, discuten sin cesar. Después de muchas peleas, llegan a una valiosa conclusión: el pato es como todos los de su especie, y la lechuza tiene las características y los hábitos de las lechuzas, por lo tanto, mejor que discutir es aceptarse y complementarse.
Tradujo Pilar Galíndez.
(LA PRENSA)
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EL VIAJE DE VUELTA, por Johanna Reiss. Ilustraciones: Juan Ramón Alonso. Madrid, Espasa-Calpe. 238 páginas. (Austral Juvenil).
Johanna Reiss nació en Holanda en el seno de una familia judía. Tenía ocho años cuando los alemanes entraron en Winterswijk, en mayo de 1940; poco tiempo después tuvo que dejar la ciudad en la que vivía y esconderse, junto con una de sus hermanas, en la localidad de Usselo. Las chicas no podían ser vistas por los habitantes del pueblo, ya que era muy probable que delataran su presencia, condenando a una muerte segura a quienes tan valerosamente las habían protegido; por esa razón, la pequeña Annie pasó dos años y medio en una pieza, sin acercarse siquiera a la ventana.
Cuando los alemanes no son ya una amenaza, Annie y Sini salen de su escondite y se reúnen con el padre la hermana mayor. En ese tiempo había muerto la madre. No les resulta fácil convivir con personas que son prácticamente desconocidas; de un día para otro se encuentran con un hombre hosco, preocupado por los negocios, y con una judía convertida, que estudia el catecismo para bautizarse. Nada de esto se asemeja al pasado que habían conservado en el recuerdo.
El relato es interesante porque muestra la guerra desde una perspectiva cotidiana; habla de la sorpresa de los holandeses al ver un zapato en una vidriera, de las largas colas que había que hacer para conseguir algo de comida. Presenta también las diferentes actitudes posibles ante una misma situación: la cobardía, la abnegación, el rencor, la generosidad, el dolor. La protagonista nos relata cuanto vio, pero no acusa ni se detiene en su sufrimiento; es más, lo entiende como una circunstancia que le tocó vivir. Esta capacidad de amor, y la grandeza que implica perdonar, son los principales atractivos de la obra que comentamos, destinada a lectores a partir de los catorce años.
Ilustró Juan Ramón Alonso, ganador –junto a Javier Villafañe,- del Premio Austral Infantil 1985.
(EL TIEMPO, Azul, 1989)
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MIS PRIMEROS SEIS AÑOS, por Willy Breinholst. Buenos Aires, Emecé Editores, 1989. 146 pp.
El Libro Guiness de los Records nos informa que Willy Breinholst, humorista danés de fama internacional, es el más popular del mundo, y debe ser así, ya que ha publicado más de cien libros que han sido traducidos y editados en cien países. En total lleva vendidos más de sesenta millones de ejemplares de sus obras; ¡Hola, aquí estoy!, el volumen que inició la serie a la que se incorpora Mis primeros seis años, vendió 100.000 ejemlares en nuestro país.
El título original es ¡Hello, Dear Diary!, bastante diferente del que tiene su edición en castellano, y nos da una idea del contenido de esta obra. Andrés, quien cumplirá seis años pocos días más tarde, escribe su diario si se aburre, se siente contento o triste. "Ser el hermano menor, para decirlo con palabras de adultos, es un trabajo que lleva todo el día -afirma-. Siempre hay mucho que hacer, como educar a mis padres, decir 'saca los codos de la mesa' a mi hermano mayor y 'habla bien, niña tonta' a mi hermana mayor".
En este diario personal se registran hechos muy significativos, como el nacimiento de un bebé chiquito y arrugado. Esta circunstancia causó gran expectativa, sobre todo en lo relacionado con el origen de la criatura, dato que la abuela proporciona: la madre había comido una cucharada de semillitas para hacer chicos.
Andrés quiere colaborar con su familia, aunque no siempre lo hace en la forma adecuada; por lo visto, sus propuestas no son exactamente las que harían felices a sus padres, pues a ellos -tan poco originales- les interesa más la buena conducta del hijo que cualquier útil servicio, como anudar todas las corbatas para que el padre no pierda tiempo haciéndose el nudo a la mañana.
Este libro, destinado a chicos de la escuela primaria, presenta muchos atractivos: en primer lugar, las ilustraciones modernas e inteligentes, pero también el contenido, que se refiere tanto a la vida familiar como a la ecología o la igualdad de los sexos. La cuidada labor de la traductora, Claudia Ferrari de Perinotti, ha hecho que el texto pasara exitosamente la difícil prueba de la versión a otro idioma, sustituyendo los nombres y el signo monetario por otros afines a los lectores argentinos.
En suma, es ésta una obra entretenida, que aporta elementos destacables, como la presentación del padre consolando a la recién nacida durante la noche o la actitud de la madre leyéndoles cuentos a sus hijos. La evolución de la sociedad aparece reflejada en este texto, tan cercano a nosotros a pesar de la distancia.
(LA PRENSA)
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